Tumbada en la cama de Landon, Hope siente un inmenso alivio. Puede sonar arrogante, pero solo con pasar un par de horas hablando con él, junto a su mirada de adoración recorriendo los rasgos de su rostro, la hacen sentir deseada nuevamente por primera vez en semanas.
Landon siempre la mira como si no pudiera creer que ella se diera cuenta de su existencia, como si en el momento en el que apartara la mirada tan sólo un segundo, ella fuese a explotar silenciosamente en un millón de partículas de polvo imposible de rastrear. En este momento, es exactamente lo que necesita: alguien que esté realmente feliz de estar cerca de ella, que la recuerde.
No se puede decir lo mismo de otros.
Sintiendo una oleada de ansiedad, Hope se concentra en los pequeños detalles de la habitación: el susurro aireado de la respiración de Landon mientras duerme, la sensación áspera de la vieja colcha debajo de ella, los carteles de Star Wars y El señor de los anillos pegados desordenadamente a lo largo de su pared. Habiendo vivido en ella durante al menos seis meses, la habitación ya no tiene esa sensación anónima que tenía cuando los chicos se mudaron por primera vez.
Varias camisetas estaban esparcidas por la alfombra y un pequeño reproductor portátil se encontraba junto a una pila desordenada de CD's. El estante encima de su cama tiene algunos detalles aleatorios: un reloj, un par de tarjetas de cumpleaños número 17 de principios de año que obviamente amaba, y una cámara digital. Hope la reconoce, ya que Alaric se la regaló a Landon por uno de sus antiguos cumpleaños. La sonrisa tonta de Landon había sido incontenible ese día mientras tomaba una foto tras otra.
(También había sido bastante incontenible más tarde cuando Hope le dio su primera mamada como regalo de cumpleaños; sus mejillas se sonrojaron y sus manos retorcieron la misma colcha áspera en la que está acostada ahora).
Y hablando de fotos: debajo del estante y encima del reposacabezas de la cama se encontraban algunas de las imágenes favoritas de Landon. Había una foto ligeramente borrosa tomada con flash en una fiesta en el bosque; Landon con sus brazos alrededor de MG y Raf, su botella de cerveza en la mano parecía peligrosamente cerca de derramarse sobre el hombro de Raf, sus bocas sonrientes atrapadas en el contagioso y fluido movimiento de la risa. Una de Lizzie alzando deliberadamente un dedo medio, con la boca en una línea firme y poco impresionada, pero con una sonrisa parpadeando en sus ojos. Otra muestra a todos ataviados con sus camisetas de fútbol, posando antes del juego mientras Landon finge verse rudo en el medio con la pelota en mano. Lizzie pone los ojos en blanco mientras MG la tira de la cintura, obviamente habiéndola obligado a entrar en la foto. Su corazón se acelera un poco, sabiendo que ella probablemente estaba en el autobús camino a Mystic High School en ese momento, que era parte del otro equipo, y no parte de la foto.
Odiando la forma en que la hace sentir la foto grupal, Hope mira las pocas que quedan. De lo cual se arrepiente rápidamente.
Todas las demás fotos son Josie, Josie, Josie.
La mayoría son del verano. Josie con un bonito vestido rojo, sentada sobre una manta de picnic, luciendo alegre y avergonzada por la toma de fotos de Landon. Sus mejillas están un poco quemadas por el sol, y junto a ella están los restos de lo que parece una pizza. Otra muestra su intento de salir del lago, vistiendo un delicado bikini amarillo. Se está riendo, tendiendo una mano presumiblemente para que Landon la ayude. Su piel es de un delicioso color caramelo debido al sol, pecas salpicando sus hombros, pequeños pechos empujados hacia arriba por la cubierta y clavículas definidas que sobresalen.
Hope aparta los ojos rápidamente, sintiéndose extraña en su examinación. Para ella, Josie todavía se siente como una competencia, aun a pesar de que Landon la escogió a ella. Quizás sea porque al mirar estas fotos, la belleza de Josie es palpable: una mezcla embriagadora de inocencia y sensualidad.
Incapaz de detenerse, sigue mirando. Una foto más oscura y nebulosa parece haber sido tomada en el bosque, con un cielo nocturno moteado cubriendo los alrededores. Landon y Josie están apretados juntos, con suéteres de cuello alto y los colores de una película en sus caras. Landon aprieta los labios contra la sien de Josie. Se ve extrañamente frágil con su brazo envuelto alrededor de ella, y sorprendentemente, Landon parece un tipo que realmente podría protegerla.
Por último, lo que Hope debe admitir a regañadientes es que es una hermosa foto y también lo es Josie. Está sentada con un ukelele en sus manos, un pequeño ceño fruncido en su rostro mientras se concentra en tocar un acorde. El sol de la hora dorada captura cada tono de color en su cabello, iluminando su rostro de una manera que sería un crimen no admirar.
Sintiéndose más molesta de lo que probablemente debería, teniendo en cuenta que sabe que Landon sí tuvo fotos de ella en un momento (y dicho chico está a su lado), Hope se recuesta.
Ella está frustrada. Frustrada de que el chico al que ama claramente pasó el verano complaciéndose con la belleza de Josie Saltzman, que mientras esto sucedía ella estaba atrapada en la opresiva oscuridad de Malivore con Clarke. Frustrado de que Landon reciba todas las partes buenas de Josie, y ella reciba todo el sarcasmo y el resentimiento. Frustrada de que la amistad que ella y Josie habían cultivado tan cuidadosamente con manos vacilantes, gestos y sonrisas, se hubiera roto como un plato de porcelana.
Aunque... ella supone que podría salvarse. La conversación que tuvieron hace un par de noches, cuando Landon huyó de la inminente presión de su elección, mostró cierta promesa. Hope no se había sentido bien al regresar a la escuela, no sin una palabra de concesión de Josie. La había molestado todo el día, haciéndola sentir incómoda en su piel. Extraño, considerando que la escuela había sido su hogar durante años.
Incluso con toda la debacle de Simulandon, Josie apenas la había mirado, en lugar de eso se volvió más obviamente angustiada a medida que avanzaba el día y la conciencia de Landon repetidamente declaraba su amor por Hope. Landon las había evitado cuidadosamente a ambas, reprendiendo a Simulandon con evidente pánico.
Había visto con impotencia cómo Josie se secaba furiosamente las lágrimas antes de que nadie pudiera verlas, anhelando desesperadamente tenerla en sus brazos pero sabiendo que era la última persona que Josie quería tocar.
Se había acercado a la habitación de Josie esa noche con inmensa precaución, sintiendo que incluso respirar mal podría resultar en rechazo. Pero Josie, que parecía agotada y pequeña en su cama, había estado permitiendo sorprendentemente la presencia de Hope. Quizás fue por el día que ambas habían tenido, quizás ella simplemente no tenía la energía en ese momento para mantener el frente agresivo que había tenido tan implacablemente.
Abrumada por el alivio y la satisfacción, Hope no había podido evitar llorar, algo que no hacía a menudo, y, suavizada por su demostración de emoción, Josie cedió, tomó su mano y dijo las palabras que necesitaba escuchar.
Quiero que te quedes.
Pero ahora, Landon ha roto con Josie. No hace falta que le revuelva el estómago para saber que eso lo cambia todo.
Sintiéndose repentinamente muy infeliz, Hope se da la vuelta para mirar a Landon. Ella acaricia con una uña bien formada por su mejilla, deleitándose con la tenue línea blanca que deja, enfocándose en la sensación de su piel. Su boca está ligeramente abierta, los labios hinchados un poco agrietados. Ella se inclina más cerca y lo inhala: un reconfortante aroma amaderado combinado con un ligero olor a ropa vieja y loción a menta. Ella le da pequeños besos en la cara hasta que él se despierta, parpadeando en silencio por un segundo antes de notarla, sus labios arqueándose en un destello de sonrisa.
Esto es mejor. Solo permanece en el momento.
Ella rueda sobre él, perdiéndose en el olvido deliberado.
***
Caminaba hacia las duchas a la mañana siguiente cuando Lizzie, con el pelo envuelto en una toalla, le lanzó una mirada. Hope se detuvo, agarrando el brazo de Lizzie antes de que pueda pasar dramáticamente junto a ella.
—¿Qué fue eso?
—¿Qué fue eso? —dice Lizzie obtusamente, levantando las cejas—. ¡Suéltame! —Saca su brazo del agarre de Hope.
—¡Esa mirada de muerte!
—Oh, lo siento, se vuelve mucho más difícil para mí controlar mis expresiones faciales cuando estoy exhausta. Ella arrastra la última palabra.
Hope suspira, no está de humor para jugar al detective.
—¿Por qué estás tan cansada?
Ante su tono, los ojos de Lizzie se entrecierran. Con voz más baja, pero significativamente más enojada, responde:
—No lo sé, Hope, tal vez porque estuve despierta hasta las tres de la madrugada consolando a Josie que sollozaba.
Algo dentro de Hope cae como una flor marchita.
—Oh. Yo, eh ... oh. —Aprieta y abre los puños, sintiéndose inmensamente culpable y perturbada por la idea de que Josie esté tan alterada.
La mirada penetrante de Lizzie se debilita, solo un poco, al verla.
—Mira Hope, sé que no pretendes lastimarla, pero ¿qué esperabas realmente? Ella los vio a ustedes dos entrando juntos a la escuela desde su ventana, sabe que estuvieron con él anoche. —Lizzie suspira, el sonido es breve y expulsado por la impaciencia—. Podrías haber esperado un poco.
Hope se muerde el labio con fuerza, la agudeza del dolor es una necesidad.
—Lo sé. Estaba tan atrapado en él, y el momento...
—Lo entiendo. En serio. —Lizzie interrumpe—. Pero las cosas no son las mismas que cuando te fuiste. Todo el verano fueron solo Josie y Landon. Y Jo, ella lo pone todo en las cosas, en las personas, ¿sabes? La dejan muy vacía después.
—¿Dónde está ella ahora? —La voz de Hope es pequeña, como si no quisiera ocupar mucho espacio.
—Dormida. No creo que vaya a clase hoy.
Hope asiente.
—Tal vez debería...
—No, Hope, dale algo de espacio. —Lizzie le da una última mirada de advertencia antes de regresar a la habitación de los gemelos, con el neceser balanceándose en la mano.
Ella lo intenta, realmente lo hace.
Todo el día intenta concentrarse en sus clases, intenta retomar los movimientos que se han vuelto extraños para ella después de tantos meses de no participar en ellas. Las cosas parecían haber cambiado, no drásticamente, pero lo suficiente como para hacerla perder el equilibrio en un día en el que ya tenía el equilibrio sobre un pie.
No puede encontrar su estúpida clase de Encantamientos.
Para empeorar las cosas, Landon la saludó con un beso en los labios durante el desayuno. Intentó girar la cabeza pero no fue lo suficientemente rápida.
—Landon, no. No podemos hacer eso —Ella le sisea. La mira con ojos heridos- Piensa en Josie.
Ante eso, su cabeza cae y asiente, luciendo culpable. Él está callado el resto del desayuno, desdichadamente empujando su cereal alrededor del tazón.
A media mañana, los rumores sobre la reunión de Landon y Hope, y el evidente abandono de Josie, se han extendido por la escuela.
Hope se está irritando cada vez más, mordiendo a cualquiera que la mira durante demasiado tiempo. Ella ya tiene un poco de reputación por ser brusca, es por eso que la gente le tiene miedo, y este día solo está solidificando eso. Todo la molesta: el chirriar de las sillas, el pegamento y el chicle de los dientes de la niña que está a su lado mientras mastica de manera desagradable, incluso vuelve a criticar a Landon durante el almuerzo por preguntarle por quinta vez ese día si se encuentra bien.
—¡No, no estoy bien! Obviamente. Nada de nada está bien —Presiona sus nudillos contra su frente, desechando el dolor de cabeza que se está formando por el incesante parloteo de la cafetería.
Landon suspiró, molesto.
—Perdón por cuidarte, Hope —Estaban sentados solos; Lizzie estaba con MG y Rafael a tres mesas de enfrente. Rafael regresó hoy después de estar con su padre. Sabe que debería preguntarle cómo le fue, pero ahora mismo no tiene la energía para lidiar con la forma extraña y tímida en que él le habla desde que le confesó sus sentimientos. Por lo que Landon le ha dicho, salió muy bien. Ella está muy feliz por él.
—Solo, tengo que hacer esto mejor —Hope se pone de pie.
—¿Cómo?
—Mira, te veré más tarde, ¿de acuerdo?
Apenas capta el confuso asentimiento de Landon antes de volverse y dirigirse hacia el mostrador de comida, recogiendo un sándwich antes de irse.
***
Una vez fuera de la habitación de Josie, Hope sufre una punzada de ansiedad. Se baja las mangas de su chaqueta de punto hasta los nudillos, una acción nerviosa que suaviza su golpe.
Durante unos segundos temblorosos, no hay respuesta. Luego, lentamente, la puerta se abre. Josie, vestida con un suéter de gran tamaño y pantalones de pijama, la mira fijamente. Se ve agotada, sus ojos de cierva apagados y su rostro cubierto de manchas rojas de telaraña: los restos de su llanto. La forma en que su rostro está libre de maquillaje, sus labios haciendo pucheros y molestos, y su cabello recogido en una cola de caballo descuidada la hacen parecer menor de dieciséis años.
Por un segundo fugaz la coge desprevenida, los ojos se abren casi imperceptiblemente, luego su rostro se endurece mientras empuja agresivamente la puerta para abrirla más.
—¿Qué diablos quieres, Hope? —Ella escupe.
Su tono, aunque no inesperado, atraviesa a Hope con cruel efectividad. Mantiene su voz tranquila.
—Verte. Para comprobar si estás bien. —Incluso mientras dice las palabras, reconoce su ridiculez, ve su futilidad de la misma manera que la vio cuando Landon se las dijo antes.
—Oh, estoy simplemente excelente. Mejor que nunca. —Josie gruñe, su voz quebrada por la falta de uso.
Hope está ahí, sin saber cómo ser otra cosa que inadecuada. Josie parece esperar a que ella diga algo más, y cuando no pone los ojos en blanco, hace que cierre la puerta.
—Espera, Jo. —Sintiéndose desesperada, Hope se acerca y toma la mano de Josie—. Lo siento mucho. —Su voz vacila, llena de emoción que amenaza con salir de ella.
Josie parece no poder apartar la mirada de la mano en su muñeca. Ella la mira ceñuda, sus ojos se mueven entre furiosos y atormentados.
Sin dejar caer la mano, Hope usa la otra para hurgar en su bolso, sacando el sándwich.
—Nunca quise hacerte daño —susurra, afligida—. Aquí te tengo esto, sé que tiendes a no comer cuando estás molesta.
Finalmente levantando los ojos, Josie mira el sándwich. Su labio tiembla por un segundo antes de apartar su mano de la de Hope.
—Bueno, lo hiciste. —Los ojos llorosos, heridos y desafiantes, se encuentran con los de ella antes de que todo lo que vea sea la puerta de madera de roble cerrada de manera intencionada en su cara.