♧ 2.XIII ♧

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A la mañana siguiente me despierto por culpa del sol que da directamente en mi cara. Trato de volver a dormir, pero Kakyoin nos grita desde fuera diciendo que en media hora desayunamos.
Jotaro deja de abrazarme para levantarse y entrar al baño.
Adolorida por la noche anterior rengeo en busca de mis ropas. Mis caderas duelen y no encuentro más que mi tanga ¿que hizo con toda mi ropa?

Frente al espejo me coloco el saco de Jotaro, algo me tiene que cubrir mientras espero mi turno para ir al baño.
Su saco llega casi hasta el piso y su gorra me queda grande. En uno de los bolsillos encuentro algunas cosas, es todo lo que le di durante el viaje. En mi mano observo la gomita en forma de delfín, el caracol y la chapita doblada. ¿Por qué no tiró nada de esto?

- ¿Qué hacés?- su repentina voz me asusta. A través del espejo puedo ver que solo lleva una pequeña toalla atada a su cadera.

- ¿Por qué no tiraste nada de esto?- miro mi mano.

- Eso no es lo importante- me agarra por las caderas para pegarme a él. Contra mi espalda baja puedo sentir su bulto nuevamente erecto- anoche te quedaste dormida sin responderme- las gotas de su pelo mojan mi cuello- Salgamos- insiste- me gustás- besa mi cuello- me gusta tu alegría- sube sus manos hasta mi cintura- tu forma de molestarme- pasa sus manos por mi abdomen- ¿No tenés nada abajo?- sube sus manos hasta mis pechos. Muerdo mi labio inferior cuando los aprieta.

- No encontré mi ropa- me encojo de hombros.

- Creo que está bajo la cama- besa mi cachete- Dejame ser tu novio- me susurra al oído con una voz ronca.

- Si...- suelto un suspiro al escucharlo. Él me gira haciendo que quede de cara a su pecho. Con mis manos aprieto levemente sus pectorales.

- ¿Dónde están todas las marcas que te dejé?- dice con el ceño fruncido antes de tomarme de la barbilla para inspeccionarme.

Ante su pregunta me encojo de hombros provocando que su saco se resbale dejando mis hombros y pechos al descubierto.
Su miembro, ya erecto, crece aún más contra mi abdomen.

- ¡Jotaro!- lo regaño- tenemos que ir a desayunar.

- ¿Qué te hace creer que me importa?- se lanza directamente a mis labios dejando un fogoso beso.

- Me tengo que bañar- logro decir.

- ¿Y?- besa mi cuello tratando de dejar alguna marca- uno rápido- pide sin dejar de besarme.

- ¿Cómo es posible que no te canses?- me separo de él para buscar mis ropas. Arrodillada en el piso intento alcanzar las prendas que lanzó bajo la cama.

- No me provoques- de reojo veo como cruza sus brazos.

- ¡Vos las tiraste ahí abajo!- me quejo con la cara pegada al piso y el brazo extendido en busca de mi corpiño.

Con todas mis prendas en brazos le devuelvo las suyas para por fin irme a bañar. Antes que pueda ir al baño me agarra de la cintura para volver a besarme.
Cuando al fin logro librarme de sus pesados brazos y estar vestida como se debe, podemos ir a desayunar junto a los demás.

- Buen día- nos saluda Joseph- ¿cómo durmieron?- pregunta cuando nos sentamos en la mesa.

- La pregunta es... ¿durmieron?- Polnareff habla entre risas, junto a Nicole comienzan a reírse.

- Yo diría que no dejaron dormir a los demás- bromea Kakyoin, Avdol suelta una pequeña risa.

- Yare yare daze- suspira Jotaro.

- Ya quisiera haber podido dormir- me quejo en voz baja- ¿saben lo qu-- Jotaro tapa mi boca.

Los pretecentes se ríe por la situación y rápidamente se olvidan de nosotros al abordar otro tema.

Imposible (Jotaro Y Tu/vos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora