Vecinas incontrolables | Supe...

By ChicadeOtroRollo

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Lena conoce a su nueva vecina, Kara. Desde el primer momento ambas chicas sabían que no se iban a llevar bien... More

Nota*
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Epílogo

Capítulo 44

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By ChicadeOtroRollo

El comienzo de año fue de lo mejor al principio —solo al principio—, aunque Kara estaba un poco tensa yendo de un lado a otro junto a Diana. Todos se encontraban en el apartamento de Lena junto a Clark después de que tocaran las doce y como su vecina vivía al lado, no tardó en llegar junto a la morena siendo una de las primeras.

Habían hablado sobre este día todos juntos y querían compartir recuerdos. Diana y Kara habían quedado —no para tener una cita, si no para planear en cómo destapar al buenecito de Clark Kent—. Imaginaron varios escenarios; jugando al "verdad o reto" para meter presión, jugar al "yo nunca" o juegos similares con el objetivo de que el principito se encontrara en un aprieto.

Aunque Diana intentó decirle de que ya no eran unas crías, la rubia aseguró quien caería en su trampa sería Lena tras vacilarle de que no podía ingerir tanto alcohol como ella. Ella simplemente asintió, pues quien conocía más a la pelinegra era su vecina. Nia y Querl fueron los segundos en llegar seguidos de Sam y Alex. Solo faltaban Mike y Winn que tardarían en llegar debido a que vivían en el otro extremo de la ciudad.

Cuando todos estuvieron reunidos, Mike sacó una botella para celebrar los viejos tiempos y brindar por los nuevos. Bebieron unos cuantos tragos de champán hasta que Diana sacó la toda la caballería: tres grandes botellas de vodka. Tomaron con tranquilidad, sin prisa y relajados, hasta que la mismísima Samantha dijo:

—¡Volvamos al instituto! —cogió la botella vacía de vodka mientras lo posaba en la mesita de café—. ¡Verdad o reto!

—No creo que se me permita jugar a eso... No bebo —se intentó librar Clark, pero Diana negó explicándole las reglas.

—No somos unos críos. Tenemos veinticuatro años, por no decir que se avecinan los veinticinco —protestó Lena sacudiendo la cabeza mientras los demás se reían.

—Venga, Len —comenzó Kara con una sonrisa radiante mientras Diana alucinaba cómo podía actuar con total naturalidad y como también era capaz de cambiar el humor de su vecina en cuestión de segundos—, es para divertirnos. Además, todavía me tienes que ganar en beber.

—¿Me estás retando, Danvers de pacotilla? —le fulminó con la mirada y ella encogió de hombros.

—Tómalo como quieras —le guiñó un ojo mientras se sentaba junto a las demás.

Obviamente la provocación hizo que la pequeña Luthor se uniera también obligando a Clark, aunque este solo bebiera agua. Diana le susurró una enhorabuena por su parte tras sentándose junto a ella y comenzaron a jugar.

Querl y Nia hicieron preguntas triviales. Sam intentaba hacer preguntas picantes al igual que Alex, pero sin pasarse porque no querían que Lena las asesinara con la mirada toda la noche. Clark simplemente hacía retos tontos y frunció el ceño cuando vio que Mike besaba a Winn.

—¿Son gays? —preguntó en un susurro junto con una mueca y Lena asintió.

—Sí, ¿qué pasa? —frunció el ceño la pelinegra al ver como su novio se le cambiaba la cara.

—Nada... Nos costaba que tuvieras amigas lesbianas, pero...

—Pero ¿qué? —interrumpió Kara esta vez cruzándose de brazos ganándose las miradas de los presentes, pues nadie se había dado cuenta de la discusión. La rubia al ver que estaban cuchicheando, no tardó en poner la oreja y supo que era su oportunidad—. ¿Puedes aceptar que las tías pueden besarse entre sí, pero los tíos no?

—No he dicho eso —Clark se disculpó poniendo cara de culpabilidad y agitó las manos rápidamente en señal de que no tenía problemas en absoluto, pero Danvers no le creyó. Ya no le creía ni una.

—Es que aceptas a las chicas porque te ponen cachondo, pero no los tíos, ¿verdad? —intentó poner el anzuelo para ver si picaba mientras todos se quedaron callados sin entender muy bien su actitud, aunque Diana arrugó la frente preocupada; se había pasado tres leguas.

—¿Qué? —el novio de su vecina se quedó perplejo al igual que los demás excepto Diana, que sabía por qué lo hacía, pero antes de que Clark pudiera decir algo, Lena se interpuso.

—¿A qué viene eso, Kara? —gruñó ladeando la cabeza para mirar bien a la rubia.

—Hombre, si a mí me dicen "es que me da igual que dos tías se besen, pero no dos chicos" cuando es exactamente lo mismo porque lo único que hacen es compartir su amor sin molestar a los demás, es por algo en concreto —espetó sin pausa, casi faltándole el aire por decirlo, pero Lena negó.

—¿Eres imbécil? —preguntó enfadada y esta vez fue quien la rubia frunció el ceño.

—¿Le defiendes? Si está claro que... —cuestionó anonadada y Lena suspiró para calmarse.

—Es mi novio y lo conozco —interrumpió cansada, fulminando a su vecina con la mirada—. Claramente lo dice por sus padres, no por él.

—Yo no tengo ningún problema en la orientación sexual de cada uno —explicó el chico pelinegro casi en un susurro—. Cada uno es libre de amar a quien quiere. Dios no juzga ni castiga a las personas por amar, si no a las personas que tratan mal a otros y se comportan mal. Mis padres son más religiosos, más antiguos... Por eso lo decía —terminó con un suspiro.

—Tranquilo, Clark —comenzó Winn con una sonrisa—. Sé de lo que me hablas, mis padres también son un poco estirados —bromeó haciendo reír a los presentes, calmando la tensión.

—Así que te lo tenías preparado... Es que es imposible... —susurró Kara para sí misma sin tener en cuenta los padres de Clark. Hizo que todas las parejas frunciesen el ceño al ver que hablaba sola, pero nadie preguntó nada cuando se levantó.

—Kara... —intentó Diana cogiendo su mano, pero la rubia saltó hacia delante.

—Voy a por una copa —se disculpó la chica de ojos azules mientras se dirigía a la cocina.

—¿Y a esta que le pasa ahora? —se preguntó Lena más para sí misma que para los demás. Todos encogieron de hombros y siguieron jugando.

.

Pasaron pocas horas y no hablaron del tema ni de la reacción de la rubia. Supusieron que estaba preocupada por los chicos y nada más, así que no se lo tomaron en cuenta. Clark, el chico bueno, fue el único que se quedó pensativo mirando cada dos por tres a la diseñadora ya que estaba en hundida en sus pensamientos, pero no hizo ningún comentario y siguieron jugando. Kara tenía que saber qué preguntas o retos hacer para que confesara.

Cuando se levantó a servirse la tercera copa, fue seguida de Clark. Miró de un lado a otro rascándose la cabeza. La rubia no lo vio venir cuando se giró y chocó con su pecho. Frunció el ceño de inmediato al ver al chico con una sonrisa ladina y le entregó su vaso que había olvidado que la rubia lo cogió de un manotazo.

—Kara, tengo el presentimiento de que no te caigo bien.

—No, no lo haces —admitió la rubia mientras se servía una copa.

—Y, por alguna razón, también sé que no es por mis creencias.

—Tus creencias... —soltó una risita irónica mientras removía la copa y le miró a los ojos—. ¿En los diez mandamientos también dice que puedes montar un harén o algo así? Porque creo que se me ha pasado... —se burló alzando las cejas mientras cogía su copa como si estuviera celebrando una victoria.

—¿Hum? No sé de qué estás hablando —arrugó la frente inocentemente haciendo que Kara gruñera. Supo que el juego sería la clave perfecta para sonsacarle información, pero reírse de ella de esa manera... No podía aguantarlo.

—Mira, a Lena se lo puedes colar porque es inocente y no se entera, pero yo te vi cómo te besabas con otra mujer.

—¿A otra mujer que no era mi Lena? —preguntó con un rostro asustadizo haciendo que la rubia frunciera el ceño—. ¿Tienes pruebas? —alzó la ceja y Kara tensó la mandíbula. Finalmente agachó la cabeza y Clark susurró—. Entonces nunca pasó.

—Lo estás admitiendo... —murmuró levantando la cabeza, viendo como Clark tenía una sonrisa vacilante en el rostro.

—Créeme, quisiera negarlo, pero mi Dios dice "no mentirás". Cuando me case con ella y consiga toda su fortuna, te la dejaré a ti para que la consueles —se echó a reír mientras Kara abría los ojos de par en par.

Quiso pegarle un puñetazo y tumbarlo en el suelo. Quería matarlo, pero sabía que la estaba provocando y como hiciera algo, con su mierda de defensa religiosa, Lena se pondría de su lado sin dudarlo y ya sí que la pelinegra no querría volver a saber nada de ella después de casi cargarse a su novio. Mantuvo la compostura y bebió un sorbo. Finalmente, se echó a reír con él.

—¿Y ahora de que te ríes? —preguntó Clark apagando su sonrisa.

—De que te lo tienes muy creído. Mira, he intentado pasar página, pero no puedo porque quiero a Lena más de lo que yo podía creer y no puedo ver cómo tiene a un novio tan desgraciado —dejó la copa vacía en la encimera y le desafió con la mirada—. Ella no se va a casar contigo, sino conmigo.

—Vaya... al parecer la gatita de su vecina tan de broma no iba... Te gusta Lena de verdad... —se burló haciendo que Kara simplemente encogiera los hombros—. Sabes que Lena me ama más que nadie y nunca estaría contigo, ella misma me lo dijo.

—Que te lo diga a ti no significa que no lo sienta.

—Te recuerdo de que es heterosexual, que fuiste solo un desliz... Está conmigo y tú le hiciste mucho daño, ¿no? Está claro que no se casará contigo ni en tus sueños y más sabiendo de que solo te ve como una amiga —espetó cansado de la rubia. Ella se enfrentó a él y preguntó:

—¿A qué te apuestas? —gruñó de mala gana e hizo que Clark sonriera ampliamente.

—Lo que quieras... Vas a perder de todos modos —aseguró cruzándose de brazos mientras la rubia suspiraba.

Sabía que tenía altas probabilidades de perder; Lena no le creyó en ningún momento y puede que ahora menos después de arreglar las cosas y tener novio. Además, la pelinegra la ignoraba o le replicaba cada vez que se metía con ella y al final del día hablaba algo sobre Clark.

Pero sabía que haría lo que fuera para que no viviera una mentira y no le hiciesen daño, a pesar de que podría acabar ella mal. Además, no era solo por Lena —aunque sea la gran parte de este asunto—; también era por su familia.

—Si finalmente se casa conmigo, te quiero lejos de la familia Luthor, sobre todo de Lena.

—Y si no, lo mismo te digo —desafió el pelinegro alzando la mano y Kara se la estrechó. Antes de que el pelinegro se fuese contento, la rubia le advirtió:

—Pregúntale a Lena como se me dan las apuestas.

.

A lo largo de la noche, todos estaban ya cansados de jugar. Lena intentó varias veces hablar con Kara, pues había visto que estaba tardando en la cocina y la vio junto a Clark, pero ella simplemente encogía de hombros y conversaba con los demás. Su chico la sobó toda la noche e intentó tener su cuerpo cerca suya haciendo gruñir a Kara.

—Venga, la última pregunta... Diana, ¿qué hizo Kara para que cortaras con ella? —comenzó Alex a reírse seguida de los chicos.

—¿Por qué me echas la culpa a mí? —se enfadó la rubia mientras se cruzaba de brazos.

—No la tienes —la relajó Diana descansando su mano en su muslo. Lena se fijó en ellas nada más ver caer la mano—. Además, no hubo nada que terminar cuando ni siquiera empezó. Kara es una chica increíble y ojalá la hubiera conocido en otro momento —se sinceró la morena—, pero no era para mí y he de decir que tampoco me arrepiento de nada. Ahora la considero una gran amiga.

—De verdad, hermanita, a veces no te entiendo... —señaló Alex casi riendo—. Anda que dejar escapar a esta preciosidad...

—¡Oye! —se quejó Sam con un puchero y la pelirroja le dio un beso.

—Yo tampoco lo entiendo... —añadió Clark con una sonrisa empática—. Te veías tan bien con Diana hace poco... Parecía que fuera ayer, ¿eh, cariño?

—Pues sí... —Lena simplemente encogió de hombros.

—Porque Diana realmente te gustaba, ¿no? —insistió una vez más y Kara asintió sin entender—. Entonces fue por ti, Diana —miró a la morena esta vez—. A ti Kara no te llegó a gustar tanto. Si no, no lo entiendo.

—Oh, no... —susurró Kara e intentó callar a la morena porque sabía lo que tramaba Clark, pero Diana ya comenzó a hablar.

—Pues sí, fue así —hizo una mueca de disculpa hacia Kara—. No eras como mi alma gemela, pero de verdad, te aprecio un montón. Fuiste muy buena conmigo y lo siento por jugar contigo.

Kara se echó hacia atrás derrotada. Lo había conseguido nada más mirar las cejas alzadas de Lena. No solo había hecho que Kara se viese como la niña buena como prometió Diana ya que quería guardar su secreto respecto a las emociones que tenía con Lena, sino que había dado a entender de qué Kara estaba loca y tenía sentimientos por la morena. Y si los tuvo por ella, nunca los tuvo por Lena.

La pelinegra miró hacia sus uñas y efectivamente: pensó en ello. Hizo memoria con la relación de su amiga y vecina y recordó que ellas se acostaron juntas cuando la rubia todavía estaba tonteando con Diana. Si la morena tenía razón, significaba que a Kara le gustaba jugar y bromear con ella mientras lo que realmente sentía amor era por su amiga Diana.

Entendió entonces que esa noche fue otra medallita para su colección, pero esta vez no se sintió dolida ni decepcionada, sino segura. Ahora sí que definitivamente no volvería a pensar en "¿Y sí...?" con Kara porque definitivamente era un "NO". Tenía que pensar en ella, en su futuro y eso sería con Clark. Eran amigas y nada más; mejor para ellas. Y de eso estuvo segura cuando pasó lo siguiente:

—Deberíamos irnos ya —bostezó Mike mirando la hora y Winn se levantó junto a él.

—Sí, creo que es muy tarde —se estiró Alex junto a Sam.

—Y algunos tenéis suerte de no trabajar —dijo tristemente Nia abrazando con cariño a Querl.

—Vaya comienzo de año... —susurró Kara malhumorada y Diana le acarició el muslo con un rostro de complicidad.

—Bueno... Ha sido un placer conoceros más a fondo, sobre todo a vosotros —señaló Clark a los chicos que asintieron con una sonrisa—. Es por eso... que me doy cuenta de que mi chica increíble está rodeada con gente increíble —alzó la mano tiernamente en dirección a la pelinegra que la sujetó con gusto y la levantó del sofá—. Y desearía mucho... Muchísimo verlos más a menudo, pero a mí me encantaría verte a ti cada día, cariño.

—Oh, que mono eres —se sinceró Lena dándole un beso en la mejilla.

—Lena, lo digo en serio... —susurró cogiendo sus manos y todos abrieron los ojos de par en par cuando vieron al chico arrodillarse, sacando una caja pequeña de terciopelo de su bolsillo—. ¿Me harías el honor de concederme ese deseo? —preguntó con una sonrisa mientras abría la caja.

¡Vaya pedrusco le compró el cabrón! ¿Es que lo tenía todo planeado? Kara se quedó sin habla, casi con el corazón en la boca. Había jugado perfectamente sus cartas. Su corazón latía con esperanza al ver que Lena se quedó sin palabras, con la boca abierta mirando a todos que tenía una sonrisa de oreja a oreja y ojos como búhos. La pelinegra finalmente miró a la rubia y, no supo por qué, pero sabía que debía decir:

—Sí, quiero.

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