El mundo da un vuelco cuando la primer mujer en la Fórmula 1 se hace presente en el Paddock.
Camille Watson, hija del gran piloto de la F1 tendrá que demostrar que se merece ese asiento en Mercedes, pero un neerlandés no se lo hará tan fácil.
Camill...
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Corrí inmediatamente a abrazar a mis amigas que tenía meses de no ver, después a Charles que me recibió con una enorme sonrisa, Lewis que inmediatamente abrió los brazos para sujetarme, gente que hacía mucho no veía, Lando, Daniel, Carlos, Pierre y la mayoría de los pilotos estaban ahí.
—¡Feliz pre cumpleaños Cami!— la voz de Mick detrás mío hace que voltee.
Al principio dudé en abrazarlo porque sé que Max está detrás mío, así que solo le regalé una sonrisa pero cuando Mick abrió lo brazos no encontré una manera de negarme.
Así que solo me limité a darle un corto abrazo, susurrar "muchas gracias" e inmediatamente apartarme.
Saludé a cada una de las personas que estaban comenzando a bailar y a tomar como si su vida dependiera de ello.
No sé a quien se le había ocurrido la idea de hacer la fiesta cerca de la playa pero la vista era increíble, sobre todo porque la luna iluminaba el mar de una manera impresionante.
Había mucho ruido, gente cantando, la música retumbando y conversaciones lejanas apenas perceptibles para el oído.
El salón era enorme, con unas enormes puertas que dan acceso a la habitación y otras del otro lado para salir a la playa. Luces neón, una pista de baile amplia, mesas donde había diferentes botellas, otra mesa con regalos, en general estaba abarrotado el lugar.
Busqué con la mirada a Max para agradecerle pero simplemente no lo encontré a primera vista.
—¿Todo en orden?— pregunta Charles.
Le sonrío enormemente, aún no dimensionaba la sorpresa, pero lo que sí sabía que estoy muy feliz.
—Sí, todo está más que bien.
Charles me devuelve la sonrisa, en una de sus manos trae una corona pequeña y una cinta dorada con la leyenda "Birthday girl" la cual me ayuda a colocarme.
—Vamos a bailar, ¿Te parece?
Asiento, mientras me sujeta de la muñeca para hacernos camino al centro de la pista.
Max había desaparecido unos minutos, pero después regresó con unas copas y esa sonrisa.
La música era tan diversa, pero era movida, el ambiente era perfecto, parecía que por fin nada podría arruinar la fiesta.
Max tomó mi mano y me apegó a su cuerpo, en primera instancia me tensé, pero volteé alrededor, nadie nos prestaba atención, al menos no hasta que Charles me vio con una risa divertida y siguió bailando.
