2 palabras, 5 letras.

La promesa, el intento.

El problema del acosador seguía vigente, pero queríamos distraernos un poco.
Enzo y yo hicimos planes por separado. Yo saldría a bailar con mis amigas, él se iría a un asado.

- Tene cuidado amor, avísame cualquier cosa. - dijo Enzo, dándome un beso.
- Si mi vida, voy a estar bien, te lo prometo.

Me junte con mis amigas: Juana, Micaela, Milagros, Romina y Julieta.
Fuimos a un boliche, no me aleje de mis amigas, me quedé todo el tiempo con Mili. Ella y yo somos como hermanas, así que estuvo todo el tiempo conmigo, alejando hombres y cuidándome. Yo, me puse en pedo, ella me cuidaba. Agarro mi celular y alertó a Enzo, por si me mandaba alguna.

"Esta recontra en pedo, no puede ni hablar. Yo te la cuido." Dijo en un audio de WhatsApp.
Estaba bailando descontrolada, hasta que se me acerca uno.

- Linda, ¿tenes Instagram? - intento tocar mi cintura, pero me aleje.
- No q-quiero, tengo novio. - respondí.
- Bueno, pero te invito un trago. - me alcanzo un vaso que tenía agua. - Es para que se te baje el alcohol, para que no quiebres.
- Qué amable de tÚ parte. - tomé el agua, a los minutos, me empecé a sentir mal.
- ¿Qué le pusiste a eTo'? - dije, agarrándome la cabeza.
- Te va a ayudar a no hacerte la difícil. - respondió, riendo.
Me llevo a una habitación desconocida en la discoteca mientras yo iba perdiendo el conocimiento, golpeaba el pecho del chico, tratando de zafarme. No podía hacer nada, me tiro a una cama y ustedes saben lo que pasó. Me golpeó constantemente, me rasguño, partió mi labio y desgarro mi parte íntima.

Desperté, supongo que horas después, tirada en el piso, ensangrentada y viendo borroso. Vi bien y parecía una especie de callejón. No podía hablar, solo podía arrastrarme por el suelo frío, desnuda.
Minutos después, escucho sirenas de policías y gente corriendo hacía mi.
Me agarraron, escuchaba gritos de todas partes, me abrían los ojos, me hablaban, no entendía nada.
Me volví a desmayar y desperté en una cama de hospital, apenas abriendo mis ojos.

- ¿Cómo te sentis? - dijo una mujer, era médica.
Empecé a balbucear, y ella se acercó a mí.
- Te explico un poco lo que ocurrió, ya que pareces desorientada. Estuviste desaparecida 2 días, se te vio en un boliche, pero te encontraron en un callejón, a 2 horas del supuesto boliche. Te drogaron de una manera impresionante, tu vulva esta desgarrada, estas rasguñada, golpeada, el labio partido, te apagaron cigarrillos en tu cuerpo, por lo que puedo notar.
- M...m...mat...i. Mati...
- ¿Mati? ¿Matias Recalt?
Asentí levemente.
- Esta en camino, viene con tu novio y tu amiga, Milagros.
Minutos después, escucho como abren la puerta de mi habitación.

- Dios santo. - susurra Mati. - Agus. - se acercó a mí mientras lloraba.
- Mati. - respondí, en voz baja.
Me abrazo mientras no paraba de llorar, se alejo y me agarro la mano.
- Se suponía que tenías que tener cuidado.
- Lo tuve. Nunca me aleje de Mili y no me acerque a ningún hombre, hasta lo que me acuerdo. - dije con dificultad. - Me acuerdo de uno que me pidió el Instagram, le dije que no y me dio un vaso de agua.
- Era obvio, tonta, tonta. - respondió Mati llorando.
- Buee...pero, estoy viva.
- 2 días y 2 noches sin saber nada de vos, en absoluto.
Lo abracé y se acercó a mí Enzo.
Tenía la mirada perdida, llorosa, shockeada y triste.
- Perdóname. - me largue a llorar en ese instante. - Te juro que yo no quería, nunca. Mili estaba cerca mío, te prometo que estaba cerca, le pegue e intente que me suelte.
Enzo sonrió y me beso mientras me abrazaba.
- No fue tu culpa. Deberías preocuparte mejor por cómo estás, estás hecha pelota. - dijo riendo, entre lágrimas. - Me voy a quedar con vos.
Enzo se corrió y vino Mili. Mili lloraba desconsolada, no podía respirar.
- Perdóname, perdóname. - me decía llorando, mientras me abrazaba con todas sus fuerzas. - Te juro que yo no quise, estabas alado mío, me fui a buscar un trago. Perdóname.
- Esta bien, boba. No llores. - conteste.
- Mira como estás. - siguió llorando, pero cada vez peor.
- Mili, necesito que respires. Calmate.
Respiro y se calmo, tardo unos minutos, pero lo logro.
- Te trajimos tulipanes, tus favoritos. Mati insistió con traer cuadros, Enzo trajo chocolates, yo traje...tulipanes.
Nos reímos y asentí.
- Esta excelente, gracias.
Enzo me miró, lo miró a Mati y después a Mili.
- Mati, Agus. - dijo Enzo. - Con Mili nos vamos a ir, volvemos en unas horas. Queremos darles su espacio y momento de hermanos.
Mati miró confundido a Enzo y a Mili, que asentía. Sin dejarnos hablar, se fueron.
Mati lloraba aún más fuerte mientras me abrazaba, yo no sabía por qué.