Capítulo 11

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Después de haber escuchado esas palabras de Alejandro, que para celia fueron odiosas haberlas escuchado, ella no sabía que hacer. Aunque se había secado un poco la cara con su pañuelo seguía llorando por haber escuchado aquello. No quería que nadie le viera asín por la calle y menos cuando llegara a su casa y su madre le preguntara que le había ocurrido.

No pensó que iba a acabar así. Toda esa ilusión que ella tenía de esperar un "te quiero" por parte de Alejandro se había desvanecido, todo había desaparecido. Fue entonces cuando se paró en seco gracias a un olor que le llegó, olía bastante bien y no era de comida precisamente. Entonces se percató que estaba al lado de una floristería, 'La floristería de Rosa' era lo que ponía en letras grandes en la entrada de la tienda. Nunca se había dado cuenta que aquella floristería estaba allí, pero ella lo veía normal, siempre había ido en autobús hasta su casa, nunca se había ido andando, así que seguro que nunca se hubiera dado cuenta que aquella floristería existía.

Aquel olor provocó una reacción en Celia, entrar y oler desde dentro los olores. Entonces no lo pensó dos veces y entró en aquella floristería. Al entrar solo veía todo tipos de colores por todas partes, pero una le llamó más la atención, una rosa de color rojo puro. Aquella flor,por varios minutos, hizo que Celia se olvidara de Alejandro, como si nunca hubiera existido esa persona, entonces Celia se dio cuenta que había parado de llorar y que ya no estaba pensando en él. Decidió comprar aquella rosa y llevársela a su casa para ponerla en su cuarto y verla todas la mañanas cada vez que abría los ojos. 

Cuando salió de la floristería y mirando atentamente a la rosa, fue andando hasta su casa y con una sonrisa que no se había podido imaginar nunca. Cuando llegó, soltó la rosa en su cuarto con cuidado y fue a su cocina por un vaso de agua. Sus padres estaban los dos trabajando aquella tarde así que ella se encontraba sola en su casa, le gustaba aquello de vivir a solas en una casa, siempre lo había soñado así. En cuanto llegó a su cuarto, puso la rosa en el agua y la puso en su mesilla de noche, mirándola atentamente sonrió sin saber por qué y se tumbó en su cama a leer uno de sus libros preferidos 'Enamorarme'.


En casa de Ana

Ana estaba terminando de escribir lo que esa mañana había decidido escribir para no seguir pesando en Daniel, aunque los sentimientos por él habían seguido brotando desde que empezó a escribir. Sin quererlo, Ana le había puesto es su historia, en su imaginación. ¿Tanto le gustaba?, no sabía el por qué seguía pensando en él si ella misma había decidido que no iba a pensar más en él.  

No estaba segura, pero decidió dar un paseo y poder despejar la mente para no seguir pensando en él. Cogió su cuaderno y se fue de su casa, ya eran más de las dos y media, así que pensó que seguro Laura había terminado sus clases, así que fue a visitarla a la entrada de su colegio.

Sonríe Yo te invitoWhere stories live. Discover now