Capítulo 17

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06 de junio del 2020

Lilith y Lilian salía del panteón con sus brazos entrelazados, ambas viendo hacia el suelo. Todo el panteón estaba tan solo con un desierto, ambas rubias junto a la familia de Joe visitaron a Joe en su tercer año de muerto. Para Lilith era asombroso como el se había ido hacia tres años.

Se subieron al auto de su madre y el chófer condujo hasta la mansión, que estaba sola y mas triste de lo habitual. Lilith no entendía como hacia Lilian para no volverse loca por la ausencia de Drea, supuso que como ella, no pensando. Se sentaron en la mesa dea cocina mientras la nana les hacía un té. Ambas seguían pensativas pensando en Joe, o al menos Lilith.

La nana dejo sobre la pequeña mesa dos tazas de cerámica con un patrón de mármol negro y blanco con la oreja totalmente negra con té de limón. Las tazas preferidas de Lilian, se le hacían elegantes pero para Lilith eran horribles.

—Francamente odio ir al panteón, se siente una vibra espantosa —confesó Lilian.

Lilith quería reírse pero por primera vez estaba de acuerdo. Cada vez que salía de un panteón se sentía más triste y cansada de lo habitual. Además de que todo el tiempo se sentía observada. No cree en fantasmas ni nada paranormal pero tal vez dejaría de ser supersticiosa cuando va a lugares donde hay muertos.

—Si, señora, yo por eso no piso lugares así, prefiero hacer oración desde la comodidad de una iglesia.

—Si, es lo mejor, Sarah, ya lo había pensado pero toda su familia se me iba a echar encontrar —soltó cabizbaja.

Lilith dió un sorbo a su té con total confianza pero seguía caliente, no hizo notar que se quemó la lengua. Apartó su fea taza a esperar que se enfriará un poco. Hacia dos días Natasha le había dejado un enigma que resolver. Por más que recordaba aquella plática no encontraba la gracia. Lilith no era graciosa nunca, ¿qué pudo haber dicho?

—Madre, ¿qué tal está el tío Evan? Hoy no lo vi en el panteón.

—Oh... bueno, él está viajando por cosas de la empresa de tu padre.

—Mmh, está bien —volvió a ver su té, aún estaba humeante, ¿cómo es posible que no notó que seguía caliente cuando desprendía humo?

A veces las cosas están enfrente de las narices de uno y no las notan. El té seguía hirviendo y Lilith no lo notó por estar distraída en otra cosa, quizá lo mismo suceda con aquella cosa que Natasha trató de decirle. La respuesta está en el aire flotando enfrente suyo pero no lo nota por pensar en otra cosa. Quizá no dijo nada chistoso.

—Bueno, debo volver al trabajo, dejé sola a mi secretaria y es tan distraída que no le bastaría ni un minuto para dejarme en quiebra.

Se despidió dándole un beso en la cabeza a su hija y salir de prisa. Lilith se terminó su té y después decidió partir a su departamento de vuelta. Se quedó atorada en el tráfico por más de una hora y media que al llegar a casa estaba tan aturdida y endadada que llegó al punto del enojo cuando vio que el reloj marcaban las dos de la tarde.

No tenía nada más que hacer, sábado por la tarde, había acabado sus proyectos y las clases concluian el siguiente miércoles. Empezó a ordenar el pequeño departamento con música a todo volumen en sus audífonos de casco. Al terminar eran solo las tres y cuarto. Frustrada se tiró sobre un sofá aún oyendo música. Fue hasta que recordó aquel folleto que les entregó Steve Rogers al concluir la reunión.

Lo buscó desesperadamente y lo encontró en la cocina sobre el microondas. Era un folleto colorido que venía separado por diferentes secciones de deporte, Steve era un amante de aconsejar ejercitar el cuerpo para aliviar la ansiedad y depresión, había seguido su consejo pero ir al gimnasio luego de un tiempo se veía aburrido.

As The World Falls Down • Kate Bishop x OC x Yelena BelovaWhere stories live. Discover now