Nos organizamos de tal manera que Chloe se fue en brazos de Mike por decisión de ellos. Yo me fui con Ashton delante y Luke con Ariana atrás.
Llegamos a una discoteca muy conocida en Sidney, por lo que Ashton me comentaba. Las luces y música sobresalían de ella, pero no sabía si me dejarían entrar.
Al entrar Ashton y Luke se encargaron de que nos dejaran entrar, a Ariana y a mí. Mike desapareció rápidamente con Chloe y yo me senté en la barra de refrescos. Luke y Ariana andaban detrás de mí como si fuera una niña pequeña, cosa que agradecía, pero no podían pretender desperdiciar toda su noche así.
—¿Cómo te sientes? —me preguntó Luke.
—Bien. —le respondí sin mirarlo a los ojos. No era buena mintiendo—. Deja de preocuparte por mí, todo está bien.
Los minutos pasaron cuando de repente vi a Calum aparecer. Me puse nerviosa, mi pulso aceleró, no sabía qué hacer, así que me acerqué el barman y le pedí un jugo natural.
—¿Quieres que le diga que se vaya? —me preguntó Luke con una delicadeza que me hacía sentir como una niña mimada.
—No, de ninguna manera ¿Por qué lo dices? —le pregunté intrigada por su actitud de protección hacia mí.
—Sé que fue él el que te daño. No sé qué te hizo, ______ (Tn) pero debes confiar en mí. —me decía con sus ojos insertos en los míos.
—Estoy bien, Luke, no te preocupes. —le respondí con una sonrisa, pero dentro de mí estaba agradecida de que estuviese pendiente de mi comodidad.
Calum se percató de donde estábamos y se alejó. Se fue por la misma mesa de tragos, pero más hacia el fondo, así que yo me limité a hacer como si jamás lo hubiera visto. Tomé el jugo que me tendió el barman y comencé a tomar de él.
¡Vamos a bailar! —gritó Chloe de repente tirando de mi brazo.
—No tengo ganas. —le respondí triste. Ciertamente no tenía ganas.
—¿Por favor? —me pidió Ariana y fue ahí cuando acepte. A Ariana no le gustaba mucho bailar, pero si me lo estaba pidiendo no se lo iba a negar. Nos levantamos con la aprobación de Luke y nos dirigimos a la pista de baile.
La música comenzó a retumbar en mis odios por lo que deje que mi mente se nublara y que la música se apoderara de mí. Hacía tiempo no bailaba y fue ahí donde pude recordar lo gratificante que era dejarme llevar y sentir la música correr por mis venas.
Al cabo de un rato un par de chicos se nos acercaron y bailaron con nosotras. Miré hacia la mesa de tragos y me encontré con los chicos. Luke y Ashton me miraban sonriente, aprobando mi felicidad, mi distracción. Mike me miraba divertido, alzándome las cejas, como si estuviera coqueteando con alguien... Y Calum. No. Él no debía importarme, era mi momento y nadie lo arruinaría. No dejaría que nadie decidiera si era momento de ser feliz o de estar triste.
—Voy con Mike. —avisó Chloe gritando para escucharse entre el bullicio a lo que nosotras asentimos.
—Si quieres puedes ir a sentarte, haz hecho mucho por mí. —le dije a Ariana dedicándole una sonrisa de agradecimiento.
—Estoy bien. —respondió intentando que me lo creyera.
—No lo estás. Estás cansada, ve. —le dije sonriendo.
—Es cierto. Está bien, pero cualquier cosa te estaré mirando. Nos llamas. —me dijo antes de dirigirse al mesón de tragos.
Seguí bailando entre la multitud cuando sentí que mis pies ya no iban a poder soportar mi peso ni un segundo más, estaba cansada y tenía sed, así que me dirigí hacia el mesón de tragos. Me acerqué y vi a Mike con un vaso que tenía apariencia de agua mineral. Lo tomé y sin pensarlo tragué hasta la última gota. En cuanto el líquido bajó por mi garganta, sentí como empezó a arder. Dejé el vaso en el mesón intentando no hacer caras.
—¡______ (Tn)! —gritó Luke.
—¡Dios, ______ (Tn)! Jamás pensé que fueras tan atrevida. —bromeaba Mike.
—¡Esto sabe horrible! —dije haciendo muecas.
—Ya lo habías tomado antes, _______ (Tn). Es vodka. —me dijo Ashton.
—Al parecer te quedó gustando. —bromeó Mike otra vez.
—¿Estás bien? ¿Quieres ir al baño? —me preguntó Ariana.
—Sí, no te preocupes, voy sola.
Antes de que pudiera objetar, me paré y comencé a caminar hacia el baño.
Al llegar allá empecé a sentirme un poco mareada, la única vez que había tomado fue con los chicos por el reto y, desgraciadamente, con el mismo asqueroso trago. Apenas podía mantenerme en pie, pero estaba consciente, gracias a Dios. Como pude enjuagué mi boca y respiré hondo antes de dejar el baño. Cuando lo hice, una mano tiró de mí hacia una habitación poco poblada, en realidad, sola. Mi corazón empezó a latir mil por hora, pero extrañamente no estaba asustada, sino, sentía esa especie de adrenalina. Por un momento pensé que me estaba volviendo loca, ¿cómo podía no estar asustada? Todo se aclaró cuando me di cuenta de quien se trataba.
—¿Qué haces, Calum? —le pregunté algo enfadada por su evidente estado. Él me miró y por un momento pensé que estaba enfadado cuando las lágrimas lo inundaron—. ¿Estás bien? —le pregunté, esta vez, preocupada.
—No, digo, no sé. ¡No entiendo por qué me haces esa pregunta! —me respondió enfadado, como si yo hubiese cometido un gran error.
—Solo quiero ayudarte, Calum. —le contesté seria, con mi postura de enfadada, pero haciéndolo entender que estoy para ayudarlo.
—¿Quieres ayudarme? ¿En serio quieres ayudarme? —me preguntó atónito, como si yo le estuviese jugando una broma. Yo asentí, cosa que claramente no pudo ver, pero prosiguió—. ¡Perfecto! Sal de mi vida, ándate por donde mismo llegaste, no crees problemas.
Cuando finalizó, yo estaba anonadada. No podía creer lo que me estaba diciendo. Mientras yo solo trataba de ser amable, él se encargaba de restregarme en la cara que no necesitaba mi amabilidad. Increíble, nada servía si se trataba de Calum.
—Está bien, saldré de tu vida, no me iré. Vine acá por un sueño y esto no tiene nada que ver contigo, no voy a echar al tacho de la basura todo mi esfuerzo. —le dije preparándome para ir cuando él sujetó fuertemente mi brazo, pero no fuerte que me produjera dolor, sino, de ese fuerte que me daba estabilidad y protección.
—No es la única forma en la que me puedes ayudar. —me dijo haciendo que lo sintiera mucho más cerca de lo que yo creía que estaba. Mi pulso estaba aumentando, mi respiración se hacía más repetitiva, sentía que mis manos temblaban, pero él me retenía y me hacía sentir como si no me fuera a dejar caer.
Se comenzó a acercar, mucho más de lo que el Calum normal lo habría hecho. Podía sentir su respiración mezclándose con la mía, sus latidos siguiendo el mismo melodioso ritmo. No entendía que era lo que estaba pasando hasta que nuestras bocas se unieron. Al principio me sentí helada, no sabía que carajos estaba haciendo, pero cuando sentí su mano posarse en mi cintura todas las preguntas se borraron y mi cerebro se desconectó. Lo único que podía sentir funcionando en mí, era mi corazón que bombeaba cada vez más rápido. Mis manos estaban dormidas de la satisfacción, al igual que mi cuerpo y podía sentir un pequeño hormigueo en estómago. Su beso era dulce, pero feroz, como cuando uno espera mucho tiempo por algo, ansioso y gustoso. Mis manos torpemente se posaron es su cuello jugando con su sedoso cabello negro mientras sus brazos rodeaban mi cintura atrayéndome más hacia él. Sentía que iba a morir en cualquier minuto bajo los encantos de Calum cuando un golpe se escuchó.
—Disculpen, no sabía que estaba ocupado. —dijo un tipo alto y con pinta de rockero que venía acompañado de una chica—. Sigan con lo suyo.
Me di cuenta de que no debía verse muy bien lo que estábamos haciendo y, a decir por el tipo, este era un lugar especial para eso. Me separé de Calum sintiendo mis mejillas más rosadas de lo normal y el mareo por el vodka llego a mí nuevamente.
—Debemos irnos de aquí. —le dije a Calum—. Deben estarse preguntando por nosotros.
Lo tomé de un brazo para ayudarlo a salir, él no dijo nada y fue ahí cuando caí en cuenta. Me sentí de lo más estúpida. ¡Estaba borracho! ¿Por qué más me habría besado?
Negué con la cabeza y lo ayudé mientras caminábamos de regreso hacia nuestros amigos. Gracias a Dios los chicos no preguntaron nada sobre el porqué estábamos juntos y cuando nos vieron se acercaron en seguida a ayudarme y encargarse de Calum.
Una vez que llegamos a casa de la Sra. Joy Mike y Luke se encargaron de subir a Calum mientras que yo me giré aterrada hacia Ashton después de mirar hacia todos lados para preguntarle—: ¿La señora Joy?
—No te preocupes, debe haber salido con la madre de Luke y a estas horas, ya debe estar durmiendo profundamente. —me tranquilizó Ashton—. No despertará.
Yo asentí aliviada por la información.
—¿Estás segura de que no quieres que te ayudemos? —me preguntó Luke una vez en el vestíbulo mirando hacia las escaleras.
—No, gracias, yo me preocupo de él. Vayan a descansar. —les respondí con una sonrisa algo cansada.
—Eso es porque ______ (Tn) quiere aprovecharse de él. —agregó Mike haciendo que abriera mis ojos de la sorpresa y vergüenza. Solo esperaba que mis mejillas no me delataran y mantuve mi boca cerrada.
—Como quieras, descansa ______ (Tn) —me dijo Ashton acercándose para abrazarme—. Nos vemos.
—Adiós. —se despidió Mike—. Haz con él lo que quieras. Yo te doy permiso. —me susurró al oído finalmente cuando se acercó a depositar un beso en mi mejilla.
—Buenas noches, pitufa, descansa. —me dijo esta vez Luke depositando un beso en mi frente—. Llámame cualquier cosa.
—¡A mí también! —gritó Mike—. Ya sabes.... Si quieres un trio. —finalizó guiñándome el ojo. Yo no hice más que sonreírle, ¿qué más podía hacer? Mike siempre sería Mike.
En cuanto escuché la puerta cerrarse tras de ellos, me sentí mareada y confundida, y no necesariamente por el vodka. Había besado a Calum. Bueno no técnicamente, pero había probado el sabor de sus labios y eso me hacía haberlo besado.
En mi cabeza había mucho dando vuelta y, mientras subía por las escaleras, sentía que me iba a desmayar con tanto pensamiento. Juro que mi intención era irme a mi habitación rogando porque la noche acabara, pero acabé yendo directo a la habitación de Calum a observarlo por última vez antes de que me volviera a odiar.
Mirarlo se sentía tan bien e incluso cuando mi intención no era más allá del observar, podía sentir como ese simple hecho podía causar cosas extrañas dentro de mí.
Una vez que decidí que era suficiente, me di la media vuelta y justo cuando estaba por abandonar su habitación sentí su voz.
—No me dejes.
Me vi vuelta para corroborar lo obvio. Calum seguía durmiendo, jamás me habría pedido que me quedara de no ser así, por lo que decidí no prestarle atención. Quizá ni siquiera sabía con quien estaba hablar.
—No me dejes, _______ (Tn). —repitió por lo que me acerque a él. Lo miré mientras dormía. Tenía rabia, mucha rabia, pero eso no me quitaba los sentimientos que había experimentado teniéndolo cerca, y mucho menos cuando nos besamos. Toqué mis labios inconscientemente cuando el volvió a hablar—. No dejes que mi madre me vea así, se moriría. Ella no lo merece.
Exactamente. Calum solo necesitaba que lo cubriera, de otra manera, jamás me habría llamado. Pero en algo tenía razón, ella no lo merecía, aunque eso no había sido un impedimento para él. ¿Por qué?
—No te preocupes, no le haré eso a tu madre. —le dije sinceramente—. Ahora duerme. —agregué mientras me aseguraba de que estuviera bien cubierto.
—Gracias, _______ (Tn).
Caminé a paso lento hacia mi habitación y en cuanto llegué me tumbé en la cama. No podía creer lo que había pasado, nos habíamos besado. Claramente había sido algo que jamás olvidaría, pero, aunque más quisiera, había sido una noche de la que jamás podría hablar.
_________________
*Capítulo corregido*