22- Moto

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Escucho el ruido de su moto salir y dejarme ahí sintiéndome culpable, ese ruido que me encantaba, juro que desde el día en que lo conocí, podía cambiar cualquier tipo de melodía por ese ruido, es que era tan maravilloso, me recordaba tanto a su dueño que me era imposible detener los latidos acelerados de mi corazón siempre que lo escuchaba. Este día era diferente, este día ese sonido me transmitía múltiples sensaciones, pero ninguna de ellas se comparaba con las anteriores, estas eran unas que no había experimentado ni un solo segundo desde que estaba a su lado y que por supuesto en mi intento absurdo de imaginarme un futuro a su lado, jamás pensé que las sentiría...

-¿O sea que esto se acabó aquí verdad?- no estoy llorando pero mis puños están tan fuertemente apretados que juro que ya las lágrimas no tenían sentido para mí, sentir ese dolor en mis palmas era mucho mas reconfortante que solo derramar lágrimas y que el supiera que en verdad estaba sufriendo, ¿sufriendo? me estaba deshaciendo por completo

-Ya te lo he explicado o ¿es que acaso no lo has entendido bien?- voy a hablar pero no me deja- porque no pienso volver a repetirlo Lil...- este fue su gran error, me acababa de decir por mi apodo, ese por el que solo el me llamaba y se que todo su teatro de que esto se había acabado, había llegado a su final al menos para mí. El no quería hacer esto. El quería estar conmigo y algo lo estaba obligando a hacer lo que hacía. Pero por primera vez no preguntaría un por qué, no intentaría luchar, solo seguiría su corriente.

-Y yo no pienso pedirte que lo hagas.

-Entonces ya me voy...- una cosa era que aceptaba lo que que él hacía de lo nuestro, pero otra muy diferente era que estaba lista para dejarlo ir, yo lo haría, lo dejaría partir, apartarse de mi pero no ahora, no en este momento cuando me falta mucho para tener suficiente de el, pero miento, nunca tendré suficiente...

-Es una lastima que decidas portarte como un cobarde- esa mirada de odio ya no me afectaba, había aprendido a quererla porque era una de sus armas letales contra sus oponentes en lo que sea que fuera.

-Pero te encantó compartir tu tiempo con el cobarde- me reta.

-Te equivocas- sonríe pero no se imagina lo que diré. ¿El está sonriendo? sí, lo está haciendo y se que he logrado llevarle algo de paz a ese tormento que es todo su ser en este momento- yo no compartí, yo te di mi tiempo, y no solo eso, yo te di mis esperanzas, mis sueños, mis angustias, mis alegrías, mis debilidades, mis secretos, te di lo mejor y lo peor de mi porque realmente confiaba en que era lo que querias- se que es lo que quiere de mí, ya me lo había demostrado- yo...- mi voz había comenzado a tornarse entrecortada y mis manos se habían suavizado en su función y ahora mis ojos hacían gala de sus más escondidas lágrimas- yo te di mi futuro, ¿sabes? eso que ni siquiera tienes, que ni siquiera conoces pero que sabes vendrá, es... lo más grande que le he obsequiado a una persona y ¿ahora que? mañana solo tendré el pasado que construimos, un pasado que terminó en esto que estamos viviendo hoy...

Se acerca a mi y pone su rostro contra mi cabello mientras aspira su fragancia. Yo simplemente lo dejo hacerlo porque mi orgullo no podía con la necesidad que tenía de que se acercara a mi.

-Lo siento...

-No sientas nada, ya no es necesario que lo hagas.

El nunca fue de muchas palabras, era un chico sencillo, de esos que te aspira cada aliento de tu alma con solo mirarte, me encantaba que fuera así, y extrañaría demasiado cada uno de esos momentos... pero ahora quería hacer esto y no, no iba a impedirselo, si lo que quería era mi comprensión era justo lo que obtendría de mi.

-Yo...

-No digas nada, yo... yo lo entiendo- se separa de mi y me mira fijamente ¿y ahora por qué hacía eso? yo lo intentaba comprender pero la verdad es que si seguía mirándome así acabaría por traicionarme a mi misma.

-No sabes nada, no sabes ni una sola de las razones por las que hago esto- su rostro es sombrío, sus ojos ya lo están y su corazón está roto.

-Pero me has dado una explicación o no?- asiente mirando a la nada- entonces todo está bien, ahora puedes irte, he tenido suficiente- ambos sabíamos que yo solía decir eso justo cuando estaba a punto de romperme de sufrimiento.

Le doy la espalda y comienzo a caminar, esto era una pesadilla, de esas en las que quieres caminar y no lo logras normalmente.

-¡¿Acaso hasta aquí llegarás?! ¿No lucharas...

-¡No haré nada, no lo haré!- grito lo más fuerte que puedo y me dejo caer de rodillas en la tierra- no quiero luchar por más nada, ni por ti, ni por mi, solo quiero encerrarme y convencerme de que te perdí y no, no te acerques más, vete de aquí de una vez y déjame que yo suelo sufrir mejor sola...

Ese sonido, esa moto rechinando sobre el suelo, hasta aquí había llegado yo, hasta aquí había llegado el y lo que un día fue un nosotros. Todo termino con su falsa explicación y su verdadero sentimiento de mandar al carajo lo que lo atormentaba y continuar junto a mi, pero yo lo jodí todo cuando no me aferre a ello, ya no quería luchar, ya no me daban las fuerzas, ahora solo quería dejarlo con su decisión aunque ello me destruyera por completo, aunque ello nos destruyera por completo

Historias de un amor ©Where stories live. Discover now