Eternamente [Fred Weasley] [ETQME#2]

O C H O

Han pasado diez días desde que huí de casa, El Profeta siempre llega por las mañanas al local de los gemelos y Fred siempre sube a entregármelo después de haberlo leído. No ha salido nada en el periódico, no es como si esperara que algo publicaran pues sería una vergüenza para la familia que todo el mundo mágico sepa que hay una nueva traidora entre ellos, supongo que mi tía Bella fue la que convenció a mi madre de no publicar nada al respecto.

Llegó un momento en que creí que sería un poco difícil acostumbrarme a la nueva vida que estoy llevando, pero ahora me doy cuenta de que estaba equivocada. Vivir con los gemelos es realmente muy divertido, estar con ellos hace que me olvide de todo lo demás. Además, Isabelle viene a diario a hacerme compañía, ambas hacemos los envíos y ahora conozco muchas cosas del mundo muggle. Ella dice que algún día saldremos al Londres muggle para que lo conozca un poco.

—¿Te puedo decir algo y no te enojas? —Me pregunta Fred una noche mientras se sienta en la cama. Su tono se escucha un poco vacilante, como si no estuviese seguro de decirlo.

Coloco el libro en la mesa de noche que hay junto a la cama, al fin y al cabo ya es un poco tarde y la luz no se puede quedar encendida hasta que yo quisiera porque Fred tiene que dormir, tiene un negocio que atender.

—Depende de que sea —respondo volteándolo a ver, se le nota nervioso—. ¿Qué hiciste, Weasley?

Él suelta una pequeña risa nerviosa y después sube la mirada hacia mi.

—Le dije a Bill de lo nuestro —dice haciendo una pequeña mueca y alejándose ligeramente de mi.

Por un momento me quedo callada, intentando observar en el rostro de Fred alguna señal de como ha salido esa platica con su hermano, pero no hay nada y eso me llena de intriga y nerviosismo.

—¿Por qué no me dijiste que le dirías? —Le pregunto juntando un poco mis cejas. Fred se aleja solo un poco de mi y hace una mueca.

—Porque sabía que no aceptarías —responde escogiéndose de hombros.

—Eso no es cierto, lo pudimos haber hablado y...

—No hubieras aceptado —me interrumpe y muestra una pequeña sonrisa.

Me quedo callada de nuevo al saber que tiene razón, o al menos, solo en parte. Claro que hubiera dicho que no al instante en que me lo propusiera, pero después lo habríamos hablado y probablemente habría aceptado.

—Necesitamos que al menos un miembro de nuestra familia lo sepa —dice Fred acercándose a mi de nuevo—. Tu hermano lo sabe y...

—George lo sabe...

—Bueno... mi familia es más grande.