Los mellizos Potter Y La Pied...

Oleh Kiall_horan

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Todos conocen lo que pasó en casa de los Potter el 31 de Octubre de 1981 en el valle de Godric pero no todos... Lebih Banyak

capitulo 1. ¿El niño que vivió o los niños que vivieron?
capítulo 2. Gred y Feorge
capitulo 3. navidad
Capítulo 4. La Carta y el cumpleaños de lily
Capítulo 5. Neville Longbottom
capitulo.6 Caos en el mundo Muggle
capitulo 7. Los gritos
capítulo 8. Quidditch en la mansión Malfoy
capitulo 9. casas de hogwarts
Capítulo 10. En problemas
capítulo 11. Lily y James
Capítulo 12. Para cada mago su varita
capitulo 13. "Newt" la rata
capitulo 14. disparates pelirrojos
capítulo 15. Los Weasley's
capítulo 16. ¿Gryffindor o Slytherin? y una pequeña visita a hogwarts
capitulo 17. viaje a hogwarts y nuevos amigos
capitulo 18. En el tren...
capítulo 19. Y su casa es... *redoble de tambores*
capitulo 20. La sabia locura de Albus Dumbledore
Capitulo 21. Bromas y castigos
Capítulo 22. Ajo bajo el turbante y la clase de vuelo.
Capitulo 23. Hermanos y Amigos.
Capítulo 24.1 Recordando
Capítulo 24.2 Aprendiendo.
Capítulo 25. El duelo a media noche
Capítulo 26. La practica
Parte 27. Halloween
Parte 28. Primer partido
Parte 30. Nicolás Flamel
Capitulo 31. Norberto, el ridgeback noruego
Capítulo 32. El bosque prohibido.
Capítulo 33. Por la trampilla. Parte 1.
Capítulo 34. Por la trampilla. Parte 2.
Parte 35. El hombre de las dos caras.

Parte 29. El espejo de Oesed

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Oleh Kiall_horan

La navidad estaba cerca, se podía sentir en el enorme castillo de Hogwarts. Eran mediados de diciembre y por los pasillos se podía respirar un aire de jubilo (y el olor de las galletas recién horneadas por los elfos en las cocinas). Aquella mañana Hogwarts había despertado cubierta por un grueso manto de nieve de 2 metros, el lago estaba sólidamente congelado (podías ver a varios niños patinando en este, antes de ser regañados por algún prefecto) y los gemelos Weasley y Lily Snape fueron castigos por hechizar varias bolas de nieve para que siguieran a Quirrell y lo golpearan en la parte de atrás de su turbante.

- No es justo, ni siquiera pudimos ver qué esconde bajo el turbante -Bufó la pequeña pelirroja, mientras fregaba con fuerza los calderos, ya que su padre insistió en ser él el que le diese el castigo.

- Eso no es asunto tuyo Lilianne. Ahora restriega con fuerza, que esa poción herbovitalizante no se quita sola -Responde Severus, que se encontraba sentado en un sillón leyendo el diario "El profeta".

Severus no lo había dicho pero se encontraba realmente enojado con su hija en ese momento. Lily parecía empeñada en meterse en problemas casi todas las semanas por no decir todos los días y ya el pocionista no sabía cómo controlar a la impredecible niña. Y lo peor es que la mayoría de las veces las ideas eran de Lily.

-Criaste una líder, no una seguidora -Dijo con burla McGonagall, una noche en la que Severus fue a pedirle consejos.

Severus se cruzó de piernas y cambió la página del periódico, mirando por encima de este para asegurarse de que Lily continuara con su labor, pero esta lo miraba con cierta preocupación.

- ¿Como sigue tu pierna papá? -Pregunta la niña, levantándose y dejando los utensilios de limpieza a un lado para acercarse.

- Mucho mejor, pequeña -Sonríe a medias, mostrándole su pierna ya casi totalmente sana.

Lily sonríe, haciéndose un lugar en el sillón para acostarse al lado de su padre. Cada que veía la herida de su padre tenía un feo sentimiento en el pecho, la idea de perder a la única persona que le quedaba en el mundo le aterraba. Sintió como su padre la abrazaba y besaba su frente.

- Lily, no te pongas tan cómoda que tienes que seguir limpiando -Le advirtió su padre.

Después de unos minutos Lily se había quedado completamente dormida, Severus pudo saberlo por la respiración relajada de su pequeña y sus calmos ronquidos, casi imperceptibles pero ahí estaban. La niña en cierto punto se acomodó más, abrazada al brazo de su padre y siguió descansando. El pocionista bufó, no tenía el corazón de levantarse y por ende despertar a su hija, a veces se odiaba por ser tan débil ante esa pequeña y problemática maraña de pelo rojo.

Severus entonces tomó su varita, que estaba en una mesita de noche al lado del sillón e hizo un pequeño movimiento con esta para hacer que los utensilios de limpieza comenzaran a limpiar por sí solos, dejaría a Lily dormir.

Y aún así Severus se preguntaba porqué su hija parecía no tener conciencia de que sus acciones tenían consecuencias.

-

Todos los niños estaban impacientes porque empezaran las vacaciones de navidad. Lily normalmente las pasaba con su padre en su pequeño y cálido hogar en el callejón diagon, pero esta vez ambos se quedaría en Hogwarts. A medida que las fechas festivas se acercaban el castillo se ponía más en sintonía con estas, se podían ver guirnaldas y otros adornos en los pasillos; las salas comunes se llenaron de decoraciones alegres y un hermoso árbol navideño que los niños podían adornar a su gusto, lo cual los gemelos aprovecharon para poner adornos con mensajes poco navideños. Esto le costó 5 puntos a Gryffindor.

A pesar de que casi todo el castillo parecía estar festejando, la historia era muy distinta en las mazmorras, las cuales eran normalmente frías y poco coloridas, pero ahora parecían estar el doble de frías. El bajar de un ambiente tan navideño a uno tan... tosco, lo hacía ver más insípido. Cuando Lily bajaba a tener clases de pociones tenía que ponerse 2 abrigos debajo de la capa y una bufanda, porque el frío era casi insoportable a pesar de que su padre encendía la chimenea (claro que solo lo hacía en las clases en las que su pequeña estaba presente, porque de ahí le importaba un rábano si los otros morían de hipotermia). Durante una de esas clases Draco aprovechó para hablar con su hermana.

- Oye, le mandé unas cartas a mi madre y no puede esperar para vernos en navidad. Dijo que ya tiene los regalos para nosotros y...-

- Draco, espera -Lo interrumpió Lily-. Olvidé contarte que mi padre y yo vamos a pasar navidad aquí, en Hogwarts.

En ese momento el Slytherin borró su engreída sonrisa, miró a la pelirroja como si no entendiese lo que acababa de decir y luego dirigió su mirada al suelo mientras arrugaba el entrecejo, finalmente regresó su mirada a sus apuntes en silencio. Lily trató de disculparse pero el chico no escuchaba, realmente estaba ilusionado con pasar las fiestas con su hermana, la extrañaba y parecía que solo él se esforzaba por pasar tiempo con ella, quería poder estar resentido y alejarse pero era su hermana, la única compañía que tuvo durante toda su vida, su mejor amiga.

El rubio entonces se levantó y cambió de asiento con un chico de Gryffindor para sentarse al lado de Crabbe. Concentrándose en no romper a llorar ahí mismo, encontró la mejor forma para distraerse: molestar a Potter.

-Me da mucha lástima -dijo el rubio para que Harry lo escuchara- toda esa gente que tendrá que quedarse a pasar la Navidad en Hogwarts, porque no los quieren en sus casas.

Lily quería responder, pues sabía que el mensaje era para Harry y Ron, pero a sabiendas de que Draco ya estaba muy molesto con ella decidió, no hacerlo y dejarlo disfrutar el momento.

En ese momento la puerta del aula se abrió tímidamente, Severus dejó de leer unos apuntes en su escritorio y volteó su rostro con una expresión de molestia a quien interrumpía su clase.

- Disculpe profesor Snape, necesito hablar con la señorita Lily -dijo el muchacho que se asomaba por la puerta de forma casi tímida.

Lily en ese momento levantó la mirada y con horror contempló ese cabello castaño y ojos avellana. Era ese tonto niño. Rápidamente las mejillas de la pelirroja tomaron color y bajó la mirada, ciertamente una situación incomoda.

- Hey, Lily -La saludó amigablemente-. Es un asunto sobre el equipamiento de quidditch. La profesora Hooch me mandó, señor.

Severus hizo una mueca y le indicó a su hija que tenía 5 minutos. Lily salió sin levantar la mirada y cerró la puerta tras de ella.

- ¿Qué quiere Hooch conmigo? -Preguntó extrañada la pelirroja, mirando al chico que tambien estaba muy sonrojado.

- Ahm, sí bueno yo... mentí sobre eso -el castaño se rascó la nuca algo nervioso-. Quería hablar contigo desde hace mucho...

- Podemos hacerlo cuando no esté en clases -respondió tajante la niña, frunciendo el ceño.

- Mira yo quería disculparme por ese día, decirte que me gustabas de esa forma no fue muy buena idea -dijo mirando hacia otro lado-. Solo quiero poder conocerte, me pareces la niña más genial que haya visto jamás. Te vi en el partido y ¡wow!

Lily solo se sentía incomoda y nerviosa. No la mal entiendan, aquello que decía era muy dulce de su parte, pero la primera vez que hablaron ese chico trató a Neville muy mal y Lily simplemente no podía olvidar aquello.

- Yo... -Justo cuando Lily iba a responder el profesor Snape abrió la puerta abruptamente, haciendo suficiente ruido como para que todos ahora todos los miren. Merlín ahora esto era incluso más incomodo.

Y sí, tal vez Snape había escuchado todo lo que ese mocoso le decía a su dulce hija gracias a un hechizo. Y sí, tal vez Draco le había contado a Severus sobre cierto muchacho Gryffindor que trataba de cortejar a su pequeña y única hija. Y sí, tal vez Snape lo había identificado hace más de una semana y le había estado poniendo notas apenas aceptables a todos sus trabajos. Era un muchacho simplón, sin nada espectacular o sobresaliente, apenas aceptable. Nadie se merecía a su pequeña y mucho menos ese don nadie. ¡Y sí! ¡Tal vez Snape odiaba a ese niño!

Está de más decir que el chico tuvo que quedarse castigado por ordenes de Snape a limpiar los calderos, fue muy raro que después de ese castigo se le quitaran las gana de hablar con Lily ya que el resto del año no volvió a dirigirle la palabra.

Lily salió con Dianne Lefevre del curso cuando la clase terminó. La castaña había notado la tensa situación en clases, era curioso como Lily había reaccionado, puesto que la pelirroja siempre era explosiva y no dudaba en contestar, esta vez ella se quedó en silencio mientras el profesor la regañaba aunque ella no había hecho nada. Así que la Slytherin permanecía en silencio por más que moría por saber el chisme completo.

Ambas niñas salieron de las mazmorras, subiendo y buscando un lugar donde sentarse y poder pasar el rato, decidieron quedarse en el patio de entrada, donde se sentaron en el verde césped y comenzaron a hablar de muchas cosas, sobre todo de quidditch (Lily evitaba a toda costa hablar sobre lo pasado en el aula de pociones) cuando de repente aparecieron 2 pelirrojos que se arrodillaron, uno a cada lado de Lily, tomandola cada uno por un brazo.

- Lamentamos interrumpir, señorita Lefevre -Dijo con extremeda elegancia George.

- Pero tememos que debemos interrumpir su elocuente charla -Continuó Fred.

Dianne ríe.

-Ni siquiera creo que sepas qué significa esa palabra.

Fred entrecierra los ojos hacia la slytherin.

-Como sea, nos la llevaremos un momento, luego te la regresamos -Dijo George, guiñando un ojo a la castaña a lo cual ella sonríe un poco nerviosa.

- ¿Espera qué? -Ambos levantaron a la pelirroja y se la llevaron contra su voluntad- ¡No! ¡Dianne! Esto es secuestro chicos, que quede en evidencia que me están secuestrando. Ustedes par de...

Dianne se quedó sentada, viendo como Lily era prácticamente arrastrada por el par de gemelos que tal vez ya se habían enterado de todo el problema durante la clase de pociones y eran menos sutiles. La Slytherin se quedó así durante unos momento, hasta que vio al trío dorado moviéndose en dirección a la biblioteca. Se encogió de hombros y decidió ir con ellos, después de todo no tenía nada que hacer.

Al alcanzarlos pudo ver que estaban hablando super bajito, lo cual era algo raro ya que Ron prácticamente gritaba al hablar y Hermione siempre le decía que bajase la voz un poco. Se acercó por la espalda de Harry y logró escuchar un poco de lo que decían.

- Y no olviden que no podemos preguntarle a la señor Pince, ella podría decirle al profesor Snape que buscamos sobre Flamel.

- ¿Quién es Flamel?-Preguntó entonces la Slytherin.

- Ya sabes, Nicolas Flamel -respondió despistadamente Ron.

Pero entonces los tres levantaron la cabeza y miraron a Dianne, sus expresiones cambiaron drásticamente y Hermione pellizcó el brazo del pelirrojo.

- ¡Dianne! Hola ¿No estabas con Lily? -Preguntó Hermione, saliendo del shock inicial.

- Sí, pero se la llevaron los gemelos. ¿Quién es Flamel y por qué Snape no se puede enterar?

- No es nadie, solo es una investigación privada -Dijo bruscamente Harry, tratando de entrar a la biblioteca.

- Pero ¿por qué no le preguntan a Lily? ella sabe mucho de casi todo.

- ¡No! -Saltaron entonces los 3 niños a la vez.

-Okay ¿Qué está ocurriendo aquí? Creí que Lily era su amiga.

- ¡Lo es! -Respondió Hermione.

- ¿Entonces? ¿Por qué le quieren ocultar cosas?

- No es de tu incumbencia, Lefevre -Ahora fue Ron quien toscamente trató de cerrar el tema e intimidar un poco a la niña castaña.

Dianne era conocida por 3 cosas en la casa de las serpientes, por su familia francesa-sangre pura y con influencias en el ministerio, por su carácter fuerte y por su mirada, una mirada que podía hacer que cualquier niño pidiera disculpas sin siquiera haber hecho algo. Y en ese momento Ron recibió esa mirada. El pelirrojo retrocedió un poco, sonrojándose hasta las orejas por tenerle miedo a una niña.

- Bien, me voy. Pero quiero saber qué piensa Lily de que sus tres mejores amigos le oculten cosas y saber de paso si sabe algo de Nicolás Flamel -Se encoge de hombros la castaña, sonriendo un poco logrando que sus hoyuelos se noten en sus mejillas.

- Es el diablo -susurró Ron.

- Vale, vale. Te diremos -Dijo Harry-. Pero no puedes comentárselo a Lily, no por ahora. Debes prometerlo.

La castaña dudó un momento en hacer el trato, no quería ocultarle nada a la pelirroja, pero también quería saber qué tramaban esos 3. Estaba en una pequeña encrucijada y obviamente iba a elegir la del cotilleo y luego correría a contarle todo a Lily porque los amigos son antes que nada.

- Bien, Potter.

Entonces los 4 salieron del pasillo hacia los patios, se sentaron en el césped y, al verificar que nadie estaba alrededor, le contaron todo a la chica. Dianne había demostrado desde un principio no ser como el resto de las serpientes, parecía llevarse mejor con otras casas que con los de su propia casa, por esto los 3 habían confiado en ella (además, ella más de una vez se había quejado de lo mucho que detestaba a Snape, así que estaban en la misma página). Una vez acomodados Harry comenzó a contarle todo lo que sabían hasta ese momento, lo cual tampoco era mucho. Solo sabían que Hagrid había sacado ese paquete el mismo día que fue con Harry a Gringotts, luego entraron a esa misma bóveda para tratar de robar lo mismo que Hgrid ya había sacado para Dumbledore, le contaron sobre el enorme perro de tres cabezas llamado Fluffly que parecía resguardar ese paquete en el corredor del tercer piso, también sobre de que Snape trató de robar el paquete ya que fue herido por él y sus sospechas de que él dejó entrar al trol.

- Y claro no olvidemos de que él le estaba haciendo mal de escoba a Harry ¡Casi lo mata! -dijo Ron.

En ese momento la Slytherin estaba completamente en silencio, su ceño se frunció varias veces durante el relato y boqueaba sin saber qué decir...

- Y Lily solo sabe la mitad de esto, ella y Harry descubrieron que lo había herido Fluffly, pero no le hemos dicho nuestras sospechas o sobre Flamel. -expone Hermione-. Sabemos que ella no se va a poner en contra de su padre y tampoco queremos eso, solo no queremos que ella se sienta mal. Queremos encontrar suficiente información y en algún momento decirle pero cuando estemos seguros.

- Sí, como cuando se lleven a Snape a Azkaban -dijo con malicia Ron y nuevamente recibió un codazo de Hermione.

Dianne para ese momento había logrado procesar todo y, a pesar de lo loco que todo sonaba y arriesgado, ella se ofreció a ayudarlos; distraería a Lily mientras ellos investigaban, ya que entendía porqué lo hacían, además todo era demasiado interesante y era eso o ir a casa y pasar navidad con su familia paterna que ni siquiera celebraba la navidad.

*

-Uff pobre chico ¿Te imaginas que el profesor Snape sepa que te gusta su hija y justo te toque castigo con él? Me compadezco de él -Dijo George, una vez Lily les contó todo.

- ¿Pobre chico? Pobre idiota querrás decir -bufó Fred.

- Fue muy tonto al hacer eso, pudo buscarme durante la cena -murmuró la pelirroja, encogiéndose de hombros.

- Bueno, bueno. Hablemos de otras cosas -Dijo rápidamente Fred, queriendo cambiar de tema.

***

Una vez comenzaron las vacaciones, Lily pasó mucho tiempo con Dianne y los gemelos Weasley. Los tres solían hacer cualquier bobería que al otro se le ocurriera, como rodar por las grandes colinas en los campos de Hogwarts, molestar a los slytherin (Lily había conseguido hechizar la platería de la mesa esmeralda, haciendo que estos se pegaran a los labios de quienes los usaran. De lo cual salieron librados porque, aunque todos lo suponían, nadie podía asegurar que fueron ellos), pero claro que excluyendo a Lefevre. También los gemelos les enseñaron a las chicas lugares escondidos en Hogwarts, por ejemplo el pasadizo secreto de la sala de trofeos al que Lily quiso entrar pero los gemelos se negaron ya que decían que era bastante peligroso. También les enseñaron los retratos que escondían pasadizos en el primer piso por si en algún momento lo necesitaban.

Cuando Lily no pasaba con los gemelos y la Slytherin, se quedaba con Ron y Harry. Y mientras los chicos jugaban ajedrez mágico, ella leía esos libros que por una u otra razón no había podido leer antes. Ron era bastante bueno (algo que sorprendió a la pelirroja) y normalmente le daba palizas al chico de lentes. Incluso a ella le ganó. Lily se puso como meta personal ganarle al pelirrojo en esas vacaciones, pero nunca lo consiguió.

La víspera de navidad, Lily cenó con su padre en su despacho, el pocionista se había hecho de un pequeño banquete navideño, había un gracioso, pero hermoso, arbolito (muy pequeño para ser considerado un pino) adornado con cascabeles, guirnaldas y decoraciones de quidditch. Snape padre había hechizado una snich dorada para que revolotear por la habitación y cada que Lily la atrapaba este se abría para darle dulces, también había hechizado un violín que entonaba las más dulces melodías navideñas. Se había esmerado para que la noche buena fuese especial para su hija.

Los pequeños elfos iban y venían con platillos, sirviendo a ambos magos (dándole a Snape un fino vino y a la pequeña jugo de arandanos). Lily sonreía y agradecía por cada plato, los elfos estaban muy confundidos ante tanta amabilidad y se miraban sin saber cómo responder, haciendo varias reverencias antes de alejarse.

- Lily, cariño -Llamó su padre y la niña levantó la vista de la deliciosa tarta de fresas que, un elfo de ojos azules y tres pelos en la calva, le había servido segundos antes.

- ¿uh?

- Este año no hiciste una lista de deseos para navidad ¿tienes fiebre o algo? -La pequeña ríe y sus dulces ojos se achinan.

- No es eso, pa. Es que no hay nada que quiera en estos momentos. Estuve pensandolo mucho y tengo muchos libros que aún no termino de leer y me diste la nimbus 2000 hace no mucho. Voy a pasar las fiestas contigo y mis amigos, no necesito nada más.

Severus retrae los labios y trata de disimular una sonrisa. Después de eso el mago escoltó a su hija a su sala común, la niña caminaba tomando su mano, dando pequeños saltitos y tarareando una pegajosa melodía que Severus maldecería porque días después no pudo quitársela de la cabeza.

Al llegar al retrato de la dama gorda Lily dice la clave y esta le da el paso, la pequeña abraza a su padre antes de entrar, sonriente. La relación con su padre nunca había sido mala aunque tampoco eran tan cercanos por todos esos meses alejados, pero ahora Lily sentía que el lazo con su padre cada día era más fuerte.

La pequeña Snape fue a su habitación, donde su pequeña rata mascota esperaba acostada en el centro de la cama, Newt la vio y se levantó, estirando su pequeño cuerpo para que su dueña lo levantara y le diera unos muy merecidos mimos. Después de saludar a su mascota y darle unas frutas que había pedido a los elfos durante la cena, la pelirroja se puso la pijama y se metió a la cama, esperando a que Newt terminara de comer para apagar la luz, sintiendo al pequeño ser metiéndose debajo de su almohada para dormir.

Sinceramente Lily no esperaba recibir ningún regalo al día siguiente, porque literalmente no había pedido nada a nadie, entonces al levantarse y ver un pequeño montón de paquetes al pie de su cama se sorprendió gratamente. Era todavía demasiado temprano pero eso no le importó, se estiró y tomó el paquete más cercano. El paquete era el más pequeño, con una adorable envoltura rosada y dorada, tenía una dedicatoria pegada a este que decía:

"Feliz navidad, Linda. Espero estés pasando un día mágico y que Severus no te castigue este día. Te extrañamos mucho en casa, cuando Draco dijo que no vendrías se me partió el corazón, pero espero verte pronto en verano

Con amor y cariño.
Narcisa Malfoy"

Lily abrió el bien envuelto regalo y se encontró con un collar plateado con un hermoso dije que era una dorada pluma de pavo real. La niña no tardó en ponérselo, era algo ostentoso pero se veía bien junto al collar que le había dado Draco, que ahora portaba el escudo de Gryffindor.

El siguiente regalo era de parte de álbus, era un poco más grande que el de Cissy pero no tanto, era una cajita café sin envolver pero tampoco se veía descuidada. Al abrirla vio una pequeña cosa que no sabía qué era, la sacó de la caja y analizó con cuidado, era rectangular, mayormente plateada pero con detalles dorados, tenía unos agujeros cuadrados en uno de sus lados. Vio la nota al fondo de la cajita y la leyó.

"A tu edad saber tocar un instrumento puede salvar tu vida. Es una armónica y si aprendes a entonarla antes de medio día le doy 10 puntos a Gryffindor.

Jojojo y feliz carnaval

Albus Dumbledore"

La inmaculada y casi perfecta letra de Albus saltó a la vista, sonríe y se pregunta cómo funciona ese aparatito. La guardó en su túnica, sería interesante descubrirlo.

El siguiente paquete era enorme, era verde con una cinta negra y un moño plateado. Tenía una carta y decidió leerla primero. Del sobre cayeron un papel y una foto instantánea, vio la foto; era una donde dos niños sonreían alegremente, el niño saludaba tímidamente y la niña a su lado parecía efusiva, abrazando a su amigo. Debían tener su edad o ser un poco más grandes a como Lily era actualmente, pero la foto se veía bastante antigua. Se apresuró a tomar el papel para leer la carta.

"El día que se tomó esta foto tu madre y yo cursabamos nuestro segundo año en Hogwarts, no recuerdo bien quién tomó la foto pero la atesoré hasta el día de hoy. Eramos muy pequeños y pensábamos que la vida iba a ser muy fácil, nos graduariamos y estaríamos siempre juntos. La vida no es fácil en absoluto, Lily. Pero trato de hacerla fácil para ti. Cuando tu madre murió prometí cuidar de ti como lo más valioso en este mundo y así lo he hecho, porque eres lo más preciado que tengo. Tu madre estaría muy orgullosa de ti, como yo lo estoy cada día

Y sé que dijiste que no querías regalo pero me tomé la molestia de pensar en algo por mi cuenta

Feliz navidad, Lily

Con amor, papá"

La pequeña niña luchaba por no llorar a esas alturas, su madre y ella tenían un parecido increíble. Llevó la foto a su pecho con cariño y fue a guardarla debajo de su almohada, dónde también se encontraba el collar que Albus le había regalado hace no mucho. Secó sus ojos que se habían humedecido un poco por las lagrimas y procedió a abrir la caja envuelta a mano (muy notoriamente).

Al desenvolverlo se encontró con un baúl hecho con una fina madera de acre, con una delicada capa de barniz que lo hacía brillar como si estuviese hecho de caramelo; el baúl estaba lleno de detalles, algunas hojas talladas, figuras curvas que se cruzaban unas contra otras y circumbalan en diferentes direcciones, pero sobre todo resultaban los dibujos de pequeñas personas jugando quidditch tallados en la madera.  Pasó sus dedos por los relieves y estos hormiguearon ante el tacto. Abrió el baúl despacio temiendo romperlo y al mirar dentro sus ojos se abrieron con sorpresa y emoción, dentro había un set completo de pelotas para jugar quiditch, una quaffle, 2 bludgers y una snitch. Sobre una de las bludgers su padre se había tomado la molestia de escribirle una nota recordandole no soltarlas en el dormitorio.

Lily sonrió y cerró el baúl, tomando ahora un paquete que no tenía una forma específica, lo desenvolvió sin cuidado y se encontró con un grueso jersey de color celeste. Lily lo amó. Se lo puso sin saber realmente quien era el remitente. Por último abrió el regalo de Hermione, eran unos chocolates muggles "Que cosa más rara, no explotan o saltan" Pensó Lily, pero vaya que estaban muy ricos.

La pelirroja estaba radiante de felicidad, tomó a su rata mascota y la puso en su hombro antes de salir de su habitación e ir hacia el cuarto de Harry y Ron, quería mostrarles su Jersey.

- No puede ser ¿A ti también? -Fue lo primero que dijo Ron al verla, su rostro se tornó rojo y parecía querer desaparecer.

- Feliz navidad a ti también, Ronald -Dice muy confundida la pelirroja- ¿Mi existencia le molesta o qué? -le pregunta a Harry ya que Ron parecía no querer mirarla a los ojos.

- El Jersey, lo hizo la mamá de Ron -explica un sonriente Harry, mostrando el suyo-. También recibí uno.

- Oooh tu madre es un encanto, Ronald -Dijo con sinceridad la pelirroja-. Y yo no le envié nada -murmura con pesar.

- Como sea -Refunfuña el pelirrojo- ¡Solo te vio una vez! ¡Y te da un Jersey!

- Qué te puedo decir, soy un encanto -Se mofa la niña, haciendo hacia un lado su cabello y sonriendo.

- Creo que hasta al panadero le hizo uno -refunfuña Ron, tirando hacia un lado su Jersey.

Lily iba a seguir molestandolo pero en ese momento el pequeño y escurridizo Newt saltó de su hombro y se lanzó sobre Scabbers, la niña pudo atraparlo por la cola juntos antes de que este encajara sus dientes en la otra rata.

- ¡Newt! Por Merlín que ocurre contigo -la pelirroja lo metió en su bolsillo y cerró este para que la ratita no se escapara-. Lamento mucho eso Ron.

Pero el pelirrojo ni siquiera se había percatado de todo el drama, pues estaba viendo fijamente a Harry, que sostenía una especie de capa con un color gris platinado singular.

- He oído hablar de esto -Dijo, tenía una cara de sorpresa que Lily describiría como de "tonto". El pelirrojo le tira las trajes a Lily para acercarse más a Harry.

- Hey

- ¿Acaso no ves lo que es, Snape? ¡Es una capa de invisibilidad! -Dijo emocionado el chico y Lily abrió los ojos sorprendida, ahora ella tenía la cara de "tonta"-. Anda, Harry... Pruebatela.

Harry miró a Lily como esperando que ella se negara, pues la niña muchas veces era la más sensata de los tres, pero ella solo asintió pausadamente, expectante. El moreno se colocó la capa sobre los hombros y ambos pelirrojos saltaron hacia atrás.

- ¡Lo es! ¡Mira abajo!

Lily veía con gran sorpresa como el morocho había desaparecido casi por completo, ahora solo se veía su cabeza flotando por la habitación. Aún no podía salir de su asombro pero de pronto vio como un papelito se caía de la capa, lo tomó y se lo pasó a Harry.

"Tu padre dejó esto en mi poder antes de morir. Ya es tiempo de que sea devuelto. Utilícenlo bien.

Una muy feliz navidad para ti".

El moreno se quedó perplejo, mirando la nota. Lily lo miró extrañada y Ron solo miraba la capa y hablaba de lo mucho que haría con una así.

- Callate de una vez Ronald -Pero el pelirrojo siguió parloteando- ¿Estás bien Harry?

- Sí, sí. Nadie firmó la nota, es todo -Sonríe y la guarda en su túnica. ¿Quién le había enviado la capa? ¿Realmente había pertenecido a su padre? ¿Por qué hablaba en plural? Tal vez se refería a él y a sus amigos ¿No?

Abruptamente, el silencio que se habia producido entre ambos, fue interrumpido por los gemelos Weasley, que abrieron la puerta de golpe y entraron a la habitación.

Harry tomó la capa y la escondió debajo de la cama.

- ¡Feliz navidad! -Gritaron ambos. Golpeando el hombro de Ron por turno (Auch!) y despeinando a Harry y Lily, como saludo.saud

- ¡Eh, mira! ¡A Harry y Lily también les han regalado un Jersey Weasley!

Fred y George llevaban jerséis azules, uno con una gran letra F y el otro con la G.

George se acercó a Lily y escudriña el suéter que ella llevaba, haciendo que la pequeña se hiciera hacia atrás.

- Fred, el de Lily es mucho mejor que el nuestro.

- Sí, el de Harry también -Dice el pelirrojo, que tenía el Jersey verde de Harry en sus manos. El mayor frunció el ceño-. Es evidente que se esmeta más cuando no es para la familia.

- ¿Por qué no te has puesto el tuyo, Roro? -Quiso saber George-. Vamos, pruebatelo, son bonitos y abrigan

-Detesto el rojo oscuro -Se quedó Ron, mientras se lo comenzaba a poner.

Lily se ríe pero realmente quería golpear a Ron por no apreciar el regalo de su madre.

- No tienen la inicial en los suyos -observó George-. Supongo que ella piensa que no se van a olvidar de sus nombre. Pero nosotros no somos estúpidos... Sabemos muy bien que nos llamamos Gred y Feorge.

- ¿Qué es todo ese ruido?

Percy Weasley asomó la cabeza a través de la puerta, en su mirada se notaba la desaprobación. Traía el Jersey bajo el brazo y su insignia de prefecto puesta en la pijama.

- Tal vez ustedes no se olvidan de su nombre pero parece que Percy sí -murmura Lily, señalando la insignia en las ropas del mayor. Logrando que George suelte una carcajada y que Percy la mirara entrecerrando los ojos.

- ¡P de prefecto! Veo que llevas un Jersey marca Weasley patentado ahí. Pruebatelo, Percy, vamos. Todos nos lo hemos puesto, hasta Harry y Lily tienen uno.

-Yo... no... quiero -Se queja Percy, mientras los gemelos lo forzaban a ponérselo, tirandole las gafas y su preciada insignia al suelo.

- Y hoy no te sentaras con los prefectos -dijo George-. La navidad es para pasarla en familia.

Los gemelos cogieron a Percy y se lo llevaron de la habitación, con los brazos sujetos por el Jersey.

Lily se acercó a las cosas que dejó caer Percy y las tomó, vio de cerca la insignia y notó que era nueva ya que la que le dio a Peeves tenía un pequeño rayón en la parte de atrás.

- A veces es tan fácil que no es divertido -Se burla, lanzando la insignia al aire y atrapandola-. ¿Creen que el calamar Gigante quiera ser prefecto?

Ambos niños rieron.

- Hey Harry ¿sabes qué es esto? -La pelirroja saca el artefacto que Dumbledore le había regalado-. Es que, sin ofender, se ve muy muggle y creí que podrías ayudarme.

- Es una armónica -respondió Harry-. Es un instrumento musical, solo pon esta parte en tu boca y sopla -indicó y luego se la pasó a la niña.

Lily esperó a que los chicos se arreglaran para ir al gran comedor y aprovechó para practicar con su nueva armónica, no era tan difícil pero tampoco fácil.

*

- Hey Potter, escucha esto -Lily procedió a entonar una muy desafinada versión de una canción navideña.

- Lilianne, no arruines el momento -Gruñe Ron, que disfrutaba con Harry de las hermosas y brillantes decoraciones del gran comedor.

Harry era muy amable para decir algo negativo.

Y es que el gran comedor ciertamente parecía el sueño de cualquier niño que ame la navidad. Los adornos parecían tener vida propia, la comida podías olerla hasta en lo más profundo del gran comedor e incluso Dumbledore usaba un bonete floreado. Lily nunca había visto algo así, a pesar de que en las navidades los Malfoy se esforzaban porque ambos tuvieran todo lo que quisieran (las veces en las que Snape no podía ir a recogerla y lo hacía el día después de navidad).

Su rata mascota, Newt, corría por la mesa jugando con los pequeños ratones que salian de los huevitos sorpresa que Harry y Ron parecían amar. Lily miró confundida a su rata, como parecía llevarse bien con otras especies pero odiaba a Scabbers inmensamente.

Lily vio a Dianne acercarse y, después de desearle una feliz navidad, se sentó junto a ella y disfrutó con los Gryffindor. Hablaban de los regalos que recibieron cuando Lily vio como un par de bonete floreados iguales al de Dumbledore se aproximaban, el de flores azules se posó sobre la cabeza de Dianne y el de flores rojas sobre la cabeza de Lily. La pelirroja vio hacia la mesa de profesores y el director le sonríe y asiente hacia ella, Lily le devuelve el gesto en agradecimiento y se acomoda el bonete, recibiendo elogios de los gemelos.

- Hey Lilianne, estábamos pensando en ir a descansar un poco a la sala común y luego ir al patio a jugar en la nieve -dijo un sonrojado George que minutos antes había sido besado en la mejilla por una ravenclaw que aprovechó el muérdago sobre su cabeza, aún tenía la marca del labial en su mejilla llena de pecas.

- También eres bienvenida, Lefevre -Sonríe Fred, que no había recibido un beso y parecía decepcionado al respecto.

- Claro -responde la Slytherin

- Sí, primero iré a saludar a mi padre y a Albus -dijo la niña-. Los alcanzo en la torre.

La niña se levantó y fue hacia la gran mesa de profesores, su rata newt había saltado a su hombro y caminaba de un lado al otro inquieto, escondiéndose en su bolsillo cuando llegaron.

- F-feliz na-navidad, señori-rita Snape -dijo un pálido Quirrel.

-Feliz navidad, profesor -respondió secamente.

Lily cruzó su lado y fue hacia su padre, el cual la recibió con una cálido abrazo que hizo a la señorita Sprout decir "aaw".

- Feliz navidad, cariño -Dijo el pocionista.

- Feliz navidad, papá -la niña sonríe y se separa de su padre.

-Feliz navidad, Lilianne -Dijo Dumbledore que estaba sentado al lado de Severus.

-Feliz navidad, Profesor.

-Tío Albus me gustaba más -dijo con decepción en voz baja el mago, jugando con la punta de su barba.

-¿Te gustó mi regalo? -quiso saber Snape.

-Te dije que no era necesario, pero sí, me encantó.

- ¿Y el mío? -Pregunta Dumbledore.

La niña procedió a sacar su armónica y entonó una suave, pero poco pulida,  versión de una canción navideña.

- Aún tengo que practicar.

-¡Bravo! -celebró el mago de barba plateada-. ¡5 puntos para Gryffindor!

- Si fuera por ti me darías puntos hasta por respirar -dijo la sonriente niña.

- Lo haces espléndidamente, calabaza -dijo el mago.

Lily ríe.

- Bueno, me tengo que ir. Mis amigos y yo iremos al patio a jugar con la nieve -se despide de ambos con un beso en la mejilla-. Los veo luego.

- Claro, abrígate bien, cariño. -Severus se despide con un ademan y una pequeña sonrisa.

- Irás a espiarla de todas formas ¿cierto? -Preguntó Dumbledore cuando Lily ya se había ido, mientras comía un pudin.

- Si se resfria tú no estarás toda la noche en vela viendo que le baje la fiebre.

- ¿Solo eso? -El mago lo miró con una ceja alzada.

- No me gusta como le hablan esos gemelos -gruñe Severus.

*

Lily nunca se había divertido tanto en su vida. Todo había comenzado con ángeles de nieve y terminó en una dramática pelea de bolas de nieve, en la que Ron y los gemelos conformaban un equipo; Harry, Lily y Dianne, otro. Dianne era hábil, competitiva y lista; Lily era todo eso por 5 y despiadada, Harry era la voz de la razón y les decía que hechizar una mega bola de nieve y lanzarselas era demasiado.

Regresaron a la torre de Gryffindor cansados, empapados y casi congelandose de frío. Dianne decidió pasar la noche ahí ya que Lily tenía la habitación para ella sola, en cambio ella no tuvo la suerte de que la latosa de Pansy se fuera en las vacaciones, esa niña solo hablaba de Malfoy.

Fue una noche genial y cuando todos se fueron a dormir, incluso Dianne, Lily se quedó mirando el fuego crepitar y de vez en cuando lo movía con el atinados. Era extraño que después de sentirse tan feliz ese día, ahora se sintiera tan sola. Y es que en ese tipo de fechas solo podía pensar en su madre, en que tal vez su padre y ella hubieran ido a casa a pasar las fiestas con su madre, Lily Evans prepararía un rico pavo, Severus y ella pondrían la mesa y disfrutarian, tal vez sin tantos lujos como los de Hogwarts, pero juntos. Se limpió las lágrimas que vivamente habían comenzado a caer y quemó una carta que había escrito para ella entre lágrimas, solía hacerlo cuando la extrañaba. Siempre se preguntaba cómo podía extrañar a alguien que no había conocido, pero es que la necesitaba tanto que le dolía el pecho.

Cuando estaba por subir para dormir vio a Potter bajando apresuradamente con la capa de invisibilidad entre sus brazos.

Se miraron fijamente

- No sé a donde vas pero jalo.

- No, Lily.

Claro que Harry iba a la sección prohibida de la biblioteca y Lily no podía saber qué buscaba.

- Si no me llevas gritaré.

- Eres peor que Peeves -el moreno la miró unos segundos pero sabía que la niña no sedería-. Bien, puedes venir. Pero no hagas preguntas.

- Okay -la niña se encogió de hombros.

- ¿Estabas llorando? -Preguntó cuando se acercó y pudo ver sus ojos rojos y su nariz igual.

- Dijimos sin preguntas, Potter.

El menor frunció el ceño pero puso la capa sobre ambos y avanzaron para salir por el retrato de la dama gorda.

—¿Quién está ahí? —chilló la Dama Gorda. Ninguno dijo nada. Anduvieron rápidamente por el pasillo.

Lily no sabía hacia donde iban pero no preguntó. Se detuvieron en la gran puerta de la biblioteca y no pudo evitar mirar extrañada a Potter, no leía ni para las clases. Pero no preguntó.

Entraron y el menor prendió una lámpara para poder iluminar el camino pues la biblioteca estaba oscura y daba un aire fantasmal que se atenuó más con la lámpara.

Siguieron andando hasta llegar a la soga que separaba los demás libros de los de la zona prohibida, cruzaron con cuidado de no caer y Potter estaba muy concentrado en encontrar algo.

- Lily, sosten la lámpara.

La menor sostuvo la lámpara mientras Harry miraba los títulos de cada uno de los libros. Lily quiso decirle que era más fácil usar un Lumos, pero prefirió que Harry siga quedando como un tonto.

Harry sacó un libro de pasta negra y plateada, era muy grande. Lily tuvo que ayudarlo para abrirlo y entonces un grito desgarrador; espantoso, cortó el silencio... ¡El libro gritaba! Harry cerró rápidamente el libro pero este seguía gritando, de forma ahogada que hacía que fuera aún más aterrador.

- Hazlo callar -susurró la niña pero Harry se movió torpemente e hizo que soltara la lámpara, la cual se rompió estrepitosamente en el suelo.

Volvieron a poner el libro en su lugar (el cual seguía gritando) y salieron corriendo de ahí, pues había escuchado como alguien se acercaban. En la puerta se toparon a Filch y pasaron por debajo de su brazo, pues este miraba fijamente hacia el lugar de donde venía ese horrible chillido.

Ambos estaban tan ocupado huyendo que no prestaron atención al camino y cuando se detuvieron para recuperar el aire se dieron cuenta de que estaban perdidos.

- ¿Cómo es que... siempre logras que ocurran estas cosas? -Preguntó la niña casi sin aliento.

Harry le tapó la boca cuando escuchó una voz que lo heló hasta los huesos.

-Usted me pidió que le avisara directamente, profesor, si alguien andaba dando vueltas durante la noche, y alguien estuvo en la biblioteca, en la Sección Prohibida.

La voz del celador parecía demasiado cercana, ambos contuvieron el aliento.

-¿La Sección Prohibida? Bueno, no pueden estar lejos, ya los
atraparemos.

Ambos se miraron, pues Filch y Snape parecían cada vez más cerca y el pasillo era tan estrecho que capaz los chocaban. Harry vio una puerta y con un gesto le indicó a Lily que entraran, lo hicieron lo más silencioso que pudieron y para su suerte no alertaron a ambos adultos que pasaron delante de la puerta a paso apresurado.

Esperaron unos segundos antes de moverse nuevamente. Lily miró alrededor y pudo ver que se trataba de una sala en desuso, pues los pupitres estaba volteamos y todos estaba puesto hacia las paredes para de esta forma dejar un enorme espacio en medio, hecho apropósito para colocar en medio del salón un enorme y hermoso espejos.

Este era dorado en los bordes y con hermosa caligrafía tenia tallado lo siguiente Oesed lenoz aro cut edon isara cut se onotse.

Harry fue el primero en acercarse y dejó a Lily destapada, la niña lo miró con curiosidad pues este se quedó petrificado frente a su imagen, se llevó la mano a la boca evitando gritar y miraba a su alrededor con aires confundidos.

- ¿Harry...?

- ¿Mamá? ¿Papá? -El menor susurró con sorpresa.

- ¿Qué ocurre?

- Son mis padres, Lily. Mis padres... en este espejo.

El moreno se acercó y tomó la mano de la niña para que se pusiera delante.

- Miralos.

Cuando Lily vio su reflejo no solo estaba ella, también estaba una hermosa mujer que la miraba sonriente, una sonrisa dulce y llena de sentimientos.

- ¿Mamá?

- ¿Qué?

- Es mi mamá, mirala Harry.

- No puede ser... yo veo a mis padres. ¿Es diferente para ti?

Ambos se miraron pero rápidamente Lily apartó su mirada para ver a su madre y justo después se le unió su padre, ambos la miraban con orgullo.

- Puedo... ¿quedarme un rato más? -pregunta con los ojos llorosos. Harry no respondió a eso-. Hola mamá, yo... ¿has recibido mis cartas? Soy jugadora de quidditch en el equipo de Gryffindor, sí quedé en Gryffindor. -Su madre aplaudió a esto alegre, abrazando a Severus-. Y y y... hice amigos, ese de allá es Harry -Sollozó la niña-. Te extraño... todas las noches, todos los días. -lloró con fuerza y Harry se acercó para abrazarla torpemente-. Nos parecemos tanto -hipó la niña y Harry se sentía incómodo pero no iba a soltarla.

Luego de eso ella tuvo que alejarse para calmarse y fue el turno de Harry. Él solo se sentó y los observó.

- ¿crees... crees que estarían orgullosos? -Preguntó Harry, rompiendo el silencio.

- Claro, son tus padre. Te amarian sin importar nada.

- Mi madre se parece a ti, tienen el mismo cabello.

- Debe ser muy hermosa.

Ambos rieron.

- ¿Quieres decirles algo?

Harry miró a Lily y luego al espejo.

- No ha sido fácil hasta ahora estar sin ustedes pero haré lo mejor todos los días para que se sientan orgullosos de mí. Papá también estoy en el equipo de quidditch, soy el cazador más joven en años... Los extraño. También he hecho amigos, nunca creí tener tantos.

El resto de la noche ambos se turnaron, Lily le contaba cosas a su madre y reía sola con sus anécdotas, Harry solo se sentaba y observaba el reflejo de ellos. Quería hablar tanto como Lily pero su infancia no fue la mejor y no quería preocupar a sus padres contándoles todos los maltratos que sufre por parte de sus tíos.

No supieron cuanto tiempo estuvieron ahí hasta que escucharon unos pasos en el pasillo y decidieron irse.

- ¿Podemos volver? -Preguntó Lily.

- Volveremos -susurró Harry, sonriendo un poco.

-

Se que ya casi nadie la lee pero me encanta escribir jajaja y como pueden ver mucho.  Me gusta poder darle mi toque a la saga, profundizar en todo y hacerlo más especial de ser posible.

Espero les haya gustado, den like y comenten ♡ amo sus comentarios

Esperen el siguiente capitulo porque llegara antes que este, lo prometo. Trataré de no escribir tanto para poder darles más.

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