P2: Capítulo 36

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Hasta mis párpados dolían. Me costó horrores abrir los ojos, que al instante cerré por la luz cegadora que entraba por la ventana. Pestañeé varias veces hasta que pude acostumbrarme a la iluminación de la habitación. Una figura borrosa se movía de lado a lado, parecía llevar unos tarros en sus manos hasta una mesa, de donde provenían unos extraños olores.

Con el paso de los segundos la figura borrosa se convirtió en Hailee, que al verme consciente sonrió de oreja a oreja.

—Buenos días, princesa... O tardes, mejor dicho —río un poco, mientras apoyaba una mano en mi frente—. Tu temperatura no ha vuelto a subir, eso es bueno.

—¿De qué hablas? —mascullé, intentando levantarme con ayuda de mis brazos, pero sentí un tirón desde mi hombro derecho hasta mi codo que me hizo caer en la cama.

—Calma, Ilora, aún no termina de sanar —dijo Hailee acomodando las vendas que cubrían mi brazo y de las que recién me percataba.

No había olvidado lo que pasó, por suerte. Como en otras oportunidades, los recuerdos me invadían y mi cabeza parecía a punto de estallar. Las imágenes eran muy nítidas en mi mente, las revivía cada vez que cerraba los ojos. No sabía qué era mejor, olvidar y recordar de repente, o despertar con el dolor y el peso de tus actos sobre tus hombros.

—¿Está muy mal? —pregunté, señalando mi pierna, ni siquiera hice un esfuerzo en moverla, por miedo a empeorar las cosas.

—No tan mal después de todo lo que hemos hecho, aunque recibirás un poco de ayuda por unos días, hasta que estés lista para caminar por ti misma otra vez —respondió sin mirarme, moliendo unas hojas de algo que desconocía en un cuenco.

—¿Y Lu? —No quería preguntar, pero tarde o temprano debía de hacerlo.

Hailee paró de moler y tragó. Todavía sin mirarme se dio la vuelta y se limpió las manos con un trapo que yacía sobre la mesa.

—Hailee, responde —insistí con la voz más seria que hallé en mí.

—Lu está estable, Ilora. Se recuperará pronto, descuida.

—La herida en su estómago, ¿es muy grave?

Hailee tardó en responder:

—No lo sé, Brennan está con ella y no nos dice mucho del estado de Lu. Aunque... su sangrado me preocupó un poco.

Suspiré, cansada y abatida. Lo más importante es que estaba viva, tenía que verla cuanto antes.

—Espera un minuto... ¿cuántos días pasaron del combate?

—Tres largos días de espera, Ilora. Tu dragón se estaba muriendo de los nervios desde que te acostamos en esta cama, aunque de seguro ya habrá notado que estás despierta.

Alhaster... las imágenes de cómo atacaba a Lu, provocando el pánico de todos los presentes, no dejaban de inundar mi cerebro.

—Luego hablaré con él —cerré el asunto y Hailee no hizo más preguntas—. ¿Hace tres días que estoy medicada?

—Sí, si así quieres llamarlo. Te hice terapias de energía en la mañana, usando un poco de ayuda de algunos ungüentos, y en la noche lavaba tus heridas con plantas silvestres y cambiaba las vendas. Si no usara las cremas de mi maestro, tus heridas tardarían el triple en sanar.

—Entiendo —En realidad no lo hacía, pero no esperaba hacerlo todavía.

En la tierra habría sido intervenida quirúrgicamente luego de ese ataque.

—Unos días más y ya habrán cicatrizado. Por ahora solo nos concentraremos en curarte, luego nos enfocaremos en eliminar las cicatrices. Aunque podríamos empezar desde ya —explicó, mientras revolvía entre los frascos—... debería estar por aquí, tengo un poco de....

CDU 2 - El legado de Faedra [GRATIS]Where stories live. Discover now