Eternamente [Fred Weasley] [E...

By LuWeasleyVS

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Ella rubia, Él pelirrojo. Ella Sangre Pura. Él Traidor. Ella Serpiente. Él León. Ella Slytherin, Él Gryffin... More

S I N O P S I S
S O U N D T R A C K
P E R S O N A J E S
💙
P R I M E R A P A R T E
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C U A T R O
C I N C O
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S I E T E
O C H O
"In The Eye Of The Hurricane"
N U E V E
D I E Z
"México Está De Pie"
O N C E
D O C E
T R E C E
C A T O R C E
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V E I N T E
V E I N T I U N O
SEGUNDA PARTE
V E I N T I D Ó S
V E I N T I T R E S
V E I N T I C U A T R O
V E I N T I C I N C O
V E I N T I S I E T E
V E I N T I O C H O
V E I N T I N U E V E
T R E I N T A

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By LuWeasleyVS

LA LENTEJA PERDIDA

La madriguera está repleta de personas y la sala se ve más pequeña de lo que es. Los últimos en llegar habían sido Tonks, Remus y Sirius. Bill seguía viviendo ahí con Fleur, y Hermione había llegado dos días atrás. Ojoloco y Kingsley llegaron quince minutos después que los gemelos y yo llegáramos, e iban con Mundungus Fletcher.

Ojoloco, que había quedado al mando de la Orden del Fénix una vez que Dumbledore murió, les había pedido a todos los involucrados en la misión, reunirse antes aquí porque quería repasar el plan para traer a Harry sano y salvo.

De los presentes, solo Sirius —quien estaba completamente furioso al respecto— Molly, Ginny y yo no participaríamos. En un principio, Sirius y yo sí estábamos incluidos, pero después de que Ojoloco lo pensara dos veces, dijo que en caso de que fueramos sorprendidos por mortífagos, darían por hecho que el verdadero Harry iba con él, poniéndonos a ambos en mayor peligro.

—Muy bien —Alastor gruñe, llamando la atención de todos y haciendo que la amena conversación que había iniciado, terminara—. Repitamos las parejas —dice volteando hacia Hermione—. Granger...

—Con Kingsley —asiente la castaña, volteando hacia el auror.

—George —voltea hacia George al identificarlo rápidamente porque Fred tenía su brazo sobre mis hombros. Los tres estamos de pie junto a la puerta de la cocina.

—Con Remus —le dice con tono de cansancio, han repasado varias veces el plan desde que se dictaminó lo que se haría.

—Frederick.

Tengo que reprimir una risita porque sé a la perfección que Fred odia que lo llamen así, y para este momento, ya le ha dicho unas cien veces a Alastor, pero al auror no le importa.

—Frederick —vuelve a decir esperando su respuesta.

—No diré nada si me llamas así —le dice y al recibir una mirada de su madre y un codazo de mi parte, responde resignado—. Con papá.

—Delacour.

—Con Bill —sonríe, volteando a ver a su prometido quien le devuelve la sonrisa.

—Ronald.

—Con Nympha... con Tonks —corrige rápidamente cuando la metamorfomaga lo voltea a ver.

—Mundungus.

—He dicho y vuelvo a decir que, aunque fue mi idea eso de los siete Potters, yo no quiero ir... —comienza a hablar el hombre de baja estatura y al que solo había visto dos veces en todas las reuniones de la orden en las que he estado.

—Irás conmigo —gruñe Ojoloco de nuevo—. Y Harry irá contigo Hagrid —hace una pausa cuando el guardabosques de Hogwarts asiente y puedo notar que Sirius suspira pesadamente—. Se convertirán en Harry por medio de la poción Multijugos, iremos en medios de transportes que ni Voldemort ni el Ministerio pueden rastrear, todos tienen que dirigirse a las casas de protección que se les asignó y tomarán un traslador para venir hacia aquí. Si alguien muere —dice, haciendo que los pelos se me pongan de punta—, los demás no paren... tienen que traer a Potter a salvo hasta aquí.

—Alastor, nadie va a morir, es muy poco probable que Quien-Tu-Sabes sepa que hoy lo vamos a trasladar —comenta Molly cuando ve la expresión de terror de Mundungus.

—Lo digo por si llega a pasar, para que sepan qué hacer —insiste—. Ahora, ¿nos podemos ir?

Los que estaban sentados, se ponen de pie y se disponen a salir hacia el jardín. Los que nos quedamos en la madriguera, los acompañamos hasta allá y con lágrimas en los ojos, Molly comienza a despedirse de cada uno con un abrazo.

—Cuídense, por favor —le digo a los gemelos cuando abrazo a George.

—¿Con quién crees que estás hablando, cuñadita? —Dice George con una sonrisa burlona, tomando la escoba en la que él y Remus viajarían—. Somos los seres más precavidos que has conocido.

—Sigue creyéndolo, Georgie —respondo con una pequeña risa y, enseguida, me giro hacia Fred, al que observo por unos segundos—. Quiero que regreses completo, Frederick Weasley, porque si no... me vas a conocer realmente enojada.

—¿No lo he hecho ya? —Fred pregunta, juntando sus cejas y mostrando preocupación—. ¡Merlín! Entonces, prometo que volveré entero, no quiero conocerte "realmente enojada"...

—Cállate —le digo riendo ligeramente, risa que interrumpe al besarme.

—Te a...

—No lo digas —lo interrumpo de inmediato—. Me lo dirás cuando regreses.

Fred se torna más serio y asiente una sola vez. Sonrío ligeramente para darle ánimos, y beso sus labios esperando que no sea la última vez que lo pueda hacer.

Los vemos salir de los terrenos de la madriguera para poder aparecerse en Little Whinging y una vez que ya no los tenemos a la vista, Molly nos dice que entremos.

Sirius me voltea a ver y colocando su mano en mi espalda, nos encamina de vuelta a la casa. Molly nos ofrece tomar té, pero la realidad es que probablemente nuestros estómagos se cierren impidiéndole el paso a la bebida porque nos encontramos muy nerviosos, así que, Molly decide prender su radio para escuchar algo de música a la cual ninguno le pone atención.

Mi mirada viaja del reloj que da la hora, al reloj que muestra dónde se encuentran los integrantes de la familia Weasley. Todas las manecillas —a excepción de la de Molly y Ginny— apuntan hacia la sección que dice "fuera de casa" y la única manecilla que se movería antes de llegar a la sección de "casa" sería la de Ron, pues a él y a Tonks se les había asignado la casa de la tía Muriel, la cual si tiene una sección en el reloj.

Pero pasan veinte minutos y las manecillas siguen en el mismo lugar.

—¿Por qué tardan tanto? —dijo Sirius, quien no ha podido mantenerse sentado desde que pasaron cinco minutos de que todos dejaron la casa.

—Ojoloco dijo que probablemente tardarían en casa de Harry, probablemente no han salido de ahí aún —le digo, intentando convencerme de que eso había pasado, pero mi pierna tiembla mostrando lo nerviosa que me encuentro. Sirius suspira y sale al jardín como si eso fuera a hacer que llegaran más pronto.

Pero entonces, rápidamente, las manecillas de los Weasley involucrados en la misión, se colocan en la sección que dice: "Peligro Mortal".

Las tres nos ponemos de pie al ver eso y no tengo la fuerza de voluntad para voltear a ver a ninguna de las dos. Un segundo después, Sirius entra haciendo que volteemos hacia él.

—El traslador de Ron y Tonks llegó sin ellos —nos dice.

Nadie dice nada, Molly se va a la cocina —probablemente para que no veamos lo preocupada que se encuentra— y yo me dispongo a salir al jardín, sentándome en las escaleras del porche, porque quedarme adentro viendo como las manecillas no giran hacia "casa", solo me pone aún más nerviosa.

Unos segundos después de que me senté, siento a alguien acercarse; Ginny se ha sentado junto a mí, pero guardando lo más que pudo de distancia entre las dos. Ambas fijamos nuestra mirada en el frente, aunque a veces también volteábamos al cielo, esperando ver las escobas sobre la casa.

Pero cuando un punto azul se desvanece y cae al suelo solo un zapato, nos damos cuenta de que es el traslador que se supone, Fred y su padre usarían.

No puedo ver mi propio rostro cuando me levanto y corro hacia el traslador, pero probablemente muestro exactamente lo que estoy sintiendo porque Ginny corre conmigo y se queda a mi lado.

—Seguro están bien —dice, pero a penas la escucho por el miedo, la incertidumbre e impotencia que se apoderan de mi mente, haciendome imposible evitar pensar en los peores escenarios.

Siento el calor de la mano de Ginny en mi brazo, pero no llega a tocarme porque un ruido llama su atención, y, a decir verdad, también la mía.

—¡Mamá! —Ginny grita y en cuestión de segundos, tanto Molly como Sirius bajan las escaleras del porche a toda prisa.

Harry se pone de pie, tambaleándose un poco mientras Hagrid intenta hacer lo mismo.

Sirius deja escapar un sonido de alivio y abraza fuertemente a Harry en cuanto lo tiene lo suficientemente cerca y él corresponde el abrazo de igual manera.

—¿Qué ha pasado? ¿Dónde están los otros? —Molly pregunta ansiosamente.

—¿Cómo que dónde están? —pregunta Harry jadeando mientras se separa de Sirius y nos lanza miradas a los cuatro—. ¿No ha vuelto nadie?

Sirius fue el único que tuvo la fuerza suficiente para negar con la cabeza.

—Los mortífagos nos estaban esperando —Harry dice—. Pero ignoro qué les ha ocurrido a los demás. Nos persiguieron cuatro mortífagos y nos costó mucho librarnos de ellos. Y después nos alcanzó Voldemort y...

—Está bien, Harry —lo interrumpo al darme cuenta de que el chico parece estar pidiendo perdón por no poder decirnos exactamente cómo están los demás—. Lo entendemos...

—Por suerte estás bien —agrega Molly asintiendo y, acompañada por una pequeña y nerviosa sonrisa, le da un abrazo.

—¿Tienes un poco de coñac, Molly? —pregunta Hagrid, algo tembloroso—. Es para fines medicinales...

Molly asiente y rápidamente se dirige al interior de la casa. Por un momento quiero seguirla, pero al final decido quedarme en caso de que Fred y Arthur aparezcan.

Y aunque intento no poner demasiada atención, aun así, escucho como Ginny le explica a Harry que se había planeado que él y Hagrid fuesen los terceros en llegar a la madriguera, y le muestra los trasladores que llegaron sin cuatro de los integrantes de la Orden.

—¡Mira, mamá! —el grito de Ginny hace que todos nos giremos hacia donde está señalando.

Una luz azulada resplandece en la oscuridad, volviéndose más grande e intensa conforme los segundos pasan. Según el plan de Ojoloco, los que deberían de estar por llegar son Remus y George. Afortunadamente, ambos caen al suelo, pero sé al instante que algo no va del todo bien cuando veo que uno de ellos no se mueve.

—¡Ayuda! —Escuchamos la voz de Remus y Sirius es quien se apresura a ir hacia él con Harry siguiéndolo.

Entre Remus, Sirius y Harry, cargan a un inconsciente George y mi corazón da un vuelco cuando puedo ver que parte de su rostro y cuello están empapados de sangre. Es ahí cuando me les adelanto y corro hacia la casa para despejar el sofá, en el que segundos más tarde, lo dejan.

Cubro mi boca con mis manos cuando la luz de la lámpara me permite ver con claridad y Ginny ahoga un grito a mi lado; a George le falta una oreja.

Tan pronto la señora Weasley se inclina sobre su hijo, me apresuro a llevar el cajón en el que ella guarda todos los ungüentos y pociones, arrastro una silla y la colocó junto al sofá para que Molly se siente.

Escucho gritos en la cocina, pero no les pongo atención porque me encuentro enfocada en George y en las palabras de Fred, que suenan en mi cabeza una y otra vez: "¿Quién sigue?"

Cuando Harry entra de nuevo a la sala, Molly ya ha controlado la hemorragia, ella se encuentra acariciando afectivamente el cabello de su hijo mientras Ginny y yo limpiábamos los restos de sangre de su cara y cuello.

—¿Cómo está? —Harry pregunta, dando un paso vacilante en nuestra dirección.

La señora Weasley levanta la mirada y responde:

—No puedo hacérsela crecer otra vez, porque se la arrancaron mediante magia oscura. Pero habría podido ser mucho peor... Al menos está vivo —y baja la mirada de nuevo a George.

—Sí —coincide Harry—. Por suerte.

—Escuché que alguien más llegó —comento, aunque mi afirmación sonara más como una pregunta.

—Sí, Hermione y Kingsley —Harry confirma dando un asentimiento.

—Menos mal... —Ginny murmulla.

Entonces, se escucha un fuerte estruendo proveniente de la cocina que me hace brincar un poco y después le siguen unas palabras:

—¡Te demostraré quién soy cuando haya visto a mi hijo, Kingsley! ¡Y ahora te aconsejo que te apartes! —Reconozco de inmediato la voz de Arthur Weasley a pesar de que nunca lo había escuchado gritar o enojarse de esa manera.

Ambos, Arthur y Fred entran a la sala completamente pálidos, pero al verlos ilesos, me dan unas ganas enormes de soltarme a llorar. También, tengo que controlar mis impulsos de correr a los brazos de Fred, porque sé que lo más importante en este momento, es que vea a su hermano.

—¿Cómo está? —Es lo primero que Arthur pregunta mientras se arrodilla junto a George.

Por primera vez desde que lo conozco, Fred se queda sin palabras; se coloca junto a mí y boquiabierto observa la herida de su hermano gemelo por encima del respaldo del sofá, como si no pudiera creer lo que está pasando.

Entonces George se mueve un poco al irse despertando, haciendo que todos pudiéramos respirar un poco mejor.

—¿Cómo te encuentras, Georgie? —susurra Molly una vez que George abre sus ojos.

El pelirrojo se palpa la cabeza con la yema de los dedos y hace una pequeña mueca, mientras murmulla:

—Echo de menos mi lenteja*.

—¿Qué le pasa? —pregunta Fred con voz ronca, tomando mi mano de repente. Nunca lo había escuchado tan preocupado—. ¿Le afectó el cerebro?

—Lenteja, oreja... —explica George volteando un poco hacia Fred—. ¿No lo entiendes, Fred?

Los sollozos de la señora Weasley se intensifican en el momento que Fred recupera un poco el color de su rostro. Mis ojos se llenan de lágrimas y una pequeña sonrisa se forma en mis labios.

—Patético —murmulla Fred, negando con la cabeza— ¡Patético! Con el amplio abanico de posibilidades que ofrece la palabra "oreja", ¿tú vas y eliges "lenteja"?

—Bueno... —dice George sonriendo un poco, voltea hacia su madre que aun llora y llevando su mano hacia la mejilla de esta, añade—. No llores, mamá, estoy bien... hay que verle el lado positivo, ahora ya podrás distinguirnos.

Molly se echa a llorar aún más y a Arthur se le llenan los ojos de lágrimas mientras deposita un beso en la cabeza de George. Fred suelta mi mano y va a abrazar a su madre quien sigue llorando.

—Hola, Harry. Porque eres Harry, ¿no? —George dice cuando lleva su atención al muchacho de anteojos, quien asiente de inmediato.

—Sí, soy yo —afirma, acercándose más al sofá.

—Bueno, al menos hemos logrado traerte sano y salvo —dice—. ¿Cómo es que ni Ron ni Bill han acudido a mi lecho de convaleciente?

—Todavía no han vuelto, cariño —responde Molly y la sonrisa de George se desvanece de sus labios.

De pronto, Isabelle aparece en mi mente. De estar tan preocupada por George y por ayudarle a Molly y a Ginny, no tuve tiempo para pensar en ella antes. Ella se había quedado para hacerle compañía a Rosalie mientras Aaron regresaba del trabajo y, aprovechando eso, su departamento serviría de seguridad para Ojoloco y Mundungus.

Subo la mirada a Fred y no hubo necesidad de decirle nada, porque sé que entendió por completo qué era lo que estaba por decir. Así que conjura su patronus y lo envía.

Al cabo de diez minutos, se escucha tal alboroto en el patio que inclusive George y Arthur que estaban teniendo una conversación, se quedaron callados.

—¡ROSALIE Y AARON ESTÁN ESPERÁNDOLOS! —Grita una voz femenina. Fred levanta la mirada hacia mí y luego ambos la bajamos hacia George, quien mueve sus ojos de un lado a otro al identificar la voz de Isabelle—. AHORA, ¡A UN LADO, LUPIN!

Escuchamos pasos apresurados y luego, una aterrada y preocupada Isabelle aparece por la puerta de la cocina haciendo que tanto Arthur como Fred le den espacio para que pueda acercarse.

—Ron y Tonks llegaron —dice Ginny quien entró después de Isabelle, y con eso, Molly y Arthur salen corriendo hacia el patio, dejándonos a los cuatro solos.

—¿Cómo llegaste? —George le pregunta a Isabelle en cuanto ella se sienta en la silla que antes ocupaba Molly.

—Apareciéndome, ¿Cómo más? —Responde como si no fuera la gran cosa, pero al parecer George no lo veía de esa manera.

—¿Te apareciste fuera de la casa? —Pregunta al borde de la furia, pero no espera su respuesta cuando vuelve a hablar mientras intenta sentarse—. Son cinco minutos de caminata hasta donde puedes aparecerte, no puedes caminar por ahí sola...

—Pues sí pude e hice un minuto —Isabelle dice con una pequeña sonrisa, supongo que para intentar que se le bajara el enojo a George—. ¿Cómo te sientes?

—Bien —responde, recargando su cabeza de nuevo en el único cojín que había dejado. Hay un silencio, en el que Fred se vuelve a acercar a mí y toma mi mano de nuevo—. ¿Me vas a seguir amando, aunque ahora solo escuche tus rabietas a medias?

Isabelle suelta una risa y las lágrimas que estaban en sus ojos se esfuman.

—Claro que sí, tonto —Isabelle acaricia su mejilla y besa su frente—. Aún creo que sigues siendo más guapo que Fred.

Fred y yo reímos ante eso.

—¿Escuchaste eso Gred? —George pregunta, girando un poco su cabeza para poder ver a su gemelo.

—Solo lo dice porque estás lisiado, Feorge, no te ilusiones tanto —responde Fred rodando los ojos.

—No, Isabelle siempre tiene razón...

—Defiéndeme —Fred dice volteando hacia mí y haciendo reír a George e Isabelle.

—Es que la herida lo hace ver rudo —bromeo y Fred abre la boca indignado, para después lanzarnos a reír los cuatro.

—Es una lástima que ya no podremos jugarles la broma de hacernos pasar por el otro, Fred.

—Como si realmente cayéramos en eso —le digo sarcásticamente—. Nunca supe cuándo ni cómo, pero un buen día dejé de confundirlos...

—¿Cómo estás tan segura de que no lo hemos hecho? —Me pregunta Fred.

Volteo hacia Fred e Isabelle hacia George. Ambas sabemos que no es verdad e inclusive ellos saben que no podrían engañarnos a ese grado, así que volvemos a reír.

Pasa menos de un minuto cuando todos entran a la sala, y por sus rostros, nuestras risas disminuyen abruptamente; veo a Fleur y a Tonks llorando, Hermione está al borde de las lágrimas también y todos los demás parecen abatidos.

—¿Qué ocurre? —pregunta Fred, su mano aprieta un poco la mía y cuando nadie responde de inmediato, sabemos que algo muy malo ha pasado—. ¿Qué ha pasado? ¿Quién...?

—Se trata de... de Ojoloco —dice su padre—. Ha muerto.

Cuando Arthur pronuncia esas palabras, de pronto todo se vuelve aún más real. Tonks sigue llorando en silencio tapándose la cara con un pañuelo, Remus voltea hacia ella y se acerca para abrazarla y permitirle llorar en su pecho. Sé lo muy cercana que era a Ojoloco; su mentor tanto en la academia como en el Ministerio, ella era su favorita y protegida.

Ojoloco fue el que siempre habló sobre las posibilidades de morir en la misión y la verdad es que, siempre creí que estaba exagerando. Nunca creí que los mortífagos podrían saber sobre el plan, es decir, todos los miembros de la orden son confiables, no hay manera de que alguien haya divulgado el plan.

Y ahora comienzo a experimentar lo mismo que cuando Dumbledore murió. ¿Ojoloco muerto? Es imposible. El mejor auror de todos los tiempos. Súper valiente y sobreviviente por excelencia.

—Brindemos —Escucho a Bill, y con una sacudida de su varita, hace volar por la habitación hasta cada uno de los presentes catorce vasos llenos de whiskey de fuego.

Isabelle ayuda a que George se siente y le pasa su vaso una vez que se encuentra cómodo.

—Por Ojoloco —dice Bill y todos repiten lo mismo, pero, aún muy aturdida por la noticia, mi voz sale en un murmullo.

Por los siguientes minutos, tienen una discusión sobre lo que habría podido pasar con la filtración del plan de esta noche. No escucho mucho, es como si de pronto mi cerebro se desconectara y no me dejara retener nada de información. Probablemente ha sido una forma de auto protegerme.

—No, no puede ser —la decisión en la voz de Harry hace que regrese a la realidad, y me doy cuenta de que todos lo observan con sorpresa—. Es decir... si alguien ha cometido algún error y revelado algún detalle del plan, estoy convencido de que no fue su intención. No es culpa de nadie —asegura con un tono más fuerte del que habría empleado normalmente, al menos más fuerte de lo que yo lo he escuchado—. Tenemos que confiar los unos en los otros. Yo confío en todos ustedes y no creo que ninguno fuera capaz de venderme a Voldemort.

—Bien dicho, Harry —después de un silencio, Fred suelta de pronto.

—¡Eso! ¿Todos lo escucharon? Yo sólo a medias —bromea George mirándonos por un segundo. De estar en otra situación, ya habríamos reído, pero por el momento, tenemos que reprimir una sonrisa.

—¿Creen que estoy loco? —Pregunta Harry en dirección a Remus y Sirius quienes lo observaban desaprobatoriamente.

—No —se adelanta Remus—. Lo que creo es que eres igual que James, que habría considerado que desconfiar de sus amigos era la peor deshonra.

Harry parece querer protestar, pero Remus se pone de pie y dice que irá en busca del cuerpo de Ojoloco, a lo cual, Bill y Sirius se ofrecen a ayudarlo.

—Pondré un poco de té, si es que eso está bien —digo, dirigiendo mi mirada hacia Molly quien asiente de inmediato.

—Claro que sí —responde, haciéndose hacia un lado con su esposo para que pueda entrar a la cocina.

En la cocina, probablemente al no estar a la vista de nadie, todas las emociones que sentí hace unos segundos, me golpean aún más fuerte, y, es en este momento que me permito sentir todo.

No sé en qué momento pongo la tetera en el fuego, pero sé que lo he hecho todo sin magia. Tal vez no estoy en mi mejor estado mental como para hacer que las cosas se hagan por ese medio, pues le doy vueltas a los acontecimientos de esta noche una y otra vez en mi cabeza, así que no le pongo atención a la conversación que se lleva a cabo en la sala.

Unos minutos después, lo que sí escucho son unos pasos entrando a la cocina, haciéndome voltear hacia atrás ya que me encuentro frente a la estufa.

—Hey —Sonrío ligeramente al ver a Fred dirigiéndose hacia mí y él me sonríe en respuesta.

Regreso mi mirada a la tetera y veo las pequeñas burbujas pegadas en los laterales cuando siento a Fred colocarse a mi lado.

—Con magia estaría más rápido —lo escucho decir, y cuando apunta su varita a la tetera, veo las burbujas del agua subir a la superficie tras el hechizo no verbal que Fred ha implementado.

—Sí, sé hacer ese hechizo —respondo, apagando el fuego.

—Oye, ¿estás bien? —Fred pregunta y rápidamente toma mis manos—. Tus manos están temblando...

—Estoy bien, es solo que... todo lo que está pasando —siento una media sonrisa aparecer involuntariamente en mi rostro—. Me es terrible pensar que es mi familia la que está hiriendo a la tuya, haciéndolos sufrir de esta manera.

—No te lo tomes tan personal —niega.

—¿Cómo? —Pregunto apretando un poco sus manos—. No quiero hacerme la víctima, Fred, es lo último que quiero, pero... no soporto todo lo que está pasando.

—¿Cuántas veces quieres que te diga que esto no es tu culpa? —Inquiere retóricamente. No hay sonrisa en su rostro—. No te culpo y nadie allá afuera lo hace.

—Lo sé, lo sé, pero... lo siento por no poder evitar sentirme así. Es que... tenía mucho miedo de que te pasara algo —hago una pausa porque el nudo en mi garganta no me deja seguir, pero Fred me observa como si quisiera que siga desahogándome—. Veo a Fleur y a Isabelle y envidio lo fuertes que son, porque si algo te pasara a ti, yo...

—No, no, no... todo va a estar bien —y entonces me abraza con uno de sus brazos en mi espalda y su mano libre en mi cabeza. Es ahí que me doy cuenta de que no solo mis manos están temblando, también el resto de mi cuerpo lo hace—. No pienses en eso, tranquila.

Me quedo unos minutos con mi cabeza en su pecho y mis brazos rodeando su cintura. Intento controlar el temblor en mi cuerpo y el calor que emana el suyo parece ayudarme.

—Oye...

—¿Mhh? —respondo unos segundos más tarde, porque me encontraba concentrada escuchando los latidos de su corazón.

Fred quita sus brazos de mi cuerpo y se inclina un poco hacia atrás para poder hacer contacto visual conmigo. En ese momento sonríe ligeramente y dice:

—Te amo.

Se me escapa una pequeña risa, aun así, mis ojos se llenan de lágrimas de inmediato.

—Yo también te amo —le digo volviendo a abrazarlo—. Te amo demasiado —repito, sintiéndome aliviada y agradecida de que esta noche, se lo he podido decir una vez más.

*La frase de George al perder su oreja es diferente dependiendo de la versión del libro que se tenga y dependiendo la película y su doblaje. Además de la versión en inglés (Holy-hole) la versión de la lenteja me gusta más que las otras y por eso la elegí.

JELOU!
Un poco tarde pero sin sueño que es lo importante (mentira, yo siempre tengo sueño xd)

Tenía miedo de subir este capítulo porque no tengo el siguiente escrito, pero ya salí de examenes parciales así que espero poder escribirlo rápido. Espero que les guste esta actualización y sin afán de ofender a nadie, dejé un mensaje en mi perfil respecto al smut en mis historias que creo que deberían ir a leer. Muchas gracias por leer, votar y comentar! (el primer libro está cada vez más cerca de llegar al millón de lecturas y me pongo a llorar cada que lo pienso xd) Espero leer sus opiniones respecto al capítulo y a lo del smut si es que lo leyeron.
Los quiero un montón ¡Muchas gracias!

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