Capítulo extra. (Narra Tad).

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Me gustaría entender qué sucede conmigo cuando ella está frente a mí, porque ni siquiera yo he podido encontrar una respuesta a todo lo que me ocurre en su presencia.

Nadie más lo ha notado, pero me he pasado casi toda la clase observándola con detenimiento. He estudiado todo de ella; su tímida forma de mirar a los demás, su deseo por ocultarse de los otros, e incluso he visto cada una de las heridas que esconde con ese oscuro abrigo que jamás deja de usar.

No he conseguido apartar mi atención de ella, ni siquiera en este momento, cuando una de mis alumnas se pone delante mío para contarme algo que apenas escucho. Trato de fingir un falso interés en lo que me dice, así que dibujo una gran sonrisa en mis labios y le suelto cualquier tontería que me viene a la cabeza, rogando por no confesarle lo deseoso que estoy porque finalmente deje de fastidiarme.

Cuando estoy a punto de olvidarme de Ellie por al menos un instante; la escucho reír junto a ese chico de cabello claro y ojos verdes, y la realidad me golpea con tal fuerza que vuelvo a recordar por qué no he podido acercarme a ella como he querido durante todo este tiempo.

Ella es mi alumna; yo soy su profesor. Y no hay nada que pueda hacer para evitarlo.

Me resulta tan frustrante que podría golpear mi escritorio hasta hacerlo pedazos; sin embargo, tengo que controlarme para prevenir cualquier absurdo problema que pueda traer con mis instintos.

Siempre he conseguido lo que quiero. Cuando tenía veintiún años quise tener mi propio apartamento, y mi padre me lo entregó. Cuando conocí a Ellie, deseé trabajar en este mismo colegio, y despidieron al viejo profesor de inglés para darme su puesto tan pronto como pudieron. Sin embargo, a pesar de lo mucho que he querido acercarme a Ellie, ella jamás ha demostrado ningún interés en mí.

Alguna vez intenté llamar su atención y tuve la valentía de confesarle que ella no era invisible para mí. Aun así, estoy completamente seguro que habría resultado mejor si le hubiese soltado que ella fue la única razón por la que quise trabajar en este lugar.

Quizá ella no lo sepa, pero yo la he distinguido muchos meses antes de obtener el puesto como profesor de inglés. La veía en silencio, cuando se quedaba en la biblioteca y fingía leer cualquier libro que encontraba sobre la mesa. A veces, simplemente venía al colegio con la excusa de visitar a mi padre, y entonces me dedicaba a buscarla y estudiarla desde la distancia, como la primera vez que la vi.

Para entonces, el único motivo por el que había decidido ir al colegio de mi padre se reducía a una gran obligación. Estaba cansado de que mi padre me pidiera que le diera un vistazo a su espléndido lugar de trabajo, así que al final había aceptado visitarlo por unas cuantas horas antes de desaparecer y jamás regresar.

Caminaba por la cancha de futbol cuando la vi. Tenía la cabeza gacha y un abrigo que cubría todos sus brazos, como si muriera de frío cuando yo sufría de calor. Sin embargo, sólo pude fijarme en lo distante que parecía del resto de sus compañeros, tal cual lo haría de no querer entablar alguna conversación con nadie a su alrededor.

Su comportamiento me llenaba de tanta curiosidad que no pude apartar mi atención de ella aunque lo intentara. Estuve dispuesto a hablarle en cualquier momento, pero cuando finalmente me armé de valor, ella ya había desaparecido y no tenía forma de volver a encontrarla.

Mis visitas en el colegio se hicieron más frecuentes desde aquel día. Me pasaba a buscarla a en los descansos; en las tardes tomaba los documentos de la directora y trataba de encontrar información sobre Ellie; y cuando tenía la oportunidad, simplemente me dedicaba a observarla a través de la distancia.

Era como si conocer a Ellie se hubiera convertido en mi única necesidad.

A pesar de todo, el hecho de que ella jamás se fije en mí me genera una extraña furia que no puedo controlar. Me molesta saber que no podré capturar su atención de la misma manera con la que lo hace aquel amigo suyo; y me molesta aún más que ella no se dé cuenta de lo mucho que me interesa.

La suave risa de Ellie hace eco en mi cabeza, enfureciéndome con tanta intensidad que me sorprendo. En realidad, no me molesta que esté divirtiéndose en mi clase, pues yo también he estado haciendo cualquier otra cosa durante estas horas y lo reconozco.

Lo único que me enoja es que alguien más la esté haciendo feliz, y que ése no sea yo.

Ellie nota mi furiosa mirada clavada sobre ella. Así que me observa tímida y se queda en silencio al instante.

- ¿Se puede saber qué es tan gracioso, Ellie? -No me puedo contener; las palabras salen solas por mis labios, y me sorprenden casi tanto como al resto de personas frente a mí.

No entiendo. No entiendo por qué me enojo con ella; no entiendo por qué tengo la necesidad de gritarle; y tampoco entiendo por qué toda mi furia está enfocada en ella.

Sin embargo, hay algo de lo que estoy totalmente seguro:
Ellie es algo imposible para mí, y sólo ella tiene la culpa de ser tan necesaria en mi vida.

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¡Aquí les traigo un nuevo capítulo! Tad es un acosador lol, pero ya entendemos algunas cosas en la novela. ¡Pronto subiré el siguiente capítulo! ¡No se olviden de comentar y votar! Espero que lo hayan disfrutado! Besos. xoxo

Maltratada por un profesorWhere stories live. Discover now