Ella, princesa de su clan. Él, príncipe del suyo. Ambos, grandes guerreros. Ella, un ángel frente a sus enemigos. Él, un sádico a la hora de aniquilar a su enemigo. Para poder llegar a la paz entre sus clanes y por dejar ser a sus hermanos felices con quien aman, aceptan la solución de los consejeros de ambos clanes y deciden casarse. Fue una sorpresa para él, ver a la princesa. Fue una sorpresa para ella, ver al asesino de su hermano.