Era la burla de toda la universidad, ¿Por qué? Porque el rumor de que había terminado con Sergio se había esparcido como un virus.
Nadie podía creer que "El chico Perfecto" me hubiese puesto el cuerno y dicen que tal vez me lo ha puesto porque no soy suficiente para él.
No me enojo porque me haya puesto el cuerno, yo me la he vivido engañándolo con mi maestro.
Pero lo que sí me encabrona es que haya cambiado las cosas y que haya dicho que el haberme puesto los cuernos haya sido lo mejor que le ha pasado en la vida.
—¡Si, Si, A la chingada!—Mi mirada cayó en mi amigo Liam, Quien creo que venía discutiendo con unos chicos de su equipo de Hockey—¡Vuelves a decir eso y te corto los huevos! ¡Te los corto, Hijo de puta!
—¿Todo bien?—Le pregunté cuando se sentó a mi lado para tomar la clase.
—Están llamando "Pobre Zorra" a mi mejor amiga en todos los rincones de la universidad, ¿Te parece que eso está bien?
—Oww, ¿El bebé Liam me está defendiendo con sus amiguitos?
—Sabes que odio que te falten el respeto.
—Tranquilo, Esto no se va a quedar así.
—¿De qué hablas?
—¿Quieres saber?—Sonreí malvada y él entendió mi sonrisa al instante.
—Yo lo puedo hacer, no hay problema.
—¿Y hacer que te expulsen? Nah. —Tomé mi teléfono y marqué el querido número.
—Mande.
—Hermes...
—¿Te ocurre algo Karol? Nunca me llamas cuando estás en la universidad.
—Es que...
—Dime, Dime que te pasa.
—Sergio me ha pintado el cuerno y ahora soy la burla de todos en la universidad. —La sonrisa de Liam era aún mayor que la mía, Él sabe a lo que se dedican mi padre y mi hermano.
—¿Que hizo qué? Ese hijo de puta no sabe con quien se ha metido, Pero no te preocupes hermanita que tu hermano mayor lo va a solucionar, No llores, El amor no existe y te lo he repetido miles de veces.
—Solo no lo mates.
—¿Matarlo? Oh no, Solo jugaré un poco.
—Te quiero mucho Hermes.
—Y yo a ti Karol, En la hora de salida iré por él.
—Gracias Hermes.
—Adiós pequeña. —Colgué.
Liam y yo nos agarramos a carcajadas.
—Pobre de Sergio, Le darán una buena paliza.
—Se lo tiene merecido por ponerme el cuerno.
—Vale, Como si no te conociera.
—¿Perdón?
—Karol, Soy tu mejor amigo y sé que tú también le has pintado el cuerno y más de una vez. —Sonrió sin preocuparse.
—Puede que lo haya hecho, Pero jamás lo ridiculice frente a los demás. —Y aquí es donde entra mi hermoso profesor Derek, pues es su clase en la que estamos y ha tenido retraso.
Estoy enojada con él.
Ayer lo he visto con una tipa muy cariñosa y lo peor es que él sabía que yo estaba ahí.
Su mirada cayó en la mía pero yo la desvié hacia Liam.
—Saquen todos su libro en la página 7. Hoy hablaremos sobre la definición del comercio y los beneficios que trae el estudiarlo.
—¿No crees que ese profesor está muy joven?—Me preguntó Liam—Nunca le he visto una novia.
—No es como si me importase su vida, Liam.
—Yo he visto a la Miss Luciana desnuda.
—¿Qué?—Ahora sí llamó toda mi atención—¿Te acostaste con la Miss de treinta y dos años? Eso es repulsivo.
—Para el amor no hay edad, Karol.
—¿La amas?
—Amo obtener buenas notas y tener sexo a la vez, ¿Quién no?—Volvi a mirar a Derek.
Yo me acuesto con mi profesor de comercio, Mas sin embargo él no me pasa en su materia. Tengo que estarme matando para tampoco quedar mal en su clase porque que vergüenza.
[...]
La clase transcurrió, Y en la hora para marcharse el maestro me habló.
—Señorita Sevilla, Quédese un momento que quiero checar su calificación con usted.
—Agh. —Liam se burló de mí y se marchó. El salón ya había quedado completamente vacío cuando de repente él cerró la puerta con seguro para que nadie nos viera ni pudieran entrar—Ahora que quieres Derek.
—Mr. Derek, Por favor.
—Qué quieres, Derek. —Volví a preguntar de la misma forma y él sigilosamente se acercó hasta mi para acorralarme entre el escritor y él.
—Escuche sobre tu ruptura con Sergio, Es una lástima.
—Si bueno, Así pasa.
—Seguro que estás triste, ¿Cierto?
—A mi Sergio me vale tres pepinos.
—Me alegro que ya lo hayas superado en tan poco tiempo. —Quiso besarme, Pero yo desvíe la cabeza—No me digas que estás enojada conmigo.
—Por qué mejor no te vas con la zorra con la que estabas en el antro.
—¿Estas celosa?
—No.
—Que no se le olvide que nosotros no somos nada, Señorita Sevilla.
—Me decías que terminase a Sergio desde hace mucho, ¿Eso es ser nada? Ya hemos terminado, ¿ahora qué?
—Tú no lo terminaste, él te terminó.
—¡Yo lo termine!
—Pero fue porque lo viste en labios de otra. —Su mano se posó en mi pierna—Veámonos en mi casa esta noche.
—Quiero que me lo digas aquí, Qué mierda somos tú y yo.
—¿Quieres que te diga que novios? Pues no. —Dolió—Soy un profesor que se acuesta con su alumna que no es menor de edad y es muy legal. Solo que para mi trabajo eso no se vería muy bien que digamos. No quiero que me corran de la universidad solo porque se enteraron que me enredo con mi alumna.
—Bien, Pues si no somos nada entonces no me molestaré en tenerte respeto y me podré acostar con los que yo quiera ¿Verdad?—Frunció el ceño, Justo lo que quería.
Su mano cada vez subía más por mi muslo, Pasando por debajo de la falda de mi uniforme y joder, ha llegado a mis bragas.
Sin embargo no hice ningún gesto de placer para que entienda que conmigo no se juega.
—Si tú te quieres acostar con más personas, pues adelante. Pero tú sabes que eres mía y siempre me vas a pertenecer. —¡Si! ¡Soy tuya! ¡Toda tuya!
—Yo no le pertenezco a nadie. —Le retiré la mano con fuerza y lo hice a un lado. Si. Tengo que estar en mi papel de niña ruda—Me voy.
—¿Vendrás a mi casa hoy?
—Tengo planes con alguien mas. —Mentí.
—¿Se podría saber con quién? ¿Lo conozco?
—¿Me importa si lo conoces? Nosotros solo somos maestro-alumno que se enredan. —Abrí la puerta—Seguro que esta persona me lo hace mejor. —Salí hecha furia.
No es posible que tenga un terrible día hoy.
Todo lo que me consolaba era saber que ahora que he terminado con Sergio podría estar por fin con Derek, Pero veo que no.
[...]
Para la hora de salida, Después de recibir muchas burlas de los chicos por culpa de Sergio, Por fin mi hermano llegó por mi.
—Esto se va a poner bueno. —Dijo Liam mientras comía un helado. ¿De dónde lo sacó? No tengo ni la menor idea.
—¿Le has dicho a Hermes lo de Sergio?—Preguntó Valentina con una carcajada—¡Soy tu fan!
—Yo le dije que yo lo podía golpear, Pero me ha dicho que no.
—Tú mejor ya no te metas en conflictos, Recuerda que tienes un partido de Hockey muy pronto y no te puedes lesionar.
—Como sea.
—Bien, Aquí voy. Deséenme suerte.
Hermes se bajó del coche, Siempre tan varonil.
Su cabello era oscuro como la noche. De un oscuro muy intenso. Sin embargo sus ojos eran verdes como los míos y su complexión física es como de una persona que se mata en el gimnasio.
Y en cierta parte sí lo hace, su lugar favorito es el gimnasio de la casa.
Aparte el como iba vestido le daba un toque más formal a todo ya que o salía en ropa de gimnasio o salía con camisas de manga larga y pantalones formales.
Y esta vez ha salido con su ropa de gimnasio.
—Pequeña, ¿Estás bien?
—Si... Solo que no soporto que los amigos de Sergio se burlen de mi.
—Dónde está ese cabrón, Le voy a dar un levantón. —"Levantón" quería decir matarlo, Pero no quiero eso.
—Solo dale una lección, Quiero que siga vivo para que sufra las humillaciones que yo sufrí. —Si, Soy una niña caprichosa.
—Ahí viene ese cabrón. —Sonreí triunfante cuando se separó de mí y fue directo a donde él estaba con sus amigos.
Liam y Valentina se acercaron a mí para admirar el espectáculo más de cerca y eso me fascinaba. Amo que mis amigos me apoyen en mis pendejadas.
—Le va a ir mal.
—¡Hijo de puta!—Hermes le estrelló su puño a Sergio en el rostro, pero no lo dejó caer al suelo sino que lo sostuvo de la camisa y lo siguió golpeando una tras otra tras otra vez.
Sus amigos ni se metían, Ellos saben que Hermes siempre les ganaría.
—Odio ver que golpean a las personas. —Dije—Pero él se lo tiene bien merecido.
—Escuché que andaba diciendo que eras mala en la cama.
—Bah, Lo dice el que pocas veces me llevó al puto orgasmo. Pero en fin...—Suspiré volteando a verlos—¿Quieren venir a mi casa? Los invito a comer.
—¿Comida gratis? Me apunto. —Le sonreí a Liam.
—Yo también voy, Solo que quiero terminar de ver como el papucho de Hermes termina de golpear al idiota de Sergio.
—Ya tarde, Sergio ya no se mueve. —El pánico me invadió y volví a voltear para ver la pelea.
Hermes lo había dejado en el suelo sangrando y simplemente se limpió las manos y empezó a caminar hacia nosotros.
—Listo Hermana, el idiota de tu ex ya no vuelve a jugar fútbol.
—¡Genial!
—¡No es genial Valentina! Hermes, Te dije que solo una lección no que lo matases.
—No lo maté. —Miró por encima de mi hombro y luego volvió la vista hacia mi—Bueno, No lo quería matar pero te ha insultado frente a mi y nadie se mete con un Sevilla y mucho menos contigo.
—¿¡Lo mataste!?
—Solo le disloqué el brazo, Nada de que preocuparse.
—Menos mal.
—Y unas cuantas costillas rotas.
—¡Hermes!
—¡Al auto!—Ignoró completamente lo que decía y se subió a su camioneta de lujo.
Mis amigos también se subieron y yo volteé a ver a Sergio con un poco de lastima.
Aunque mas bien parecía como si no hubiera pasado nada, ya que las zorras de mis compañeras seguían babeando por ver a mi hermano.
Que absurdas.
—¡Sube tu culito al coche, Karol!—Me gritó Valentina y así lo tuve que hacer.
Al llegar a la casa Hermes se fue directo con papá pues al parecer tenían una reunión muy importante.
Habían personas con armas por todo el lugar, Se hacen llamar "seguridad" pero claro que son los lamebotas de mi padre que hacen todo lo que él pide.
Si mi padre quiere que vayan a darle un levantón a alguien, Lo hacen. Si mi padre quiere que vayan por la mercancía, lo hacen. Y lo más importante, si mi padre quiere que me tengan vigilada pues su papel cambia a niñeros.
¿Mi madre?
No vive aquí.
Y tal vez suene extraño decir que la esposa de un mafioso peligroso no vive con él. Pero el amor entre ellos era tan Grande que cuando mi madre decidió separarse de mi padre él ha respetado su decisión en todos los sentidos.
Los de la mafia serán muy cabrones y muy malos, pero tienen respeto a su mujer y eso es lindo.
Mi padre no se ha vuelto a juntar con nadie ni mucho menos trae putas a la casa, ¿Por qué? Por respeto a mi madre y a mi.
Mi padre le sigue pagando las cosas a mi madre con la única y sencilla razón de que no le pida el divorcio.
Exacto, ambos están separados pero no están divorciados.
Pocas veces veo a mi madre, Pero cuando mi hermano y yo la vemos son unos de nuestros mejores días.
Y sé que también algunas personas se preguntarán el por qué mis padres no están juntos.
Ella ya no pudo soportar la idea de que mi padre hiciera cosas indebidas como el tráfico de armas y todas esas cosas, Así que por eso lo ha dejado.
Suena absurdo lo sé, porque como quiera lo sigue viendo cuando nos ve a nosotros.
—Oigan, ¿Y si hacemos una orgía?—Liam me sacó de mis pensamientos cuando se quitó la camisa en mi habitación—Podemos comenzar un trío con nosotros solamente.
—En primer lugar, que asco Liam. Jamás me gustaría ver tu pito chico.
—¡No insultes a mi pito, Valentina! Si bien que desearías darme una mamada.
—¿Podrían dejar de hablar sobre cosas puercas? Me dan nauseas.
—Claro que lo dije jugando lo de la orgía. Sería repugnante que Valentina me viera el pito.
—¿O sea que Karol sí te puede ver el pito y yo no?
—¿Estas diciendo que quieres ver mi pito?
—Solo digo que debe de haber igualdad. Si Karol te muestra sus bubis yo quiero verlas también. Si tú le muestras el pito a Karol yo también quiero verlo.
—¿Y si le muestras las bubis a Karol también a mi?—Solté una gran carcajada. Ha dejado a Valentina sin palabras—Créeme que amaría ver tus bubis.
—¡Liam!—Exclamé en una carcajada—Eres un imbécil de primera.
—¡Pero sé que me aman!—Liam se lanzó a la cama junto a mi—Hoy quiero ver la película de Buscando a Nemo.
—Esa película es para maricas. —Le reprochó Valentina acostándose a su lado—Mejor veamos Duro de matar.
—¡Buscando a Nemo!
—¡Duro de matar!
—¡Buscando a Nemo!
—¡Duro de matar!
No querrán saber quién fue el que ganó al final.
Exacto, Ganó Liam.
[...]
Mis amigos saben que deben de tenerle respeto a mi padre.
El problema aquí es que ninguno lo hace ya que se llevan genial con él.
Sí, Mi padre puede tener un aspecto aterrador al igual que Hermes pero con nosotros es totalmente diferente.
Mi padre se llama Hades.
Y sé que hay personas que se preguntan el por qué ambos tienen nombres raros.
Ambos son nombres de Dioses, Dioses griegos.
Hermes era el Hijo de Zeus -El padre de todo los Dioses-. Hermes es considerado Astuto, Diestro e ingenioso.
Sin embargo, El nombre de mi padre, Hades, es considerado el hermano de Zeus y Poseidon que derrotaron a los titanes. En sí, el Dios griego Hades es el Dios del inframundo. Pero aunque sea el Dios del inframundo cuenta la leyenda que él era el más tranquilo entre sus dos hermanos, él no era tan malo.
Y aunque parezca algo estúpido, En cierta parte a veces pienso que sus nombres fueron hechos para ellos porque es como si los describiera perfectamente a ambos.
Mi padre da un poco de miedo.
Y mi hermano es muy astuto.
—Tu hermano me dijo que le dio una paliza a tu ex novio. —Habló mi padre.
Los tres estábamos sentados en la gran mesa cenando con mucha comida -que seguro se va a desperdiciar la mayoría- como de costumbre. Pues mis amigos ya se habían marchado.
—Es un estúpido.
—El estúpido aquí es tu hermano.
—¿Yo?
—Tú tienes la obligación de defender siempre a tu hermana, me has decepcionado.
—Le di su merecido, Padre.
—Debiste de matarlo.
—No lo van a matar. —Dije—Tendrá que sufrir una humillación en la universidad igual que yo, y quiero estar ahí para también burlarme de él.
—Cuando un Sevilla tiene un enemigo, fácilmente lo quitamos de nuestro camino.
—Dale Padre, que no es para tanto.
—Nomas no te quiero ver que traigas otro novio Karol. Nadie te merece.
—Claro Padre.
—Hablo en serio, Karol. Si me entero que traes otro novio me voy a enojar mucho.
—No debes de ser tan rudo con Karol. —Me defendió mi hermano—Dejémoslo así. Si el próximo novio que tienes no lo aprobamos nosotros, lo mandas a la verga.
—Es imposible que alguien cumpla el estándar que ustedes quieren.
—El hijo de mi amigo sería perfecto para ti. —Volvió a hablar mi padre—El único inconveniente es tu madre que no lo aprueba. —Gracias mamá, te amo.
—No es necesario que me busques novio, Padre.
—Ese tal Sergio jamás me agrado.
—Ni a mi.
—A ustedes nunca les agradará nadie.
—Tu amigo Liam me agrada. Pero jamás te dejaría andar con él. —Y aunque jamás he tenido en mis planes a Liam como novio, la duda me intrigo.
—¿Por?
—Porque el equipo de Hockey en el que juega no me gusta, por eso. —Ja ja ja—Hermes, ¿La mercancía ya llegó al extranjero? O tengo que ir para supervisar.
—Tengo todo bajo control Padre.
—Me alegro de haberte puesto a cargo de ese trato. —No quise volver a hablar el resto de la cena ya que ellos se la pasaron hablando de sabe cuantas cosas en claves para que yo no entendiera.
[...]
Hermes me dejó en la universidad el día siguiente, pero tan sólo lo vi marcharse me he ido de pinta.
Había quedado en ir a los bolos con mis amigos así que me escabullí por detrás de la universidad, crucé unas cuantas rejas oxidadas y me fui corriendo hacia el parque donde dijimos que nos veríamos.
—Pero miren a quien tenemos aquí. —La piel se me puso de gallina al escuchar la voz de los amigos de Sergio detrás de mi.
¿¡Debo usar mi cuchillo!?
Encajas y giras para que sea difícil de cicatrizar.
Recordé las palabras de Hermes.
—Que quieren.
—Fue muy gallina de tu parte llamar a tu hermanito para que solucionara tus problemas, ¿No crees que ya eres muy grande para eso?
—No.
—Pues lo eres. Sergio siempre nos dijo que eras una niña mimada y...—Me di la media vuelta para darles la espalda y comenzar a caminar para ignorarlos—¡Ey! ¡A dónde vas!—Me limité sólo en enseñarles el dedo del medio.
Mala idea.
—Sergio dijo que le hiciéramos daño. —Susurró uno.
¿¡Ya saco mi cuchillo!?
—¡Vamos por ella!—¡Si! ¡Lo saco ahora!
Al sentir como uno me tomaba del brazo, rápidamente saqué mi cuchillo y los apunté con ellos.
—¡Si no quieren que se los encaje, déjenme en Paz! Créanme que aquí a los que les irá peor será a ustedes bola de gilipollas.
—No sabes ni usar ese cuchillo, Perra infeliz.
—Perra infeliz tu madre. Y no me retes niñito porque te lo puedo encajar directo a la pierna y dile adiós al fútbol. —Ambos se miraron como si les causara risa lo que decía—¡Hablo en serio! ¡Lárguense!
—No lo creo...—Uno de los chicos caminó hasta mi pero se detuvo. Creí que había sido porque levanté más el cuchillo, pero no. Pues sus ojos se dirigieron detrás de mi.
Al voltear vi a un hombre trajeado y que se veía muy peligroso; Mierda, son los matones de mi padre.
Eso creía, Hasta que mi vista cayó a un coche negro y muy elegante donde un sujeto trajeado estaba recargado viendo toda la escena con el ceño fruncido.
Yo conozco esos rulos. Pero.... ¿Cuál es su nombre?
Me di la vuelta de nuevo y los chicos ya se habían ido corriendo.
—Que bueno que tengas contigo una navaja para protegerte. Pero te aconsejaría que no los amenazaras y que sólo los apuñalaras.
—En primer lugar, es un cuchillo no una navaja.
—Entonces deberías de tener una navaja. —Me di la vuelta para tenerlo de frente y vi como se rebuscaba el pantalón en busca de algo hasta que sacó una navaja color negra—Toma la mía.
—No necesito nada tuyo.
—Ya van dos veces que te salvo y que no me das nada a cambio.
—No te daré mi culo si es lo que piensas. —Bufé comenzando a caminar pero al pasar por un lado de su coche, ha sido tan ágil que me ha tomado de la muñeca con fuerza—¡Suéltame!—Me sorprendió que lo hizo, me soltó.
—No quiero tu culito sabroso.
—¿Ah no? Entonces qué quieres, Ya te he ofrecido dinero y no has querido.
—Quiero tu nombre.
—Espera, ¿Cómo sabias que estaba aquí? ¿Me estás siguiendo? Mira, si fue por las bebidas de Whisky que dije que eran a tu nombre lo siento, te las pagaré lo prometo, ¿Cuánto fue?
—Las bebidas corren por mi cuenta, el Barman me ha dicho desde tu primer vaso de Whisky que lo has puesto en mi cuenta.
—¿Entonces? ¿Me estás siguiendo?
—Claro que no. Iba pasando y vi como los chicos se te encimaron.
—¿Acaso eres el capitán América? ¿Te la pasas salvando a todos los que se te cruzan en tu camino?
—Me consideraría mas bien el villano. —Eso no me lo esperaba, ahora sí que tiene toda mi atención—Veo que asistes a la universidad que no está muy lejos de aquí. —Su mirada señaló mi uniforme—¿Acaso no te enseñaron a no escaparte?
—¿Acaso tú me vas a enseñar?
—Me encantaría enseñarte tantas cosas. —Un escalofrío me recorrió el cuerpo—Cosas que no tienen nada que ver con tu escuela pero sí que se verían bonitas si llevases ese uniforme de colegiala.
—Me están esperando, me voy.
—No me has dicho tu nombre.
—Y no te lo diré.
—Entonces déjame llevarte a comer. Justo iba a un restaurante y no me apetece ir a comer solo.
—Tal vez no me enseñaron a no escaparme de la universidad pero sí que me enseñaron a no aceptar las salidas de desconocidos.
—No soy un desconocido, tú eres la desconocida.
—Yo...
—¿Karol?—Mierda. La voz de Liam se escuchó por detrás de mi y los ojos del chico de rulos lo miró sobre mi hombro con una sonrisa de arrogancia.
—Te llamas Karol.
—No no es cierto, me está confundiendo con mi hermana. —Mentí dándome la vuelta y sí, ahí estaba Liam.
—Karol, ¿iremos a los bolos? O no. —Se acercó con cautela hacia nosotros—¿Te está molestando? Soy su novio así que te pido que te marches. —Ya no la cagues más Liam, por favor.
El chico de rulos se volvió a reír con arrogancia, joder.
—Veo que te consigues novios muy rápido. Espero que tú no seas un psicópata como su ex novio que la persiguió por el antro.
—No es mi novio. —Suspire—Tal vez sea desmadrosa pero lo que sí tengo es honor y cuando termino una relación obvio que no saldré con nadie más hasta después de un tiempo. —Odio que me juzguen sin conocerme.
—Bien, Karol con honor. ¿Podrías decirle a tu amigo que se vaya? Así podremos estar solos un rato más y tal vez puedas aceptar mi invitación a comer.
—Perdona, ¿Y él quién mierda es, Karol?
—Se llama Roberto y lo conocí en el antro. Roberto, él es mi mejor amigo que seguro que no se molestaría en darte una buena paliza si me sigues molestando.
—Ruggero.
—¿Qué?
—Me llamo Ruggero, No Roberto ni Rogelio como me dijiste aquella noche.
—Como sea.
—Y no te estoy molestando. Yo he salvado a tu amiga de que unos escuincles le hicieran daño. —Liam frunció el ceño.
—Dime nombres.
—Amigos de Sergio. —Le contesté.
—Esos cabrones. Creo que no les quedó en claro el mensaje que les dio tu hermano con Sergio.
—Son unos idiotas.
—Idiota tú, que no tienes con qué protegerte. —Tengo un cuchillo, iba a decir. Pero Ruggero me ha ganado.
—Toma mi navaja suiza.
—Prefiero mi cuchillo Americano. —Me burlé de él. Tomando la mano de Liam y empezando a caminar al lado contrario.
—¡No será la última vez que nos veamos, Princesa!
—¡Jódete!—Su linda risa invadió la avenida solitaria y no se el por qué pero me ha gustado escucharla.
—Ese chico no se me hace de fiar, Karol. —Liam volvió a hablar una cuadra después—Siento que lo he visto antes, ¿Tú no?
—Es el dueño del antro en donde te la vives.
—Tal vez es de ahí donde lo he visto.
Mabel Paz