— ¿No te parece extraño que Momo nos esté invitando allá?
—Dijo que tenía algo para mí y algo para ti, así que puedo esperar lo peor y lo mejor de esto.
Jungkook exhala, subiendo a la nave para ir directos a Yonaguni. Momo envió un mensaje, pidiendo que fuesen a verla. Sin nada específico más allá de confirmar que si es ella y no una trampa para emboscarlos de camino.
Sumado a una aparente urgencia, decidieron aceptar en ir. Teniendo que llevar a Yoongi incluido por motivos aun no explicados, pero agradecidos. Jimin ya no se ve sin tener a Yoongi al menos en el mismo edificio por más grande que sea.
Soonyoung, quien apenas se ve libre flota por todos lados –vago para caminar y aprender a hacerlo propiamente-, se deja caer en el asiento que va a ocupar Yoongi. El príncipe lo carga y lo acaba sentando en sus piernas para poder tomar su sitio. Da un suspiro y cierra los ojos, adormilado.
Jungkook ahuyenta a los cardúmenes de peces que Wooyoung trae tras suya. A cada momento vienen más. Pues su voz se está acentuando y lo hace sin querer. Considera que al menos tiene la fortuna de tenerlo a él. En su caso, cuando era pequeño llenó toda una habitación con peces.
Hasta el punto en que no podía salir de ella porque ni siquiera sabía dónde estaba. Llegó a sentir claustrofobia en ese momento. Con millones de ojos mirándolo en la espera de que continuará con la orden que los llevó ahí para empezar. Jimin se arregla el cabello usando el reflejo de una ventana.
—Veo que estas molesto aún. —comenta Jungkook con una risa leve y divertida. Jimin blanquea los ojos.
—No me lo menciones. No quiero llegar de mal humor allá y me malinterpreten. —Jimin cruza la pierna y permanece con aquel gesto de disgusto disimulado, abriendo el abanico amarillo con estampado floral y cubriendo parte de su rostro.
Jungkook toma asiento y la nave inicia su marcha para ir al imperio japonés. Ve a su esposo de reojo, la postura recelosa tan usual en él. Vistiendo un ajustado traje azul oscuro, pareciendo negro y delicados detalles amarillos. Una falda del mismo color y mayor bordado de figuras abstractas.
Incluso el peinado tan suelto manifiesta lo fastidiado que está desde ayer. Pendientes grandes y largos que se agitan a cada pequeño giro de la nave. Jungkook tararea en voz baja, recordando lo desastrosa que resultó la reunión con la cámara de nobles el día anterior.
Vanaheim ha parado con sus ataques, más no la defensa. Están en un punto de aguante por su lado y el de ellos; se dio la idea de conseguir que además de soldados, se pida un apoyo más concreto de parte de reinos aliados. Puesto que su cámara es desenfocada como ella sola, llegaron al tema personal de manera aun incomprensible para él.
Diciendo que ameritaban otro heredero. Teniendo cuatro años casados y un solo hijo es cuanto menos "preocupante" en opinión de los nobles. Por lo que aparte de recomendar –exigir disimuladamente-, que la Anfitrite intentara con mayor fuerza tener vástagos, se insinuó que lo más probable es que sea defectuoso y por ello no haya más niños a este punto.
O que, si venían: Serán débiles, deformes, niñas o hasta la posibilidad de nacer muertos.
No hace falta decir por qué Jimin se molestó.
Los echó a todos. No atendió a nada más y los hizo a salir amenazados por los guardias.
Para los no entendidos en el tema, resulta una reacción precipitada y muy extraña de su parte. Está acostumbrado a lidiar con esa clase de comentarios soeces y constantes hacia su persona, la agresividad y disgusto ocasiona que se sospeche de que algo va mal con él o hay algo de verdad en las palabras dichas.
Jungkook no ha tocado el tema, no hace falta en realidad. También lo molestó el asunto y que se sigan queriendo inmiscuir de esa forma en sus vidas privadas. Con dos herederos es el mínimo necesitado para no estar alterados. Están Soonyoung y Wooyoung, lo demás puede tardar. Sopla, generando una burbuja de pura suerte.
Tal vez deba dar un comunicado a su cámara de nobles para que dejen de meterse donde no le importa... O tener una cámara de nobles nueva, una que sepa no meterse en donde no le importa.
Sería un detalle hermoso.
~ * * * ~
—Este es un cuarto de juegos. Aquí nadie tiene permitido el acceso aparte de mí, Sana, Mina y usted ya que sus hijos se encuentran aquí metidos. Estarán bien.
Tras los saludos y demás formalidades Momo los guió a una habitación gigante con techo de cristal. Una especie de pequeño jardín infantil donde se encuentra su hija. Ahora también Wooyoung y Soonyoung. Los tres jugando e ignorando por completo todo lo demás. Jimin no pudo evitar la risa por Wooyoung quedando de cabeza en imitación a un pez que hay en el lugar.
—Espero que nos llamara por algo más que darle compañeros de juego a su hija. —bromea Jungkook. Momo cierra la puerta e inicia la caminata a un lado totalmente opuesto del palacio. Uno que no habían visitado la vez anterior. La emperatriz niega con la cabeza.
—me gustaría que fuera el caso—admite penosa—. Ayer llegó esto a nuestras fronteras, contrario a lo usual, pudo pasar a pesar de morir en el intento.
Tanto Jungkook, Yoongi y Jimin se muestran sorprendidos por lo que está puesto en una capsula por mera precaución, custodiado por incontables guardias: Una criatura del abismo, al menos el cadáver a medio destrozar. Jungkook se lleva una mano a la barbilla.
—Sí pudieron llegar aquí. Pensé que serían incapaces. —murmura Jungkook.
—Lo hicieron y temo que vengan más—acota Momo con las manos juntas, dentro de las enorme y gruesas mangas del kimono que lleva puesto. Ladea la cabeza, con las enormes horquillas que sostienen su largo cabello flotando grácilmente—. Como saben, comprendo esta guerra, también la apoyo como puedo y en discreción, pero no me agrada el verme inmiscuida en ella.
—Lo entendemos. —suspira Jimin.
—Debido a tantas manipulaciones corporales, están cambiando su química natural. Están siendo resistentes a cosas que no lo eran antes. Tal vez Leedo no fue el técnico tras las armas—Yoongi se cruza de brazos, con mala cara y el cabello cubriendo parcialmente su rostro—, pero si es quien se encarga de las modificaciones genéticas, biológicas y trazar los planes.
—No muy brillantes. —agrega Jungkook.
¿Qué sentido tiene meterse con Yonaguni? Puede entender Garai Anuket, a final de cuentas, es un aliado más cerrado a la Atlántida y que se inmiscuye sí o sí. Yonaguni no pinta nada en ese panorama. Es quitarse un posible aliado o apoyo.
—Tal vez tiene otra cosa en mente que no estamos pensando. —opina Yoongi.
—Somos un pueblo cerrado—musita Momo hacia ellos—. También fieles creyentes de que al menos debe darse una oportunidad a las resoluciones pacíficas. A pesar de la sed de venganza, siendo una justificada, no puedo pedir a mis soldados que ayuden a una causa donde no se ha intentado todo. —explica Momo y Jungkook arruga un poco la cara.
De que puede, podría. Hasta donde ha podido notar, los nobles eran los que tenían un problema con ella, no así los soldados y la gente de a pie. Es decir, si ella diera la orden de pelear, lo más seguro es que apoyarían hasta la muerte sin dudar ni un instante. Por lo que puede interpretar que esto es nada más un condicionamiento a lo obvio.
Asegurarse que las opciones se han agotado, no queda más que pelear hasta la muerte. Por no decir que solo ahora que su territorio se ve mínimamente amenazado. Es cuidarse bien la espalda con el tema. Debe admitirlo.
— ¿Ha habido avistamientos de más? —pregunta Yoongi.
—No. De momento no. Aunque desconozco si pueden estar bajo la tierra. Me llegaron informes de que pueden hacer eso.
—Interceptaron informes de ello, que es distinto. —Corrige Jungkook con deje cínico.
—Umm... Nos llamaste para decir que está pasando esto, así que ¿Cuál es tu propuesta? —Increpa Jimin, curioso de cómo puede aspirarse una resolución pacífica en este momento.
Por mera cortesía, Yoongi no ha dicho nada, pero no quiere una resolución pacífica. Quiere la cabeza de Leedo en una maldita pica o no se ha acabado nada. Ese objetivo en específico es lo único que ha permanecido invariable desde el inicio de todo este conflicto.
—Reunión de Asamblea.
Yoongi ríe por la nariz y Jungkook se da golpes en el pecho por haberse ahogado con su saliva. Jimin levanta una ceja, girando a ellos por desconocer qué sucede para tal reacción. Vuelve a Momo, la cual está disgustada por el par de hermanos.
—Lo siento, desconozco de que hablas ¿Qué tiene de particular una reunión de asamblea? Ni siquiera tenía sabido que existía una asamblea.
—Porque a nadie realmente le importa la asamblea—responde Jungkook—. Se trata del conglomerado de todos los reyes, reinas, emperadores y emperatrices del océano. Sin importar lo que pequeño que sea su terreno. Hay uno por reino. Te unes a él una vez te coronan. Por ende, tú no estás dentro, pero yo sí.
—Mi constante viudez me llevó a entrar. —informa Momo.
—El punto de eso—Yoongi rueda los ojos—. Es que a nadie le interesa esa clase de cosas. Es tonto e inútil hacer tal cosa, porque, aunque dos partes se enfrenten, no tienen nada que ver con el resto. Es inútil. Solo sirve en casos graves... Como hace mil y tantos años, con desastres nucleares que contaminaban el agua. —Acaba de explicar a Jimin que entrecierra los ojos y dice:
—Sí tiene que ver porque-
—Están en los alrededores de Mul, también han atacado directamente a Garai Anuket, el imperio Hitita, poblados en costas americanas; usted—Señala directamente a Jungkook—. Hizo al Kraken hundir parte de América, por lo que queda sobradamente claro que hay un ataque general que empieza a involucrarnos a todos. —reclama Momo, enojada de que pasen por alto la realidad.
Que el conflicto, quieran que no, está inmiscuyendo a casi todas las coronas del océano.
—Aun si es así ¿Qué esperas que suceda? ¿Qué hagamos pases con Leedo?
—Con Vanaheim. No con Leedo.
— ¿Eso como...?
—Mingi es el rey por descendencia y exponer el motivo de guerra de Leedo puede hacer que pierda derecho a la corona atlante—opina Jimin, pensativo del asunto—. Y dar una oportunidad a Vanaheim de elegir entre seguir con Leedo o tomar a Mingi.
—En Vanaheim también manejan la coronación por combate. Si Leedo ganó-
—Ganó, pero no mató al descendiente y heredero natural—Interrumpe Jimin a Jungkook—. Por lo que, en sus propias leyes, se interpreta como una posesión hasta que el niño sea capaz de gobernar por su cuenta. De aspirar definitivamente el puesto, lo habría matado para reclamarlo. Recuerda que todo esto es solo el berrinche de un niño mimado—Repone sacudiendo la mano con desdén—. Uno al que nunca castigaron y por ende sigue siendo un malcriado.
— ¿Sabes eso y no de la asamblea? —Yoongi no puede evitar la risa.
—Estaba aburrido allá. Además, no puedes apoyar una causa sin haber leído plenamente de cómo se rige. Es absurdo. —Justifica subiendo el labio inferior y arreglando un par de mechones sueltos.
Jungkook cruza los brazos. Sea por sobre pensarlo, pero que justamente llegara esta criatura del abismo aquí, Momo propusiera la reunión de la asamblea y Vanaheim se colocara en una postura netamente defensiva se le antoja rarísimo y conveniente. Entrecierra los ojos y muerde su labio inferior.
—No considero que sea buena idea.
—Puedes acabar con esto rápido—dice Momo—. Si la hago llamar yo, puedo exigir lo que están esperando: La muerte de Leedo, su decapitación y que Song Mingi pueda tomar el trono que le pertenece como hijo legitimo del anterior rey. Además de ser único interesado por el bienestar como nación de Vanaheim.
—Leedo no irá.
—Deberá hacerlo o todos se volcarán en su contra. Es espada o pared.
—Contra la espada y la pared... —murmura Jimin ¿Quién lo dice así? Suena raro.
—Si no se hace eso primero, no voy a dar apoyo. Uno que necesitan para continuar avanzando exitosamente. —Agrega Momo en tono suave y notable en su punto: Necesitan un apoyo más fuerte y sólido, yo se los estoy ofreciendo y ustedes por necios no aceptan.
—Lo pensaremos. Nos quedaremos hasta mañana a final de cuentas.
Jungkook continúa mordiendo su labio, negando con la cabeza. No lo considera buena idea. Sí, es una posibilidad que se llegue a lo que quieren, mas algo en el ambiente le dice que es mal plan. Jimin separa de Jungkook y Yoongi por ir junto a Momo, alejándose de la sala.
— ¿Qué piensas?
—Que es muy conveniente todo. No me gusta.
—A esas reuniones no puedes llevar armas...
— ¿Cuándo importan las reglas? Se supone que tampoco se "podía" cuando nos citó a hablar—Yoongi balancea la cabeza—. No digo que Momo esté de lado de Leedo. Es lo único que se me hace imposible.
— ¿Entonces?
—Tendríamos que pensarlo mucho... ¿Vamos a comer algo? Aquí sí saben hacer sushi.
Yoongi ríe por la nariz, negando con la cabeza. Que encanto la forma que tiene de Jungkook para cambiar de tema a algo completamente banal. Aunque admite que tiene curiosidad por el sushi. Nadie lo hace bajo el agua porque les da pena ver a los peces nadando alrededor y estarlos comiendo con semejante descaro... hasta crudos.
Cocinándolos se sienten un poco mejor.
Igual que los terranos.
Excusas usuales.
. . .
—Encontré esto. Está en blanco, en la fiesta me mencionaste que había páginas que solo tu podías leer como Anfitrite. Asumí que podía servirte.
Jimin frunce el entrecejo, pasando las páginas. Lo que para Momo es un cuaderno en blanco, para Jimin es un cuaderno hasta arriba de escrituras desordenadas. Con la encantadora casualidad de que es coreano y pertenece a Siyeon.
— ¿Cómo tienen esto...?
—Quien sabe. La información va y viene. —silba ella. Jimin suspira, apenas leyendo parte de una página cualquiera en el cuaderno.
Mi rey no tiene Anfitrite, pero la servidumbre dice que podría serlo yo.
Sé que tocar la corona está prohibido y que aparentemente, si lo haces, mueres, pero yo la tome y no me pasó nada.
Siento que si le digo que estuve ahí se enojará conmigo. Prefiero no hacerlo.
— ¿Sabes? Matthew me contó lo que pasó.
— ¿Disculpa?
—Que estabas esperando un hijo.
Jimin mira a otro lado. Habló en pasado.
—Y que lo abortaste.
—No entiendo- ¿Cómo tú...? —Estuvo a poco de molestarse ¿Momo los espía? ¿Hay un espía del que no han dado cuenta?
—Matthew me dijo. Él y yo hemos estado hablando mucho... debido al mal tiempo que pasa, él quería pedir porque todo fuera bien. La energía que fluye y todo lo ve. Ya sabes, su clase de enredo—Rueda los ojos, aun no entiende nada de eso. Apenas lo básico—. Y bien... sintió como esa energía se extinguía. Que la apagaban.
—Ah...
—Ha guardado el secreto a todos exceptuándome y yo no le he dicho. Ni siquiera a mis concubinas—Momo camina seguida por Jimin—. Puedo suponer por qué lo hiciste. A decir verdad... te admiro demasiado.
—No veo razón para hacerlo. Al menos por algo así. —Da cuenta de que hay muchos peces por la zona que transitan.
— ¿Por qué te resulta extraño? Yo no podría. Aun sabiendo que posible que venga mal, no tendría la fuerza de algo así—dice con una risa nerviosa—. Me da... miedo una interpretación equivocada; no dejaría de comerme la conciencia que maté a mí hijo y tantas cosas más que son tan... Wow, él pudo tomar esa decisión tan rápido y yo ni siquiera decidiría. —Desliza una puerta enorme de madera gruesa, negra con papel blanco de estampado floral.
—Eso también está bien. Lo que hagas y decidas es válido.
—Por supuesto, pero ¿Aun sabiendo que viene a sufrir? Me parece negligente. Egoísta—Jimin abre los ojos y boca, maravillado por la habitación que entran—. Porque es un sufrimiento evitable. Lo haces una víctima desde antes de llegar al mundo. Sí no es una vida bella ¿Qué sentido tiene darla? Es solo una opinión.
No evita la sonrisa, juntando las manos por el gran y gordo pez koi que se le acerca. Lo recuerda a Pink Princess por chocarse con su nariz emulando un beso. Es una habitación llenísima de estos peces. Nadan calmados por doquier. Entre alta y elegante vegetación. Se sienta en el suelo, haciendo mimos al pez. Momo se sienta junto a él.
—Y luces tranquilo... tan tranquilo.
—Algún día vendrá de nuevo—afirma jugando con las aletas traslucidas—. Y cuando lo haga lo voy a querer como lo hubiera querido ahora. Incluso más. —Da un beso al pez koi que se acurruca en su regazo, abriendo y cerrando la boca.
—Eres una buena Anfitrite—dice Momo con una sonrisa débil—. Espero que tu reinado sea hasta el día en que tu energía se marchite por la vejez, tu alma baje al Hades para descansar en los Elíseos y dejes atrás este ser apagado.
—Deseo lo mismo para mí emperatriz.
Momo se sorprende por recibir un beso en la mejilla, tan cercano a los labios. Se lleva las manos a la cara, abriendo los ojos de par en par y enrojeciendo dando lugar a que cuantiosas aletas escapen de ella. Hasta ahora, Jimin tuvo la curiosidad de a que especie pertenece y bien...
Momo resulta ser un pez león. Con largas, cuantiosas y extravagantes aletas que combinan con el kimono que lleva hoy.
~ * * * ~
—Podemos intentarlo.
—Y arriesgarnos a que sea una trampa. No me parece buena idea. Tampoco astuta.
Jimin acaba de amarrar su pijama. No lo sorprende que Jungkook continúe en su negativa a la asamblea. Lo sorprendería que estuviera de acuerdo con lo necio que es. Niega con la cabeza, yendo hacia él, abrazándolo por la espalda y dándole un beso en la mejilla.
—Hay que gastar todas las opciones.
—Ni siquiera figura como una opción. Quiero evitar una desgracia mayor a la que hay. Tentar el asunto así, condensar a tantos reyes y emperadores en un solo espacio es... —Wooyoung se cae justo al lado de dónde está Jungkook, haciendo que este lo tome del suelo.
—O puede ser lo necesitamos. Dices que la idea no es astuta—replica avanzando hasta estar frente a él, sentarse y apoyar los brazos en la pierna de Jungkook, quien ladea la cabeza y Wooyoung juega con el collar del rey—. Y bien, en su estado más puro, no lo es, pero nada nos impide jugar con ello.
— ¿Qué propones?
Jimin sonríe tierno, ladeando la cabeza.
—Temes que Leedo nos tienda una trampa, a todos ahí ¿No? ¿Qué sí no la arma y va en paz? ¿Qué si eres tu quien la arma y finges ir en paz?
Jungkook abre los ojos.
—En la guerra todo vale—murmura Jimin lento y cantarín—. Y así como atacaron China, Corea, la Atlántida misma... —Ensancha un poco más la sonrisa—. Sería una autentica pena que entrando o saliendo, el rey Leedo sea asesinado ¿No te parece?
Jungkook sonríe arrugando la nariz. Bien lo tomó de la misma forma una vez: Si Leedo se va a los extremos rastreros, él también lo hará. Con la diferencia de que al menos no meterá a gente de por medio en el asunto. Asesinar a Leedo es lo que acabaría todo.
Si lo asesinan, fingiendo un error, se arregla.
Que muera de la misma patética y deshonrosa manera en la que hizo todas sus maldades. Resultaría muy poético. Acaricia el cabello de Jimin, entiendo mejor porque la idea de la asamblea le sonaba tan bien. Porque está siendo la víbora que, a pesar de avisar su ataque, tú crees que no hará nada por verlo inofensivo. Tan tierno y suave como una foca, perdiendo la piel para clavarte los colmillos al cuello.
—Don't be like a prey, be smot like a snake. —tararea con tierna expresión, recibiendo más delicados mimos de su esposo.