Poco he hecho hoy aparte de envejecer. Un día más que pasa y que sigo sin ver mis sueños cumplidos.
-Has de trabajar para ello.
-Por supuesto que sí, Grillo.
-¿Y qué sueños son ésos, dime Mandey?
-Quiero ser artista.
-¿Artista?
-Eso he dicho.
-El mundo está lleno de artistas que mamarían pollas con tal de salir adelante.
-Interesante visión...
-Es la verdad... Ahora dime, ¿después de lo que te he dicho sigues teniendo ganas de ser artista?
-Sí.
-Entonces es que de verdad naciste para ello.
-Gracias por tu sutil comprobación.
-De nada. No está mal para un grillo, ¿verdad?
-No eres un grillo.
-Soy tu conciencia.
-Lo sé... eres un pequeño genio que habita dentro de mí y que en ocasiones sale al exterior y me habla bajo la apariencia de un grillo.
-Se te olvidó decir que soy guapo.
-El que más...
-Pues un día podrías probar a sacar de tu cabezón a una señora grilla para que saque provecho a mi hermosura.
-¿Para qué quieres a una grilla? Mírate debajo de los pantalones. Por si no te habías dado cuenta, te ideé carente de sexo.
-Y vos carecés de gracia, ¡la concha de tu madre!
-¿Por qué te pusiste a hablar en argentino de pronto? ¿Quién te crees? ¿Maradona?
-Lo hago sólo cuando me enfado.
-Disculpado estás, don Grillo. ¿Qué tienes para mí?
-¿Cómo que qué tengo?
-¿Traes alguna idea para alegrarme la existencia? ¿Para acercarme más a mis sueños?
-Las ideas se te ocurren a ti; yo me limito a juzgarlas.
-¿No te da vergüenza?
-¿El qué?
-Vives de parásito en mi cuerpo y te pasas el día juzgándome y aportando más bien poco.
-Los grillos no tenemos vergüenza.
-Los grillos tampoco hablan y tú no haces más que incordiarme a cada momento.
-Sólo trato de orientarte y hacer que te cuestiones las cosas y las valores en su justa medida.
-Pues te diré que no me vendría mal un poco de ayuda de vez en cuando...
-Ya te doy mi apoyo moral.
-¿Apoyo? ¿Qué apoyo? Criticar todo el tiempo no es apoyar.
-Yo no critico. Yo cri-cri-critico... jajaja.
-No tiene gracia. Te quedarás sin comer hoy, por payaso.
-¿En qué quedamos? ¿Grillo o payaso?
-Las dos cosas.
-Pues que sepas que no me importa. Si no me das de comer te roeré los muebles de la casa.
-Tú lo único que roes es mi mente.
-Mejor, así no engordo.
-¡Mira tú! Un grillo preocupado por su línea.
-No soy un grillo. Tú mismo lo has dicho.
-Es cierto. Por tu manera de hinchar las bolas más pareces una suegra.
-¡Pffffffff!
-¿Qué eres, en serio? ¿Quién eres? ¡Déjame en paz, pequeño cabrón! ¡Vete! ¡No necesito gente a mi alrededor que me critique y me recuerde que no soy nada!
YOU ARE READING
Diario de Mandey
RomanceDiario de un artista que conversa con un Grillo. Diario de un loco que se enamora de una colegiala. Diario de un amor imposible. Trama romántica y sensual con tintes de misterio publicada por entregas. (Escritura dialogada - Lectura rápida!)