P2: Capítulo 35

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No puedo creer que haya venido... —comentó Alhaster, y la preocupación genuina de voz logró darme un escalofrío— No sé qué pretende, pero ten mucho cuidado Ilora.

Asentí con la cabeza mientras observaba anonadada como el hechicero y su correspondiente comitiva se nos acercaban. Sus pasos eran tranquilos y avanzaban con lentitud, provocando que el ambiente se tornara tenso. Cuando estuvo a apenas unos metros de mí, Evans me miró a los ojos, ensanchando una sonrisa de suficiencia. Le mantuve la mirada dejando de lado mis inseguridades, recordando una y otra vez la escena en que asesinaba sin piedad a mis padres. Su porte y aparente diplomacia no parecían sugerir la frialdad con la que ese hombre era capaz de blandir su espada.

—El mismísimo Evans de Lordania —interrumpió Lu en un iriseo impecable, acercándose hacia los caballos sin una pizca de miedo—. Es una sorpresa verte ¿quién te dejó entrar? No recuerdo que agendáramos ninguna reunión con tu nación.

—Lucero Kaerbaer, cómo olvidarte —saludó Evans, dando un ligero asentimiento con la cabeza mientras descendía de su caballo—. Nos conocimos hace años, ¿no es así? En aquel... pintoresco edificio suyo.

Pude ver cómo Lu fruncía el ceño ante su comentario, cruzándose de brazos. A nuestro alrededor, pude escuchar cómo un murmullo se extendía entre los licántropos, que parecían apenas estar reconociendo al regente del reino de hechiceros. Si lo pensaba bien, era normal que no lo conocieran, en especial considerando lo cerrada que era la familia real lordina, escondiendo celosamente al heredero de la corona.

—Así es, hace ya varios años de esa ocasión —contestó Lu—. Pero todavía no me has contestado ¿qué haces aquí? Si deseabas reunirte con los licántropos tuviste que haber citado al Consejo, y lo sabes.

—Verás... no vi necesario citar al Consejo, solo estoy aquí de visita. Vine a ver a mi posible futura nuera, asumo entenderás —el tono de Evans era relajado y tranquilo, ofreciendo siempre una sonrisa y mirando a los ojos a su contraparte. Era extraño verlo en ese papel, la diplomacia y la violencia parecían dos caras de la misma moneda.

—De todas maneras, este es nuestro territorio, como mínimo debiste dar aviso al Consejo de tus movimientos.

—¿Y que hay de la sorpresa? Mi visita es un regalo, si lo supieran con antelación ¿qué sentido tendría venir hasta aquí?

—¿Insinúas que tu visita es motivo de agrado? —interrumpí, harta de su teatro, mirándolo a los ojos mientras me acercaba varios pasos hacia él— Hubiera agradecido la privacidad... futuro suegro.

Ilora...

Ignorando a Alhaster, vi como su guardia se tensó, y los cuatro imponentes hombres llevaron las manos a la empuñadura de sus espadas, Evans se limitó a mirarlos de reojo y hacerles un pequeño gesto con la mano, ocasionando que se detuvieran. Apenas lo hicieron, volvió la vista hacia mí, levantando un poco el mentón antes de dirigirme la palabra.

—¿Futuro suegro? Eso lo veremos —se rio, volteando de inmediato la vista hacia Lu—. Ponme al día, querida, ¿qué han estado haciendo con la supuesta princesa? ¿es siquiera útil para algo?

No pude evitar empuñar una de mis manos, sintiendo las uñas enterrarse en mi piel. El solo mirar su cara me enfurecía, al igual que la manera en la que me miraba, como si fuera un mero insecto en su camino, listo para ser aplastado por su pesadas botas.

—La hemos aceptado como una de nosotros, y la entrenamos como tal—respondió Lu, acercándose a mí y poniendo una mano en mi hombro.

—¿Sabe pelear? Eso es nuevo... e interesante, debo decir —Evans contestó su propia pregunta, llevando una mano a su mentón—. ¿Acaso ya te ha derrotado, Lu?

CDU 2 - El legado de Faedra [GRATIS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora