Sentado frente a su padre, el castaño se mordía la lengua mientras pensaba en cómo le haría está pregunta que tanto quería hacerle a su líder.
Juntando sus manitas, el pequeño hizo un carraspeo con su garganta, llamando así, la atención del alfa frente a él.
- ¿Que te ocurre, James? - preguntó con una suave voz, que solo utilizaba cuando se trataba de su hijo.
- padre.. ¿Cómo sabes cuándo encuentras a tu destinado? - cuestionó arrugando su entrecejo.
- ¿Te haz enamorado, James? - preguntó con una sonrisa el mayor.
- no, pero ¿Como sabré cuando lo este? ¿Cómo saber quién es mí destinado correcto? ¿Tu cómo te sentiste cuando conociste a madre?
- bueno, hijo. Eso, eso lo sientes aquí - señaló su pecho. - tu lobo muere por tenerlo a salvo siempre, tu corazón late de una manera que nunca habías sentido antes. Sientes que quieres tener a ese maravilloso ser a tu lado para siempre. Es el lazo el que te hace sentir aquello. Están conectados. Muchas veces, ni siquiera llegas a marcarlo para sentir lo que la otra persona siente. Tu alma ya lo sabe.
- pero padre... ¿Y si tú destinado no es una buena persona para ti o para tu manada?
El mayor hizo una mueca, su hijo era muy inseguro, bueno, el lo había criado de una manera en la que no permita poner toda su confianza en nadie que no sea digno de ella.
- bueno, muchas veces pasa que sus caminos fueron distintos a los de los demás. Puede que su crianza no haya sido la mejor, o que estaban con las personas equivocadas. Pero si es tu destinado, hijo. Cambiarán todo para estar juntos como se ha predicho.
- ¿Padre? - volvió a llamar.
- ¿Si, cachorro?
- ¿Y si no es una Omega hembra? ¿Y si es un varón del que me enamoro? - preguntó tragando saliva.
- bueno, James. No importa el sexo de esa persona. Mientras tú sientas que eso es lo correcto, que tú lobo sienta que está bien, entonces no debe importarte nada más.
- ¿Piensas que tardaré mucho en encontrar a mí Omega?
- cachorro, tu Omega llegará cuando menos lo esperes y te hará sentir lo que nadie con solo mirar su rostro y ahí te darás cuenta de que es al que siempre haz esperado.
Liam estaba sentado a un lado de su omega, mirándolo dormir ahora más calmado.
Hace apenas unas tres horas antes, el moreno había recibido una transfusión de su sangre y media hora después, su estado había mejorado más rápido de lo pensado.
Aunque aún no despertaba, el castaño tenía la tranquilidad de que ya no correría peligro.
Al mirar detalladamente su sereno rostro, la conversación que había tenido con su padre cuando aún era un cachorro, había llegado a su mente.
Él había dejado de creer en eso de su destinado, de que llegaría su compañero al que su alma se entrelazaria por la eternidad.
Pero ahora, viendo cada faccion, sus preciosas pestañas arqueadas, sus pómulos perfectamente hechos, sus labios ahora nuevamente rosados, su perfecta nariz, todo en el pequeño Omega. Justo en este momento se daba cuenta de cuan sabías fueron las palabras de su padre.
"
tu Omega llegará cuando menos lo esperes y te hará sentir lo que nadie con solo mirar su rostro y ahí te darás cuenta de que es al que siempre haz esperado."
Le había dicho Geoff, ahora entendía el valor de esas palabras. Ahora entendía eso.
Y es que viéndolo al pequeño moreno, todas las sensaciones que su padre le dijo que sentiría, fueron fuertemente sentidas por su lobo, su mente y su corazón.
Tal vez era el efecto que su sangre, ahora parte del cuerpo del moreno, había hecho. Tal vez ahora sentía ese pequeño sentimiento por esa razón.
Aunque para ser francos, su alfa había reclamado a ese Omega como suyo desde que lo vio allí en esa silla de interrogatorio.
Le había pedido amablemente al rizado que le informará sobre el parte médico de su madre también. No quería moverse no un milímetro del pequeño por si algo le sucedía.
Su madre también estaba un poco mejor. No como debería, pero aún así, Karen era una de las omegas más fuertes que el pudo haber conocido y que tenía la fortuna de que está fuera su madre.
Agotado por todo lo ocurrido en el día, decidió que era hora de acostarse.
Sacándose las prendas y los zapatos se acostó lo más lento que pudo para evitar despertar al moreno.
Se giró del lado del Omega y siguió observándolo, sabía perfectamente lo que le estaba ocurriendo, pero no quería terminar de admitirlo, aún no podía creer esto. Estaba cayendo fuertemente por el moreno de ojos ámbar y dudaba que ese sentimiento sea reversible.
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Z.
Mis pasos se dirigían hacia un lugar tan conocido para mí que ni siquiera entendía el porque de estar llendo hacia ese lugar. Pero era inevitable, mis pies se manejaban solos.
Parado frente a la puerta de la cabaña, respire hondo, para luego abrir la puerta y entrar al que era mí "hogar".
Silencio. Eso era todo lo que había. No estaban los pequeños sollozos de mí madre creyendo que nadie la notaba. No estaban los gruñidos de mí padre, ni los molestos comentarios que el decía solo para herir más a la persona que él había prometido amar y proteger por toda la eternidad.
Busqué alguna señal de vida cerca pero nada.
Nada, hasta que un tierno tarareo se oyó desde la cocina.
Un poco desorientado, me encamine hasta allí, para encontrarme con alguien quién me hizo soltar un jadeó lastimero.
- ¿W-waliyha? - llamé, la nombrada se volteó a verme con una sonrisa preciosa.
- hola, pequeño Zee.
- ¿Q-que? ¿Tú no..? Oh por la luna... - la abrace con todas mis fuerzas, sin importar que estaba llorando como si mí vida dependiera de ello.
- veo que también me extrañaste, zaynie. - dijo soltando una dulce risita.
- lo hice, lo hago, oh, joder, Wali..
- no jures en mí presencia, tonto. - regañó.
- l-lo siento.. ¿Cómo es que estamos aquí? ¿Acaso funcionó y mori? - pregunté con temor de la respuesta.
- hum... No, bueno, solo es un sueño, bebé. Tú alfa te salvó. - dijo sonriente.
- ¿M-mi alfa? - mí voz tembló.
- tu alfa, cariño, Liam.
- pero...
- ¿Pero?
- moriré de todas formas, Wali, no quiero morir despedazado por la manada de Liam. Ese será mí castigo ybno estoy preparado para...
- sh, sh, sh. ¿De verdad crees que Liam dejaría que te hagan algo a ti?
- yo...
- Zayn... Liam te ha dado de su sangre para que sobrevivas. Es tu alfa, es tu alma predestinada. Es tu otra mitad.
- el no cree lo mismo.
- bebé, si que sigues siendo el mismo inocenton y ciego que conocí en mí corta vida.
Ambos reimos por su comentario.
- cariño, si te he venido a visitar hoy es por algo ¿No crees?
- se que es lo que me dirás.
- debes contarle la verdad a tu alfa, bebé.
- el me asesinara.
- no, tu solo confía en el. No fue tu idea estar aquí. Sabes quién es el culpable.
- no puedo decirle sobre padre.
- tendrás que hacerlo, precioso. Solo así, tú y el podrán estar juntos sin ningún riesgo.
- ¿Debo decirle entonces?
- tienes que.
Asentí y volví a abrazarla, su aroma a manzanas me hizo soltar algunas lágrimas más,
- ¿Puedo quedarme unos minutos más contigo?
- me encantaría, mí amor. Pero ya es tarde y tu debes volver.
- pero...
- sh, nada de peros, amor. Es hora de volver.
- voy a extrañarte, wal.
- y yo a ti, mí pequeño Zee. Pero no es tu momento aún. Ahora.. - me tomó de las mejillas y depósito un beso en mí frente. - despierta.
Mis ojos se abrieron en ese momento, mientras que pequeños sollozos de adueñaban de todo mí ser.