8. Indicios de Cura

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—Está acercándose.

— ¿Disculpe?

S. Coups queda más que perdido y atolondrado por el anuncio de Jungkook. Están haciendo un plan para poder distribuir de manera efectiva toda la gente que tienen a su disposición, un intento por adivinar qué lado van a atacar exactamente. Se ha vuelto un lío. Posiblemente dieron cuenta de que hay una fuga de su lado. Siguen teniendo el problema de un selkie rondando. Evidentemente lo tratan de eliminar, pero este siempre alcanza a huir con un cuarto o medio plan visto.

No lo suficiente para que Leedo pueda ganar una sola cruzada al cien por ciento, pero de todos modos deben hacer algo para solucionarlo.

Con la situación así, que Jungkook diga de repente que hay algo acercándose crispa totalmente al soldado que va sin casco y ya de por si con la ansiedad hasta las nubes. Viviendo en el fondo del océano ya se pueden imaginar que tan mal es estar así. Jungkook sale de la tienda y avanza hasta salir del campamento, con una patrulla de soldados siguiéndolo por pura precaución, esperando lo peor posible.

En diferencia de lo que ellos bajo el sentido común de la situación temían, lo que se aproxima es una ballena enorme, con percebes pegados en la parte inferior de su cuerpo, color grisáceo con un brillo azulino debido al agua. Jungkook sonríe, arrugando la nariz enternecido por el acercamiento del animal. Se aproxima con cuidado a ella hasta poner una mano en la trompa.

Una ballena enorme que hace lucir como un pequeño pececillo más de los tantos cardúmenes que circulan. Silba, un curioso sonido que a los demás les parece ligeramente extraño, pero que para esa ballena lo es todo. Jungkook cierra los ojos, sube más hasta quedar acostado encima de ella. Ama su melodía. Los terranos han intentado por años comprender como es posible una ballena así.

En lo único que han acertado es que es la ballena más solitaria... Hasta que Jungkook apareció.

La ha podido escuchar desde prácticamente siempre y ama su melodía. Tan única, armoniosa y perfecta. Suspira complacido. Es un respiro agradecido con lo tenso que ha estado. Levanta un poco, con la extrañeza de que luzca más feliz de lo usual cada vez que se encuentran. Suele ser encuentros muy espontáneos. A veces duran por días, la distancia más larga ha sido de dos años y siete meses.

— ¿Qué tienes? ¿Pasó algo bueno durante tu viaje? —Acaricia la superficie lisa, continua con el mismo ruido. La vibración y lánguido resaltar le hace pensar en una posibilidad que le arranca una sonrisa deslumbraste—. ¿Alguien más te oye? —Afirmativa—. Qué envidia me da contigo, lo conociste antes que yo.

Ríe antes de permanecer otro buen rato encima de Whalien, su linda ballena solitaria que aguarda el sagrado día en que aparezca otra ballena como ella para hacerle compañía. Que Wooyoung sea capaz de percibirla lo alegra en demasía. Quiere decir que heredó su don. Quiere decir que nadie va a negar que es efectivamente su heredero como muchos han estado queriendo intentar dejar caer.

Anhelan que deje de confiar en Jimin, afirmando que es un traidor y bien, está ahora de parte de Leedo para conseguir el dominio de más de lo que le pertenece. Tachándolo de terrano avaricioso como todos los demás. Que gran estupidez, como si Jimin fuese capaz de agarrar la corona teniendo semejantes pensamientos.

Jungkook no duda. Corona o no, don o no, sabe que ese niño es suyo. Jimin dijo que así es y le cree totalmente. No se dejaría tocar por nadie y si así fuese, se lo diría. Sabe que puede contarle esa clase de cosas haya una guerra o no.

Baja de Whalien y le despide de forma cariñosa. Espera que no le hagan daño en ningún momento. Usualmente es ignorada porque nadie es capaz de escucharla, pero quien sabe. Hay rarezas en el mundo últimamente y espera que entre ellas no signifique el sacrificio de su peculiar ballena. A medida que se aleja suspira y lamenta que Wooyoung y Jimin no estén aquí con él.

Anfitrite: Ocean Eyes || KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora