Capítulo V.

13.6K 1.5K 3.4K
                                    

Momento muy importante para poner tu YA LLEGUÉ y dejar muchos comentarios en este capítulo que está muuuy largo, jeje:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Momento muy importante para poner tu YA LLEGUÉ y dejar muchos comentarios en este capítulo que está muuuy largo, jeje:

**

Entre todas las incógnitas que he tenido últimamente, ha aparecido una nueva: ¿Por qué mierda no puedo dejar de pensar en Erik llamándome lindo?

Esa noche, después de que me dijera aquello y me colgara, me fui a la cama con una sensación extraña. Sin exagerar, creo que solo logré conciliar el sueño cuando me cansé de tanto dar vueltas en mi cama pero, ¿cómo no iba a conmocionarme? Di por sentado muchas veces que yo tampoco le agradaba a Erik, y el escucharlo diciéndome eso de «Para ser alguien a quien no le agrado, eres muy lindo» fue... No lo sé. Me hizo analizar que, en realidad, este sentimiento de «aversión» ha sido unilateral todo este tiempo.

Digo, la personalidad de Erik —al menos hasta donde he visto por ahora— es bastante tranquila. Nunca se mete en problemas, y aunque su promedio no es nada bueno, los profesores le tienen estima porque para ellos no es «un vago irresponsable». Además, cuando las personas hablan de él siempre tienen algo positivo para decir. «Erik es muy amable», «Erik es muy divertido», «Erik sabe escuchar», «Erik es un solecito».

Solecito.

Sonrío. Bueno, si quería molestarme, yo también puedo hacerlo.

Por la mañana, mientras desayuno con mi papá, aprovecho para enviarle un mensaje a Erik avisándole que llegaré a la universidad antes de las siete, y que puede encontrarme en la cafetería. Él no tarda en responderme con un «Está bien» junto con una carita feliz.

Arrugo la nariz. Ese idiota se cree muy amable.

—Deja de hacerle caras al desayuno que te preparo con mucho amor — papá me reprende.

—Perdón, no... No es el desayuno — le digo, y dejo el celular a un lado —. Solo es un id... un chico que trata de molestarme.

Papá frunce el ceño y deja sobre su plato la bruschetta de berenjena a la que pretendía darle una mordida. Luego me mira con atención.

— ¿Estás teniendo problemas en la escuela?

—No — respondo —. En realidad es una tontería. Me llamó «lindo» y no sé qué demonios pretendía con eso.

Ni bien me escucha, papá se echa a reír.

— ¿Qué?

—Nada, Cannie — sacude la cabeza —. ¿Quieres que te lleve a la universidad?

Asiento con la cabeza y recojo mi mochila del suelo antes de ponerme en pie, sin embargo, papá no deja que dé un paso más hasta que no me termino el desayuno.

— ¿Puedo conducir? — Pregunto con la boca llena, colgándome la mochila en el hombro.

—Bien, pero nada de "Mira, papá, puedo ir más rápido" — intenta imitar el tono de voz y hace las comillas en el aire con los dedos.

Absenta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora