Me han dado una buena noticia. Una por la que hace dos días quizá hubiese dado saltos de alegría. Pero hoy, cuando acudimos a la nueva reunión de equipo y salió el tema del anuncio del Mercedes, ni siquiera estaba emocionada. Ni nerviosa. Estaba... sin más. A lo mejor por eso salió bien, porque no tenía expectativa ninguna. Es como si el tema no fuese conmigo... hasta que Bora dijo mi nombre. Le tuve que preguntar qué quería (y disculparme, claro está), y entonces me confirmó que a Mercedes le gustó mi modelo y que le informase. Que participaré activamente en el proyecto, así que Jongsu se encargará a partir de ahora de mis tareas de becaria sobrecualificada que cobra una puta mierda.
Y aunque sé que debería estar dando saltos de alegría y con una sonrisa de oreja a oreja porque, vamos a ver, es lo que llevo soñando todo este tiempo, me siento muerta por dentro. ¿Acaso las palabras que le solté a Namjoon fueron un tiro directo a mi corazón en vez de al suyo? Porque me lo merecería si así fuera.
Kamikaze
Serás el modelo de Mercedes.
Me lo acaba de confirmar mi jefa, así que vete diciéndole a Suga que ahora tienes otro trabajo que compaginar.
17:31
No se lo dije hasta que tuve que esperar a Minnie en la calle. Tenía más trabajo con el que mantenerme ocupada, y tampoco es que me apeteciese hacerlo. Lo dicho: muerta por dentro. O quizá solo sea que me siento tan mal que no soy capaz de sentir nada más, pero para mí viene a ser lo mismo.
Kamikaze
Eso es
Bueno
No estás emocionada?
17:33
Lo estaré cuando aprendas a escribir bien
17:34
Como es bien así?
17:35
Lo doy por perdido, no te preocupes
17:35
Sigues preocupada?
17:36
Minnie me facilitó la tarea de dejarle en leído. Porque tengo una especie de pánico irracional a dejar un mensaje que tiene contestación sin ella, pero la verdad es que, ¿qué iba a decirle? ¿Que es un puto genio por saber leerme tan bien a estas alturas? ¿Que si tan evidente había sido? ¿Que no estoy rayada? Ninguna de esas opciones me parecía buena.
Mi amiga no dijo mucho en el coche, aunque creo que es porque esperó a estar en casa sin tener que estar distraída por conducir. Minnie es el tipo de conductora agresiva que, en cuanto un coche se le mete por dentro en una rotonda, suelta toda una ristra de tacos que parece que no le pertenecen en absoluto. Quizá por eso encaja tan bien con Suga, porque creo que a él su apariencia también le juega una mala pasada: no refleja para nada su interior.
El caso es que, mientras estaba en el coche, no me quedó otra que seguir pensando en mi error y en que ahora tendría que tener mi temida «terapia» con mi mejor amiga. Que la verdad es que casi siempre me hace más bien que mal, pero siempre me cuesta enfrentarme a ella. Y ahora, mientras estoy de nuevo en su sofá (que es como mi propio diván de consulta de psicólogo, solo que con mucha menos clase), con una taza de tila que ni siquiera me ha preguntado si quería («¿tan evidente soy para todo el mundo?»), no me resulta más sencillo hablar. Y ella, que está a mi lado con una lata de cerveza, creo que se da cuenta, porque se aclara la garganta y mira a la pared antes de hablar.
—Ayer tuve... ¿una cita? Con Yoongi.
Abro los ojos de más cuando le miro a la cara. Y aunque todavía no esté muy familiarizada con los nombres reales de los chicos, sé que es el de Suga. Veo el miedo de mi amiga en sus ojos, pero también que le hace feliz, porque se está empezando a pintar una sonrisa en su cara. Una muy chiquitita y que hace tiempo que no le veía.
—¿Y qué tal? ¿Qué hicisteis?
—Me llevó a un Burger King —dice, y me mira. No sé si es que ve en mi cara que creo que me está vacilando o que pasó de verdad, pero el caso es que se ríe. «Pues va a ser lo segundo»—. Sí, lo sé, puede parecer que es el tío que menos se preocupa por conquistarme del mundo, pero me gustó. Mucho.
—Eso o es el que mejor te conoce de todos los que has conocido. Yo apuesto por lo último.
—Puede ser, sí... Me preguntó cuál era mi hamburguesa favorita y pidió dos menús idénticos para comer lo mismo él. —Aunque no me mira, veo la emoción en su cara. La ilusión. Y eso me hace saber que no me he equivocado en calar al peliverde. Va a ser bueno para mi amiga, o eso parece—. Estuvimos hablando de nuestros gustos y... luego me llevó a casa.
—¿Y follasteis o se fue sin más?
—Claro que follamos —responde, y ahora sí que me mira, como si la hubiese ofendido. Aunque la expresión dolida le dura solo un segundo, porque al siguiente vuelve a sonreír—. Eso es lo mejor de todo, ¿sabes?
—¿Eso? —pregunto. Imagino que se refiere a follar. Y a ver, si para ella es tan bueno que se la metan como cuando el kamikaze me... Mejor no ir por ahí.
—Sí, eso. Porque el resto de tíos con los que he tenido la desgracia de salir siempre se hacían los duros, ¿sabes? Como si fuese moralmente incorrecto ir a un Burger en la primera cita y luego metérmela hasta el fondo. Es como... si tuviesen que esperar un número de citas. Cuando pienso en eso, me los imagino con un calendario pegado a la pared con el día D redondeado y con un texto debajo que ponga: «hoy follo». Pero él no.
—O sea que te gusta que sean directos.
—No es eso... —intenta explicarme, chasqueando la lengua—. Me gusta que le haya importado una mierda ir a un sitio caro y que haya ido a un sitio en el que sabía que me iba a gustar algo. Y que haya pedido exactamente lo que me gusta y se haya esforzado en entender por qué me gusta. Y me gusta que lo haya normalizado todo. Es decir: ya habíamos follado antes, no había nada de malo en volver a hacerlo. Solo me preguntó si quería, me dijo que él también y subió a mi piso.
—Dime que no lo hicisteis en el sofá.
Mi amiga pone los ojos en blanco y luego se ríe. Está feliz, y eso parece que me saca a mí un poco de mi estado de muerte sentimental.
—Fue en la cama, pero no descartes que si va bien follemos aquí. La verdad es que me encantaría que...
—Detalles no, gracias.
Minnie vuelve a reírse, pero, al segundo, me mira un poco más seria.
«No, ahí viene».
—Vale pues... ¿Me lo cuentas? Lo que pasó ayer.
—Prefería seguir hablando de tu cita con Suga.
—Lo sé, por eso te lo he contado primero —confiesa—. Pero sabes que tienes que soltarlo. Siempre te viene bien.
—Voy a llorar.
—Pues llora. —Se encoge de hombros y me muestra su sonrisa más tranquilizadora—. Llorar libera.
—Vale, te digo, pero... pregunta. No quiero empezar, porque, si lo hago, sé que no voy a decir nada con sentido.
—Mmm... por dónde debería empezar... ¿Tienes algo con Jungkook?
—Define algo.
Magistral. Soy la mejor esquivadora de temas de la historia. Deberían darme un premio.
—Rinnie...
Respiro. Venga, a enfrentarme a ello. En realidad, es más sencillo eso que empezar a explicar la causa por la que siento que voy a derramar una cascada en cualquier momento, ¿no?
—No lo sé —confieso—. O sea, sí. Nos llevamos mal. Fatal. Pero hemos hecho algunas... cosas. Sexuales.
—¿Te volvió a dejar a medias?
—No —admito. No por nada, sino porque sé que el interés de mi amiga no es por conocer mi vida sexual al detalle, sino para indagar en el problema—. No he dejado que me la meta, pero me ha provocado unos cuantos orgasmos y ha estado... bien, supongo.
—¿Eso es que no estuvo del todo bien?
—No. Estuvo bien. Sí. Pero ayer... Me siento mal, Minnie.
—¿Qué pasó ayer? Dime.
—El kamikaze vino a buscarme. Fue porque me llevó a la empresa para que Bora le viese para lo del anuncio y eso... Y no tendría que haber pasado nada. Le hubiese insultado un poco y ya está, lo normal. Pero... también vino Namjoon. —Estupendo, aquí es cuando me empiezo a agobiar. Minnie lo nota, porque lleva su mano a mi brazo y lo mueve de arriba abajo. Me parece muy madre cuando hace esas cosas, pero tengo que admitir que funciona un poco, porque es como saber que tienes a alguien ahí cuando las cosas son difíciles. Un apoyo. Intento respirar otra vez, despacio—. El otro día me dijo que... quería conquistarme. Y vino para tener una cita. Se puso traje y todo, Minnie. Traje. Y dijo que podía pagar un Uber si no quería coger el metro. Es que...
—Tranquila... —dice bajito, y yo aprovecho para respirar otra vez—. Y no te fuiste con él, ¿no?
—No —confirmo—. Estaba hablando con Nam y vino el kamikaze. Y él sabía que solo me iba a llevar a casa, pero... le mentí. Dije que había quedado con él y me fui porque... supongo que porque soy una puta cobarde. Que tenía miedo.
—¿Y qué pasó con Jungkook?
—Pues que me llevó al polígono y me dejó conducir el Mercedes. Y luego pues nos besamos y estuvimos frotándonos y eso... Estaba tan desesperada por no pensar más en lo que había hecho... tanto... Que incluso le pedí que me la metiera. Me daba igual todo, Minnie.
Siento las lágrimas en mis ojos y no me gusta, porque yo para eso soy un poco como Minnie, pero supongo que no puedo evitarlo.
—¿Lo hizo?
—No. Pero me corrí y luego me dijo que... si iba a dormir con él y acepté, pero... me siento fatal. No debería haber hecho nada de eso. Tendría que haber ido con Namjoon y...
No puedo ni hablar. Minnie me ha abrazado y está acariciando mi espalda porque, como había vaticinado, estoy llorando como una condenada. Y no me siento mejor. Solo me siento mal, fatal. Aunque eso es mejor que no sentir nada, supongo.
—Hiciste lo que te apeteció en ese momento, Rinnie. No está mal no sentir nada por Namjoon.
—¿Y si... lo siento? ¿Y si... debiera estar con él? Como mis padres dicen. Como todo el mundo piensa.
—¿Eso crees?
Ha dejado que me tranquilice un poco antes de hablar, así que ahora aprovecha que solo sorbo mis mocos con demasiada frecuencia para agarrarme por los brazos y poner un poco de distancia. Para estudiarme, básicamente.
—Si no... ¿por qué me iba a sentir tan mal? Dime.
—Por muchos motivos. ¿Te los digo? —Asiento y mi amiga lleva la vista al techo para hacer que piensa un poco—. Mmm... porque es tu amigo y crees que le has hecho daño. Creo que eso es lo que más te duele, que estás haciéndole daño con cosas pequeñitas y habrá llegado tu límite. Pero también creo que está el tema Jungkook.
—¿Qué tema?
—Que te asusta no saber qué tienes con él. O qué te pasa. Seguro que es lo segundo.
—¿Soy traslúcida o cómo va la cosa?
—Para mí sí. Igual que yo lo soy para ti, ¿no? —Asiento, porque supongo que es cierto—. Tienes que experimentar, Rinnie. Llevas tanto tiempo centrada en lo que considerabas importante que no te has dado cuenta de que iba a llegar este momento. El de sentir. Y ahora puede que se te haya venido mucho de golpe, pero vas a saber llevarlo. Como tú quieras, eso es lo que importa, ¿vale? No lo que te diga tu madre que tienes que hacer. Seguro que ella ya quiere verte casada y con cinco hijos.
—Wonnie se va a casar, así que...
—Ya, pero tú no. Tú vas a tu ritmo, y solo tú sabes cuál es. ¿Crees de verdad que puedes llegar a sentir algo por Namjoon o solo quieres creer que sí porque no quieres hacerle daño? —pregunta.
—No lo sé. Solo sé que me parece complicado. Todo. Porque creo que nuestra amistad ya está jodida, pero a la vez quiero creer que todavía hay una esperanza.
—Y esa esperanza es que sientas algo por él, ¿no?
—Supongo —confieso.
—¿Y si no? ¿Y si no sientes nada por él pero sí por Jungkook?
—No siento nada por el kamikaze.
—Deseo sexual sí, cariño —responde, y yo pongo los ojos en blanco—. ¿Sabes lo que creo? Que te escudas en que no te cae bien para fingir que eso tampoco te preocupa.
—No me escudo, es que no me cae bien.
—¿Segura? ¿Igual de mal que cuando tuvisteis el accidente?
—A ver, igual, igual, no...
—Ahí está —señala con una sonrisa radiante—. Es otra posibilidad, Rinnie. Quizá solo te guste follar con él y sea el indicado para tu descubrimiento sexual, pero nada más. O quizá acabes sintiendo algo por él. A lo mejor no, y Namjoon es el hombre de tu vida. O ninguno de los dos. El caso es que tienes que enfrentarte a ello con menos miedo y más ganas por... saber qué sientes, ¿vale?
—Ya, ¿y eso se compra en algún sitio? Pastillas para quitar el miedo, digo.
—Sí, espera que te lo receto —dice, haciéndose la dramas. Pero me río un poco porque me sigue el rollo y se levanta hasta su cuarto. Luego vuelve con un post-it y un boli y se pone a escribir en la mesa pequeña que hay enfrente del sofá. No veo qué ha puesto hasta que, después de tirar el boli sobre la mesa con una floritura, me pone el papel delante de los ojos. «Pensar menos, lanzarte más»—. Cada vez que empieces a darle al coco, que es lo que haces para tener miedo, directamente actúa. Lo que sea, hazlo.
—¿Y no estoy... jugando con ellos?
—Si se lo explicas no tiene por qué. Díselo.
Y como si por arte de magia las desgracias de mi vida se alineasen para hablar en el mismo momento, recibo dos mensajes. Quizá es que saben que estamos hablando de ellos.
Kamikaze
Rino?????
Ri
No???
18:32
Namjoonie
Haerin, ¿puedo pedirte un favor?
18:32
—¿Qué hago? —pregunto a Minnie, alarmada, en cuanto veo los dos mensajes.
—¿Qué quieres hacer?
—¿Lo que me encantaría? Pasar de los dos.
—Rinnie...
—Del kamikaze al menos. Es porque no le he respondido a un mensaje de antes sobre si seguía preocupada. No quiero responder a eso.
La cara de Minnie es rara. Muy rara. No sé ni qué quiere decir con esa mueca, pero no quiero ni analizarlo porque ya sé que no me va a gustar.
—Entonces a Namjoon primero, pero también tendrás que enfrentarte a Jungkook.
—No si consigo escaparme.
Mi amiga vuelve a poner los ojos en blanco y yo abro el chat de mi amigo.
Namjoonie
Sí claro. Dime
18:34
Verás, ¿te acuerdas de la nueva novela que estoy escribiendo? Pues he pensado en un giro de la trama que tiene que ver con carreras de coches. Y sabes que no tengo carné ni nada, así que tengo que documentarme. He pensado que, si me haces el favor, podrías preguntarle al kamikaze si puedo ir un día contigo. Para poder escribirlo cuanto antes.
18:35
No ha tardado prácticamente nada en escribirlo, lo que me hace saber de inmediato que tenía ya el mensaje escrito en un documento aparte y que simplemente lo ha pegado. Le conoceré yo... Pero cuando lo leo otra vez, me doy cuenta de que algo no cuadra. No es que me suela decir de qué van sus novelas, pero eso de que ha pensado en un giro de la trama me suena falso. Falsísimo. A una trola o una excusa para... Espero que no.
—¿Qué quiere? —me pregunta Minnie.
—Venir a las carreras. Quiere que le pregunte al kamikaze.
—¿Qué excusa te ha puesto? —Estupendo, ni ella se lo cree.
—Documentación para su nueva novela. Tampoco te cuadra, ¿verdad?
—Pues no.
—¿Y ahora qué le digo? Es una idea malísima. Tenías que haber visto cuando coincidieron ayer. Horrible. Si hubiese tenido un cuchillo podría haber cortado la tensión, te lo juro.
—Dile que sí.
—¿Estás loca?
—Estoy pensando en ti, idiota —me recrimina, y ante la cara de asco que tengo que poner, suspira antes de explicarse—. Si le dices que no, te vas a sentir mal porque le has vuelto a rechazar. Así que dile que sí y luego compruebas a ver qué es lo que quiere de verdad.
—Pero es que va a salir fatal. Si lo sabes tan bien como yo.
—Ya, pero que sea una mala idea no significa que no sirva para algo. Dile que le preguntas y ya, de paso, hablas con Jungkook.
—Esto de ser tu amiga es una mierda.
—Lo adoras. Venga, habla. Yo miro —responde pegándose a mi hombro para ver qué les escribo a cada uno. Que es sencillo. Un «vale, ahora le pregunto» a Namjoon y un mensaje al kamikaze (evitando completamente la pregunta de antes) diciendo que «mi compañero de piso necesita documentarse para su nueva novela. Puede venirse en la siguiente carrera?». El primero en responder es el segundo.
Kamikaze
Rino
Esa estrategia
De evitarme
No funciona
Sigues preocupada?
18:42
Respóndeme, es urgente
18:42
Ya
Me has respondido
Entiendo
Tú quieres que venga?
18:43
—Se preocupa por ti —me dice mi amiga, que está cotilleándolo todo, claro.
—Es para sacarme de quicio.
—Si te quieres engañar así... Pero está preocupado. Mira qué rápido responde.
Kamikaze
Irrelevante. Solo dime si puede
18:44
Por qué no has preguntado a Suga?
18:45
La única vez que dice una puta frase completa y es para eso. Para matarle.
Kamikaze
Porque me ha dicho que te pregunte a ti
18:44
Además el viernes me toca en tu coche
18:45
Qué
Alegría
Nos lo vamos a pasar
Genial
18:45
Puede?
18:46
Confías
En él?
18:46
Sí
Además, ya lo sabe. Que es ilegal y eso
18:47
Eres una bocazas
Rino
18:47
Puede???
18:47
Sí
Pesada
18:47
Pero si no quieres
Que venga
Dile que te he dicho
Que no
Te doy
Permiso
18.48
Vale
18:48
—Se preocupa por ti...
—Cállate. Estoy enfrentándome a esta mierda, de verdad que no necesito esos comentarios.
Dejo el chat del kamikaze ahí (esperando que no vuelva a preguntarme) y luego abro el de Namjoon para darle el visto bueno.
Namjoonie
Gracias, Haerin.
¿Hoy vienes a dormir?
18.49
—¿Puedo quedarme? —le pregunto a Minnie poniéndole ojitos tristes.
—Puedes. Creo que mi compañera ya no está interesada en dormir mucho en este piso de mierda.
Namjoonie
Me quedo en casa de Minnie
Mañana por la mañana me paso
Lo siento
18:50
Me siento como la mierda después de confirmarle que, un día más, estoy optando por evitarle, pero a la vez me quita parte de la angustia que se instala en mi pecho cada vez que pienso en enfrentarme a él. Aunque no es como si no tuviese que hacerlo tarde o temprano. Más bien tirando a temprano.
Qué bien.
—¿Ya has solucionado todos tus problemas amorosos?
—Primero: no son problemas amorosos —la espeto—. Y segundo: ¿le ves solución a este lío?
—Claro —afirma con seguridad antes de levantarse del sofá—. Pocas cosas no la tienen.
—Dime que vas a venir a Outlawed el viernes.
Suena como una súplica, que es exactamente lo que es. Y le he dado el toque perfecto de pena que, unido a mis ojos rojos por el llanto, espero que funcione. Pero cuando Minnie niega, lo doy por perdido.
«Claro, di que sí, dejándome sola ante el peligro».
—El viernes tengo noche en el hospital, pero estoy segura de que va a salir bien. No me necesitas.
—¿Quién ha dicho que no? Me abandonas.
—¿Y si el sábado voy?
—Sigues abandonándome.
—¿Y si hoy... pedimos pizza para cenar y vemos películas románticas de esas que te gustan?
—Me abandonas igual, pero te perdono un poco.
—Pues voy a pedirla entonces. ¿Eliges peli? —pregunta, alejándose del sofá.
—Evidentemente.
—La La Land otra vez no, por favor —suplica desde la distancia. Desde mi posición escucho como marca los números de la pizzería. Debe de tener el imán en la nevera, así de clásica es ella, que no puede buscarlo en Naver. O pedir con la app. Mucho más sencillo.
—Pues la voy a poner, te jodes.
—Qué bonita es la amistad —grita. Y a continuación escucho cómo pide una pizza Barbacoa (mi favorita), y sé que en realidad me va a dejar ver La La Land y que va a cantar las canciones conmigo. Porque, aunque lo haya dicho de forma irónica, supongo que sí tenemos una amistad bonita. Y si no lo es, al menos creo que es una de las pocas cosas que tengo en mi vida que merecen la pena.
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Hi!
Aquí estoy un lunes más con un capítulo otra vez de una extensión normal, yas! Sé que os habéis acostumbrado algunas a los capítulos largos y esto os parece corto... Pero vendrán largos. MUY LARGOS, no os preocupéis por eso (preocupada estaré yo que tardaré una tarde en corregir).
El caso es que además de tirando a corto, este capítulo parece que también tiene menos chicha de la que os gusta. Aun así, creo que es bastante importante, y siempre me gusta escribir a estas dos juntas. ¿Y a vosotras? ¿Qué pensáis de la conversación que ha tenido Minnie con Rinnie?
También se ha planteado una cosa IMPORTANTE porque va a ser vital para el desarrollo de los siguientes capítulos, como podéis imaginar. ¿Cómo pensáis que puede salir juntar al Namjoon y al JK otra vez? Estoy deseando leer vuestras opiniones.
Y hoy no tengo mucho más que decir. Bueno, sí, stream Blue Hour by TXT, discazo. Pero a parte de eso... me encantaría leer vuestras opiniones, teorías, conspiraciones, peticiones o lo que sea.
Hasta el lunes que viene.
¡Os leo!