Empecé a bajar las escaleras lentamente para no caerme con los tacones, Devorah se hacía fotos como siempre para su red social, Cindy bailaba, mi padre tomaba y mi madre jugueteaba con mi padre.
De estar todos entretenidos pasaron a mirarme y ya imagináis como...
— estás guapísima alissa — dijo Cindy ayudándome a bajar las últimas escaleras.
— ¿y todo eso? — ya saltó Devorah...
— se lo presté yo — me defendió Cindy.
Miré a mi madre y ella sonreía, al igual que mi padre ¿extraño?
— solo porque es navidad... — susurro mi padre con ironía.
No sabía que quiso decir, pero creo que se refería a que solo por hoy me dejara estar vestida así.
— ven — dijo cindy y me llevo al centro de mi salón para bailar.
— no...sabes que no sé bailar — dije con vergüenza.
— solo déjate llevar —
Negué y fui a sentarme.
Tocaron la puerta de casa y fui a abrir ya que soy como la ama de llaves en esta casa.
Me sorprendí al ver a Andrea, Lidia y su mamá que no recuerdo como se llamaba.
— Hola — saludó su madre.
— hola — respondí extrañada.
Entraron y fueron a saludar pero Andrea me miraba atenta como siempre lo hizo.
— te ves muy bien, mejor que las últimas veces — susurró cerca de mi.
Solo sonreí, no me gustaba su presencia.
Todos hablaban con todos menos que nosotras dos, ella escuchaba música con sus cascos y yo solo me limitaba a mirar.
Mis hermanas, Asher y lidia tomaban algunas de esas bebidas que los volvía locos y charlaban.
Me fije en que Lidia miraba con otros ojos a Asher...como si le gustara, intentaba estar cerca de él todo el tiempo.
No me di cuenta el momento en el que Asher mi pilló mirándolos a él y a Lidia...sentía vergüenza.
Hizo un movimiento con la cabeza indicando que me acerque, me levante y fui.
— ¿que tanto mirabas? — me susurró sin que se enteren los demás.
— nada, solo me aburría — miraba al suelo.
Se acercó a la mesa y me trajo de eso que bebían todos.
Lo miré y no sabía si cogerlo.
— ¿que haces Asher? Ella no puedo beber eso — salto como siempre Devorah.
— eso es...tiene pinta de estar en el cole aún — dijo Lidia riéndose.
¿Que le importaba a ella?
Cogí la copa de la mano de Asher y me la bebí de dos tragos para luego poner cara de amargo.
— ¿que decías? — le dije a Lidia y se quedó callada.
Cindy se reía por lo que hice y luego me chocó la mano.
— me has sorprendido — susurró Asher.
— bueno, admito que no me gusto mucho, ahora me siento un poco mal — dije tocando mi barriga.
— es normal, no es muy bueno que bebas alcohol sin comer —
Volvieron a hablar entre ellos y yo permanecía al lado de Asher pero al ver que me excluían fui a sentarme de nuevo.
— vamos a cenar chicos — anuncio mi madre y nos sentamos en la mesa.
Intenté ponerme cerca de Asher para saber que es lo que tengo que comer, no quiero que mi padre vea que me lo tomo con tal libertad para luego estar otra vez encerrada.
Desgraciadamente se puso Lidia entre medio...lo veía de venir.
Miré a Asher y no se dio cuenta hasta que pusieron la comida en la mesa.
Todos comenzaron a coger y no sabía que hacer, cogí un canapé y comencé a comer poco a poco.
Mi padre ya me echó la primera mirada de la noche, dejé de comer.
Estaba agobiada.
— Lídia, ¿puedes dejar a Alissa aquí? Tengo que hablar con ella —
Menos mal...
Lídia se levantó de mala gana y me cambio el sitio.
— ya lo he notado — susurró y sonreí.
Me molestaba que tuviese que depender de un hombre para comer o no, pero no había otra opción.
Asher me aparto en el plato un gran trozo de carne de pavo y ensalada.
— gracias — dije cogiendo el plato.
— está riquísimo... — dijo la madre de las chicas que se llamaba Lila — ¿lo hiciste tú otra vez? — preguntó mirándome.
— no — salto mi madre — fui yo, pero ella me ayudó —
¿Como podía ser tan mentirosa?
Asher me miró y yo solo subí mis cejas.
[...]
Terminamos la cena y comenzaron a tomar, a bailar, a charlar...todo parecía una familia perfecta cuando no lo era, pero teníamos que fingí delante de esta familia.
Me levanté y Asher mi miro.
— iré al baño — dije y asintió.
Fui a hacer mis necesidades y luego me miré al espejo, era extraño verme así aunque me gustaba más que como me veía los días normales.
Al salir topé con alguien.
¿Andrea?
— fui yo —
¿De que hablaba?
— yo fui quien hablo con la policía — dijo susurrando.
— ¿de que hablas Andrea? —
— dije lo que pasaba en casa contigo, tarde o temprano vendrán a tu casa para ayudarte —
— ¿¡que?! — dije impresionada y me tapó la boca con un dedo — mi padre no puede saber que fuiste tú —
— si no se lo dices tú nadie lo sabrá —
— me has metido en un lío Andrea, no debiste hacer eso, ahora no se que pasará conmigo — dije nerviosa.
— no pasará nada, te voy a ayudar a salir de aquí alissa, me gustas y no quiero verte aquí —
Empecé a negar.
— te agradezco que lo hagas de verdad, pero tienes que entender que no quiero tener nada contigo, ahora no puedo y además de todo no me gustan las chicas —
— ¿así es como me lo agradeces? — preguntó triste.
— no me puedes obligar Andrea, podemos ser amigas cuando salga de aquí si todo sale bien —
— no, no, no te veré como una amiga —
Cerré los ojos para tranquilizarme, recibí mucha información en tan poco tiempo.
— ¿alissa? — me llamo Asher.
— ¡voy! — dije y fui rápido.
— ¿porque tardaste? Frederick me mandó a buscarte —
Asentí nerviosa y fui a sentarme.
Andrea apareció en la sala y se sentó lejos de mi, lo agradecía.
La fiesta ya llegaba a su fin y era la hora de despedirnos.
— gracias por esta noche familia — dijo la mamá de Lídia y Andrea.
— no es nada, hoy es una noche especial — respondió mi mamá.
Se despidieron todos menos que Andrea y se marcharon.
Comenzamos a recoger los platos sucios de la mesa y yo rápidamente los lavaba, quería irme a dormir ya.
Todos se marcharon a sus habitaciones menos yo, había una gran montaña de platos sucios y debía de quitarlos ya antes de que despierten mañana.
Mi espalda dolía y mis ojos se cerraban, no merecía esto, no era sus criada para tenerme así hasta altas horas de la madrugada.
— ¿aún estás aquí? — era la voz de Asher que me sobresaltó.
— si... — dije con una voz cansada.
Me giré para verle y estaba con un ligero pijama que la parte de arriba era ajustada, le quedaba muy bien y se veía atractivo.
Se acercó más y se puso a mi lado para observar lo que hacía.
Me ponía nerviosa.
Me froté los ojos con los hombros para no dormirme.
— tienes que dejar esto — susurró.
Negué.
— no te pasará nada por hacerlo —
— si me pasará, parece que eres nuevo en esto — dije con ironía.
Cogió los platos y comenzó a secarlos, me ahorraría un gran trabajo pero no lo veía bien...
— no tienes porque hacer eso —
— no importa, es para que acabes antes, tenemos que hablar —
Asentí lentamente.
[...]
Me sequé las manos y nos dirigimos al salón, estábamos iluminados por una pequeña lámpara para poder ver.
— mañana tu padre te dará una noticia, no quiero que te alteres —
— ¿de que hablas? —
Ya comenzaba a temblar, me vino a la cabeza Andrea y ya sabía que la tormenta que se acercaba.
— solo no te alteres —
— dime lo que será — insistí.
Negó.
— ¿va a matarme verdad? — dije y comencé a llorar.
Me tapé la cara con mi dos manos e intenté no hacer ruido.
— mírame niña, esa notica tampoco me alegra del todo pero no rechistas — dijo frio de nuevo, me recordó al día en que lo conocí.
Dijo y se fue sin consolarme o sin darme explicaciones exactas.
Me dirigí a mi habitación me despojé de la ropa, me quite el poco maquillaje que llevaba y me tiré a la cama para dormir.
Me costaba hacerlo ya que pensaba en esa dichosa notica. Maldigo a Asher por hacerme pensar toda la noche. Lo odio en estos momentos.
[...]
Desperté y vi como mi madre cogía mi poca y desgastada ropa para meterla de mala manera en una pequeña maleta.
— ¿que pasa? — susurré con una voz recién levantada.
— te irás de aquí —
¿Era eso lo que me escondía Asher?
— ¿que? No me iré de mi casa — dije poniéndome de pie.
No quería irme, sabía que algo malo me esperaba, quien sabe que el sadico de mi padre pueda llevarme a hombres peores que el, podría llevarme a un prostíbulo para venderme... o incluso matarme.
— cállete alissa, esto lo ordenó tu padre —
¿¡Quien si no lo haría ?!
Fui desesperada en busca de ese hombre que cada vez odio llamarlo papá. Se que no lo es, pero desde muy pequeña se me inculcó.
Lo vi tomando café mientras leía algo.
— ¿a donde me llevarás? — pregunté directamente.
— buenos días linda — dijo burlón.
— ¿que a donde me llevas? — repetí.
— no te tengo porque dar explicaciones niña, solo obedece como siempre lo hiciste —
— no me iré de aquí — dije enfadada — no me fio ni un pelo de ti, eres cruel —
Estaba muy nerviosa.
— sabes que harás lo que digo, no malgaste tu energía —
— me da exactamente igual lo que me hagas, no me sacareis de aquí — al decir eso me arrepentí.
Vi como el estallaba su taza de café en la pared más cercana.
Se levanto y quise alejarme pero rápidamente me agarro del cabello para atraerme a el.
— ¿aún no aprendiste a respetarme? — estaba muy furioso y hablaba apretando los dientes.
— no quiero irme de casa — dije temblando.
— esta no es, nunca fue y nunca será tu casa —
Sentí como mi mejilla derecha ardía, después de esas palabras me golpeó muy fuerte.
Me tiro al suelo y golpeó mi cara de una patada...no tenía compasión, era cruel.
— esto es una despedida — dijo golpeando mis piernas con su cinturón — esto lo quisiste tú —
Siguió golpeándome con eso tan doloroso, gritaba de dolor e intentaba alejarme pero el cogía de mi tobillo y me atraía al mismo lugar.
Notaba como de mi nariz y boca salía sangre pero me daba igual, no me arrepentía de encararlo.
Intente abrir mis ojos y vi como Asher aparecía en la sala.
— ¡que no se te olvide quien eres en esta casa! — gritó y me agarro del cuello asfixiándome — ¡escoria! —
Me tiro al suelo y siguió golpeándome con el metal del cinturón, gritaba del dolor.
— ya pasa... — susurré llorando pero no me escucho.
Me levanto y con la mano cerrada me golpeo en el ojo para terminar.
— llévala al aseo, prepare un baño para ella — escuché que decía pero cada vez iba perdiendo más la conciencia.
Sentí como Asher me cogía en sus cálidos brazos, sabía que era el por su olor corporal.