Capitulo 11

1K 74 4
                                    

Henry:

Hanna, no se porque cuando estoy cerca de esa pequeña mujer de un metro sesenta, no puedo parar de sentirme bien. Es como si me sintiera completo, lo que todos estos años me falto, no quiero separarme ningún segundo de ella. Me gustaría que ella me mire con el brillo de los ojos que tiene cuando habla de ese chico. Cuando me mira a mi es con dolor, como si le diera pena que sea una persona con vagos recuerdos de su pasado. Ayer disfrute estando con ella en la cocina preparando un maldito pastel, algo muy simple pero que paralizo el tiempo.

Estoy en mi oficina revisando unos papeles, de uno de los últimos casos que tuvimos. Ser abogado parece sencillo, solo es defender a una persona. Pero no es solo eso es convencer al juez y fiscal que nuestro cliente no es culpable. En este caso si es culpable pero es maldito hijo del mejor amigo de mi padre, me obligo a defenderlo.

- Henry - dice mi secretaria entrando sin permiso.

- Señorita tiene que tocar la puerta antes de pasar - ella me mira pero no responde.

- Quería pedirle perdón por lo sucedido ayer - dice caminando hacia mi escritorio.

- Esta perdonada - digo mirándola.

- Muchas gracias, no voy... - la interrumpo.

- Sigue despedida, le dije que tiene tiempo hasta el Lunes

- No me puede echar por una tonteria

- Dejo su área de trabajo, eso es razón suficiente para mi

Ella se levanta mientras gruñe. No es fea, pero es mi secretaria y no permito relaciones con empleados. Se crean rumores y no estoy para esos chismes en estos momentos. No soy el típico jefe que se tira a sus secretarias, ellas vienen a trabajar no para complacerme y yo igual a ellas.

- Señor vino una señorita preguntando por usted

- Déjela pasar

Espero que sea Hanna, si no deje entrar a una completa desconocida pero prefiero que sea la primera opción. La puerta se abre y la veo con su pelo rojizo atado en una media cola, con un vestido completamente blanco, ajustado en la parte del pecho y suelto a partir de la cintura.

- Hola

- Hola, sentate

Ella lentamente se acerca y se sienta en la silla que tengo del otro lado de mi escritorio, mira con atención los papeles del caso que estoy obligado a tomar. Pense que mi padre me mando a Italia para hacerme cargo de su empresa, pero me di cuenta que era una mentira, solo quería que tome el caso. El hombre vino a Italia para que no lo encuentren en Estados Unidos.

- ¿Sos abogado? - dice con sorpresa.

- Crei que eramos amigos - digo en broma.

- Estabas estudiando otra cosa - admite y logra capturar mi atención.

- ¿Que era? - pregunto curioso.

- Un secreto

- Pista - digo como un niño pequeño.

- Por ahora no

Bufo, me molesta que no me cuenten. Al fin y al cabo me estan ocultando mi propia vida, soy bastante curioso. Saber que estaba estudiando otra carrera me intriga, saber que carajos abre elegido.

- ¿Por que defendes esto?

- Mi padre me obliga - digo rascando mi nuca.

- No podes defender esto.

- Hanna no tengo opción.

Ella frunce su ceño, su mirada cambia. Me duele notar que me mira con decepción. Como todo mundo odio esa mirada. Pero de ella me duele mas de lo habitual, algo dentro mio no quiere que ella este decepcionada de mi. Lastimosamente esto no puedo arreglarlo no tengo opcion tengo que defender a esta persona.

- Tenemos que irnos.

Antes de que pueda responder algo, ella se levanta dirigiéndose a la puerta. Junto rápidamente los papeles, cierro el cajón con lo papeles frustrado. Yo mismo estoy enojado conmigo por defender a este hombre pero no puedo decepcionar a mi padre, no puedo hacerle eso a el.

Salgo de mi oficina y miro para todos lados, no la veo. Rápidamente salgo del edificio la veo mirando el piso mientras esta apoyada en mi coche. No se que estara pensando pero esta bastante concentrada.

- ¿Vamos? - pregunto sacándola de su trance.

Ella asiente, cuando lo hace logro ver sus ojos vidriosos, ella rápidamente evade mi mirada. Instintivamente me acerco a ella para rodearla con mis brazos. Ella apoya su cara en mi pecho mientras arruga mi camisa, agarrada por su mano hecha un puño. Yo masajeo su espalda, noto como comenzó a llorar. No entiendo que haya pasado pero un nudo en el pecho se me forma al nota que ella esta mal y yo no puedo controlarlo.

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Holaa, se que dije que no iba actualizar hasta nuevo aviso pero decidi que voy a actualizar al menos una vez a la semana para esta historia decidí los sabados, asi qeu les tengo.

También ya me supe organizar mejor, eso me ayudo bastantes.

Gracias por leer, comentar, votar y seguirme, besos hasta el proximo sabado.

La chica de mis sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora