De cristal. (One piece x Tú)

Lo descubrí

— No tienes escapatoria.

— Deja de ser tan infantil y ve a la cama.

— Zoro... Por favor ¿Si?— Puse una de mis mejores caras.

— Bien ¿Quieres que te lo diga? De acuerdo.— Subió el tono de voz pero no lo suficiente como para que se escuchara allá abajo.

A media noche me escabullí con Zoro para arreglar lo que ha estado pasando desde hace unos días.

— Sé tu maldito y asqueroso secreto.— Soltó después de un momento esperándolo. En mi mente pasaron un montón de secretos intentando calmarme a mi misma diciendo:

"Tranquila, puede ser cualquier otro"

Pero no, sabía que era ese secreto.

— ¿De qué hablas?— Me hice la tonta solo para asegurarme de que fuera eso.

Soltó una risa que a mí parecer sonó muy maliciosa.

Zoro estaba frente a mi cuando lo dijo, acercó su mano a mi rostro y colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja.

— ¿De qué hablo?— Dijo simulando pensar. — No lo sé...

Miro hacía arriba simulando intentando recordar.

— ¿Que te acuestas con el capitán? O espera también con el cocinero y... ¡Ah sí! Y con ese narizón.

Tragué saliva grueso, no tiene caso volverme a hacerme la tonta. Apreté mis labios y lo miré a los ojos, lo menos que puedo hacer es hacerle frente.

— ¿Qué tienes que decir? ¿Ah, t/n?— Con cada paso se acercaba más a mi obligandome a retroceder y así hasta quedar completamente bajo su sombra, pegando mi espalda a la pared, casi desnuda si no fuera por la blusa de tirantes que tengo puesta.

— Lo... Lamento mucho— Tragué para poder seguir.— Pensaba decirte desde hace tiempo pero todo se complicó... Nos separamos por dos años... Yo no quería... Y luego Luffy y...

Hablar me costaba, como si me respiración estuviera contada y no podía usarla mucho. Mi voz temblaba quería llorar, me sentía muy apenada y me sentía muy mal... La mirada de Zoro me hacía sentir mal.

Suspiró muy fuerte antes de hablar.— Tranquilízate.— Me tomó de los hombros y descansó su cabeza en la mía, nuestras frentes estaban juntas y su respiración chocaba con mis labios.

Después de un tiempo sintiendo su respiración en mi, se separó completamente y comenzó a reírse, su sonrisa era sarcástica pero si risa era la de siempre solo que de estaba burlando demasiado.

Tomó aire después de las carcajadas que había dado.— Te estuve compartiendo, te compartí desde hace mucho tiempo y sin darme cuenta.— Ahora, el señor bipolar había cambiado su rostro a uno serio, sus ojos penetraban los míos... ¿Está esperando a que hable?

— Si, así fue... Lo lamento, Zoro.— Esta ves hablé con la mirada alzada.
— Por favor... No dejes de hablarme, no le digas a nadie... No me odies— Amortigüe mis ojos para no mirarlo de la misma manera, quería demostrar con mis ojos que aunque no me arrepiento de verdad lo sentía mucho.

— Solo... No llores— Murmuró, ya no estaba enojado.— Escucha, la verdad no me importa.— Dijo de una vez.

— ¿Eh?— Fruncí las cejas extrañada.

— ¿Vamos a seguir haciéndolo?

— Eh... Bu...Bueno si tú quieres... Si— Sonrió y se acercó a mi con sus brazos extendidos. Sus pasos eran lentos y al ver que se trataba de un abrazo yo aceleré mi paso y corrí a sus brazos para que me rodeara con ellos por la cintura mientras yo intentaba rodear su cuello con mis brazos pero la altura no me dejaba.