—¡Jed! —Josie grita, corriendo a la ventana y asomándose. Jed está arrugado en el suelo, con uno de sus brazos doblado en un ángulo extraño. Gime y se balancea para mirar a Hope—. ¿¡Por qué lo arrojaste por la ventana!?
Hope se cruza de brazos, con un aspecto inmensamente relajado.
—Se lo merecía.
—¡Pudiste haberlo matado!
Hope se burla.
—Pude, pero no lo hice.
Josie sacude la cabeza con incredulidad, dándose la vuelta.
—Jed, ¿estás bien? —Ella mira como el chico intenta sentarse pero grita de dolor.
—¡Aguanta! —dice Josie angustiada, y va a inclinarse más a la ventana, pero Hope la agarra del brazo.
—Jesús, Jo, ten cuidado con el cristal. —Hope se mueve hacia los restos de la ventana que sobresalen peligrosamente cerca de la garganta de Josie.
Josie se la sacude.
—¡Quizás debiste haber pensado en eso antes de romperlo con el cuerpo de Jed!
—¿No escuchaste las cosas que me estaba diciendo?
—¡Entonces dale una bofetada, no lo tires por la ventana!
—Es un lobo, se curará.
—Tiene los huesos rotos, ¿qué te pasa?
Hope parece herida, como si lo que Josie dice estuviera de alguna manera fuera de lugar.
—¿Qué te pasa a ti?
—Dios mío, será mejor que ésto no sea porque me acosté con Jed... —Hope hace pucheros petulantes y Josie pone los ojos en blanco—. Estaba disgustada, estábamos drogados y simplemente sucedió. Supéralo. Y llévame hasta él. —Ella señala por la ventana.
—No.
—¡Hope! Sólo llévame saltando hasta abajo. Sé que puedes hacerlo.
Hope se asoma a la cornisa.
—No quiero romperme una pierna.
Josie balbucea con indignación antes de empujar a la otra chica.
—Bien. Bajaré. —Odia que Hope actúe así, tan aguda e implacable, y no está acostumbrada que eso vaya dirigido a ella.
—¡Tal vez dile a tu hermana que tú también estás viva! —Hope le grita, con un temblor casi indetectable en su voz.
***
Jed tiene varias costillas rotas, una pierna rota y un brazo roto.
—Va a tomar un poco de tiempo para que tu curación de lobo haga su trabajo. —La enfermera dice, frunciendo el ceño. No estaba muy contenta de que la despertaran antes de las siete—. No eres tan resistente como los vampiros.
—Ya lo sé. —Jed murmura amargamente mientras yace en la cama de la enfermería.
Josie está de pie a su lado, su corazón late de forma errática.
—¿Pero se curará?
—Por supuesto que lo hará. —La enfermera la despide con un movimiento de su mano—. Pero tiene que reportar al estudiante que le hizo ésto. El Dr. Saltzman tiene una política de cero violencia.
—Oh sí, excepto cuando se trata de vampiros y brujas —Jed escupe.
—Es su elección, Sr. Lee, pero está bastante golpeado. Yo querría alguna compensación si fuera yo la que estuviera en esa cama. —Ella se aleja para atender a otro estudiante.
Josie toma la mano de Jed.
—Siento lo de Hope. No debería haber hecho eso, yo no... —Se detiene, tomando un respiro—. No estoy segura de lo que le pasa.
Jed suspira, dejando caer sus ojos. Los analgésicos que le dio la enfermera deben estar haciendo efecto.
—Se me ocurren algunas cosas.
Por un corto tiempo, ella observa. Nunca lo había visto así, tan vulnerable y sin vigilancia. Sus pestañas revolotean inquietas contra sus mejillas, el dolor se abre paso maliciosamente en sus sueños. Ella le alisa el pelo oscuro de su frente, sintiéndose insoportablemente culpable.
Josie lo deja allí para dormir y se dirige a su dormitorio. Abre la puerta con cuidado, sin querer despertar a Lizzie, pero apenas se cierra detrás de ella cuando Lizzie lucha por mantenerse erguida.
—¿Jo? —Está vestida con una sudadera con capucha y pantalones de chándal en lugar de pijamas, y está encima de las sábanas de su cama.
—Hey… —Josie susurra.
—Oh, gracias a Dios. —El alivio hace que la cara de Lizzie se enrojezca—. Me preocupaba tener que llamar a mamá.
—¿No se lo has dicho? —Un pequeño peso se cae de los hombros de Josie.
Lizzie se desliza de la cama y se abre camino.
—No, mamá sigue en el apartamento, te dará un poco de espacio este fin de semana. Después de lo que pasó no quería empeorar las cosas entre ustedes dos. Pero si no volvías por la mañana, entonces...
Josie asiente con la cabeza. Examina las manchas oscuras bajo los ojos de su hermana y la culpa que ya siente diez veces.
—Lo siento, Lizzie. Fue una mierda no decirte dónde estaba.
—¿Dónde estabas?
Josie duda. Pero le debe a Lizzie al menos la verdad.
—Con Jed.
Lizzie se frota la nariz en la confusión.
—¿Jed? ¿Por qué? —Por primera vez desde que Josie entró en la habitación, parece que se ha dado cuenta de la ropa que trae—. ¿Qué llevas puesto? Prácticamente estás nadando con eso.
Josie pasa junto a ella y se sienta en su cama. Su cuello se siente rígido y puede sentir el maquillaje de ayer pegado desagradablemente alrededor de sus ojos.
—Hope y yo tuvimos una discusión.
Lizzie levanta una ceja pero no dice nada.
—Básicamente me culpó por el hecho de que su relación con Landon se derrumbó.
—Bueno… —Lizzie empieza.
—¿Te pones de su lado? —Josie exige.
—¡No! Pero... Landon no ha superado lo tuyo.
—¿Y cómo es eso mi culpa?
—No lo es. —Lizzie se apacigua—. Pero tiene que ser difícil para Hope. Quiero decir, la escuchaste en la cena, se estaba desmoronando.
Josie se mastica el labio.
—Lo sé. —Dios, ella lo sabe. Josie haría cualquier cosa para ayudar a Hope. Incluso, como el viernes pasado demostró, hasta besarla. Se ruboriza al recordarlo. Pero Hope la había alejado, y luego le había gritado ayer y hoy que Josie no había estado ahí para ella. Eso dejó su cabeza en un torbellino.
Lizzie la está observando con curiosidad.
—¿Por qué te estás sonrojando?
Josie vuelve al presente.
—No lo estoy. —Se dirige a su tocador y toma unas toallitas de maquillaje, comenzando a enfrentar el desorden de su cara.
—Entonces... ¿Jed? —Lizzie pregunta de nuevo.
—Estaba tan frustrada y acabada con todo ese lío, que necesitaba alejarme. —Josie suspira—. No quería estar sola, y la única persona en la que podía pensar era eb Jed.
—¿Y él qué? ¿Te consoló? —Lizzie suena dudosa. Josie entiende que la mayoría de la gente no sabe que Jed tiene un lado sensible.
—Fumamos, fue agradable. —Lizzie resopla—. Y luego...
—¿Y luego?
Josie se siente nerviosa.
—Dormimos juntos —ella murmura.
Lizzie frunce el ceño.
—¿Cómo? ¿En la misma cama?
—No, Lizzie.
Los ojos de Lizzie se abren de par en par.
—¡Oh, Dios mío!
Josie se ruboriza.
—Oh Dios mío. ¿Hablas en serio?
—Sí… —Josie dice con dudas.
—¿Quién eres y qué has hecho con la chica que ni siquiera le dijo a Raf que le gustaba?
Aparte de estar obviamente asombrada, Lizzie parece estar encantada. Josie se relaja.
—Se aburrió de no aprovechar nunca el momento.
—Por supuesto que sí. —Lizzie la evalúa—. ¿Y fue bueno? Fue tu primera vez con un chico, ¿verdad?
—Sí...
—Eso es algo importante, Jo.
—Sí, lo es. —Josie se da cuenta.
—¿Y entonces? —Lizzie dice impaciente—. ¿Fue bueno?
Josie piensa por un segundo.
—Él fue, en realidad, muy… —se ruboriza aún más— ...atento.
Lizzie aplaude con las manos juntas.
—¡Esto es genial!
Josie sonríe.
—¿Por qué?
—Ya es hora de que te olvides de ese hobbit. Eres demasiado buena para él.
Josie suspira.
—Landon necesita estar solo ahora mismo de todas formas.
—Entonces, ¿dónde está? —Lizzie pregunta.
—¿Landon?
—¡No! Jed. ¿Por qué has vuelto tan pronto? No te ha echado… —Lizzie empieza a parecer indignada.
—No, no. Está en el ala del hospital.
—¿Qué?
***
Lizzie no sabe cómo reaccionar una vez que Josie le explica los eventos de ésta mañana. Pasa de: "¿¡Tirarlo por la ventana!?", a "Listo, Hope finalmente se ha vuelto loca", a "Le iba tan bien a Jed…", hasta que finalmente, aparece una inesperada simpatía:
—La pobre chica estuvo despierta toda la noche buscándote. Parecía convencida de que algo te había arrebatado.
—¿Qué me arrebataría?
—No lo sé, Josie, una de las muchas criaturas que parecen vagar por ésta escuela semanalmente...
Josie cruza los brazos.
—Eso no importa. Ella no tenía derecho...
—Lo sé. Pero probablemente estaba medio loca cuando llegó a esa habitación.
Josie no está segura de si fruncir el ceño o sonreír. Se conforma con ambas cosas.
—Eres la mayor defensora de Hope esta mañana.
Lizzie pone una cara.
—No te atrevas a decírselo. Nunca.
***
Lizzie necesita dormir un poco más, así que Josie toma una muda de ropa y se dirige a las duchas. Huele a sudor y a perfume de Jed.
Después, se dirige al comedor y rápidamente se da cuenta de la gran cantidad de ojos que siguen sus movimientos hasta la máquina de café.
Muchos estudiantes escucharon la conmoción que los tres hicieron antes, desde la discusión menos tranquila de Hope y Josie, hasta el cuerpo de Jed rompiéndose a través de una ventana. Aquellos que no lo habían oído, probablemente ya lo sabían. Los chismes viajan rápido en la Escuela Salvatore, incluso a las 8 de la mañana.
Josie se está sirviendo un café cuando un par de brujas más jóvenes se acercan a ella, con los ojos bien abiertos.
—¿Le fuiste infiel a Hope Mikaelson? —La tonta con gafas y pelo rosa pregunta. No puede tener más de catorce años.
—¿Perdón? —Josie frunce el ceño, sorprendida.
—No, idiota… —La otra chica le da un codazo a su amiga—. Ella le robó el novio a Hope.
—No lo hice. —Josie se rompe.
—Oh. —Parpadean—. ¿Y qué hiciste?
—Nada. —Josie muerde, toma su café y se va a sentar. Maldita sea, Hope.
Enfadada, bebe a sorbos su café aunque esté demasiado caliente para beberlo. El ardor de su garganta es una distracción bienvenida. Está tan llena de emociones conflictivas ahora mismo que no sabe qué demonios está sintiendo. ¿Por qué Hope tuvo que ser tan difícil? Sabe lo que siente cuando se trata de otras personas. Cuando piensa en Landon, hay una inmensa frustración, mezclada con confusión, afecto y una pizca de anhelo por lo que fue, y lo que podría haber sido. Cuando piensa en Jed, siente una agradable calidez, un poco de emoción, pero también un sentimiento de culpa. No sólo porque se culpa por las acciones de Hope, sino porque sabe que le está enviando mensajes contradictorios.
Pero cuando piensa en Hope...
¡Ella no tenía derecho a irrumpir en la habitación de esa manera y empezar a hacer demandas! Josie odia que la traten como a la hermana pequeña de Hope, atrapada en la cama con un chico. El hecho de que la primera reacción de Josie cuando vio a Hope fue de culpabilidad, ya dice suficiente. Necesitaba dejar de permitir que la otra chica se balanceara tanto sobre ella.
Pero no estuviste ahí para ella, una voz regañona en la parte de atrás de su cabeza protesta. Es tu mejor amiga y no estuviste allí cuando te necesitó.
Piensa en Hope, la valiente, valiente Hope, abriendo su corazón para que todos la viesen ayer. Obligada a hacerlo frente a una audiencia porque Landon no tuvo la decencia de hacerlo en privado.
Piensa en lo mucho que le debe haber dolido, sabe cuánto duele cuando alguien te ha soltado antes de darte cuenta de que la cuerda se estaba deshilachando.
Esta mañana no se trataba de ella, ni de Jed, ni del hecho de que se acostaron juntos, Josie se da cuenta. Se trataba de que Hope se sintiera abandonada.
Ella mira fijamente su café, imaginando a Jed en su cama de hospital. Hope aún así había hecho una cosa realmente terrible. Debería dejarla pensar en eso por un tiempo. Tal vez entonces dejaría de ser tan condenadamente impulsiva.
Pero parece que su cuerpo no está escuchando a su cerebro mientras se encuentra gravitando hacia la habitación de Hope.
Hope abre la puerta muy lentamente, dando a Josie la impresión de que casi no la ha abierto. Cuando ve a Josie, Hope se acurruca sobre sí misma, doblando los brazos para protegerse. El conjunto de su boca es malhumorado y petulante, pero sus ojos se agitan mientras espera que Josie hable.
Josie se deja llevar por el desorden de su pelo y su camiseta sin mangas.
—Oh, ¿estabas durmiendo? —Por supuesto, ella había estado despierta toda la noche. Por su culpa.
—Intentándolo.
Josie suspira.
—Lo siento, te dejo con ello. —Se gira para irse.
—No... —Josie espera. Hope vacila, abriendo y cerrando la boca—. ¿Qué querías decirme?
—¿Puedo entrar?
Hope asiente, haciéndose a un lado. La habitación está caliente, las cortinas corridas y algo de incienso encendido. Huele a agujas de pino. Josie se estresa con una ceja.
—No sabía que te gustaba ésta cosa de hippies.
—A menudo me cuesta dormir, y el olor de los bosques ayuda.
—Nunca lo enciendes cuando duermo aquí.
Hope resopla, sus mejillas se tiñen.
—Sí, bueno, en esos momentos no me cuesta dormir.
Josie se da la vuelta, ocultando una sonrisa. Se da cuenta de cuánto extrañaba a Hope, y de cuánto extrañaba estar cerca de ella. Se habían acostumbrado tanto a sus ritmos y ahora todo se había interrumpido.
—No debiste haberle hecho eso a Jed —Dice firmemente, mirándola.
Hope se pone de pie como si estuviera lista para una discusión, pero Josie mantiene su cara neutral. Está cansada de discutir.
Hope no dice nada por unos segundos. Luego:
—¿Él está bien?
—Sí. Quiero decir, tiene muchos huesos rotos. Pero sí, está bien.
Hope suspira, algo de la agudeza finalmente se filtra de su cara. El aire entre ellas parece exhalar con alivio.
—Tienes razón. No debí haberlo tirado por la ventana. Me arrepiento de eso.
Josie está sorprendida. No esperaba que Hope cediera tan fácilmente.
—¿Lo dices en serio?
Los ojos de Hope se conectan con los suyos e inclina su barbilla hacia arriba.
—Nunca te he mentido.
Es extrañamente intenso. Se miran la una a la otra por un largo momento, y luego Josie da unos pasos más cerca. Hope sigue el ejemplo.
—Tendrás que disculparte con él. —La otra chica arruga su nariz—. Hope… —Josie advierte.
—Sí, está bien. —Hope muerde, mirando a sus pies.
—Bien. —Josie está de acuerdo, satisfecha. Hope levanta la vista con esperanza, sintiendo la indulgencia en su tono.
Hay una pausa ponderada, y luego se mueven al mismo tiempo, envolviéndose en un profundo abrazo. Las manos de Josie se agarran a los hombros de Hope, presionando la cara de la chica en su clavícula. Siente la exhalación de Hope contra su garganta, su cuerpo se desinfla en sus brazos. Hope aprieta fuerte, casi demasiado fuerte, alrededor del cuello de Josie, pero acoge con agrado la tranquilidad, aunque la haga sentirse un poco mareada.
Y finalmente, esa fatídica noche de citas, llena de intensidad, evasión y conflicto, parece desaparecer entre ellas, y todo lo que queda ahora es el amor que se tienen la una por la otra.
—Lo siento. —Josie murmura en el pelo de Hope—. Debí haber estado allí ayer.
Hope se tensa en sus brazos.
—Está bien. Estás aquí ahora.
Josie asiente con la cabeza, traga y luego da un paso atrás. Hope parece reacia a soltarse, y sus dedos se aferran al suéter de Josie.
—Deberías dormir. Para que nadie más termine volando por la ventana. —Josie se burla suavemente.
Hope pone los ojos en blanco.
—Eres muy graciosa. —Luego se muerde el labio, sus ojos se dirigen a Josie y se alejan de nuevo—. ¿Te quedarás?
El pecho de Josie se calienta.
—Seguro. —Se quita los zapatos, mirando hacia la cama—. ¿Quieres acostarte?
Hope asiente, extrañamente tímida. Riendo silenciosamente, Josie lidera el camino, estirándose en la cama de Hope. Tan pronto como lo hace, el agotamiento parece asentarse en ella.
—Dios, estoy tan cansada —Josie dice en un tono agotador.
Hope está a su lado.
—Duérmete entonces. No hay nada que necesites hacer ahora mismo.
Técnicamente, eso no es cierto. Josie podría estar controlando a Jed, haciendo trabajo escolar, o buscando a su madre después del desastre de ayer. Pero todas esas opciones se nublan por completo.
—Es cierto... —dice Josie suavemente, acariciando el pelo de Hope hacia atrás, mientras los ojos de la chica se cierran—. No tengo nada importante que hacer.
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Bueno, chicos/as, la autora ha publicado los capítulos hasta acá. Ya saben que en cuanto ella actualice, yo lo subiré. ❤️
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