Día 1: Grillo

1.3K 193 74
                                    

Poco he hecho hoy aparte de envejecer. Un día más que pasa y que sigo sin ver mis sueños cumplidos.

-Has de trabajar para ello.

-Por supuesto que sí, Grillo.

-¿Y qué sueños son ésos, dime Mandey?

-Quiero ser artista.

-¿Artista?

-Eso he dicho.

-El mundo está lleno de artistas que mamarían pollas con tal de salir adelante.

-Interesante visión...

-Es la verdad... Ahora dime, ¿después de lo que te he dicho sigues teniendo ganas de ser artista?

-Sí.

-Entonces es que de verdad naciste para ello.

-Gracias por tu sutil comprobación.

-De nada. No está mal para un grillo, ¿verdad?

-No eres un grillo.

-Soy tu conciencia.

-Lo sé... eres un pequeño genio que habita dentro de mí y que en ocasiones sale al exterior y me habla bajo la apariencia de un grillo.

-Se te olvidó decir que soy guapo.

-El que más...

-Pues un día podrías probar a sacar de tu cabezón a una señora grilla para que saque provecho a mi hermosura.

-¿Para qué quieres a una grilla? Mírate debajo de los pantalones. Por si no te habías dado cuenta, te ideé carente de sexo.

-Y vos carecés de gracia, ¡la concha de tu madre!

-¿Por qué te pusiste a hablar en argentino de pronto? ¿Quién te crees? ¿Maradona?

-Lo hago sólo cuando me enfado.

-Disculpado estás, don Grillo. ¿Qué tienes para mí?

-¿Cómo que qué tengo?

-¿Traes alguna idea para alegrarme la existencia? ¿Para acercarme más a mis sueños?

-Las ideas se te ocurren a ti; yo me limito a juzgarlas.

-¿No te da vergüenza?

-¿El qué?

-Vives de parásito en mi cuerpo y te pasas el día juzgándome y aportando más bien poco.

-Los grillos no tenemos vergüenza.

-Los grillos tampoco hablan y tú no haces más que incordiarme a cada momento.

-Sólo trato de orientarte y hacer que te cuestiones las cosas y las valores en su justa medida.

-Pues te diré que no me vendría mal un poco de ayuda de vez en cuando...

-Ya te doy mi apoyo moral.

-¿Apoyo? ¿Qué apoyo? Criticar todo el tiempo no es apoyar.

-Yo no critico. Yo cri-cri-critico... jajaja.

-No tiene gracia. Te quedarás sin comer hoy, por payaso.

-¿En qué quedamos? ¿Grillo o payaso?

-Las dos cosas.

-Pues que sepas que no me importa. Si no me das de comer te roeré los muebles de la casa.

-Tú lo único que roes es mi mente.

-Mejor, así no engordo.

-¡Mira tú! Un grillo preocupado por su línea.

-No soy un grillo. Tú mismo lo has dicho.

-Es cierto. Por tu manera de hinchar las bolas más pareces una suegra.

-¡Pffffffff!

-¿Qué eres, en serio? ¿Quién eres? ¡Déjame en paz, pequeño cabrón! ¡Vete! ¡No necesito gente a mi alrededor que me critique y me recuerde que no soy nada!

Diario de MandeyWhere stories live. Discover now