Entre Tiempos

By Julie18_08

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Los ciclos se cierran y la vida sigue, aunque en realidad incluso cuando los ciclos se mantienen abiertos la... More

Uno
Dos
Tres
Cuatro
Seis
Siete
Ocho
Nueve
Diez
Once
Doce
Trece
Catorce
Quince
Dieciséis
Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
Veinte
Veintiuno
Veintidós
Veintitrés
Veinticuatro
Veinticinco
Veintiséis
Veintisiete
Veintiocho
Veintinueve
Treinta
Treinta y uno
Treinta y dos
Treinta y tres
Treinta y cuatro
Treinta y cinco
Treinta y seis
Treinta y siete
Treinta y ocho
Treinta y nueve
Cuarenta

Cinco

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By Julie18_08


-Amigo, tus padres son una mierda.- dijo Carter casi en un gruñido.

-Cierra la boca.- lo regañó Alex.

-Pero es verdad...- se defendió el primero entre dientes.

Marco sonrió cansado, bloqueando la pequeña discusión que se estaba dando a sus espaldas mientras arrastraba su maleta. Alex y Carter lo seguían de cerca, ayudándolo con el poco equipaje que tenía porque al parecer eso era lo que hacían los amigos, o algo así habían usado como excusa para acompañarlo a instalarse en los dormitorios de la universidad.

Todos los años los tres se reunían antes de que empezaran las clases para ponerse al tanto de sus vidas, generalmente lo hacían saliendo a un club o un bar en la ciudad y ese año no fue diferente. Lo único que cambió fue que los amigos se encontraron con un Marco malhumorado; él no quería hablar, quería distraerse hasta apenas recordar dónde estaban. Pero ese no fue el caso, porque cuando se reunió con ellos no pudo evitar contarles todo el asunto de su "castigo", siendo que nunca antes se había detenido a contarles su vida. Pero estaba enojado y frustrado, y las palabras que manifestaban todo lo que estaba ahogándolo simplemente se le escaparon, porque había estado guardándoselo por meses, porque ya había visto a Derek y él lo agitaba, porque confiaba en los chicos y probablemente el solo hablar sería un alivio.

Así que ahora ellos sabían todo y Carter estaba haciendo comentarios estúpidamente insensibles pero sinceros, así que no se podía enojar.

-Digo... ¿qué problema tienen con que te guste lamer hombres?- se preguntó el chico y Marco tuvo que dejar de caminar para asesinarlo con la mirada.

-Eso suena horrible, ¿por qué tienes de decirlo así?- se quejó Marco a pesar de que le causó cierta gracia. 

-Iba a decir algo peor.- le sonrió Carter.

-Un momento... ¿cómo es?- quiso saber Alex.

-¿Qué cosa?- preguntó Marco confundido por un segundo, pero luego entendió.-¿Por qué? ¿Quieres tratar?- le contestó Marco alzando una ceja.

Subieron al ascensor, el cual era demasiado pequeño para los tres y las maletas. Sus amigos guardaron silencio por un segundo, pero luego entendió gracias a las miradas de curiosidad en sus ojos que no iban a dejar ir ese tema.

-No es lo mío.- le respondió Alex tardíamente.-Pero no me negaría a escuchar tus historias y valoraciones.- explicó.-Entonces, ¿cómo fue tu primera vez?- 

-¿Mi primera vez haciendo qué?- preguntó haciéndose el desentendido. 

Las puertas del elevador se abrieron y comenzó a buscar la puerta del dormitorio, el cual para su agradable sorpresa, no tendría que compartir con nadie por el momento. Karen, la consejera estudiantil, le había dicho que era posible que otro alumno solicitara una cama a lo largo del año y que si eso sucedía le avisaría con anticipación. Por ahora solo eran él, un cuarto con dos camas y sus maletas.

-Tu primera vez acostándote con un chico.- aclaró Alex. 

-Bueno... no sabría qué decirles.- dijo Marco alzando un hombro con desinterés.

-Un momento.- se detuvo Carter.-¿No han cogido?- preguntó, sorprendido, interesado y especialmente apenado.

Abrió la puerta y encendió la luz. Se trataba de una habitación de tamaño bastante decente, las camas estaban a cada extremo del cuarto, también habían dos escritorios pequeños y una ventana larga en lo alto de la pared; incluso en la entrada inmediata había una especie de pequeña sala. Se quedó mirando por unos momentos, recordando con nostalgia la comodidad del departamento que había compartido con su prima los últimos dos años.

-Encantador.- suspiró Alex adentrándose mientras asentía.-Huele a depresión, estrés y ansiedad...-

-Ok, escúchame.- comenzó Carter una vez dentro.-He visto toda clase de porno en mi vida, algunas veces con ojo crítico porque es un arte cinematográfico y debajo de toda la mierda violenta y degradante hay algunas joyas... Mi punto es que cuando he visto dos tipos haciéndolo, no se ven nada enojados.- dijo muy seguro y factual.

Carter soltó el bolso que llevaba a los pies de una cama y se lanzó sobre el colchón, luego lo probó dando unos cuantos saltitos sobre sí mismo y los miró con una mueca que decía claramente "No está tan mal" Marco pensó que el veredicto podría haber sido peor, después de todo vivir en los dormitorios de la universidad era más barato de lo que imaginó al principio.

-De hecho, podrías estrenarte en esta cama.- continuó Carter.-Ahora que ya se arreglaron definitivamente necesitan celebrar ¿sino cuál es la gracia?- preguntó.

-Eso no va a pasar en el futuro próximo.- negó.

-¿Entonces su relación se basará en tomarse de las manos y mirarse intensamente a los ojos?- inquirió Alex.

-Mira...- suspiró Marco, rindiéndose.-Quizás algún día les llegaré con la historia de cómo tuve sexo con Derek, pero por ahora tengo un cuerpo completo, dos manos, una boca y mucha creatividad ¿contentos?- les preguntó.

Los dos chicos se miraron y asintieron satisfechos, luego lo miraron a él y le aplaudieron con solemnidad. Marco rió porque ellos también rieron, se sentía bien poder hablar de esa forma con alguien, como si su vida estuviera en completo orden y su único problema fuera si se había acostado o no con Derek.

-Y... ¿te sientes activo, pasivo o ambos?- insistió Carter.

-Oh, así que este es el tema del día.- se dijo Alex, sentándose en la otra cama.

-La cosa es que en verdad he visto mucho porno y hay un "tipo" para cada rol, como que empiezas a ver un vídeo y sabes quién hará qué, aunque a veces hay plot-twist.- les aseguró Carter.-Y nuestro amigo.- dijo mirando a Alex, haciendo un ademan que abarcaba a Marco por completo.-Me confunde, lo que significa que probablemente es muy moderno y flexible.- sonrió.

-Bueno...- dijo Marco, riendo.-No estoy seguro, pero creo que Derek será comprensivo con lo que sea que le pida.- dijo, bastante seguro. 

-Eso es tierno.- rió Alex llevando las manos al rostro. 

-Te apuesto que si me dejas ver a Derek voy a poder captar su vibra y adivinar qué le gusta. En resumen, ¿cuándo nos vas a presentar al chico?- le dijo Carter.

-¿Queremos conocerlo?- se preguntó Alex.

-Si quisiera saber qué le gusta podría preguntarle...- les dijo Marco, yendo hacia su maleta para buscar sábanas.

-¡Queremos conocerlo!- exclamó Carter.-Esto no es como cuando te enrollabas con alguna chica en una fiesta o cuando te llevabas una a casa porque creíste que era simpática, dejaste de ir de flor en flor y terminaste con Ana.- le recordó.

Se preguntó qué sería de Ana, probablemente ya estaría preparándose para volver a clase y reunirse con sus amigas. Era una chica simpática y despreocupada, nunca tuvieron nada serio y cuando le dijo que dejaría de llamarla ella sólo le había dado un abrazo muy apretado y deseado mucha suerte. Había sido agradable.

-Oh, no, tienes razón.- dijo Alex, como si viera la luz.-Oh... tenemos que conocerlo.- le pidió.

-No tienen...-

-¡Por favor!- bufó Carter.-Este tipo te hizo cuestionar tu sexualidad, te hizo monógamo cuando ni siquiera están saliendo, te hizo sentirte celoso de su ex, te hizo visitarlo en vacaciones, te hizo muchas cosas... ¿quieres seguir diciéndome que no es importante?- le preguntó, altivo.

-Es como... tu novio, pero no le diremos así porque sabemos que te pone incómodo.- dijo Alex.-Pero como sea, deberías presentarnos.-

-Son dos votos contra uno, perdiste.- dijo Carter como si ya no hubiera vuelta atrás.

Se sentó a los pies de la cama en la cual se hallaba estirado Alex y lo pensó. Él conocía a los amigos de Derek, Ben y Dana, a su hermana también; pero era como si los hubiera conocido por casualidad, porque los conoció a casi todos al mismo tiempo y en realidad gracias a Matt cuando se unió al equipo de béisbol. Pero presentarle sus amigos a Derek era diferente, le hacía sentir que lo estaba dejando entrar a lugares de su vida que seguían siendo sólo suyos.

-Saben que si los presento tendrán que mantener la boca completamente cerrada.- les dijo.-Nada de temas familiares ni dejar escapar historias innecesarias.-

-Somos una tumba.- aseguró Carter.

-Sí, completamente mudos.- concordó Alex.-Pero... no puedes seguir haciendo eso para siempre ¿lo sabes?- le preguntó.

Y ahí estaba la preocupación. Ambos lo miraron a los ojos, con mucha atención y a la espera de una respuesta. Desde el principio ellos le habían dicho que no podía pretender que su relación funcionara si no iba a hacer más que esconderle cosas a Derek, porque eran cosas importantes acerca de él que lo definían y le daban sentido a su vida. No podía mentir, y ya la estaba jodiendo porque estaba omitiendo concienzudamente.

Ellos tenían razón, pero Marco no podía hacerlo. No aún. "¿Entonces cuando?" se preguntó a sí mismo.

-Lo sé.- asintió.

-No quiero ser ese estudiante de psicología, pero amigo, sé que el abandono ha sido constante en tu historia vital y que es central en cómo se ha construido tu identidad y en cómo mantienes tus vínculos socio-afectivos... pero tienes que parar.- le dijo Carter.

-¿Cómo?- le preguntó desafiante.

-Ni idea, ¿abriéndote al amor y la confianza? ¿haciendo yoga y mándalas?- se preguntó.-No me miren como si estuviera loco, aún no tenemos clases de psicoterapia y tengo derecho a no saber qué mierda hacer para ayudar a alguien.- se excusó.-Pero lo aprenderé en los siguientes años y por nuestra amistad te haré un descuento, 15%.-

-Lo que Carter trata de decir...- suspiró Alex posando una mano en su hombro.-Es que tienes que dejar de auto-sabotearte, no eches a perder algo bueno porque tienes miedo de... no tengo idea a qué le temes, pero lo que sea no te llevará a nada bueno.- le dio una palmadita en la espalda y le sonrió.



*     *     *     *     *



Ese mismo día fue a casa de Derek al anochecer. Los chicos lo habían ayudado a desempacar y a ordenar sus cosas en la habitación, la cual terminó viéndose completamente organizada gracias al afán de Carter por la simetría, aunque Marco sabía que en unos días todo serían un caos, de todas formas apreciaba los esfuerzos. Se había despedido de ellos luego de algunas horas entre charlas y risas, después partió rumbo a la casa de Derek.

Tocó el timbre una vez y esperó impaciente, tenía el corazón muy agitado para lo simple que era una visita social y masculló algunas maldiciones entre dientes. Derek lo ponía muy nervioso, pero si antes había sido porque lo confundía la atracción que sentía por él, ahora sobre eso estaba la presión de mantener la boca cerrada. No quería contarle sus problemas, pero Derek siempre lo miraba como si estuviera viendo más allá de su fachada y eso lo inquietaba.

-Eso fue rápido.- comentó Derek cuando le abrió la puerta.

-Sí, bueno... ya no estoy viviendo con Carla.- le contó, casual.

-¿No?- se lo preguntó curioso mientras posaba una mano en su hombro y dejaba un beso en su mejilla.

-Por favor...- bufó Marco.

Le sostuvo la barbilla con una mano y lo besó en los labios, fue suave y corto, pero necesitaba hacerle entender que todo estaba de maravilla y que no tenía que contenerse cuando estaban solos. Derek lo abrazó y le deslizó una mano por la espalda que lo hizo temblar, así que se alejó con lentitud y le dedicó una sonrisa despreocupada.

-Se ganó una pasantía en Europa.- le contó.-Por los siguientes dos años.-

-Wow, eso es genial.- dijo él.

Lo siguió hasta la gigantesca cocina y se sentó en uno de los taburetes mientras que el otro chico abría la nevera y revisaba el interior. Marco miró a su alrededor mordiéndose el interior de las mejillas, todo lo que veía era la seguridad y estabilidad que él no tenía en ese momento. Nunca había pensado que se hallaría en una posición tan precaria, sin una casa a la cual volver en verano y... al menos tenía dinero, pero era consciente de que no tenía idea de cómo administrar bien sus finanzas y eso lo tenía tenso y nervioso.

-Sí, se la merecía.- continuó.-Estaba muy emocionada cuando se fue, me prometió un souvenir o algo, aunque probablemente me olvide de que lo prometió porque la veré en dos años ¿y si se queda trabajando fuera?- se preguntó.

-¿Entonces estás solo en el departamento?- le preguntó.

Derek puso frente a él una botella de cerveza, lo que lo sorprendió porque sabía que no bebía, pero la recibió agradecido y la sostuvo entre las manos buscando su siguiente respuesta.

-No, su padre lo vendió.- le contó.-Estoy en los dormitorios del campus central, la residencia de chicos que está cerca de la biblioteca de ciencias.- le dijo.

-Oh.- asintió como buscando en su memoria.-Sí, creo que sé dónde es.- resolvió.-¿Cómo es?-

-Está bien, es sólo una habitación y tienen una lavandería en el edificio, lo peor es que los baños son compartidos.- se quejó, porque eso en verdad lo fastidiaba.-Aunque hay una terraza en el techo que no está nada mal.-

-¿Las habitaciones son individuales?-

-No, pero estoy solo.- dijo dándole un trago a la cerveza.-Puede que llegue alguien en algún momento, pero no por ahora.-

-Entonces puedo ir a verte.- dijo Derek, apoyándose en el mesón y sonriéndole con cierta complicidad.

-Sólo si prometes no hacer ruido, no quiero tener problemas.-

-¿Me darás alguna razón para hacer ruido?- le preguntó Derek, con una de esas miradas transparentes e intensas que hablaban más allá de sus palabras.

"Podrías estrenarte en esta cama" la voz de Carter retumbó en sus oídos y quiso matarlo. En otros tiempos Marco se habría ahogado con su cerveza, pero por suerte la única muestra de nerviosismo fueron sus mejillas ruborizadas y el cosquilleo que se recorrió el cuerpo. Pero eran sensaciones buenas, porque hacía tiempo que no trataba de esconder lo mucho que disfrutaba la atención de Derek.

-Tal vez.- le sonrió.

Derek se inclinó por sobre el mesón y lo besó con lentitud, sosteniéndole la nuca y tirando suavemente de su cabello. Sus ojos apenas se abrieron cuando se alejó y volvió a beber, se estaba relajando.

-¿Y Maya?- le preguntó.

-Fue a una fiesta con un amigo.- le contó.-Dana y Ben estuvieron un rato, pero tenían cosas que hacer y se fueron temprano.-

-Ahora que lo mencionas.- le dijo.-No creo que hemos hablado de esto, pero tengo unos amigos...-

Estaba pensando en Carter y Alex, y en su curiosidad. Lo había estado pensando un rato desde que el tema había salido a la luz, y había llegado a la conclusión de que no sería tan terrible que se conocieran. Confiaba en que los chicos no dirían nada demasiado comprometedor y tal vez conocerlos haría a Derek un poco... feliz.

-Tienes amigos.- intervino él, animándolo a continuar.

-Sí.- asintió.-Este fin de semana vamos a salir y sé que no te gustan mucho los clubs y eso, pero creí que quizás querrías acompañarme y aprovechar de conocerlos.- le dijo, como si fuera una sugerencia más que una invitación.

Vio el interés en los ojos de Derek y una pequeña sonrisa tirar de la comisura de sus labios, pero esos gestos se desvanecieron lentamente y el joven rodeó el mesón sin quitarle los ojos de encima. Derek se detuvo a su lado, apoyándose en el borde del mesón para poder mirarlo e inclinarse sobre él.

-Si te acompaño...- le dijo en voz baja.-¿Podré estar así contigo o más lejos?-

Se quedó sin aliento un momento. Derek sabía que estar con él en publico lo ponía nervioso, era parte de todo el proceso de aceptación de su nueva orientación sexual, la cual aparentemente le era ridículamente obvia en ese momento. Pero las multitudes aún lo inquietaban, no quería que lo miraran; y al mismo tiempo quería que no le importara. No quería esconderse porque no sentía que sus sentimientos estuvieran mal, aún así sabía que necesitaba un poco de presión para al fin librarse de esa incomodidad.

-Sí.- le dijo.

-Sí, ¿qué?- inquirió.

-¿Sí, señor?- soltó sin pensar.

-Oh, eso me gusta.- rió Derek repentinamente, espontaneo y sin contenerse.

A Marco le habría gustado seguir con una frase despreocupada, pero estaba demasiado ocupado derritiéndose mientras contemplaba la forma en la que Derek le estaba sonriendo.

-Entonces lo que me estás diciendo...- continuó Derek, posicionándose frente a él e invadiendo su espacio, no que se fuera a quejar.-Es que te puedo tratar como lo haría normalmente, como trataría a alguien que no es sólo un amigo.- preguntó buscando su mirada.

-Sí.- suspiró.

-Que bien.- le besó la mejilla.-Eso está muy bien...- murmuró.




*     *     *     *     *     *     *     *




Eran cerca de las tres de la mañana cuando su teléfono móvil comenzó a vibrar. Él y Marco estaban cómodamente acurrucados en uno de los sillones de la sala mientras veían una película a la cual en realidad no le estaban poniendo mucha atención, por un lado Marco le había estado hablando de sus amigos, Carter y Alex, y él estaba distraído escuchándolo y deslizando los dedos por su cabello.

Estaba pensando en esa famosa regla de "nada de chicos/chicas en casa" porque estaba comenzando a creer que no le convenía demasiado mantenerla tal cual era, no cuando al fin luego de tantos obstáculos estaba construyendo algo con Marco. Bueno, eso y además quería que se quedara solo para poder contemplarlo, escucharlo y acariciarlo como en ese momento.

-Tu móvil.- le dijo Marco, dándole un golpecito en el pecho algo somnoliento.

Se estiró con cuidado para no perturbar el obvio estado de comodidad en el cual estaba el chico y se llevó el móvil al oído. Ya sabía que probablemente era Maya llamando para que la recogiera, lo que significaba que tendría que levantarse de todas formas.

-Hola.- dijo.

-¡Hola, Derek!- y era la voz de Henry.-Oye, sólo te llamaba para avisarte que con Maya vamos a amanecernos en esta fiesta, así que puedes irte a dormir y mañana llegaremos a desayunar y a contarte nuestras aventuras.- le dijo el chico.

-¿Y siguen en la misma fiesta?- preguntó.

-No, nos movimos un poco por la ciudad, ya sabes, para conocer la escena local y... Oye, esta es una ciudad muy tranquila y segura ¿quién se lo esperaría?- le dijo sonando sorprendido y muy complacido.

-Sí, tiene muy bajos índices de crimen.- aceptó.-¿Y por qué no me está llamando ella?- inquirió.

-Perdió su móvil, no tiene idea dónde lo dejó.- le dijo.

-En ese caso sólo dame con ella.- le pidió y esta vez se estaba irguiendo.

-No puedo, ¡está en la piscina!- exclamó.

-¿Está en la qué...?-

-¡Piscina!- repitió.-Sabes como son estás fiestas, saltó en la piscina con unas porristas y están cantando karaoke, era un reto... de hecho, perdió el móvil porque se mojó.- le contó.

-Henry.- dijo, su voz nivelada y muy grave.-Una de las maravillas de la tecnología son los smartphones ¿lo sabías?- le preguntó.

-Sí...- y entonces escuchó un apenas perceptible flaqueo en su voz.

-Sí, claro que lo sabes.- continuó.-Así que ve y envíame una foto de mi hermana en una piscina cantando karaoke con un grupo de porristas, todos nos reiremos en la mañana cuando la veamos ¿no te parece?-

Hubo un silencio al otro lado de la línea, no lo suficientemente largo como para ser sospechoso, pero para Derek fue fácil adivinar que todo lo que estaba escuchando eran puras y viles mentiras. Sintió que se le helaban las manos, no es que fuera negativo o catastrófico... pero Maya era su hermanita y si algo malo estaba pasando iba a tener que gritarle a varias personas, incluyéndose a sí mismo por no haberla acompañado a su primera fiesta universitaria.

-Ok... no me mates, bueno, ella va a matarme.- le dijo Henry.-Está con este chico...-

-¡Lo sabía!- exclamó.

Marco abrió los ojos de golpe y se sentó, miró alarmado a su alrededor y cuando vio la postura de Derek despertó por completó. Sintió al chico apegándose un poco más junto a él y posando una mano en su espalda, como si estuviera tratando de ayudarlo a calmarse, le dedicó una mirada agradecida pero preocupada.

-¡Sabes cómo es cuando quiere algo!- le explicó Henry.-Mira, el tipo se veía muy decente y te juro que estará bien, ya no es una niña y se maneja muy bien...-

-Tiene dieciocho...- apuntó.

-Lo sé, lo sé.- lo interrumpió.-Pero estoy completamente sobrio y la estoy esperando, así que... me quedaré con ella y te la llevaré en una pieza mañana ¿sí?- le pidió.-Tienes que confiar en mí, he salido miles de veces con ella antes y siempre llegamos sanos y salvos, tus padres me tienen mucha estima.- le dijo.

Derek conocía a Henry, tenía recuerdos de cuando era pequeño y siempre había sido muy alegre y energético; pero hacía unos cuatro años que no lo veía y aunque le daba la impresión de que él y su hermana eran muy buenos amigos no podía evitar desconfiar un poco. Pero también estaba el hecho de que Maya no era estúpida, y que su trabajo era acompañarla y no tratar de mantenerla encerrada en la casa estudiando. Y si ella quería tener una aventura con algún chico era su decisión... 

Sentía que iba a estresarse, ya se estaba estresando.

-Si mañana no están aquí antes de mediodía...-

-Oh dios mío, no.- le negó sonando entre ofendido y horrorizado.-Estaremos allí a las doce en punto.- le dijo, y sonaba muy decidido.

-Cuídala.- soltó en un gruñido y cortó.

Se frotó el rostro con las manos y respiró, una, dos y tres veces hasta que dejó escapar un largo suspiro. Desde que se enteró que su hermana iría a la misma universidad que él supo que iba a ser así, a ella le gustaban las fiestas y la gente y salir y hacer amistades, y sobre todo, le encantaba coquetear y enamorarse perdidamente a primera vista. Se estaba imaginando todas las cosas malas que podrían pasar a lo largo del año, pero trató de sacárselo de la cabeza porque ni sus padres estaban tan paranoicos como él.

-¿Maya?- le preguntó Marco, apoyando la barbilla en su hombro para mirarlo.

-Se está enrollando con un tipo.- le dijo en negación.-No entiendo por qué...-

-Es diversión fácil y rápida, o escape; lo que sea que necesites en el momento.- suspiró.

-¿Experiencia?- le preguntó.

-¿Qué otra cosa?- contestó él, rodando los ojos.-Deja informarte que era muy bueno consiguiendo chicas, es decir, soy muy bueno... la magia sigue aquí.- rió.

-Seguro que sí.-

Le dio un suave golpecito en el mentón con un dedo. Marco era atractivo, a Derek le gustaban especialmente las pecas claras que le cubrían la nariz porque lo hacían ver completamente adorable, pero su sonrisa traviesa y sus ojos almendrados y cautivadores estaban en su top 10. Dejó un beso corto y dulce en sus labios, luego se levantó porque necesitaba moverse.

-Ah... Maya...- soltó exasperado.-Tengo que recordar que no soy su padre, y hablando de eso ¿qué haría papá?- se preguntó mientras caminaba un poco por la sala.

-Ten paciencia, no está sola.- le dijo Marco.-Pero en vista de que no te estás calmando, te propongo que la vuelvas a llamar a las seis o siete para saber en qué está.-

-Ok...- asintió.

-Y otra cosa.- lo llamó agitando su mano, como tratando de agarrar su atención.-Sé que la regla es que no puedes quedarte con chicos y/o chicas, pero siento que necesitas apoyo moral y me comprometo a sólo dormir.- le dijo.-Así que estaré aquí cuando vuelvas a llamarla y te acompañaré si es necesario ir por ella ¿suena bien?-

-Esa regla es estúpida, claro que puedes quedarte.- soltó frunciendo el ceño.

-Genial.- le sonrió.-Ahora ven aquí, necesitas cerrar los ojos un rato.- le dijo estirando una mano.









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