Día 5: La verdad de Mandey

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-¿La has invitado a venir?

-En realidad fue ella la que insistió.

-¿Y qué haréis?

-La voy a retratar.

-¿Desnuda?

-Será más bonito, ¿no crees?

-¿Y qué harás luego?

-Ocurrirá lo que surja... No hay nada planeado.

-La vas a emborrachar, ¿verdad?

-No, Grillo, no la voy a emborrachar.

-Pero lo has pensado, ¿cierto? Querrías emborracharla y atontarla para aprovecharte de ella.

-¿Qué dices?

-Querrías tocarla, sí. Querrías aprovechar que está desnuda sobre tu sofá para acercarte a ella y recorrer su cuerpo con tus dedos y besarla.

-Como digas...

-Querrías hacerle el amor. Querrías follártela, ¡desvirgarla! Es lo que quieres, ¿verdad? ¡Es lo que deseas! Desvirgar su cuerpo inmaculado y penetrarla hasta desflorarla y sentirte dentro de ella por un instante... Sentir cómo se retuerce en tus brazos y gime de placer mientras te clava las uñas en la espalda.

-Me parece que para no tener nada debajo del pantalón te excitas demasiado, Grillo.

-Te conozco muy bien, y conozco tus intenciones. ¡A mí no me engañas!

-Bueno, ¿y a ti qué más te da? Además, creo que ella busca lo mismo...

-Sabes que luego vendrá Dolores, y que Dolores es muy celosa. No va a permitirte que seas feliz.

-Prefiero no pensar en ella por ahora.

-¡Pues deberías! Apártate de Raquel antes de que la hagas daño; aún estás a tiempo.

-No voy a apartarme de ella porque tú lo digas.

-Sufrirá ella y sufrirás tú, lo sabes.

-Lo entenderá y me olvidará.

-No, no lo entenderá porque es una niña y le harás daño. Y tú necesitarás huir y esconderte.

-¡Bobadas!

-Mandey, no seas inconsciente y céntrate en tu trabajo. Tus últimas pinturas son buenas, ¡cada vez mejores! Las galerías no tardarán en ponerse a tus pies. Céntrate en tu labor y olvida lo demás. Además, el "Gran Premio Nacional de Jóvenes Talentos" está a la vuelta de la esquina y deberías prepararte. Será tu escaparate.

-Aún soy joven. Necesito sentirme vivo. ¡Necesito vivir!

-Pensé que ya había quedado claro...

-¿El qué?

-Tu destino, Mandey; ya sabes cuál es tu destino.

-Mi destino de ser artista no se cumple. ¡Y ya estoy harto de vivir sueños que no se cumplen!

-Sólo has de tener paciencia, Mandey, y todo saldrá según lo previsto.

-¿Hasta cuándo he de tener paciencia? ¡No, no, no! No aguanto más esta vida, esta condena.

-Yo sólo te advierto que todo esto no te traerá nada bueno... Ya sabes lo que pasa cuando te acuestas con las musas. Luego te caes de la cama, pero no al suelo, sino a un abismo de dolor y tristeza del que no sabes cómo salir y luego pasan semanas, ¡meses!, hasta que te recuperas.

-¡Déjame en paz, maldito bastardo! ¿Qué eres? ¿Quién eres?

-Mandey, no todos nacieron para ser felices.

-¡No, no! ¡Mientes! ¡Eso no es cierto! No es cierto...

-Sabes que es tal y como te he dicho.

-¿Por qué yo no? ¿Por qué no?

(sollozaste y la emprendiste a patadas contra las puertas.

La emprendí a patadas, sí, y caí rendido en mi cama y traté de soñar con ella...

Pero el pensamiento se nubló y el sueño se transformó en pesadilla)

Diario de MandeyWhere stories live. Discover now