5. Y el infierno se abrió (1)

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Capítulo 5

Y el infierno se abrió



Dos completos desconocidos...

Dos supervivientes buscando la salvación...

Dos personas que no solo tenían en común un apodo que detestaban...

Sino que ambos, sin siquiera saberlo, anhelaban el mismo objetivo: llegar a la nación Áurea. Por supuesto que para completarlo, primero tenían que lograr salir vivos esta noche.

-Perfecto. Ambos necesitamos ayuda... -repitió Junior. Luego echó otro vistazo veloz hacia el árbol demoniaco.

Había recorrido un largo trayecto junto a su casa rodante, la sola vista de su hogar siendo destrozado por esa aberración de la naturaleza lo colmó de una sensación de impotencia profunda y opresiva. Fue duro ver cómo el chasis se doblaba y retorcía como un acordeón, como las ruedas se desencajaban de sus ejes y los últimos cristales estallaban en pedazos.

-Pero por aquí no podemos seguir -continuó el joven de ojos pardos-. Si queremos escapar hay que volver. Quizás nos convenga salir de la ciudad...

-¡No, no, no! ¡Ni hablar! -le cortó Sheep, y ahora fue él quien echó un cabezazo hacia su retaguardia. La oscuridad de la autopista solo era cortada por la luz de su motocicleta, y aunque apuntaba hacia el lado opuesto, era suficiente para discernir las decenas de siluetas moviéndose entre las sombras-. La salida está bloqueada. Hay cientos, y me quedo corto, miles de monstruos viniendo hacia aquí.

-¿Qué? Es imposible, esta tarde estaba todo despejado...

-Sé lo que vi. ¡No hay tiempo! -espetó Sheep con apremio-. Hay que seguir recto.

El rostro de Junior esbozó una mueca que retrató un irónico: «¿En serio?», y apuntó su dedo hacia sus espaldas.

Sheep había estado tan concentrado en vigilar el inminente peligro de la horda que marchaba a sus espaldas que no se había percatado de la espeluznante presencia de un árbol asesino que bloqueaba la autopista. Su semblante se bloqueó en una mueca de estupefacción al verlo enroscando sus ramas movedizas alrededor de un vehículo, comprimiéndolo con una ferocidad espeluznante. A la distancia a la que se encontraba podría decirse que estaba seguro, pero tampoco podía negar sentir la presencia amenazadora y siniestra que despedía, y que le susurraba al oído un mensaje evidente de: «no te conviene acercarte».

Algo que no se veía todos los días.

-¡¿Qué mierda es eso?!

-¿Qué? ¿Nunca viste uno?

-¡No! -respondió estupefacto, de repente, una pregunta sintió la necesidad de salir de su boca y su mirada saltó hacia Junior-. Espera. ¿Hay más de estos...?

-Eso parece... ¡No importa! -espetó Junior, para concentrarse en lo urgente-. ¡Hey! Tienes que sacarnos de aquí. Escucha, si volvemos hacia atrás encontraremos una salida a la ciudad. Es nuestra mejor...

De repente, Junior sintió una presencia acercándose hacia ellos a gran velocidad. Alzó su arma al frente y disparó.

Eso detuvo el avance de un zombi, pero también le hizo enfadar, y su caminata pasó a ser un trote hasta volverse con extrema rapidez en una iracunda carrera.

Junior no tenía tiempo de investigar dónde se hallaban las venas y el punto letal, así que disparó siguiendo los consejos de aquella chica que había conocido antes.

Zeta: El señor de los Zombis (Reboot)Where stories live. Discover now