Flashback

3.6K 263 38
                                    

Ace
Sabo y yo teníamos 13 años...

Estábamos pescando en el río mientras que Luffy se supone que iría por ramas para la fogata de esta noche.

— ¡Luffy por fin regresas adivina lo que Sa...!— Me detuve cuando ví a Luffy y detrás de el una niña de pelo largo y brillante, traía un vestido con pajaros azules y un listón en la cintura.

— ¡Ace, Sabo miren!— Tomó a la niña de la mano haciéndola pararse frente a nosotros, Sabo y yo estábamos boquiabiertos.— La encontré mientras buscaba ramas, me ayudó a sacar mi cabeza de un hoyo.

— Soy...— Se quedó pensando un poco.— Soy Lex... Lex Gwon.— Extendió su mano hacia nosotros con una sonrisa enorme en su cara, su voz era tan liviana y dulce como tal niña que es.

— Soy Sabo y el cara de enojado es Ace.— Dijo señalando me con el pulgar.

— ¿A quién le dices cara de enojado?— Reclamé pero la niña habló.

— Un gusto, Ace y Sabo.— Rió.

—¿ Puede quedarse a la hora de la fogata?— Preguntó Luffy emocionado, Sabo y yo nos volteamos a ver y después de una charla de miradas aceptamos que se quedara.

Comimos con ella en la fogata y le mostramos nuestros juegos, en tan solo medio día nos habíamos hecho amigos. Le contamos sobre nuestros sueños y ella nos contó los suyos.

— ¿Cuántos años tienen?— Preguntó de repente.

Sonreí y contesté.— Sabo y yo tenemos 13, Luffy tiene 10 años.

— Me he vuelto súper fuerte, conocí a Ace y a Sabo cuando tenía 7. Shishishishi.— Dijo orgulloso.

— ¿Cuántos años tienes tu?

— Tengo 8 años.— Esta vez los tres quedamos boquiabiertos, no se veía de 8 años... Su voz si era dulce y tierna y tal vez era pequeña, por su cuerpo pensamos que al menos tendría 11.
Que groseros fuimos al dejarnos llevar por su cuerpo.

Desde entonces Lex Gwon nos visitó todos los días, siempre llegaba con un vestido colorido, zapatillas y una diadema.
Su cabello largo, sedoso, brillante y amarillo era como ver un sol en ella, se había acostumbrado a estar con nosotros. Incluso tomamos baños juntos y no nos importaba puesto que éramos niños y aunque teníamos cosas diferentes no les tomamos importancia, a esa edad las cositas de las niñas no nos interesaban.

Se cambiaba de ropa con nosotros y siempre tenía un par de tenis en la casa del árbol ya que sus zapatillas no eran especiales para correr y jugar como nosotros lo hacíamos.

Pasamos nuestros cumpleaños juntos.
Ahora Sabo y yo teníamos 14, Luffy 11 y Lex 9.

Nos teníamos buena confianza y entre nosotros nos molestamos.
Nos llevábamos bien y Lex nos enseñó a como tratarla puesto que era una "dama" dijo ella.

Un día de esos llegó completamente diferente.

— Oh Lex ¿Que pasó?— Preguntó Sabo que fue el primero en verla al llegar, después Luffy y yo nos acercamos.

Estábamos sorprendidos.
Lex traía pantalones y un blusón largo y holgado, su cabello seguía igual de lindo pero esta vez lo tenía de frente y no hacia atrás cubriendo la espalda.
Tenía los brazos cruzados de una forma extraña y se le veía incómoda.

— Na... Nada.. hoy quise probar algo diferente.— Habló tímida.— ¿Les... Gusta?

— ¡Te vez bien!— Gritó Luffy.

— Si, todo te queda bien.— Le acompañó Sabo pero algo aún andaba mal.

Pasamos la tarde juntos y jamás se quitó el cabello de enfrente.

— ¡Lex vamos a tomar un baño!— Gritó Sabo invitándola.

— N... No, esta vez no.— Se sentó fuera del río.— Los esperaré.

— Pero el agua está caliente, vamos.— Insistió Luffy.

Entonces cuando lo rechazó los tres nos miramos y con una charla de miradas de nuevo, decidimos interrogarla.

— No tienes escapatoria, Lex.— Dijo Sabo.

— Deberás contarnos ahora.— Le dije yo.

Suspiró, no puso resistencia como pensábamos.
Se quitó el blusón y echó su cabello hacia atrás.

Entonces ahí Sabo y yo supimos de lo que se trataba.

Lex traía puesto un corpiño... ¿Brassier? Cómo se le diga pero estaba cargando con sus... Esos.

Luffy, como siempre, no lo sabía y se quedó mirándola por un buen tiempo.

— Yo no le veo nada.— Dijo Luffy picandose la nariz.

— Ejem... Sus pechos... Ejem— Dijo Sabo entre tos para no decirlo en voz alta.

— ¿Que tienen? Todas las mujeres los tienen.— Dijo descuidado aún sin entender. Se veía como Lex estaba perdiendo la paciencia.

— Si, idiota... Pero ella no los tenía antes...— Dije muy apenado.— Y ahora sí...

Entonces luffy la miró de cerca a los pechos.

— Oh es cierto, ¡Lex tienes pechos!— Dijo como si nada el Idiota.

— ¡Si, tonto! ¡Los tengo!— Le dió un buen golpe a Luffy y se volvió a poner el camisón.

No eran taaan grandes, de hecho eran muy pequeños y no se notaban con el blusón, pero está bien. Es una niña de 9 años no esperamos que tuviera un cuerpazo pues apenas se está desarrollando.

Mientras Luffy se acariciaba la parte del golpe, Sabo y yo no sabíamos que decir en estas situaciones. Supongo que era normal todo esto en una niña pero jamás creímos llegar a esta etapa.

— Está bien si ya no tomas baños con nosotros...— Habló Sabo

— ¿Qué? Claro que no está bien, me gusta cuando Lex me talla la espalda.— Dijo Luffy sin cuidado.

— No le hagas caso, Lex. Iremos a tomar el...— Me interrumpió.

— Me siento más segura ahora que les conté... Me ducharé con ustedes.— Sabo y yo abrimos los ojos en sorpresa  poniéndonos rojos rojos y apenados.
— ¿Está bien si no me quito esto?— Dijo tomando un tirante del corpiño... Esperen ¿Cuando se quitó de nuevo el bolsón?

Cómo sea, ahora que teníamos una solución podemos ducharnos juntos.
Lex se bañaría con nosotros en ropa interior.

Lex Gwon, una niña de dinero, su madre la mimaba tanto, tenía lujos y de más. A ella no le interesaba todo eso, prefería salir de casa (en dónde lo tenía todo) y salir con nosotros.

Siempre nos traía regalos desde su casa como joyas para nuestro tesoro o pasteles y comida deliciosa.

— ¿Tu con quién te vas a casar, Lex?— Preguntó de repente Luffy mientras comíamos dentro de la fortaleza en un día de lluvia.

— Espera Luffy ¿Al menos sabes lo que es casarse?— Le preguntó Sabo.

— No, pero en las bodas hay un festín. Eso dijo Ace— Murmuró sonriente mientras comía.

Seguíamos comiendo y Lex aún se pensaba la pregunta.

— ¡Me gustaría casarme con ustedes!— Exclamó felizmente

— ¿Queee?— Dijimos Sabo y yo, Luffy solo se veía feliz por la respuesta.

— Mis hermanas dijeron que cuando te casas con alguien es porque lo quieres mucho y quieres estar toda la vida junto a esa persona.— Los tres estábamos atentos a las palabras de Lex.— Yo no tengo a solo una persona... Los tengo a los tres y quiero estar con ustedes por siempre.

Luffy comenzaba a soltar lágrimas.

— Maldición, no llores Luffy.— Dijo Sabo, el también quería llorar.

Los tres queríamos hacerlo.

— ¿Por qué lloras Luffy?— Se acercó Lex preocupada.

De cristal. (One piece x Tú)Where stories live. Discover now