Eternamente [Fred Weasley] [ETQME#2]

T R E S

No sé cuánto tiempo llevo mirándome en el espejo, mi madre y Bella ya han salido de casa dejándonos solos. Mis lágrimas siguen bajando sin importarme que lleguen a tocar la tela del vestido, todo este tiempo he intentado verle el lado positivo a la situación, pero sigo llorando al no encontrar nada.

—Espero sean lágrimas de felicidad —volteo al escuchar esas palabras, Draco se encuentra parado junto a la puerta con los brazos cruzados encima del pecho.

Llevo mis manos hacia mis mejillas y limpio las lágrimas rápidamente, suspiro y asiento.

—Claro que lo son —miento, y como respuesta escucho un bufido.

Cierra la puerta y se acerca a mí.

—Sé que no —dice viéndome directamente a los ojos—. No necesitas fingir conmigo.

—Ni tú conmigo —le respondo—. Sé muy bien que no quieres recibir la marca tenebrosa...

—No tengo opción —se encoge de hombros, a Draco siempre le ha sido fácil ocultar sus sentimientos, yo tengo varios años que ya no me es tan sencillo hacerlo—. No te quieres casar con Terence...

—Son tradiciones familiares, Draco —le digo sentándome en la cama mientras me quito el velo que me han puesto—. No tengo opción... —me encojo de hombros y aviento el velo a mis almohadas.

Siento como el colchón se hunde a mi lado, Draco se ha sentado junto a mí y escucho que introduce su mano al interior de su túnica.

—Claro que la tienes —responde tendiendo el pedazo de pergamino en mi regazo.

Cuando extiendo el pedazo de papel, me doy cuenta de que es una carta demasiado corta, siento como mi corazón comienza a latir rápidamente al momento en que reconozco la caligrafía.

Si Gemma acepta, la espero en la entrada del caldero chorreante a las 03:30.

F.W

—¿Qué es esto? —Le pregunto volteando hacia él.

Draco se encoge de hombros y voltea hacia mi ventana, segundos después regresa su mirada hacia mí.

—Le escribí a Fred, está dispuesto a esconderte para que no te cases... si es realmente lo que quieres —dice tan rápido que tengo que dejar que mi cerebro lo procese unos segundos.

—¿Cómo sabias? —Le pregunto juntando mis cejas mientras sacudo ligeramente el pergamino.

—Eso ahora no importa —dice restándole importancia.

—¡Claro que importa!

—Gemma —dice interrumpiendo el que casi me vuelvo loca—. No te quieres casar con Higgs, y si tú no quieres hacerlo, yo no quiero que lo hagas así que te voy a ayudar a irte de aquí —toma el pedazo de pergamino y lo dobla para meterlo a su túnica de nuevo.