—¿Necesitas algo? —pregunté con una sonrisa, él me veía de la misma manera. Chase tenía razón. Había mucha gente alrededor como para que pudiese hacer escándalo.
—No, solo me sorprende verte aquí cuando te dije específicamente que te ibas por una semana a Glasswood, ¿se puede saber qué haces aquí? —susurró eso último con un poco más de agresividad.
—Por supuesto, te explico. —Sonreí y rodeé su hombro también—. Resulta que yo planeaba quedarme la semana que mencionaste, pero me salieron algunos asuntos por aquí y tuve que volver antes de tiempo. Espero que no te importe. —Suspiré, mostrándole mi felicidad, aunque por dentro estaba temblando más que un chihuahua.
—¿Y decidiste ir en contra de lo que te dije porque tenías cosas que hacer? —murmuró aún con la sonrisa. Asentí y ambos nos reímos como si estuviésemos bromeando. La gente alrededor nos veía como si no estuviese pasando nada. Algunos saludaron de lejos, Andrew alzó su copa de vino hacia los demás.
—Pues sí, si tenía cosas que hacer, por supuesto que tenía que regresar. Lamento haber desobedecido tus importantes ordenes, pero a veces tienes que entender que no todo el mundo hará lo que te da la gana. Ahora, si me disculpas, tengo que acompañar a mi mejor amiga en uno de los días más importantes de su vida. Permiso. —Le guiñé el ojo como el solía hacer, y lo dejé solo—. Mula rumiante —susurré bajito mientras caminaba hacia Chase.
—¿Qué pasó allá? —preguntó mi amigo.
—Necesito mojarme un poco la cara —hablé respirando un poco más rápido—. ¿Dónde está el baño?
—Saliendo del auditorio, hacia la derecha —dijo Sam, que aún estaba a nuestro lado.
Asentí y salí, tratando de que Andrew no me viera. Corrí hacia los servicios y me eché agua en la cara en cuanto llegué al grifo.
Me miré al espejo y solté una risilla al notar lo que había hecho. Definitivamente se lo iba a contar a mi madre.
—Ahora sí, explícame —dijo Andrew, apareciendo detrás de mí en el espejo. —¿Pensabas que eso era todo y ya, Julien? ¿Que podías salvarte por estar con muchas personas alrededor? —Caminó hacia la puerta y le puso seguro, luego se paró ahí para que no pudiese salir.
—A ver, Andrew. Te lo vuelvo a explicar. Tenía asuntos importantes que solucionar aquí, puedo trabajar contigo, pero no eres mi dueño, ni mucho menos. Así que deja de prohibirme cosas. ¿Qué más quieres que te diga?
Y así como el día en que me envió a casa, me tomó de la camisa y me empujo.
—Mira, mocoso. Me estás cansando. He estado esta semana arreglando el desastre que dejaste. Deja de arruinar todo lo que hago. —Me sacudió. Yo alcé una ceja. Me veía sin emociones en el rostro. —Estás colmando mi paciencia.
—¿Terminaste? —pregunté.
—¿A qué estás jugando, Julien? —Me soltó con un empujón.
—No estoy jugando a nada, Andrew. Ya te lo dije. Ya no soy el chico tonto que llegó hace tiempo desde Glasswood. No me vas a engañar más y vamos a hacer más lo que yo quiera. Eso o termino con el contrato, ¿qué prefieres? —pregunté con una sonrisa—. Deja de meterte en mi vida. Haz lo que quieras con la tuya, pero a mí no me molestes más.
—Ah, ¿sí? —Se cruzó de brazos y alzó las cejas—. ¿Y qué quiere su majestad? Cuénteme.
—Dale a Rob su trabajo de regreso. Y no te metas con Chase, él solo me siguió porque no le quedaba de otra. Ellos no tienen nada que ver. Si tienes algún problema conmigo, lo solucionamos nosotros. A ellos no los toques.
—¿Y qué ganaría yo a cambio? —preguntó.
—Yo que sé, ¿no estás ganando bien con mis ventas? ¿No estás contento? ¿Por qué te empeñas en molestar si ya ganas bien?
—Lo importante es la calidad, no la cantidad, Julien —dijo, me eché a reír por su comentario.
—En realidad, tienes razón. Es más importante la calidad que la cantidad. Pero tú amas el dinerito, ¿no? —Me reí un poco y negué con la cabeza—. La calidad ya la tienes, doy todo de mí en cada presentación. No te metes conmigo, y yo no me meto contigo. Acepta el trato y seré tu fuente de dinero más confiable. ¿Qué te parece? —Estiré la mano y esperé a que él aceptara.
—Eso, y quiero la canción con Quinn ya. ¿No estuviste llorando y diciendo que querías escribir una canción? Pues la quiero ya. —Estrechó mi mano.
—Dame un poco de tiempo y vas a tener la mejor canción de todas. Ah, y también quiero grabar Plastic Love en el estudio. —Me detuve un segundo y seguí—. Sin cambios.
—Hecho. —Apretó mi mano y asentí.
—Ahora sí me voy con Bee, ya perdí mucho tiempo aquí.
Me di la vuelta y pasé por su lado, empujé un poco su hombro y salí de ahí. Abrí los ojos en grande y susurré un «¿Qué rayos acaba de pasar?» en cuanto estuve en la puerta del auditorio.
—¿Te fuiste a fabricar el agua? —preguntó Sam, me reí un poco y negué.
—Solo acabo de enfrentarme al dueño de la productora donde trabajo, pero no pasa nada. Creo que ya lo solucioné. —Me encogí de hombros y dirigí mi mirada a Bee.
Escuchamos lo que quedaba de la ceremonia, Bee giraba a buscarnos de vez en cuando y solo sonreía.
Al final se organizaría una pequeña recepción en una sala del auditorio, pero la familia de Bee tenía sus propios planes. Nos invitaron a una reunión en su casa, así que en cuanto todo terminó, nos fuimos.
Kevin nos llevó a mí y a Chase, Sam se fue con Bee, en el auto de su padre. Nos encontraríamos todos allá.
Lamentablemente, Andrew también estaría.
Era su tío, después de todo.
—¡Bienvenidos! —saludó Bee en cuanto abrió la puerta. Jamás había entrado a su casa. Siempre que iba, hablábamos desde la puerta porque Bee no quería molestar a su mamá con ruidos fuertes.
El lugar se veía un poco vacío, pero supuse que era porque no hacía mucho desde que recuperaron la casa. Se veía como un lugar, que fue un hogar acogedor años atrás. No sabía explicar mejor la situación que de ese modo.
Varios ojos se posaron en nosotros, porque no nos conocían, y porque el azul en mi cabeza era llamativo. Sonreí y saludé a todos.
—Nick, Chase, les presento a mi papá.
—Así que ustedes son los famosos Nick y Chase. —Me miró y sonrió de lado—. Bueno, tú sí eres famoso.
Los cuatro nos reímos. Bee me miró sorprendida, pero no entendí la razón.
—Es un gusto conocerlo finalmente, señor.
—Digo lo mismo, muchacho. Escucho mucho de ti, no solo de Bee, de Andrew también. Dice que eres una persona excelente, me alegra que compartas tiempo con mi hija. —Giró a ver a Chase—. También te ha mencionado, Chase. Sé que eres comprometido, responsable y proactivo con tu trabajo. ¡Felicitaciones!
—Wow, gracias. No sabía que Andrew sabía bien de mi existencia porque nunca se acuerda de mi nombre —comentó extrañado, yo me reí.
—Pero lo eres, y también eres el mejor amigo. —Alcé el puño y él lo chocó.
—Bueno, si me disculpan, debo retirarme. Voy a saludar a los demás. —El padre de Bee se alejó de nosotros y quedamos solo los tres.
De vez en cuando algunos se acercaban, así fue hablando con todos en la reunión. Pasó de tornarse incómodo a entretenido, no sabía quién era la mitad de las personas en la habitación, pero me cayeron bastante bien.
—Bee —me acerqué a ella, que hablaba con Sam y alguien más, recordaba haber hablado con él de guitarras. Lo saludé al verlo de nuevo—. Perdón si interrumpo, pero, ¿puedo hablar contigo? —le pregunté, ella asintió y les dijo que volvería pronto. Hizo una seña con la cabeza para que la siguiera, caminamos por un largo pasillo, y finalmente subimos unos escalones que nos dirigían a otro pasillo con varias puertas. La casa era grande, pero no lo parecía desde afuera. —¿A dónde vamos? —interrogué cuando seguimos caminando.
—Es que todos están allá abajo y quiero que contarte algunas cosas, no quiero que interrumpan. —Bee abrió una puerta, que tenía otra escalera, comentó que debíamos subir por ahí.
Al llegar, noté que era un ático. No se veía como los de las películas, ni como el mío. Parecía una biblioteca, había un par de muebles y un gran cofre viejo a un lado.
—Bienvenido a lo que sea que sea esto —se rio un poco y se sentó en el sofá. —Siéntate, por favor.
Me moví rápido hacia allá y me senté frente a ella.
Nos quedamos algunos segundos en silencio y decidí tomar la palabra.
—Y... Aquí estamos —dije.
No fueron palabras muy profundas.
—Sí.
Las suyas tampoco.
—Bueno —tomé un poco de aire y ladeé el labio—. Hablo yo. Creo que tuve bastante tiempo para pensar las cosas. Y la verdad, todo me llevaba a una sola cosa, quiero escuchar tu versión de las cosas, Bee. Te quiero mucho y no quiero perderte. Ni ahora ni nunca. Y porque te quiero, es que me dolió tanto que no me creyeras desde el principio. Hablando con algunas personas, entendí que debes tener tus razones y estoy aquí para escucharlas.
—Y te lo voy a explicar, Nick. —Ella asintió y tomó mi mano. Estaba fría y temblaba. Apreté un poco la suya para que supiera que no solo estaba ahí de forma física. —Solo quiero que entiendas que no fuiste lo primero que pensé en cuanto la noticia llegó a mis oídos. —Bee suspiró—. Pensé en Jacob.
Aquel día entendí muchas cosas. Sentí que Bee estaba soltando cosas que había guardado por mucho tiempo, pero no me correspondía contarlas.
Ya las contaría ella en su debido momento, por el instante, todo quedaría entre mis recuerdos.
La abracé mucho. Ella tampoco me soltó.
—Perdón por haberme alejado —dije sosteniéndola. Acaricié su cabello y ella negó.
—No lo sabías, Nick. Y estabas en todo tu derecho porque no lo sabías. Solo... Desde ahora tenemos que decirnos todo, o esperar a que el otro explique lo que le sucede, ¿sí? No quiero perderte de nuevo.
—Nunca más, Bee.
—No puedo creer que seas tan bueno. Dios. Eres el mejor amigo de todos. —Lloró aún más y reí un poco.
—No soy tan bueno, en matemáticas soy malísimo. —Bee se echó a reír.
—Yo no sé manejar bicicleta.
—Ni auto, Bee.
—Lo sé, me da miedo. —Asintió.
—Sobre lo de contarnos todo... —comenté bajito, ella alzó la cabeza de forma automática.
—¿Qué hiciste, Nick?
Dudé si contarle lo que estaba sucediendo, pero era mi mejor amiga, ella sabría decirme si lo que hacía estaba mal, ¿no?
—Bien, te voy a contar. Pero quiero que estés callada hasta que termine y tampoco puedes hacer caras raras. Promételo. —La señalé. Ella se limpió las lágrimas que quedaban en su rostro y asintió alzando la mano.
—Lo prometo por la vida de cada integrante de The Painkillers. Habla.
—Eso es una gran promesa —dije y lo acepté. —Hay una pequeña posibilidad de que me haya creado una cuenta secreta en Buzz fingiendo ser mi propio fan para ver qué hace el caos sin que sepan que soy yo. —Sonreí un poco de forma inocente, al ver que Bee no decía nada, seguí hablando. —El caso es que todo iba bien, solo fingía ser mi fan de vez en cuando y ya, pero luego hubo una pelea con una chica, y luego hubo una pelea con un tipo, y esa chica apareció defendiendo a mi amiga. Luego esta chica y yo nos pedimos disculpas y decidimos ser amigos. He estado hablando con ella por —me detuve a contar—, no lo sé, ¿diez meses? Hablamos siempre, Bee. A veces me siento mal porque dentro de todo, les estoy mintiendo. Pero a la vez no, ¿sabes? Porque en esta cuenta me presento tal cual soy. De hecho, en esa cuenta me llamo Nick. Hablo de mis gustos y disgustos. No lo sé, se siente bien que te quieran por como eres y no por tu nombre.
—Entiendo. —Asintió—. Esta chica, ¿cómo se llama? —preguntó, me reí un poco.
—Se llama Bee.
—¡¿Qué?! —chilló y empezó a reír—. ¿Nos llamamos igual?
—Bueno, no exactamente. Creo que es su apodo. Nunca se lo pregunté. Solo se presentó como Queen Bee y empecé a llamarla Bee.
—Bien... Así que te gusta una chica de internet que no viste y no sabes si es real, ¿verdad?
Y por un segundo, me di cuenta de las cosas y solo asentí.
—Estoy mal, Bee. Esto no está nada bien. Pero no puedo dejarlo. Creo que de verdad me gusta. —Abrí los ojos y mordí un poco el interior de mi mejilla—. Oh, lo siento... Tú...
—¡¡No!! —Ella se negó varias veces—. No te preocupes. En serio, puedes contarme lo que quieras. Ya sé que te dije algunas cosas hace poco, pero créeme que estuve pensando las cosas y estoy mucho mejor con ello. Eres mi mejor amigo, Nick. Eso jamás va a cambiar. Ahora lo importante es ver qué sucede con Bee, conmigo no. Con la otra Bee —se rio—. Tú entiendes a qué me refiero.
—¿Qué opinas de todo esto?
—Bueno, si te digo la verdad, creo que deberías decirle todo. Pero también es complicado; porque si no llegara a ser real, que espero que no, todo el mundo podría enterarse. Así que estás un poco atrapado, amigo mío.
—No sé qué hacer. —Apoyé mi cabeza en el respaldar del sofá y bufé.
—No lo sé, tal vez, ¿podrías tratar de averiguar si es real y luego le cuentas la verdad? Es que no sé, Nick. Qué difícil.
—Me cuesta confiar un poco, Bee. No quiero que esto sea falso. De verdad que no.
Bee suspiró y apoyó su cabeza en mi hombro.
—Sea lo que sea que hagas, espero que salga bien.
Ella estiró su palma hacia mí para que la choque, pero la tomé y besé el dorso de su mano.
—Yo también lo espero, Bee. Pero también me alegra que estés conmigo.
—Y yo, Nick. Te quiero mucho.
—Yo también te quiero, Bee.
Y así fue como, después de varios días, finalmente Bee y yo volvimos a ser amigos.
Y como si el destino la hubiese llamado, me llegó un mensaje.
Queen bee 🐝🦋
«ME ESTÁS IGNORANDO O QUÉ??????» 23:24
«SI NO QUIERES SER MI AMIGO SOLO DILO» 23:24
«es broma, tqm. escríbeme cuando puedas, tengo cosas que contarte xoxo» 23:24
Bee se rio cuando le mostré el mensaje.
—Me cae bien —dijo.
—Sí, a mí también. —Sonreí y volví a apoyar mi cabeza en el respaldar.
¿Qué debía hacer?
uy.
uyuyuy.
holi :D
ok, so... #ViernesLMA
quería subir el capítulo antes, la verdad, pero no lo había terminado porque estaba ocupada viendo a imjustgary en twitch siendo Nick de todas las maneras posibles, pero bueno.
Este es un regalito de cumpleaños para Monse, feliz cumple ppppotato <3 tkm
espero que les haya gustado.
quiero que respondan aquí lo que le aconsejarían a Nick que haga. ¿Ustedes le dirían que diga la verdad? ¿Le dirían que siga con la mentira? Quiero saber qué le dirían si Nick les pregunta qué hacer.
eso es todo por hoy.
love yalllll
baaaai ✌🏻
PD: USTEDES VIERON LO SAVAGE QUE ESTUVO NICK AL INICIO? TE QUIERO MUCHO, NICK REBELDE.