Capítulo 2

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En ese mismo momento. Fuera de la Clase con otros tres compañeros que entraban en la misma clase de Laura.

- Bueno. Ya conocéis las instalaciones del centro y esta será vuestra clase de aquí al final del curso.

El profesor le señaló la clase con el brazo. Exactamente, era la misma clase de Laura. El profesor llamó a la puerta y con un gesto con la mano les invitó a entrar en la clase.

Uno de los cuatro jóvenes que entraba en ese nuevo curso se llamaba Santiago. Era un chico alegre, feliz, le gustaba la vida, deportista, estudiante y guapo. Sí, era guapo y bastante aunque él no se viera así. Él se veía una persona normal, ni diferente ni especial, sino una persona que no tiene nada de especial.

Todos entraron uno detrás del otro en clase. Don Felipe era el que se encontraba en ese momento en clases y era el tutor y profesor de Lengua. Nada más entar Santiago, solamente miró para un lado, donde estaba Laura sentada.

Sí, se había quedado atrapado en su mirada, en sus labios, en su pelo... Santiago sentía algo en su interior que nunca había sentido por nadie. Sus miradas habían conectados entre ellos.

Desde el asiento de Laura cuando Santiago entró.

Laura al entrar el chico nuevo se quedó mirando su mirada, no la perdió ni un solo segundo de vista. Cuando Laura vio al nuevo chico se sonrojó tanto que tuvo que agachar la cabeza para que él no le viera, porque él no dejaba de mirar.

Cuando Don Felipe les invitó a los cuatro nuevos chicos que se sentaran en sus mesas correspondientes, el nuevo que no le quitaba ojo a Laura se acercó a una de las mesas libres que tenía Laura a su lado y se sentó a su vera.

- Hola, me llamo Santiago. Me he mudado hace unos días a esta ciudad.- Estaba susurrando para que Don Felipe no se enterara desde su mesa del profesor. -¿Cómo te llamas?- Terminó exclamando con una sonrisa en su cara.

Sí, estaba dirigiéndose a Laura. Laura no se lo creía que el chico más guapo que nunca había visto le hablara. Estaba impresionada por su mirada, la forma de que Santiago le miraba, era una mirada donde nunca se perdería, tenía unos ojos de color marrones. Era un chico con pelo corto de color castaño y unos labios que quitaban el sentido a cualquiera que lo viera.

-Ho... Hola....- Laura con los nervios que tenía habló poco. De vez en cuando le miraba de reojo y le sacaba una pequeña sonrisa.

Santiago sintió esa sensación y con otra sonrisa volvió a mirar hacia delante, a las magníficas explicaciones de sujeto y predicado de Don Felipe en sus primeras clases.

En ese momento en otro lugar de la ciudad.

-¡Por fin vuelvo! Como echaba de menos esta gran ciudad y como echo de menos a mis mejores amigos y amigas entre todas a Laura. Que alegría verle- Decía una chavala de mientras que bajaba su maleta del autobús

Una nueva chica llegó a la ciudad después de dos meses fuera. Una chica alegre, siempre sonriendo y con muchas energías.


Sonríe Yo te invitoWhere stories live. Discover now