Narra _______ (Tn).
Había pasado un mes y dos semanas desde que estaba en Australia. Esas últimas dos semanas habían sido maravillosas. Desde hace exactamente esas dos semanas, Calum y yo nos habíamos vuelto amigos, eso me ponía realmente feliz, ya no tenía que aguantar sus miradas penetrantes y sus palabras hirientes, aunque aún peleábamos, lo hacíamos de gusto, nos encantaba pelear. Calum seguía "andando" con Holly y como yo me había convertido en su "mejor amiga" tenía que hacer todo lo posible para llevarme bien con ella ¡Que injusto! Ariana y Luke se habían vuelto muy cercanos y siempre que los pillábamos juntos ambos se ponían rojos, eso me daba mucha risa. Mike estaba saliendo con Chloe y se veían muy bien juntos, en cuanto a Ashton... él seguía siendo el vago de siempre.
—¿Qué haces, fresita?
Pude reconocer de inmediato esa voz. Sin poder evitarlo sonreí y esperé con todas mis fuerzas que Calum no lo hubiese notado.
—Hablando con mi madre. —le respondí sin despegar la mirada del computador y agregué, esta vez, mirándolo fijamente—. No me llames así.
Acto seguido Calum sonrió y se sentó a mi lado. Calum empezó con un maldito afán de llamarme "fresita" ustedes se preguntarán ¿Por qué? No lo sé, pero por lo que él me dice es porque soy una delicada y creída, tipo fifi. Y, también, porque siempre que pido un juego natural o helado, pido de frambuesa. Bueno, esos son los argumentos del Sr. Hood.
Cuando la conversación terminó, debido a que mi madre tenía que ir a dormir, Calum llamó mi atención.
—¿Quieres ir a tomar un helado? —me preguntó dedicándome una de sus brillantes sonrisas.
—No tengo ganas, estoy cansada. —le respondí cerrando la computadora.
Era cierto. La semana que había pasado estuve llena de pruebas y trabajos. No voy a comenzar diciendo cuán difícil es estudiar para más encima agregarle que debo entender todo lo que para mi ya de por si era otro idioma... en inglés.
Plus, no soy buena para el helado.
—¡Oh vamos no seas fresita! —me decía tirando de mi brazo.
—¡Que no me llames así, Calum! –le dije en tono de amenaza.
Algo en su mirada cambió y me debatí si lo había dicho en un tono muy fuerte. De un momento a otro, él me tomo de los brazos y me cargó en su espalda. Todo eso me tomó de sorpresa por lo que tuve que ahogar un gritito. Cuando comenzó a subir las escaleras, puesto que estábamos en el living me asusté y grité que me soltara, pero él solo se rió y continuó subiendo.
Una vez en el segundo piso se dio paso hacia mi habitación y entré en pánico, así que le advertí una vez más—: ¡Me voy a ver en la obligación de morderte!
Al ver que hizo caso omiso a mi advertencia lo mordí y su reacción fue arrojarme a la cama. En ese momento todo pasó muy rápido. Él me soltó en la cama, pero no se movió, por lo que quedamos frente a frente, nariz con nariz. No puedo negar que mi pulso se disparó por los cielos y que temí por mi lado inocente.
Tampoco puedo negar que en todo ese mágico y adrenalínico momento no pude dejar de mirar sus bellos ojos marrón oscuro. Eran bellísimos y sé que siempre he tenido un no sé qué por los ojos marrones, pero los de Calum eran... diferentes.
—¡Llegué!
El saludo de la Sra. Hood hizo que Calum se parara de la cama. No me miró, como tampoco me dijo nada, solo se levantó y bajó. Me tomé unos segundos para poder normalizar mi respiración y una vez que fui capaz de hacerlo bajé también.
—Hola, madre. —la saludó Calum depositando un beso en su mejilla.
—Hola, hijo. —le correspondió, luego me miro y agregó—: Hola, cariño ¿cansada?
Quizá suene ridículo, pero apenas podía hablar o al menos eso creía, y no me iba a arriesgar para comprobarlo, por lo que solo asentí. Escuché como seguía hablando y me acerqué al refrigerador para poder tomar un poco de agua fría, saqué una copa y me serví. Una vez que me sentía lista para hablar me dirigí a la Sra. Hood.
—Sra. Hood, ¿puedo invitar a Ariana? —le pregunté poniéndole mi mejor sonrisa, aunque la "mejor" en realidad sería la más pasable.
Al principio me miró entrecerrando los ojos. Sé que es porque le dije Sra. Hood, pero decirle de otra manera me haría sentir incómoda, no sería yo. No tardó mucho en cambiar su mirada y responder—: Claro, cariño.
Sonreí enseguida y me acerqué a darle un beso en la mejilla. Luego de esto corrí escaleras arriba para poder llamar a mi mejor amiga.
— "Hola" —le dije cantando.
— "Hola ¿Me necesitas?" —respondió enseguida en un tono arrogante, pero divertido.
— "Más que a mi vida. Ven a casa que te estaré esperando" —le contesté riendo.
— "Allá estaré, no me extrañes"
— "Eso intentare" —le respondí y corté.
Al finalizar la llamada me moví hacia la mini radio que había en mi cuarto y la conecté por medio de un cable con mi teléfono. Comenzó a sonar "All the matters" de Justin Bieber y empecé a ordenar el lugar.
—Así que... —miré hacia la puerta en donde se encontraba él apoyado al marco de la puerta—. Solo ordenas porque viene ella ¿Por qué no haces eso cuando vengo yo, fresita?
Y ahí está de nuevo con esa tonta palabra. Él me miraba haciendo pucheros los cuales hacían que se viera mil veces más tierno.
—Porque ahora que reconociste que mueres por mi... —comencé haciendo que ambos riéramos—. Pasas todos los días acá y no me interesa tenerte limpio, debes adaptarte donde sea.
Al finalizar me reí y levanté la mirada. No tuve tiempo de reaccionar antes de que Calum me tomara de la cintura.
—¡Calum suéltame! Debo limpiar. —le dije intentando zafarme.
—No hasta que reconozcas que soy el amo. —me dijo con esa mirada arrogante. ¡Dios este chico se veía perfectamente sexy de todas maneras!
—¿Qué? —dije lanzando una fuerte carcajada—. Estás loco, Hood ¡Loco!
Me remuevo entre sus brazos, pero el resultado sigue siendo el mismo.
—Ya te lo dije, pequeña fresita, no podrás soltarte hasta que lo digas.
No pensaba hablar. Mi orgullo era más fuerte, pero él fue más astuto y supo atacarme justo en mi punto débil. Cuando comenzó a hacerme cosquillas no pude evitar tirarme al suelo, es que era inevitable en mí.
Lancé un grito ahogado por la sorpresa que me produjo su reacción. Una vez en el suelo se puso encima de mí y gritó—: ¡Di que soy el amo!
Eso me hizo reír, además de que las cosquillas también lo provocaban, pero más por lo ridículo que era.
—¡Ya! —grité rendida—. ¡Eres el amo!
Apenas pude articular las palabras, pero eso bastó para que Calum me liberara.
—Para que nunca se te olvide. —me advirtió ofreciéndome su mano para levantarme. Lo acepté, claro, pero no sin antes mirarlo como si quisiera matarlo.
—¿Qué eran esos gritos? —preguntó la Sra. Joy apareciendo de repente—. ¿Y quién es el amo?
—No te preocupes, madre. Solo era _______ (Tn) rogándome que le diera una oportunidad, suplicándome amor y reconociendo quien es el amo.
No dije nada, no quise entrometerme, así que solo rodé los ojos y seguí haciendo lo que el Sr. Hood me había interrumpido.
—Está bien, hijo. —dijo la Sra. Hood riendo—. No hagan tanto bullicio que los vecinos pueden reclamar.
Dicho esto, la Sra. Hood se fue. Vi como Calum se movió para elegir una canción entonces sonó Take Me Home de Jess Glynne y mi corazón se estremeció.
—No esa canción. —exclamé rápidamente—. Cámbiala, por favor.
—¿Qué? ¿Por qué? —me preguntó extrañado.
—Porque esa canción me hace llorar y no estoy con ánimos de llorar. —reconocí con sinceridad. Me removí para avanzar, pero Calum seguía teniendo la mirada puesta en mí y la canción seguía sonando—. ¿Qué?
Calum negó con la cabeza, pero pude ver una pequeña sonrisa queriendo asomarle. La canción se cambió y una de mis canciones favoritas del disco "Here we go again" de Demi Lovato comenzó a escucharse. Amaba ese estilo rockero de Demi, le quedaba excelente. Calum me sorprendió cuando tomó el escobillón y se puso a barrer, pero fue algo agradable. De repente al ritmo de "Everything you're not" Calum había pasado de barrer a jugar con el escobillón como micrófono y yo me había subido a la cama cantando.
Todo nuestro show fue interrumpido por una melena larga que apareció por la puerta.
—Wow, aun no me puedo acostumbrar a esto. —dijo Ariana mientras dejaba sus bolsos en mi sillón y yo corría a bajarle el volumen.
—¿Aún no te acostumbras a que soy mejor que tú?
Calum tenía ese tono creído que solía usar para molestar, aunque sabía que eso no detendría a Ariana de contraatacar.
—Aún no me puedo acostumbrar a que hayas dejado tu orgullo para reconocer que mueres por mi amiga.
Ariana sonrió triunfante. Yo sabía que era una broma, Calum jamás se fijaría en mí, pero eso no quitaba lo lindo que sonaba, aunque fuera solo una broma entre amigos.
—Eso no es cierto. —dijo Calum sonriendo de una manera que me daba miedo—. Fresita me acaba de dejar claro quién es el amo.
Yo solté una carcajada al ver la cara de confusión de Ariana. Aunque se había demorado en contraatacarla... jamás pensé que todo se volvería en mi contra.
—Y si se puede saber... ¿Quién es el amo? —preguntó Ariana con los brazos cruzados y mirándolo desafiante.
—Yo. —respondió con una sonrisa triunfante. Yo no dije nada, solo bufé.
—¡No puedo creer que hayas hecho eso, _______ (Tn)! —me recriminó Ariana, haciéndose la incrédula.
—¡Esto no es justo! Siempre terminan uniéndose contra mí.
—No es tu culpa, fresita. Nadie se resiste a mis encantos. —dijo Calum con aires de arrogante acercándose a mí.
Después de terminar de ordenar entre los tres, Calum se fue, pero no sin antes decirme que volvería para que no lo extrañara. Ariana reía muy fuerte por sus comentarios, ya que, aunque no quisiera me hacía sonrojar.
—Te gusta mucho ¿cierto? —me preguntó Ariana una vez que Calum salió de la casa.
No quería mirarla, sabía que ella lo estaba haciendo y me sentía presionada. Quería a Calum de una manera que nunca había querido a alguien, aunque jamás se lo había dicho, pero tampoco podía confirmar algo de lo que no estaba segura. Como dije... algo que nunca sentí antes, entonces ¿Cómo puedo estar tan segura de lo que es?
—No, digo... no lo sé. —dije por fin mirándola.
—¿Por qué no se lo dices? A ver si ¡Por fin! Deja a esa bitch. —dijo ella haciendo que yo riera.
—¿Por qué mejor no me dices que pasa con Luke? — le dije tratando de desviar el tema y claramente funcionó. Mi amiga bajo su cabeza y su sonrisa desapareció.
—Es mi amigo. —dijo triste y vencida.
—¡Oh, vamos! ¡Se nota de lejos que se gustan! —le dije acercándome a ella. Ambas estábamos tiradas en mi cama, como siempre.
—No es tan fácil, _______ (Tn). Él tiene novia y se nota que ella lo quiere mucho. —me dijo con los ojos brillantes. Ariana era una amiga increíble, pero de todos estos años que he estado con ella nunca la había visto llorar.
—¿Pero él la ama? —le pregunté haciendo que ella volviera a mirarme.
—Yo... —ella dudó un poco—. ¿Qué importa eso?
Ariana se paró y caminó por la habitación alejándose de mí, pero claramente no era por mí, sino que, por la conversación.
—¡Claro que importa! ¿Qué pasa si Luke no la ama? ¿Qué pasa si esta con ella porque piensa que no tiene oportunidades contigo? —la increpé acercándome a ella.
—No voy a ser la causante de una separación, ______ (Tn) —me dijo triste.
—Está bien, lo siento, pero debes pensarlo ¿Vale? —le dije a lo que ella asintió—. ¿Qué te parece si nos metemos a Twitter? —le pregunté haciendo que ella sonriera de oreja a oreja.
—¡Pero claro! Que buenas ideas se te ocurren ¿eh?
Dicho esto, ambas saltamos a la cama. Tomé mi computadora y ella su móvil, y comenzamos a mandar mensajes como locas tipo: "Please follow us we love you so much and we love your voice" "Follow us please your music is amazing and we love you" Siempre hacíamos lo mismo y jamás nos cansábamos, por eso quería a Ariana, era como otra yo, era mi hermana gemela.
—¡Oh dios! —grité emocionada.
—¿Qué paso? ¡Ay dios no me digas! —dijo ella mirando mi pantalla. Entré rápidamente a la cuenta que me había seguido y cuando vi, era una cuenta falsa.
—¡Maldito sin corazón! —exclamé con rabia.
—¿Por qué hacen eso? ¡Me había emocionado!
¡Odiaba que hicieran eso! Se ponían igual, la misma foto, todo y cuando uno vía su user no era el famoso esperado. Digo, ¿para qué hacer eso? ¿Para ilusionar a adolescentes obsesionadas con artistas que jamás las pescarían? Sí, era como una profesión.
Pasó la hora y con Ariana decidimos bajar. Joy estaba sentada en el sillón mirando un programa de cocina.
—¡Hey, niñas! ¿Qué hacen? —nos preguntó ella al percatarse de nuestra presencia.
—Pensábamos en hacer algo para comer ¿Nos dejaría ocupar la cocina? —le pregunté amablemente a ella.
—Por supuesto, pero ¿Saben usarla? —nos dijo ella examinándonos.
—Bueno, hemos tenido un par de inconvenientes... —Ariana no pudo decir más porque la interrumpí.
—¿Hemos? ¿Perdón? —pregunté incrédula. La última vez ¡Ella había quemado nuestras papas! Ella intentó ocultar una sonrisa al igual que Joy para luego mandarme una mirada de advertencia y seguir.
—Como decía... Hemos tenido un par de inconvenientes, pero somos unas expertas en esto.
—Prometemos no quemar la casa. —agregué con mi mejor sonrisa, ya saben, la pasable.
—Vayan niñas, cuidado, no se vayan a quemar. —dicho esto corrimos a la cocina.
—¿Y qué tienes pensado hacer, genia? —me pregunto Ariana. Buen punto, no tenía idea.
—¿Galletas? —le dije dudosa, pero con una inmensa sonrisa.
—¿Sabes hacer galletas? —me pregunto confundida.
—No, pero podemos aprender... —le dije obvia.
—O mejor, podemos solo hornearlas. —me dijo Ariana la sabia sacando la caja de la despensa de los Hood.
Empezamos a cocinarlas entre risas. La Sra. Hood venia de vez en cuando a ver que no quemáramos nada y luego se iba riendo al ver nuestras caras, si, teníamos lista la masa, era llegar y hornear, pero estábamos aprendiendo y no nos manejábamos mucho, así que nuestras caras aún demostraban la poca experiencia en la cocina.
—¡Creo que estamos casi! —dijo Ariana.
—Bien, veré como van. Pásame el paño —le ordené animada.
—¿Qué paño?
—El de cocina, Ariana ¿Cuál más? —le dije concentrada en lo que hacía que era enmantequillar para la próximas galletas.
—El paño... —dijo pensando— ¡Oh dios el paño! —dijo mientras corría a abrir el horno y lo sacaba de adentro. Miramos el paño todo quemado y luego nos miramos a nosotras, no aguantamos la risa—. Al menos prometimos no quemar la casa... —decía Ariana entre risas, yo no podía hablar y si, estaba en el suelo riendo.
—¿Qué pasó, niñas? —dijo la Sra. Hood entrando— ¡Oh dios ustedes son un caos!
La señora Hood le quitó el paño a Ariana para mojarlo y luego arrojarlo a la basura. Por mi parte, no sabía si seguir riendo o pedirle disculpas.
—¿Qué está pasando en casa?
Conocía esa voz a la perfección, pero aun así cerré los ojos esperando que fuera parte de mi imaginación.
—¡Oh dios, _______ (Tn), quemaste la casa! —dijo Mike exagerando, como siempre.
¿A caso podía ser peor?
—¿Por qué las dejo cocinar, Joy?
¿A caso es una broma? Estoy segura de que Luke no ha cocinado ni un huevo en su vida. ¿Alguien más presente para burlarse de nuestras escasas habilidades en la cocina?
—Pobre Joy, ustedes son un dolor de muela.
Perfecto, solo faltaba Ashton.
—No molesten a mi fresita. —dijo Calum acercándose a mí—. Eres mi dolor de muela. —susurró en mi oído, por lo que solo yo pude escucharlo, nadie más se percató. Yo solo me sonrojé y le sonreí tímidamente.
—Bueno, al menos las galletas quedaron buenas. —dijo Ariana comiéndose una.
—¿Hicieron galletas? ¡Oh dios mío! Debo comer. —dijo Mike arrebatándosela. Pude notar algo de celos en los ojos de Luke, pero el aparto rápidamente la mirada. No te preocupes, Luke, soy experta en notar lo que se quiere ocultar.
—¿Entonces nos quedaremos a dormir? —preguntó Ashton.
—Definitivamente. —dijo Calum a mi lado.
Una vez listas las galletas los chicos nos ayudaron a ordenar, fue un caos, se supone que mientras más ayudantes más rápido se termina, pero en nuestro caso no fue así. Nuestras risas eran muy evidentes y muchas veces tuvimos que parar debido a ellas, en especial Ariana y yo.
—¿Hora de comer? —preguntó Mike impaciente. Todos reímos y corrimos a ordenar la mesa.
Todos disfrutamos las galletas y luego corrimos a mi pieza. Esta noche los chicos dormirían en el living, debido al espacio, en cambio nosotras en mi habitación.
—¿Qué tal si jugamos a algo? —preguntó Ashton a lo que todos asentimos.
—¡La botellita! —gritó Mike. Todos reímos y negamos—. ¡Oh vamos chicos! ¿Le da miedo al par de macabeos?
Dicho esto, miró desafiante a Calum y Luke, y yo sabía dónde llevaba esto. A Calum no le gustaba que lo desafiaran porque lo haría para demostrar que no es como ellos dicen. Él siempre debe ganar.
—Claro que no, porque jugaré. —respondió mirándolo desafiante.
Vaya, señor Hood, que poco predecible.
Luke lo miró sorprendido por su reacción, pero luego me miro a mí y sonrió—: No lo sé, no puedo.
¡Bingo! La palabra clave. Dijo "no puedo" en vez de "no quiero".
—Juro que solo será una pasada. —le prometió Mike a Luke.
Luke dudó unos segundos, pero en ningún momento hizo contacto visual con Ariana—: Está bien.
Ariana y yo no estábamos muy de acuerdo, pero como no dijeron donde sería el beso decidimos aceptar.
Mike fue el primero, hizo girar la botella y le salió Ashton. Todos reíamos como locos por la situación, Mike reclamaba una y otra vez, para luego besarlo en la mejilla. Cuando le toco a Ashton la botella giró. Todos miraban expectantes, menos yo que me encontraba en una intensa batalla de miradas con Calum que me hacían sonreír.
Hubo un silencio, lo que me hizo despertar de mi fantasía y mirar que pasaba. La botella apuntaba a mí, pero no tuve tiempo de reaccionar. Ashton se acercó a mí haciendo que yo contuviera el aire, pero todo mi cuerpo se relajó cuando sentí sus labios en mi mejilla.
—No, no, no, no lo permito. —reclamó Mike en seguida.
—En ninguna parte del juego dijimos que debían ser en la boca. —me defendí.
—Además si fuera así, tú tampoco seguiste las reglas. —me apoyó Ashton a lo que yo le agradecí con una sonrisa.
—Saben que fue diferente. —se excusó.
—Las reglas son igual para todos, no hay excepciones. —le dijo Ariana haciendo que Mike reaccionara mostrándole la lengua y, por supuesto, haciendo que ella le correspondiera el juego infantil al que siempre jugaban.
—Está bien, pero me vengaré. —dijo Mike cediendo finalmente.
Antes de que tuviera la oportunidad de hacer girar la botella, Mike la arrebató de mis manos y se la pasó a Luke. El rubio me miró y yo solo me encogí de hombros. La verdad era que lo prefería así.
Luke dudo unos segundos, pero luego hizo girar la botella lentamente. Supe en seguida que Luke estaba nervioso de ver como terminaría esto ¡Y yo también lo estaba! Mike seguía mirando de manera maliciosa y, por lo poco que lo conocía, sabía que sería difícil de persuadir. Una vez que la botella se detuvo me giré boquiabierta. La botella apuntaba directamente a Ariana y a decir por el grito de triunfo de Mike... no habría manera de salir de esta.
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*Capítulo corregido*