Mandi... mi nombre se pronuncia Mandi.
(en casa, Mandey dibuja bocetos)
-Siento haberte hablado así el otro día.
-No te preocupes, los grillos olvidamos pronto.
-¿De verdad?
-Claro. Al anochecer ya estamos dispuestos para salir a cantar; es algo infalible.
-Quizá debería aprender de ti...
-Un día nos emborracharemos y me contarás todas tus penas.
-Mis penas ya las sabes.
-Las sé, pero quiero oírlas de tu boca.
-Las oirás.
-¿Quién es?
-¿Quién es quién?
-La chica de tu dibujo.
-No es un dibujo. Es un boceto.
-¿Quién es la chica de tu boceto?
-Tal vez se llame Raquel.
-Raquel... Yo una vez conocí a una grilla que se llamaba Raquel.
-Tú nunca conociste a una grilla que se llamara Raquel.
-Es cierto... Quizá lo soñé. Raquel es un nombre muy lindo.
-Lo es.
-¿Por qué la pintas de espaldas? ¿Acaso no tiene pechos?
-No, Raquel no tiene pechos.
-¿Qué tiene entonces?
-Tiene dos melocotones jugosos.
-Y tú querrías lamérselos, ¿verdad?
-Para ser mi conciencia eres demasiado mundano, Grillo...
-¿Tú crees?
-Sí. Además, mi amor por ella va más allá de lamer pechos.
-¿Entonces no querrías lamérselos?
-Tampoco he dicho eso.
-¿En qué quedamos?
-Querría, pero cuando lo hiciese pondría toda el alma en ello. No sería algo exclusivo del cuerpo.
-¡Vos sos un salido!
-Qué sabrán los Grillos del amor...
-¿Llamas amor a lamer pechos?
-Llamo amor a la pasión y deseo que éste suscita, pero tú no entiendes...
-Entiendo más de lo que te crees.
-No, no entiendes. Ya te dije que no tienes nada bajo el pantalón.
-Amor no es sexo.
-Amor y sexo van de la mano.
-¡Cruel! ¡Déspota! ¡Insensible!
-Me lo agradecerás cuando comprendas que nunca nadie se enamorará de ti.
-¿Por qué no?
-Porque no puedes salir de tu caja de cerillas. Estás condenado a vivir una vida solitaria.
-¿Y vos?
-En parte también. Estoy atrapado entre el amor de Dolores y el que me proporcionan las musas cuando vienen a visitarme. Tú ya lo sabes.
-Tu depresión y tu manía.
-Así es.
-¿Entonces Raquel qué pinta en todo esto? ¿Acaso es una musa?
-¡Pobre...! Espero que me rechace pronto, por su bien, o estará perdida.
-¡Entonces apartate vos de ella!
-No puedo.
-¿Por qué no?
-Porque ella me gusta.
-¿La amas?
-La amo, y quisiera amarla mientras sea virgen y su corazón incorrupto.
-¿La amas en serio?
-La amo, sí. Amo su juventud y su inocencia.
-¿Pero?
-Pero nunca pasará de ser una actriz de reparto en el drama de mi vida.
-Quizá desees moldear su corazón a tu imagen y semejanza... Hacer que piense como tú, que actúe como tú...
-No, no puedo condenarla; sería demasiado egoísta.
-¿Lo has pensado?
-Lo he pensado, sí... pero aún es pronto. Ella tiene que ser libre.
-Entonces, ¿por qué la buscas? ¿Por qué la esperas frente a la puerta de su escuela? ¿Por qué la acechas?
-Ya te he dicho que la amo...
-Si la amases, la dejarías ir.
-Tú no lo entiendes, porque no eres hombre.
-Tal vez no sienta como tú...
-No puedes sentir como yo.
-Dime, Mandey, ¿con quién te acuestas ahora?
-Sabes que mi lecho se halla ahora desierto.
-¿Por eso buscas a Raquel?
-Tal vez...
-Y cuando se presente la otra, ¿la olvidarás?
-Quizá, pero será un acto involuntario. Tú ya lo sabes.
-Tienes razón... Perdónale, Raquel, cuando te ignore y te haga daño.
-Perdóname, Raquel, cuando te ignore y te haga daño.
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Diario de Mandey
RomanceDiario de un artista que conversa con un Grillo. Diario de un loco que se enamora de una colegiala. Diario de un amor imposible. Trama romántica y sensual con tintes de misterio publicada por entregas. (Escritura dialogada - Lectura rápida!)