Capítulo 26: shinoa y mitsuba.
Un día estaba feliz y complaciente con sus amigos, de pronto se ve abatida y sabes que algo le pasó.
Shinoa no era una persona que dejara ver sus más profundos sentimientos, era sarcástica y aveces exageraba para aliviar toda la verdad. Bueno... Algo pasó un día antes del vuelo a Japón.
Todos en el squad sabían que shinoa gustaba de mitsuba hace tiempo atrás, más concretamente desde hace 8 años. Los mismos que se fue Mikaela, el no lo sabía a ciencia cierta pero como era inteligente tenía sospechas.
Las chicas de diesiséis años tenían las hormonas alborotadas y deseaban la felicidad más que nada, la familia sangu y la Hiragi eran aliadas. Pero los mismos integrantes de esos grupos tenían planes para cada una. Las educaron para ser dignas esposas, elegantes y poderosas, eran similares en algunos aspectos, por ello una de esas dos termino cayendo rendida a los pies por la otra.
Cuando shinoa supó que estaba comprometida con yuu, sintió desesperación y tristeza. Porque una vez más la familia tomaba decisiones sin ella, yuu era un buen amigo eso se lo dejo claro desde el primer día.
Era un chico genial, pero su corazón ya había tenía dueño, mitsuba sangu.
Pero con el pasar del tiempo, mitsuba dejo de interesarse en shinoa al está no ser tan clara con sus sentimientos, la rubia le decía "¿Me quieres?" Y la pelimorada tan nerviosa e insegura por dentro terminaba diciendo " claro, eres amiga". Por eso perdió las esperanzas de que mitsuba fuera algo más que una simple amiga.
Ocho años después y naturalmente como nunca se dio nada, mitsuba encontró el amor en alguien más. Un joven elegante de buena fama y claro, el desde que tuvo sentimientos por la sangu se le declaró, ella acepto aún cuando tenía dudas al principio. Y es que shinoa a veces daba señales equivocadas o contradictorias, pero pensó que shinoa era así; le encantaba molestarla de una forma tan especial y bromear.
" ¡Mit-tan yo te amo! Por favor créeme..." Fue lo que le dijo. Pero ella no le creyó y estaba molesta por jugar con sus sentimientos. Le contesto "deja de bromear shinoa, esto no es divertido" con lágrimas en sus ojos se fue del lugar, y también algo molesta por pensar en que no debió abrirle un poco su corazón cuando ya tenía pareja.
Eso fue lo que vivieron shinoa y mitsuba una noche antes del vuelo, y eso fue lo que vio yuichiro antes de irse a su habitación en el hotel.
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— Has estado actuando rara shinoa, ¿Que pasa? —le preguntó yuu.
La chica no puede evitar estar triste, cansada le explica todo.
— Eso es duro, no se que decir... —yuu mira a un lado, shinoa resopla.
— no es necesario que digas algo. De todas formas se que ella no me quiere y quiero superarlo, me está costando...
Yuichiro la mira apenado y piensa en maneras de animarla, pero es complicado. Ella rara vez dice sus sentimientos tan directamente. Ahora más que nunca comprende por que mitsuba nunca supó de sus sentimientos.
— Bueno... debes decirle lo que sientes, al menos por última vez antes de que se convierta en una carga pesada...ya sabes, en tu corazón.
Shinoa lo mira sorprendida y algo desentendida, piensa en lo ridículo que suena eso ¿Declararse ahora que ya todo de acabo?
— ya no importa, ella se casará y vivirá con el y tendrá un montón de bebés con cabello artificialmente rubio...
— pff... —se cubre con la mano, shinoa le ve mal con la mirada caída.
— o-oye ¿De qué exactamente te estás riendo? ¿De mi causa, o por los hijos de mitsuba? ¡Es enserio seguramente tendrá hijos con cabello rubio falso!, sigo diciendo que es teñida... Su cabello es demasiado bonito para ser real.
A este punto, era total recuerdos y melancolía. ella pensaba en las cualidades de mitsuba, de como se enamoró, de como imaginaba una vida con ella.
— esta bien shinoa, puedes liberar esos sentimientos, pero recuerda que debes parar. A este paso recordar todo eso no te hará bien.
Shinoa lo sabía pero dejar ir sentimientos fuertes por alguien de ocho años es duro. Pero ante todo, ella estaba consciente de que lo suyo con ella no podría ser.
Suspiró rendida y levanto la mirada sonríendo.
— tienes razón yuu, se nota que eres adulto...
Se sintió un poco ofendido.
— o-oye, ¿estoy siendo bueno contigo y me dice eso? —yuu dijo eso, pero cuando vio la mirada sería en ella, cambio el rumbo de la conversación— pero bueno, creo que has tomado buena decisión. Creciste y tal vez eso te ayudo a ser más madura. Recuerdo cómo no podías alcanzar el volante de un auto y cuando...
— ¡Yuu-san! —avergonzada le dijo.
— jaja, bien, bien. No diré nada.
El ánimo estuvo mejor después de eso, ellos dos y mikaela fueron a comprar helado. yuu no quiso que su amiga estuviera sola así que llamo a su pareja para pasar la tarde. El acepto por qué yuu se lo dijo con la mirada, y el comprendió.
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Al final del día, shinoa se fue con ánimos renovados, le vino bien reírse y pasarla bien con ellos. Ahora estaba cansada, necesitaba dormir y un buen baño. Se fue a su coche despidiéndose.
— vamonos yuu-chan.
— sí.
Ambos caminaron hasta el aparcamiento por su coche, estaban solos y la noche empezando. Yuu estaba tranquilo caminando al lado de el por la acera pero en cuanto Mika tocó su mano para estrechar la y caminar así, yuu se puso nervioso.
— ¿pasa algo Yuu-chan?
— ¿Eh? No, no es nada...
— mmm...se que te pasa algo así que no mientas, ahora tengo la oportunidad de preguntarte algo. Has estado así por días, me preocupa.
Yuichiro no quería mirarle y trataba de caminar lo más rápido para llegar a su destino, después de un rato el le dijo que no hablaría de eso en las frías calles de la ciudad, lo haría cuando estuvieran en su casa.
Aunque el transcurso en automóvil fue un tanto silencioso de no ser por la música de fondo que había puesto mikaela, al ser dueño del vehículo.
Una vez que llegaron y se adentraron directamente le pregunto al azabache lo de hace momento. El se resigno y tragó saliva por qué estaba tan avergonzado que podía palmar el creciente calor en su rostro y la reacción de mikaela. Adiós a su dignidad.
— yo... Antes de venir, yo dormía pero entonces surgió algo y...no se cómo paso pero yo... —mikaela le paró.
— yuu-chan, está bien si es algo que no quieres decirme está bien, solo quiero saber si es algo grave ¿Lo es?
— no, para nada.
— Entonces no necesitas decírmelo, estaba preocupado por ti, eso es todo. Ahora vamos a dormir, mañana viajaré a Rusia. Tengo que preparar mis maletas...
Yuu estaba aliviado, pero sentía un malestar en lo profundo de su ser. Por eso cuando estaban a punto de irse a la cama, no pudo más y decidió decirle. No era para tanto, pensó, y no podría vivir con esta vergüenza, se dio valentía.
— mika, en realidad quiero decírtelo, b-bueno no es para tanto pero no quiero tenerte secretos.
Mika le resto importancia.
— esta bien, yo entiendo que aveces tienes secretos, es parte de tu privacidad yuu-chan...entonces dime.
A medida que yuichiro narraba las cosas que pasó ese día, la expresión de Mika era todo un poema, no había emoción que durará mucho pues ocupaba una nueva en cada segundo. Yuichiro estaba arrepintiendote y todo lo que salía de su boca era tan monótomo que ahora pensaba en ahogarse para acabar con esto.
— ...eso ocurrió—tenia la cabeza baja y mikaela podía ver sus orejas en color rojo— te lo dije cierto, no es para nada. No entiendo cómo paso.
Yuu noto que mikaela no decía nada, entonces curioso levanto el rostro para verle, sorpresa la que encontró pues mikaela cubría su propio rostro mirándole también con la cara inyectada en rojo carmín, si pudiera ver sus oídos aseguraría que también pasaba lo mismo.
— ¿Mika?—siguio preguntando hasta que mikaela se tranquilizo y tímido cubrió su rostro — ¿Estás bien?
— s-si, no es nada yuu-chan...
— ¡Demonios ahora quiero regresar el tiempo para no habértelo dicho! Dios, me siento tan avergonzado —camino hasta la esquina de la habitación y se hizo bolita.
— no, está bien. Solo me sorprendió por qué...bueno ahora que somos pareja ya no importa la vergüenza ¿No crees? Estamos saliendo y estás cosas son normales...
— ¡Cállate, haces que me sienta peor! —le gritó desde el fondo.
Mikaela estaba sudando por la anterior ola de calor y vergüenza en su cuerpo, peinó los cabellos del flequillo hacia arriba, eso le hizo ver tierno y sensual al adulto yuu. Más sin embargo estaba enojado con el por haberlo puesto en vergüenza y decir todas esas cosas.
— yuu-chan no quiero que te sientas culpable, por eso quiero confesarte algo...
Yuu dejo de lloriquear en silencio para verle.
— ¿Que es?—preguntó.
Le dio curiosidad como Mika estaba tímido de repente y sentado en la cama miraba sus zapatos en vez de mirarle al rostro firmemente como siempre lo hacía.
—cuando estaba en Rusia hace ocho años, acepte el hecho de que me atraías, por esa razón no podía evitar pensar en ti todo el tiempo. Y en esa edad, tú sabes bien que nos descontrolamos un poco respecto a ciertos sentimientos...
Yuu tenía una idea lejana de lo que diría, cada vez estaba más sorprendido hasta que mikaela lo dijo directamente mirandolo y haciendo esfuerzo para verle directamente con los cachetes rojos, su mirada brillaba y hasta parecía suplicar por la valentía.
— Me tocaba pensando en tí.
Tocar, tocar, tocar. Palabras que resonaban en la mente en blanco del cabello oscuro, se imaginaba flotando en una galaxia mientras esas palabras sonaban en su mente.
Mikaela volvió a hablar agregando.
— Es por eso que no debes pensar en esto como grave, no si ambos ya lo hicimos—hubo una pequeña risa.
— tienes razon —sonrio resignado después de tantas vueltas— somos humanos después de todo.
— eso es correcto yuu-chan.
Hubó un abrazo de reconciliación y alivio sacado de sus almas, estaban más tranquilos después de confesarse que durmieron bien esa noche. Al día siguiente yuu se despidió con un beso de mikaela quien partida a Rusia.
Él iría a arreglar asuntos de la empresa Geales, por supuesto su padre y madre le regalaron diciéndole que no estaba bien dejar la empresa familiar abandonada solo por capricho. Mikaela no se sentía herido, o algo por el estilo, solo pensaba en su único amor y las ganas de verlo otra vez aún cuando había pasado menos de un día sin verlo.
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En la casa hiragi había revuelo por cierta situación. Kureto estaba apresurado y hablando cosas que no entendía shinoa, los demás estaban felices.
Ella no comprendía nada hasta que vio encima de una mesa un sobre bastante cuidado y reluciente.
Cuando lo leyó juro que no había dolor más feo que este sentimiento, dejó caer la carta sorprendida al borde de la tristeza.
En el fondo sabía que algo como esto iba a pasar, algún día.
El sobre decía al abrir:
"Invitación a la boda de la sta. Mitsuba Sangū"
Fin del capítulo—