Anxiety | Max Verstappen

Capítulo 13

"No eres el único con traumas"

5/Septiembre/2022

—¿QUE HICISTE QUÉ?— el tono de voz de Charles se había elevado.

—Charles...

—¡Cam, sabes que tenemos prohibido salir con personas del trabajo!— dice tratando de bajar el volumen de su voz.

—Solo fue un beso.

—¿Cuándo has visto que vaya y me bese con Lewis? Claro, nunca porque está prohibido— dice, haciendo énfasis en la última palabra.

Quería mantenerme seria pero estaba a punto de reírme por el comentario de Charles.

—¿Y si no estuviera prohibido lo harías?—pregunto tratando de aligerar la conversación.

—Ese no es el punto.

Charles se tira en el sillón, en señal de frustración, así que me siento a su lado.

—Dios, Charles es que no lo entiendes, Max fue muy dulce, y realmente me gusta— susurro.

—Cam, no quiero que te lastime de nuevo— dice acariciando mi hombro con su mano.

Max no haría algo así, al menos eso creo.

—No dejaré que lo haga, no te preocupes— le regalo una sonrisa.

Charles se queda un segundo pensando, como si quisiera decir algo, pero al final se ahorra sus palabras.

—Yo tampoco dejaré que te haga daño, créeme— me guiñó el ojo.

Nos quedamos un momento en silencio, el cual Charles es el primero en romper.

—¿Y cómo va a funcionar eso?— pregunta.

Pienso, yo tampoco tengo la respuesta para esa pregunta.

—Supongo que podemos darnos el tiempo para ver si esto realmente podría funcionar, es válido, ¿No lo crees?

—Supongo que sí— dice suspirando.

Charles se fue del departamento, no sin antes desayunar algo, más tarde tenía que ir a una sesión de fotos con uno de sus patrocinadores.

Después del acontecimiento de anoche, Max no había mandado ningún mensaje, pero por mi parte tampoco lo había hecho.

Traté de hacer otras cosas para distraerme, mañana por la tarde sale mi vuelo con destino a Italia, ya que Monza es la siguiente carrera.

Monza era una de mis carreras favoritas cuando era niña, tengo muchos recuerdos de mi padre ganando un Gran Premio, pero mi favorito es cuando ganó su primera victoria en Monza.

Ese día me dedicó el trofeo, me veía desde arriba y me mandó un beso con la mano.

Sonreí ante el recuerdo.
Me limpié las pequeñas lágrimas de felicidad que comenzaban a mojar mis mejillas.

Fue cuando sentí mi celular vibrar en el bolsillo de mi pantalón.

Dos mensajes de Max.

Estaba nerviosa por abrirlos, mis manos temblaban levemente.

Max

—Buenos días Cami, ¿Cómo amaneciste?☺️—
—¿Te gustaría ir a comer a alguna parte?, yo invito—

Sonreí al leer el mensaje, todos los pensamientos intrusivos dejaron mi cabeza.

—¡Hola Max!, Todo súper, ¿Y tú?—
—Me encantaría—