Cosas horribles pasan en los hospitales mentales del mundo, largos y fríos pasillos, habitaciones con pobres almas perdidas en sus mentes. Mundos enteros creados desde la nada, voces de seres invisibles hablando sin cesar en sus oídos o simplemente visiones de seres de otros mundos o espacio tiempo. Pero, en este hospital en la cual me hallo es más que eso, este hospital no sólo es grande y frío con almas perdidas en sus mentes fallidas y corazones rotos que de vez en cuando miran al cielo buscando esperanza a través de sus ojos brillosos, como si en algún lugar dentro de ellos supieran que el mundo va más allá de lo que ven y oyen...