CAP.32: CAMPO MAGNETICO.

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Estaba tan preocupada y nerviosa, que no note que Luzbel se acercaba hacia mi.

— ¿Estás bien? —Pregunto preocupada.

— Supongo, tanta información en unas horas no es bueno.

— Si bueno, no era parte del plan que no recordarás.— Dijo mientras me entregaba una botella de agua con una barra de cereal.

—Una parte muy importante que se me pasó.— Ambas reímos.

— Somos más que esto, se que ahora no puedes recordar, pero podemos contra esto y mucho más. Se que tu eres mucho mas fuerte que todo esto. — Sus palabras me tranquilizaron, hablar con ella era una descarga, se sentía bien.

— ¿Y ahora?¿Qué sigue?

— Esperar, ellos van a venir.— Dijo seria.— Pero tranquila nosotros vamos asegurarnos que todo esté bien, mientras ellos terminan con los últimos detalles. Esto se hace hoy, como lo prometimos.

Confiaba en ella, por una razón que desconocía, pero podía poner mi vida en sus manos sin dudarlo.

Luzbel se levantó rápido de su asiento con una expresión preocupada.

— ¿Qué pasa? — Pregunté imitando su acción.

— Están aquí.— Respondió yendo en dirección a Malik y Dhalia.

Todos estaban alterados, cada uno se preparaba para algo, los militares sacaban sus armas, mientras los científicos alistaban los últimos detalles de mi viaje.

Yo estaba parada en medio del caos, y otra vez, me sentía tan inútil. Este era mi plan y no podía entender ni la mitad de lo que ellos hacían. No podía ayudar a pelear ya que ellos están más entrenados, lo que fueran mis poderes estaban fuera de control, tampoco podía ayudar con algo que tenga que ver con la ciencia.

Me angustiaba sentirme tan impotente.

Quizás podría repetir lo que había hecho en la cabaña, si pudiera volver a usar mi poder, podría ser de ayuda para ellos.

Intenté una y otra vez, pero no lograba poder ver fuera de esta carpa. ¿Cómo lo había hecho antes?

Trate de recordar cómo me sentía en ese momento, estaba preocupada por saber que pasaba en la otra habitación.

Me concentré, puse mi mente en blanco, apoyé mis brazos en la mesa y me relaje. Pude ver como mis ojos se ponían blancos, mientras miraba todo lo que pasaba dentro y fuera de la carpa.

Volví a mi estado natural, y pude ver como todos se acercaron esperando que hablara, solo ese mini viaje me dejo cansada, pero no deje que se notara.

— Son cinco, están a 100 metros pero no pueden vernos.— Dije confundida.

— Y si obvio ¿Qué esperabas? — Dijo Tyron

— ¿Hiciste algo? — Pregunté.

— Le confiaría mi vida a ellos.— Dijo señalando a los militares.— Pero no tanto como para descuidar mi trabajo. No puede haber margen de error, hoy no. Nosotros moriríamos por la ciencia, pero hoy no, y tu tampoco.

— ¿Cómo estás tan seguro?

— Porque no podemos morir, no cuando estamos a punto de hacer algo que salvaría al mundo. Después de todo, por algo nos elegiste para este momento.

Su optimismo me ponía de buen humor.

— ¿Qué es lo que nos rodea? ¿Por eso no pueden vernos?

— Es mi campo magnético.— Respondió demasiado orgulloso. — No van a poder verlo ni pasar por el.

— Igual tenemos que matarlos.— Intervino Malik. — No podemos confiarnos, pueden seguirla.

— Nuestra única opción es que Luzbel se quede vigilando, nosotros salimos y los matamos.— Dijo Dhalia muy segura, nadie la cuestionó.

— Puedo salir y ver sus posiciones, de esa manera los tomaría por sorpresa. — Interrumpí con el fin de ayudar.

— ¿Puedes salir de mi campo? Eso es increíble.— Tyron parecía no importarle estar rodeados de lobos.

Todos asintieron, salí de la carpa buscando su ubicación, estaban escondidos no muy lejos de nosotros, pero estaban en su forma humana.

Estaban en una ronda con unos planos del lugar.

— La necesitamos con vida, el jefe decidirá qué hacer con ella, los demás tienen que morir.

— Natán. — Uno de los más chicos interrumpió al que estaba hablando.— Creo que lo mejor es transformarse, hay que recordar quién es ella.

Todos se transformaron en lobos enormes, el más grande era el de Natán, el que estaba dando órdenes.

Volví a mi cuerpo con mi corazón a mil.

— Ellos me quieren a mi, no pueden detectarnos.

— Por supuesto que no. — Dijo un Tyron ofendido.— No pueden sentir nuestros olores.

— ¿Cómo es eso posible?

— Sustancias nena, se lo que hago con mi trabajo y lo hago muy bien.— Dijo mientras reía. — ¡Au!

Luzbel le había pegado detrás de la nuca retando con la mirada, mientras que Tyron se sobaba la parte golpeada

—¿Y ahora eso por que fue?— Preguntó Tyron siendo dramático.

— Porque esto es serio Tyron, no es momento de chistes, puede ser nuestro ultimo día con vida.

Tyron pasó de estar serio a reír más fuerte que antes.

— Eso fue muy dramático y sentimental, no pensaba que tuvieras corazón Luzbel.

Luzbel rodó sus ojos alejándose de nosotros, mientras Tyron la seguía diciendo chistes que solo ellos entendían.

 Enigma #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora