Capítulo 7

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08 de septiembre del 2017

Se acercó a la caja de metal, sacó la tarjeta y la levantó a la altura de ambos ojos. Sonrió releyendo el nombre en plateado sobre la tarjeta, abajo el número en dorado. Eran los únicos dos datos, lo cual era extraño.

La guardo en su cartera, en dos días a primera hora del día llamaría a aquel número. Desde que septiembre inicio empezó a pensar en un discurso para decirle a la rubia, pero nada parece bien.

Hola, soy la chica que dejaste mal de la cabeza desde que te conoció en esos baños, ya soy mayor ¡Yeih!

¿Aún te interesa conocerme? Ya tengo dieciocho.

Sonaba ridículo cualquier opción que hasta el momento se le había ocurrido. Al salir de la universidad paso a una cafetería, haría ahí sus tareas y después iría a casa, empezaba a volverse más aburrida de lo que era en el Colegio. Ahí al menos daba miedo y siempre la veían con terror. En la universidad es una más. Le gusta ser invisible.

-Una dona y un capuchino -la mesa asiente anotando la orden. Lilith volvió a su laptop hasta que alguien sacó una silla de su mesa y se sentó enfrente haciéndola asustar.

-Lilith Elowen Blackwood.

La mencionada abrió los ojos tan grandes como es posible abrirlos, enfrente suyo estaba la chica de la que no ha dejado de pensar y se ve... más deslumbrante que nunca. Su cabello casi le llegaba a la cintura, estaba ondulado y tenía unos lentes de sol que la hacían lucir tan... intimidante.

—Llevo esperando tu llamada desde que septiembre inició.

—Bu-bueno, para eso faltan dos días -dijo cerrando la laptop.

—Eso es bueno de oír —la mesera coloca el capuchino y la dona, la rubia levanta la mirada a la mujer y con amabilidad dice —quiero una dona también y una limonada, es todo por favor.

—Claro, en un momento.

—Me enteré lo de tu padre, lo lamento muchísimo —agarró la mano de la rubia que de inmediato se tenso —fue lamentable oír los detalles de su muerte, no lo merecía sin duda.

—No por supuesto que no —suspiró —me costó mucho salir de la cama. No era mi persona preferida pero al final del día, era mi papá.

—Mi padre real jamás lo conocí _tuerce la boca desviando la mirada y soltando a Lilith —después tuve una familia, era real para mí pero no era real para ellos pero al final resultó que lo era, una revoltura. Tengo un padre después de todo, pero... es como si no.

—¿También es ruso?

—Si, lo es, mi madre también.

—Eso es asombroso, ¿y dónde están?

—Siendo libres como el viento. Gracias —agradece a la mesera que dejó su orden enfrente —también tengo una hermana pero de ella si no tengo idea.

En su voz y rostro se notaba el dolor por su hermana, le dolía no saber de ella.

—Yo tengo una hermana menor, se llama Drea, bueno, Andrea pero odia su nombre por lo tanto es Drea.

—Mmh, la he visto —Lilith frunce el ceño —en la televisión, fueron tendencia nacional.

—Ah, es verdad —da un largo tragó a su bebida —es mi todo, sin ella yo no habría salido de esa cama.

—¿La amas mucho?

—Daría mi vida por ella.

Yelena sonríe tomando de su limonada sin despegar el contacto visual con Lilith, después de eso ambas siguieron preguntando cosas una a la otra. Hasta que la noche llegó y se vieron obligadas a irse, Lilith se la había pasado bien y por un momento se olvidó de todo. Yelena se ofreció a llevarla a casa, cosa que encantada Lilith acepto.

—Sabes, me gusta el clima de Nueva York —dijo Yelena tomando aire fresco cerrando los ojos.

—Toda la vida he vivido en Nueva York, sabes, pero he viajado a otras partes del mundo y... me gusta mucho Italia.

—Uff, si, es un lugar hermoso, ¿Roma? ¿Venecia? ¿Milán? ¿Nápoles?

—Venecia —de repente su mente viajo a otro plano.

Ella una anciana viviendo en Italia con su... pareja. Una mujer tan anciana como ella viendo a los niños correr y a la gente enamorarse. Ahora desde que sabe lo que realmente le atrae, le gusta imaginarse algo, una vida junto a una chica que la valora y quiera y que ella corresponda. En su imaginación solo ve el cabello pero jamás el rostro, una mujer de cabello largo, canoso pero con un pequeño rastro de un negro intenso.

—Me gusta Venecia, pero soy más fan de Roma, _se encoge de hombros, sus verdes ojos brillaban pero Lilith no sabía si era por la luz de la luna o solo porque de verdad amaba Roma —quisiera vivir ahí cuando me retiré.

—Para eso falta mucho, ¿no?

—Si por supuesto —afirmó llevando sus manos a su bonita chaqueta café —pero no está mal fantasear. Quiero formar una buena cantidad de dinero y retirarme, a los cuarenta tal vez, falta mucho, unos... quince años.

—Bueno, ¿y quieres hijos?

—Aunque quisiera no puedo —dice con un tono de diversión.

Lilith no comprendió porque le dió risa... ha visto casos de mujeres que entran en depresión por eso, quizá solo no es su sueño. No todas las mujeres quieren ser madres.

—Oh, lo lamento...

—¿Sabes por qué no puedo? —Lilith asiente con tristeza —¿segura?

—Si, claro, mi tía abuela no puede tener hijos, es estéril.

—Bueno, soy lesbiana _Lilith se sintió tonta.

—¡Ah! Por supuesto —rió nerviosa, quería tirarse a la carretera.

—Y también me sacaron los óvulos y el útero —informó con simpleza.

Vaya, a esa chica parecía que nada de dolía realmente.

—Oh, Dios que terrible, ¿fue por voluntad?

—Nop, pero da igual —se encoge de hombros —¿tú quieres hijos?

—Tampoco puedo, pero ¿por qué no? Hay muchas formas de tener hijos siendo gay —. Ve al cielo imaginandolo —una mini Lilith no suena mal.

Yelena ríe.

—¿Cómo se llamaría?

—Ni idea, pero sus nombres tendrían un significado eso sí.

—¿Qué significa Lilith?

—Es la primera mujer que Dios creó del mismo material que a Adán pero fue toda una rebelde, se negó a estar en el paraíso sumisa y obediente, una rebelde ante los ojos de Dios, demasiado libre que no quería ser procesión de Adán, no quería ser inferior a él quería ser su igual, ahora es una demonia, la imagen última del pecado, del vicio y lujuria —frunce el ceño —supongo que mi madre me puso así porque era similar a Lilian porque no me parezco en nada a Lilith. No sé porque me puso Lilith, es una católica de esas intensas, en cambio yo soy atea. No creo en absolutamente nada.

—Vaya, que profundo, —piensa como recordando algo —mi nombre solo significa luz o antorcha. Lo busqué en Google en cuanto tuve oportunidad de navegar en esa cosa, es asombrosa la tecnología.

Lilith rió por la curiosa forma de decir Google. Decidió no decir nada, oír el maravilloso acento de Yelena le agradaba el oído.

Luego de que la rubia la dejará en su casa durmió con una sonrisa en el rostro recordando cada momento con ella. Desde que se sentó enfrente suyo hasta donde se despidió de un apretón de mano muy formal y diciendo: Lilith Elowen Blackwood. Amaba su voz.


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Hoy es 03 de junio, el día de la bisexualidad en el mes del orgullo, soy bisexual btw 💓💜💙🏳️‍🌈

As The World Falls Down • Kate Bishop x OC x Yelena BelovaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora