Riox. © ✔️ [DL #1]

By Yil_vgb

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Una chica nueva. Un asesinato. Cuatro chicos, un misterio. «El diablo se ha dividido, creando cuatro infierno... More

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Especial.
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Nota.
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Epílogo.
P H O E N I X
Extra: Ader en la oficina de su padre.
Extra 2: Misión Chica Riox.
Extra 3: La verdadera Grace.
Extra 4: Los Riox antes de Phoenix.
Extra 5: Vera y sus Riox.

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43.1K 4.9K 4.4K
By Yil_vgb

| Dedicación: jsge6620 |

Capítulo cuarenta y dos: Desastre. Parte dos.

La llamó princesa incluso cuando su corona estaba hecha de cicatrices y lagrimas.

KERMAN RIOX.

Era un puto lío.

Ader estaba encabronadísimo y quería acabar con Aleph. Este no se estaba defendiendo ni un poco de la cantidad innumerable de puñetazos que Ader le metía, y aquello me preocupaba muchísimo. ¿Qué coño le pasaba?

Ader lo iba a matar.

Tironeé de una buena vez de los hombros de Ader con toda mi fuerza, y fue cuando al fin pude quitarlo de encima de Aleph, quien no se movió en el suelo, el primer puñetazo que Ader le había metido lo había dejado tumbado y bien jodido, su pómulo derecho se amorataba y su labio y nariz sangraban moderadamente.

Pero a Aleph no le importaba.

Miré sobre mi espalda a Abel; quien tenía sus manos en la cabeza, daba pasos cortos de lado a lado como si estuviera a punto de sufrir un gran colapso, por último volteé a donde se suponía que estaba Phoenix. Se suponía.

Pero ocurría el pequeño y a la vez gigante detalle de que ella ya no estaba ahí.

—¿Phoenix?—Llamé, preocupado, ya que no la veía en ninguna esquina del cuarto negro.

Nadie respondió. Mi llamado hizo que los imbéciles de mis primos buscarán con la vista en el mismo lugar donde había estado ella minutos atrás. Donde había estado reflejando en su rostro como el corazón se le hacía pedacitos.

Ahora se veían preocupados. Capullos.

Entonces, Abel se volteó con una furia contenida hacia a Aleph.—¡Hijo de puta! ¡Le había contado! ¡Se lo había dicho apenas estábamos saliendo de la casa! ¡No tenías que hacerlo!

Aleph se sentó en el suelo, sus ojos se perdieron en la nada después de escucharlo y miró a Abel como si no terminara de entender lo que le estaba gritando a la cara.

—¿Pero qué...? Pero la carta, la carta decía...—Balbuceó. Por cuestiones de seguridad me acerqué a Ader, tenía la sensación de que se lanzaría nuevamente encima de su hermano mayor en cualquier momento, y esta vez no aguantaría las ganas de acabarlo.—¡Phoenix, no!—Gritó con fuerza, y aunque ella no estaba aquí, sentía que lo había escuchado en cualquier lugar que ahora estuviera.

Probablemente se había ido a su habitación. Aunque algo no me terminara de cuadrar en eso.

—No pude guardármelo. Se había dado cuenta, no sé como lo hizo, pero se dio cuenta, Aleph.—Bufó, los ojos de Abel estaban rojizos y sus mejillas pálidas.

—¿Qué esta sucediendo aquí? ¿Qué me estoy perdiendo?—Me entrometí, no entendía nada de lo que hablaban y me estaba empezando a confundir bastante, Ader no estaba muy alejado de mi posición.

Aleph entonces asintió hacia Abel.—Dile.—Su voz estaba ronca, como si se fuera a lanzar a llorar en ese instante.

Abel entonces se acercó y también se tiró en el suelo, soltó un profundo suspiro antes de dignarse a hablar.—Hemos estado recibiendo más paquetes-...

—¿¡QUÉ PUTADAS!?—Ader estalló,  interrumpiéndolo apenas soltó la palabra "paquetes", también se fue a tirar encima de Abel si es que yo no estuviera preparado para aquello, y lo había plantado en el suelo con un brazo.

—Déjalo que siga.—Gruñí, extrañamente Ader me obedeció y se mantuvo quieto.

—...Contenían cartas, advertencias...órdenes.—Bajó la vista con la última palabra, como si se sintiera derrotado al decirlo en voz alta.

—¿Estuviste siguiendo ordenes de un puto desconocido? ¿Qué cojones, Abel? Eres más inteligente que eso.—Ader negó repetidas veces.—¿Qué está sucediendo contigo?

—No entiendes, Ader. Esa persona puede destruirnos.—La voz ronca de Aleph se entrometió.—Destruir por completo nuestra familia, y todo lo que se han esforzado en construir. Si no hacíamos lo que decía...nos iba a hundir. Nos pudriríamos en la cárcel y Lordem se iría a la puta mierda.

—Lo...—Empecé a hablar, dudando un poco de lo que mi mente maquinó con rapidez.—Lo que le acabas de decir a Phoenix...no iba en serio, ¿verdad?

Aleph me observó como si me hubiera vuelto loco, sus ojos no reflejaban más que dolor y sufrimiento. Estaban surcados en lágrimas y la palidez de su rostro asustaba. Parecía asqueado de si mismo.—No...joder, no.—No aguantó más, dos lagrimas solitarias descendieron de sus ojos y se deslizaron sobre sus mejillas. Se las secó con furia, disgustado de su propia piel.—Jamás...mierda, siento tanto asco de mi mismo. El dolor en sus ojos café será algo con lo que sueñe todas las malditas noches por el resto de mi vida. Tenía la esperanza de que se diera cuenta...que yo nunca la heriría...

Y lo supe, Aleph jamás se perdonaría aquello. Nunca jamás.

—¿Qué es lo que dicen exactamente las cartas?—Ader no se vio afectado por el estado de Aleph, ni un poco. Me preguntaba si mi primo tendría lo que nosotros llamamos corazón, piedad o algo tan mundano como la empatía.

—Teníamos que herirla, hacerla irse, que no pueda más. Teníamos que romperle el corazón.—Abel tuvo que seguir, Aleph no estaba en sus cabales, mucho menos cuando vi como sus hombros empezaron a sacudirse en sollozos. Abel se acercó a su hermano mayor e intentó mostrarle su apoyo, más bien este se alejó de su toque al instante.—De lo contrario, seríamos historia.

—¿Con qué nos están amenazando exactamente?—Pregunté.

—Tienen evidencia de nosotros. De nuestros juegos, de los incautos, incluso de las entregas de armas. También tienen información de la familia de Will, no solo nos joderían a nosotros, medio Lordem se iría detrás.

En ese mismo instante, Will abrió la puerta del cuarto negro y entró dando trompicones, su hermano menor venía detrás de él de igual manera, su cabello estaba desordenado y venía bastante agitado, diría que hasta preocupado, aparte de eso tenía unas marcadas ojeras y se le caían los párpados.

—Lo sé todo, mierda.—Pronunció.—Lo sé jodidamente todo. Sé quien los asecha, sé quién está detrás de todo esto. Sé quién los está jodiendo.

Me levanté de un salto, no fui el único. Nos regamos todos alrededor de Will esperando ansiosos a que soltara por fin la información de quien estaba acabando con nosotros poco a poco.

Will recorrió la estancia con sus ojos, como si estuviera buscando a alguien más.

—¿Dónde está Phoenix? Es punto clave de lo que voy a contarles, debe estar aquí.—El brillo extraño en sus ojos al hablar de Phoenix no me gustó ni un poco.—¿Dónde está?

Abel dio un paso atrás, acercándose a la puerta de la salida.—Yo iré a buscarla, debe de estar en su habitación, no tardaré, me iré por los corredizos ocultos.

Mientras, Will le hizo una seña a Liam- su hermano menor-, quien tenía una portátil en su mano que abrió cuando su hermano le avisó.

—Anoche cuando mi hermano la vio luego de...del juego, me dijo que le resultaba conocida. Como si la hubiera visto en otro lugar.—Empezó Will.

—No solo eso, también he tenido sueños con ella, cuando era niño siempre soñaba con ella, aunque en mi imaginación la veía más joven.—Liam agregó mientras tecleaba, concentrado en la pantalla de su portátil.

—¿Qué tratas de decir?—Ader frunció el ceño y se acercó más a su mejor amigo.—No me agrada ni una puta décima que estés soñando con mi novia, puberto.

—¿Qué tienen que ver los sueños de tu hermano con Phoenix?—Indagué, obviando el comentario posesivo de Ader.

Aveces me encojonaba ver como la reclamaba incluso delante de nosotros. Joder, no es solo tuya.

—Phoenix no es quien nosotros creemos.—Will suspiró, y alzó la vista, no sabía lo que veía en su mirada. Pero estaba seguro de que no era nada bueno.

—Chicos.—Abel se paró en el umbral de la puerta, sus facciones estaban tensas y observé atentamente cómo procuró evitar el contacto visual con Ader justo antes de decirlo:—No está.

Aleph lo observó asustado, evidencia de sus lágrimas recorrían sus pálidas mejillas.—¿A qué te refieres con que no está?

—No está en su habitación, no está en ningún lugar de la mansión. No está aquí.

Y entonces la preocupación invadió las cuatro paredes del cuarto negro en menos de un segundo.

Había huido.

PHOENIX MOUNTBATTEN.

Las calles de Lordem nunca se sintieron tan vacías, tan aburridas, tan llanas y sin vida. Quizás era porque no pasaba por mi mejor momento, pero ahora todo lo veía de una manera lamentable y gris.

No me cansaba, mis pies no se detenían. No clasificaba a Lordem como un pueblo pequeño como Kerman le había llamado la primera vez que nos encontramos, era bastante grande en realidad, había suficiente espacio como para no sentirse ahogada.

Pero yo si me sentía ahogada.

Caminaba y caminaba, no reconocía ningún rostro de las aceras y ni siquiera sabía con claridad donde estaba, que tan lejos de la mansión Riox me encontraba.

Me detuve cuando las luces de un bar llamaron mi atención, se leía con bastante claridad delante de las luces neón azul "CarBar".

Sin embargo, no tenía ni un billete encima.

Sin embargo aquello no era un problema, había pasado toda mi infancia en un barrio de malas ganas en donde tenías que aprender a conseguir las cosas que quisieras de manera sucia, vulgar. La palabra legal no existía en Woodside.

Traspasé las puertas del bar, no había algún seguridad en ella que me detuviera. El bar tampoco era la gran cosa.

Había analizado al hombre que iba a cruzar las puertas del bar mucho antes de empezar a caminar, y cuando choqué mi hombro con el suyo a propósito para poder conectar nuestros ojos, engatusarlo con un simple pestañeo y una sonrisa ladeada, me sentí como en los viejos tiempos.

El hombre me observó con una sonrisa boba antes de irse, parecía apurado y eso yo ya lo sabía, su traje suave me dijo que era un hombre no mal posicionado económicamente, y eso lo confirmé cuando abrí la billetera que le había sacado con mis "encantos", tenía mucho dinero en efectivo y cuatro tarjetas bancarias.

Después de guardar la billetera en mi bolsillo trasero, me fijé en el interior del bar.

Había una pista de baile mediana en el centro, a su alrededor unas mesas de madera oscura y en una esquina una gran pantalla de Karaoke. En el costado de las mesas había una barra, me dirigí allí sin prestarle mucha atención a las personas que se encontraban en el lugar, que en realidad no eran tantas.

Al llegar a la barra pasé la vista vagamente por el lugar, y me recosté sin ánimos de esta.

—Bienvenida, ¿Qué puedo servirte? Los shots damnitt están a dos por uno, es la promoción de la noche.—Él muchacho del que reconocería la voz en medio de un bullicio desastroso fue quien me atendió, la sorpresa no me cabía en el cuerpo cuando alcé la vista.

—¿Austin?

—¿Brunette? ¿Pero...? ¡Hola! ¿¡Cómo estás, perra sarnosa!?

—Hola...nunca imaginé que trabajaras aquí.—Comenté, tratando de ocultar que minutos antes estaba llorando el doble de mi peso, así que le sonreí falsamente.

Austin entrecerró los ojos en mi dirección, y supe al instante lo que significaba. Genial, se había dado cuenta.—Hay siete bares más como este en todo Lordem, son propiedad de mis padres. Este es el más cutre, feo y viejo. Cuando me castigan me envían aquí a trabajar, ya sabes. Su casa, sus reglas y no estoy pensando sacar el culo de su mansión por ahora.—Su cabeza se ladeó, y me echó una mirada dulce por unos segundos.—Te traeré algo especial, lo que sea que te haya hecho ese Riox en particular se te pasará con esto. Ese Ader se ve que es una peste.

Le brindé una sonrisa penosa, la vergüenza me carcomía.—No traigo dinero, Austin. Lo siento...—No podía decirle que había robado una billetera como si nada, por mucho que confiara en él.

—Cállate. Yo invito, ningún amigo mío se va a deprimir y a gastar su billetera en mi presencia. Es una de dos, y prefiero la primera.—Me señaló con el trapo que llevaba en su hombro y dio media vuelta, sin olvidar la elegancia, y se largó a prepararme el trago.

Tenía un extraño presentimiento sobre esta noche.

No sabía si era bueno o malo.

*.*.*

Muchísimas gracias por los 256k 🥺❤️.

Es todo un sueño, cásense conmigo todxs.

¿Opiniones?

¿Deseos?

Metan a su biblioteca Oxidus, es la que empezaré a actualizar después de esta. ♡︎

B, Yil.

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