Capítulo 20.

10.4K 614 31
                                    

Cuando la policía viene por mí cinco horas después, ya es demasiado tarde.

No me basta con tener dos hombres ayudándome a estabilizarme sobres mis débiles piernas para dejar de sentir todo el horror que se ha apoderado de mí. Ni siquiera sé si exista algo capaz de tranquilizarme, porque los recuerdos aún siguen acumulados en mi cabeza y continúan controlando mis propios pensamientos hasta atormentarme por completo.

Oigo a los policías hablar con respecto a la huida de Matthew, y aunque debería estar más interesada en el tema, lo cierto es que sólo quiero permitirme olvidar todo lo que ha ocurrido y regresar a casa junto a Thomas.

Unos minutos más tarde, me siento preparada para salir del horrible ático por mi cuenta, así que arrastro mis pies y alzo la mirada. Pero entonces lo veo; con su traje negro y su profunda mirada, justo frente a mí. Estoy tan aturdida que me quedo quieta en mi lugar, sintiéndome incapaz de mover un solo músculo.

- Profesor Abernathy -farfullo, segundos antes de que la realidad golpee mi cuerpo con fuerza.

¡Lo había olvidado! ¡Me había olvidado del profesor Abernathy todo este tiempo!

Estuve tan angustiada y preocupada por mi hermano que no me importó abandonar el hospital a pesar de lo que eso representaba. Le he incumplido a Tad Abernathy, y seguro está tan enfadado conmigo que será capaz de volver a ser ese desagradable profesor que sólo consigue hacerme un inmenso daño en cuanto estemos a solas.

- Vamos, te llevaré a casa -me dice, y me obligo a reaccionar tan pronto como puedo.

Caminamos en silencio hasta salir del espantoso lugar. El cielo está oscuro, y la fría brisa me abraza cuando doy unos pasos fuera de la casa de mis pesadillas. Aun así, consigo moverme y me adentro en el carro del profesor Abernathy antes de perder todas las fuerzas finalmente.

Él no hace nada, y yo tampoco lo hago. Los labios han empezado a temblarme, y las lágrimas me provocan un inesperado ardor en los ojos. Sin embargo, he decidido no demostrarle mis sentimientos al profesor Abernathy, así que hago mi mayor esfuerzo por mantener las lágrimas dentro de mis ojos y miro hacia la ventana como si me divirtiera saber que no nos hemos movido un solo centímetro desde que llegamos.

Pero entonces, sucede. Es tan inesperado que me quedo estática unos instantes, pero después mi cuerpo se relaja y empieza a recorrerle una cálida sensación que termina resultándome realmente agradable. Los brazos de Tad me rodean el cuerpo, atrayéndome al suyo en un magnifico abrazo que no quiero arruinar.

Las lágrimas viajan a toda velocidad por mi rostro, como si las hubiera mantenido en mis ojos por muchísimo tiempo y ya no pudiera soportarlo más. De pronto, me aferro al cuerpo de Tad mientras escondo mi rostro en su pecho; y entonces empiezo a llorar de verdad.

Desde la muerte de mi madre, me he impedido llorar ante los ojos de mi hermano. Había decidido ser fuerte por él, sólo para que jamás se sintiera preocupado por mí. Pero lo único que conseguí con todo eso fue destruirme todavía más, acumulando el dolor dentro de mí e impidiéndome sacarlo a flote un solo instante, hasta ahora.

Mientras Tad me brinda una perfecta sensación con sus brazos alrededor de mi cuerpo, descubro que jamás había vuelto a experimentar un abrazo tan cálido y agradable como este. Ninguna otra persona había conseguido brindarme toda la protección y seguridad que perdí con la muerte de mi madre; pero Tad Abernathy ha conseguido traerla de regreso, y no quiero que esa fantástica sensación se aleje de mí y desaparezca como lo hizo tiempo atrás.

- Hay algo que necesito mostrarte, Ellie -me susurra, con sus labios pegados a mi oído-. ¿Está bien si vamos a mi apartamento y luego te llevo a tu casa?

Maltratada por un profesorWhere stories live. Discover now