Físicamente éramos completamente diferentes, en cuanto a personalidad y forma de ser también. O eso es lo que tanto nos esforzabamos por creer.
Al final no siempre resulta que los polos opuestos son los que se atraen.
Físicamente éramos completamente diferentes, en cuanto a personalidad y forma de ser también. O eso es lo que tanto nos esforzabamos por creer.
Al final no siempre resulta que los polos opuestos son los que se atraen.