Día 4: La cita

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Ayer te estuve esperando frente a la puerta de tu colegio...

Ayer la estuviste esperando...


La estuve esperando, sí, y vi cómo se despedía de sus amigas

y bajaba por la avenida.

Sí, lo viste... Lo viste y te alegraste...

Me alegré, sí... Me alegré y la seguí...

...seguí sus pasos una tarde más.


Un susurro a sus espaldas bastó para que se volviese.

Un susurro sí, y pétalos de rosa que yo mismo arranqué

y aventé de un soplido sobre su lindo rostro...

...sobre su delicada tez:


-Mandey...

-Raquel.

-¿Otra vez aquí?

-Dije que te buscaría.

-¿Por qué, si te dije que te odiaba?

-Porque dije que te amaba.

-¿De dónde sales? No te vi llegar...

-De un sueño tuyo. Shhh... no vayas a despertarte.

-¡Oh, qué payaso eres!

-Payaso o bufón, como prefieras. Ya sabes que no soy ningún príncipe...

-A las chicas nos gustan los hombres maduros y responsables, ¿sabes?

-A las chicas os gustan los hombres que os sorprendan cada día.

-Y responsables.

-Irresponsables, eso he dicho.

-¿Qué quieres de mí, Mandey? Sólo tengo 16 años.

-Y yo 24.

-¿Qué quieres?

-Quiero que me digas si te gustó lo que hice por ti el otro día.

-Me gustó.

-Mojaste el tanga, reconócelo.

-Mandey, no lo estropees.

-Lo siento. Recuerda que no soy más que un bufón, no un príncipe. Lamento haberte dado la impresión equivocada.

-No me diste esa impresión.

-¿Qué impresión te di?

-La de un artista; tú mismo lo dijiste.

(lo dijiste, es cierto.

Es cierto, lo dije, le dije que era artista...)

-¿De verdad?

-Sí, aunque aún has de demostrármelo.

-¿Cómo quieres que te lo demuestre?

-Quiero que me retrates.

-Vaya, vaya... Esto se pone cada vez más interesante.

-¿Te ves capacitado para retratarme tal y como soy?

-Es imposible para un mortal retratar la perfección.

-Tranquilo, tu fama será inmortal.

-Tu belleza, tu juventud, tu inocencia... ¿Lo serán también?

Diario de MandeyWhere stories live. Discover now