En el mundo han despertado dos sub géneros que se arraigan a hombre o mujer por igual, los términos elegidos lo han sido por las necesidades tan básicas que poseen; Dominante: quiere dominar, quiere mimar y quiere proteger, y Sumiso: quiere ser sometido, quiere ser mimado y quiere ser protegido. ¿Cómo detectarlos? No hay forma de hacerlo, lucen como todos; no hay una prueba médica o científica que logre advertir a la persona de las medidas preventivas que debe de tomar, sin embargo, se dice que entre ellos solo basta una mirada para saber qué es lo que quieren del otro y si son compatibles, bueno, les será difícil dejarse ir. Itadori Yuuji, un profesor de preescolar ha vivido armoniosamente por veintiséis años, es un gran vecino y un increíble amigo, nadie tiene quejas de él. Es un ejemplo para seguir, sin embargo, toda gran sonrisa oculta algo y lo lleva haciendo bastante bien, hasta ahora. Un pandillero, un mafioso y el hijo de un importante político han sido rivales declarados por mucho tiempo, más del que sería sano, pero los tres se ven envueltos en algo que no creyeron ser posible y ahora sus rodillas se mantienen contra el suelo mientras sus ojos miran hacia arriba a quien por naturaleza lleva sus correas. No es normal que eso suceda, menos en tal cantidad, pero es emocionante. Muy, muy emocionante.