CAP 1: Shahar

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Me despierto por causa de un fuerte dolor en mí cabeza, al abrir los ojos me encuentro en una habitación la cual no reconozco.
No entiendo cómo es que llegue hasta este lugar, intento formar algo concreto en mí mente, al menos de la noche anterior, pero nada.

No puedo recordar ni siquiera mi nombre, me esfuerzo por buscar algo, un mínimo detalle que me diga algo de mí o de mí vida, pero es un esfuerzo inútil. Me angustia no poder saber nada, cierro mis ojos y controlo mí respiración, tomo asiento en la cama tratando de mantener la mente tranquila.

Eslo único familiar, como si la acción de mantener controladas mis emociones fuera algo muy natural en mí.

Tomo una fuerte respiración e intento concentrarme en mi entorno.
Me levanto de la cama que se encuentra en una esquina, junto a la pared, al lado se encuentra una mesita con un velador acompañada de un sobre blanco, el cual decido abrir y leer.

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Bienvenida a la institución psiquiátrica SHAHAR, nuestra institución cumple con la
función de brindar ayuda a sus pacientes a través de un tratamiento especial, cuya
finalidad es la reincorporación de el afectado en sociedad.
Para mantener el orden en la institución nos basamos en tres reglas fundamentales, y obligatorias para todos aquellos que se encuentren dentro del hospital:

N°1: Obedecer a los supervisores.
N°2: Está estrictamente prohibido la agresión física o verbal, hacia cualquier persona que se encuentre en el establecimiento.
N°3: No se podrá salir del establecimiento a menos que el superior así lo decida.

En el caso de no cumplir alguna de estas reglas, será sancionado conforme a la
gravedad de la falta cometida.

La estadía contará con una entrevista con un supervisor que será el encargado de tratar su caso y se le asignará una sección.
Una vez indicada la sección se le dará un cronograma de acuerdo a la misma.
Su tiempo aquí será evaluado conforme a los avances de su tratamiento, cuando este finalice el superior será el encargado de dar su aprobación para que pueda volver a su rutina.

Esperamos que tenga un maravilloso día y su estadía en Shahar sea de su agrado.
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Si antes estaba confundida, la carta me había confundido el doble.
Lo que decía ni siquiera tenía sentido era incluso perturbador, quizás no recordaba nada sobre mí, pero sí sobre los conocimientos básicos, sabía lo que era un hospital psiquiátrico lo que no entendía era que hacía yo en ese lugar.

Decidí buscar algo en la habitación que me diera un indicio de mi nombre o algo que me hiciera recordar, pero fue en vano.
La habitación solo contaba con una cama, una mesita la cual se encontraba vacía a excepción de la nota, un armario que se encontraba al lado de la puerta, el cual contaba con 5 prendas de remeras y pantalones, ambos de colores blancos y grises.
También había un ventanal con rejas, por la vista pude notar que me encontraba en un primer piso. Podía ver el bosque rodeando el lugar, y justo en el medio se podía ver lo que era una iglesia, al verla sentí una punzada en el corazón.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por unos golpes en la puerta, me puse alerta es como si algo en mi cabeza me dijera que hacer y lo hacía. Por impulso me acerqué a la puerta y la abrí.

— Bienvenida, mi nombre es Belia y soy la encargada de mostrarte las instalaciones.

En la puerta, me encontré con una chica rubia de mi tamaño, ojos azules, su piel era tan blanca que parecía papel. Llevaba dos coletas que le daban un aspecto más aniñado, su sonrisa era tan grande que podría jurar que le causaría calambres. Su belleza tenia un aspecto algo sombrío.

— ¿Qué hago en este lugar? — Mí voz sonó neutral, no había tiempo para formalidades. Quería respuestas. —¿Por qué no puedo recordar nada?

— Tranquila es parte del tratamiento a muchos les pasa al ingresar, pero con el tiempo vas poder recordar todo no te preocupes. — Ella estiro su mano y tomo un mechón de mí cabello.—Adoro tus rizos.

Decidí ignorar sus halagos y retiré su mano de mi pelo. — ¿Y qué clase de tratamiento borra tu memoria?

Eso no era una buena señal, podría tener amnesia, pero no era estúpida.

— Bueno supongo que tu dosis fue más fuerte de la habitual, aunque esas cosas tendrías que hablarlo con un supervisor. — Belia suspiro como si mis preguntas la fastidiara. — Mi deber es mostrarte el lugar nada más.

Tenía claro que este lugar ni ella me causaban confianza, tendría que idear un plan para escapar pero no podía ser impulsiva ni desesperarme, debía mantener un perfil bajo y analizar mis posibilidades. Primero debía encontrar respuestas y por ahora la única opción era Belia.

— Está bien, quiero conocer el lugar. — Belia no respondió, en su lugar, me dio una  sonrisa aun más grande.

El único pensamiento que rondaba en mi cabeza era sobrevivir.

 Enigma #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora