Sonríe Yo te invito

Capítulo 1

El comienzo de las clases están cerca, las vacaciones de verano llegan a su fin. Para todos han sido unas vacaciones demasiado cortas pero en especial para Laura y su novio Alejandro han sido unas vacaciones muy cortas.

Todos se preparan para la vuelta al instituto, los dos se echaran de menos y ahora más que están separados. Laura sigue por su camino en cuarto de secundaria y Alejandro tiene que seguir estudiando en otro colegio diferente, alejado de su novia, Laura.

Al día siguiente. El día que comenzaban las clases.

- Luego a las dos y media hablamos. Tengo que irme lo siento mucho.

- No importa mi niña, luego hablamos cuando termines el instituto. Un beso.

Laura se desconectó primero del móvil. Ya era hora de irse para el instituto así que no perdía ni un solo segundo más.

Laura se preparaba para irse ya directo al colegio. Cogió la mochila, que estaba en la silla de su cuarto y bajó a la puerta de su casa. Estaba todo listo para irse pero antes de todo tenía que darles dos besos en la mejilla a sus padres que estaban desayunando en la cocina.

- Que guapa vas en tu primer día de clases, Laura - Le dijo la madre a Laura mientras que terminaba de darle un segundo beso en la mejilla.

- Gracias Mamá - Sonrió Laura y la madre le devolvió la sonrisa. Se acercó a su padre y también le dio dos besos en la mejilla.

Sí, Laura iba guapa en su primer día de clases. Llevaba puesto una camiseta rosa. Sus pantalones eran vaqueros y le quedaban bastante bien. Aunque su madre le dijo que iba muy guapa ella se veía normal, nunca iba presumiendo, sino que siempre iba de la mejor manera posible. Aunque siempre iba guapa para sus padres y para su novio.

Laura salió de su casa. Ya era hora de irse al colegio, como siempre llegaba tarde. Hasta el primer día llegaría tarde. En eso Laura nunca cambiaría, era una buena estudiante aunque en eso de llegar temprano no era una de las mejores. Siempre llegaba cuando sonaba la sirena, justo a tiempo para entrar por la puerta de la clase y sentarse, aunque a veces siempre el profesor, que casi todos los días era el de lengua o matemáticas, le dejaba en la calle sin entrar por su retraso de tiempo a clase.

Laura se había prometido a ella misma no volver a llegar tarde este año, y ya el primer día iba tarde. Se maldecía a ella misma de no poder cumplir su promesa. Llegó justo en el momento que tocaba la sirena. El profesor, que este año sería su nuevo tutor, todavía no había llegado así que entró en clase a paso ligero.

Fue directa a una de las mesas del fondo que estaban vacías. De mientras que iba a la mesa del fondo saludaba con la mano a sus amigas que ya estaban sentadas en sus mesas. Cuando llegó al fondo de la clase se decidió por la mesa del medio, soltó la mochila en el suelo y se sentó antes de que su nuevo tutor entrara en clase.

No sabía quién era su tutor, que nuevos compañeros iba a tener en su clase... Estaba un poco nerviosa por todo eso pero no le importaba, tenía ganas de conocerlos.