Miles de voces corrían dentro y fuera de su mente, tardó un momento en darse cuenta que en realidad estaba sola, una luz la cegaba, brillando como cristal sobre sus ojos.
Intentó protegerse con su mano derecha, solo para notar que estaba cubierta de sangre.
Parecía sumida en un gran agujero negro, aunque las paredes estaban cubiertas por tiras de lona violeta y negro. Un circo.
──Fuiste rápida, pero no lo suficiente, en todo caso, eso te vuelve una excelente presa.
Retrocedió, intentó pero sus pies no respondieron y terminó por caer al suelo. Su cuerpo no le respondía, sus extremidades eran pesadas y de un momento a otro su cabeza chocó contra el suelo.
Cuando volvió en sí, la luna observaba como una espectadora silenciosa en la oscuridad de la noche. Aspiró una gran bocanada, antes de que una mano le cortara la respiración.
──Es la última, házlo en grande.
No podía reconocer las voces, sus rostros iban cubiertos con extrañas máscaras de carnaval. ¿Qué sentido tenía? No creía que hubiera tenido alguna oportunidad de escapar.
──La justicia te ha liberado. Feliz Revival.
Y luego su cuerpo fue muy liviano, vacío y hueco. Ya no era nada.