De cristal. (One piece x Tú)

Encuentro con Law

(Esto sucedió antes de lo del bebé)

— ¿Una taza de café?— Se acercó mi rubio a dejar la taza a mi lado.

— Gracias, Sanji-kun

— Tanto café va a matarte.— Me dijo Zoro, ya estoy acostumbrada.

— ¿Por qué no le dices lo mismo a Sanji-kun?

— No me interesa la salud de ese estúpido cocinero. Me interesa la tuya, niña mimada.— Zoro hacía ejercicio a mi lado mientras yo estaba sentada tomando mi taza de café, disfrutando la vista de tener a Luffy sentado sobre la cabeza de Sunny.

— Me llamas así sabiendo que eres el segundo que más me mima.

— ¿El segundo? ¿Quién es el primero?— Detuvo su levantamiento de pesas por escucharme.

— Sanji-kun, por supuesto. No hay día en el que no haga algo que le pido.

— Me sorprende que no te aproveches de eso.— Entonces volvió a lo suyo.

— No podría de ninguna manera.— Confesé.

El día estaba siendo aburrido y Luffy se quejaba de eso.

— ¡Oe Luffy, ya suéltame!— Luffy estaba colgado como chango en la cintura de Zoro.

— Zoro, dime qué hacer estoy aburrido.— Hacía berrinches nuestro capitán.

— Ponte a jugar con Usopp o algo, pero a mí déjame en paz.

— ¡Suficiente!— Se hartó.— Si voy a estar aburrido, no seré el único.

Luffy le quitó a Zoro su periódico, a t/n, Law y Chopper el libro que tenían en la mano y a los demás las cosas que los estaban distrayendo.

— Bien, sencho. ¿Qué quieres hacer?

— ¡Juguem...

— ¡Isla a la vista!— Usopp interrumpió a Luffy desde afuera.

— Olvidenlo, pueden volver a lo suyo.— Luffy salió de la sala corriendo.

— Si será...— Se quejaba Law.

Llegamos a una isla, no quise salir a dar un paseo, por alguna razón estaba cansada. Me quedé a solas en el barco con Law. ¿Nueva aventura? Llevamos tiempo siendo buenos nakamas, aunque el orgullo de Law no permita aceptar la palabra "nakama".

— ¿Te quedarás ahí?— La pregunta de Law me sacó de mis pensamientos.

— ¿Ah?

— Acabamos de quedar en ir a la biblioteca. Olvídalo, iré solo. No necesito compañía.

— ¡No lo olvido! Solo estaba pensando en cosas. Ya vamos— Me levanté de mi asiento y nos dirigimos al acuario para disfrutar de una bebida y un buen libro para cada quien.

— Law, eres doctor también ¿Cierto?— Dejé mi libro a un lado.

— Si, algo así.

— ¿Cómo es que puedes controlar la pinza de hipófisis?

— Fácil, solo se necesita fuerza y precisión en los dedos al tomarla.— Hice que bajara el libro de su vista.

— En los dedos eh...— Mis pensamientos se convirtieron en palabras sin darme cuenta. Law me miró con ojos entre cerrados intentando imaginar lo que yo imaginé.

— Eres toda una niña puberta ¿Eh?— Su boca se tornó en una sonrisa burlona y... Le di la razón.

— Pf, algunos dicen que tengo 18. En mi realidad, sigo teniendo mis mismos dieciséis años.— Le devolví la sonrisa.

(Confuso, ¿verdad? No se tomen la molestia de pensarlo. T/n, tienes la edad de dieci...años.)

— ¿En cuántos problemas estaré metido si contigo lo hago?

— No muchos, ¿Ves que mis nakamas tengan más problemas de los que ya tienen con Big mom y big Kaido?— Eso le hizo reír.

— Claro, tus nakamas...

— Ya lo sabes, no te hagas el sorprendido.

— Claro que lo sé, eres ruidosa niña. Y no solo yo me doy cuenta. El cabeza de piña está sospechando también.

— Detesto tener invitados en el Sunny. Es un "bye" a la privacidad de los Mugiwara.

— Tranquila, en unos días no estaré más aquí.

— ¿Are? ¿Tan rápido?— Cambié mi tono de voz.— Entonces tendré que aprovechar.

— Esperaba a que dijeras eso.

La tensión en la biblioteca era pesada desde hace un tiempo, por fin hemos arreglado cuentas y ahora; nos besamos en el sillón de la biblioteca yo encima de él.

— ¿Por qué mueves tanto las caderas? ¿Acaso quieres hacerlo ya?

— Estoy algo apresurada... Lo siento, estoy muy caliente últimamente.— Pensé. Oh no, lo he dicho.

— ¿Caliente últimamente? ¿Tus nakamas no han tenido tiempo para ti?

— Suficiente de pláticas burlonas.— Me quité de encima y me arrodillé frente a el. Me miró sorprendido.— ¿Puedo?

— Todo tuyo.— Bajé el cierre de su pantalón y los calzoncillos, dispuesta a hacer mi trabajo acá abajo.

Mientras lamía, la respiración de Law se agitaba cada vez más. Me puso la mano en la cabeza, sin empujarme, solo dándome a saber que no parase y no lo hice.

— Pa-Para, voy a venirme...— No le hice caso y seguí hasta que logré mi objetivo, y el objetivo escurría de mi boca.— Te dije que pararas, ahora tienes semen en tu boca

— No esh naya.— Hablé así mientras buscaba un pañuelo dónde escupir. Después de hacerlo volvimos a los besos uno encima del otro.

— Quítate los shorts, quítate todo lo que estorbe.

Y así lo hice.

— ¿Lista? — Asentí y me puse sobre el, y bajé lentamente para que entrara despacio.— Eso es... Ahora, muévete a tu favor.

Solté una risita mientras movía mis caderas arriba y abajo apoyándome en sus hombros. Sus manos estaban en mi cadera, ayudándome.

Lo siento, creo que necesitan inspiración así que les dejé una imágen.

— Te mueves bien...

— Estoy cansada... Mis piernas se cansan, te cambio el lugar.

Y aunque no es como si Law pudiera dar sentones, cambiamos de lugar a una mejor posición en donde el tenga que moverse.

Narradora

Law sabia que se estaba metiendo con una niña, pero si a los Mugiwara no les importa ¿Por qué a él si?

T/n gime bastante, digamos que es muy delicada.

— Por Dios, cualquiera podría escucharte. Baja la voz

— N-No hay nadie... Nngg..— Dijiste entre quejidos.

El tamaño de Law era un buen tamaño que llegaba hasta el fondo.

Le gustaba ver tus senos rebotar de tan duro que puede darte.

La vista que tienes de ver a Law parado, tomando tus piernas y agitándose con sudor y suspiros gruesos. Ver eso hace que le facilite a Law moverse dentro de ti.